Bush propone a Paul Wolfowitz como presidente del Banco Mundial
( AFP en Washington )
( 2005-03-16 )
El presidente estadunidense George W. Bush propuso a uno de los principales artífices de la guerra en Irak, el actual subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz, como candidato a la presidencia del Banco Mundial.
En una decisión que podría erosionar la mejoría en las relaciones transatlánticas, Bush dijo que quiere que el brazo derecho de Donald Rumsfeld en el Pentágono asuma un rol que es central en el desarrollo global.
Bush indicó que ya había telefoneado a líderes extranjeros para buscar apoyo para su candidato, y para explicar por qué cree que Wolfowitz "será un presidente fuerte para el Banco Mundial".
El mandatario estadunidense destacó la experiencia de Wolfowitz en el Departamento de Estado estadunidense y el Pentágono, y como embajador en Indonesia.
"Y Paul está comprometido con el desarrollo", dijo Bush, describiendo al duro neoconservador como "un hombre compasivo, decente, que hará un buen trabajo en el Banco Mundial".
El actual presidente de la institución, James Wolfensohn, abandonará el cargo en junio, tras 10 años al frente de la institución.
Tradicionalmente, los estadunidenses eligen al presidente del Banco Mundial y los europeos al del Fondo Monetario Internacional (FMI), según un acuerdo informal vigente desde la creación de estas instituciones financieras multilaterales, luego de la Segunda Guerra Mundial.
Pero Wolfowitz, de 61 años, provocó la ira en muchos países de Europa y de todo el mundo por su rol de artífice de la guerra en Irak.
También es considerado una figura central del movimiento neoconservador, que quiere que Estados Unidos imponga su visión de la democracia liberal y economía de libre mercado en el mundo.
En el Banco Mundial, Wolfowitz presidiría un personal de 10 mil miembros en Washington y el resto del mundo, supervisando un presupuesto de asistencia anual de 9 mil millones de dólares que para muchos países pobres es el único medio para intentar el desarrollo.
Pero la institución también ha sido acusada de respaldar grandes proyectos de desarrollo de poco valor económico, y de promover la pobreza por hundir a los países en deudas cada vez mayores.
Bush dijo que Wolfensohn, de 71 años, ya había respaldado la nominación de Wolfowitz.
"Jim Wolfensohn ha hecho un buen trabajo como líder del Banco Mundial", dijo el mandatario.
El gobierno estadunidense ha dicho que quiere que se elija al remplazo de Wolfensohn antes que éste abandone el cargo en junio.
Sus "meritos" para el cargo:
ESTADOS UNIDOS:
Los claroscuros de Paul Wolfowitz
Jim Lobe
WASHINGTON, 17 mar (IPS) - Nombrar embajador en la ONU a un unilateralista como John Bolton fue un claro mensaje contra el multilateralismo del foro, ¿pero cuál es el mensaje del presidente estadounidense George W. Bush al proponer a Paul Wolfowitz para presidir el Banco Mundial?
La elección por parte de Bush del subsecretario de Defensa, uno de los arquitectos de la guerra en Iraq, causó consternación tanto en círculos de la seguridad nacional estadounidense como en el Sur del mundo.
Wolfowitz tiene 35 años de carrera académica y pública, pero ninguna experiencia directa en finanzas o planes de desarrollo, menos aun en misiones para reducir la pobreza como la que supuestamente lideraría.
Se interesó en el Islam al desempeñarse durante dos años como embajador en Indonesia, en los años 80.
Cuando su designación comenzó a ser manejada hace dos semanas, la mayoría de los observadores fueron escépticos, y el Departamento (ministerio) de Defensa casi niega la versión.
Sebastian Mallaby, columnista del periódico The Washington Post, escribió el 7 de este mes que, si bien Wolfowitz reunía algunas condiciones para el puesto, ”su vinculación con la guerra de Iraq lo convierte en anatema para la mayoría de los accionistas del Banco”.
Wolfowitz es considerado uno de los más apasionados neoconservadores del gobernante Partido Republicano, pero su temperamento e ideas con frecuencia desafían los estereotipos sobre ese sector de la política estadounidense.
Los neoconservadores, que han dominado la política exterior del gobierno de Bush, en general se relacionan sólo con un grupo estrecho de personas y hacen gala de dogmatismo, pero Wolfowitz muestra una gran curiosidad intelectual y tiene una amplia variedad de contactos sociales.
El subsecretario (viceministro) de Defensa mantiene una estrecha relación con Shaha Ali Riza, una funcionaria del Banco Mundial nacida en Túnez y educada en Arabia Saudita, quien parece haber inspirado su deseo de promover una democratización en el mundo árabe.
Como todos los neoconservadores, Wolfowitz ve el surgimiento de Adolf Hitler y de la Alemania nazi como uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX y del cual se deben extraer lecciones políticas.
Toda la familia de su padre, un matemático polaco judío que emigró a Estados Unidos en los años 20, pereció en el Holocausto.
Wolfowitz es un defensor de la ”Pax Americana”, el predominio y control unilateral de Estados Unidos en el mundo.
Fue duramente criticado en 1992 cuando fragmentos de su ”Guía sobre Política de Defensa” se filtraron al periódico The New York Times. Entonces el presidente era George Bush, padre del actual mandatario, y el secretario de Defensa era Dick Cheney, hoy vicepresidente.
Ese documento proponía acciones preventivas contra ”estados hostiles” que procuraran desarrollar armas de destrucción masiva, medidas para impedir el surgimiento de potencias regionales o mundiales que pudieran competir con Estados Unidos, y constantes intervenciones militares para preservar la paz y seguridad internacional.
Estas ideas fueron repudiadas por la administración de Bush padre, pero la de Bush hijo las adoptó e incluyó en parte en la Estrategia de Seguridad Nacional, aprobada en septiembre de 2002.
Wolfowitz, como todos sus compañeros neoconservadores, tiene una especial preocupación por el destino de Israel, donde vivió parte de su adolescencia y es el actual lugar de residencia de su hermana.
Sin embargo, se distancia un poco de algunas posturas del gobernante partido Likud de Israel, muy vinculado a la derecha estadounidense, y muestra sensibilidad para con los palestinos, respaldando sus aspiraciones nacionales y oponiéndose a los movimientos de colonos judíos.
También se diferencia de sus correligionarios en que evita toda polémica con la prensa.
Durante el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989) trabajó para el secretario de Estado (canciller) George Shultz como asistente sobre Asuntos de Asia Oriental, y fue uno de los que convenció al presidente de que no apoyara al dictador de Filipinas, Ferdinand Marcos, durante el levantamiento popular en ese país de 1986.