Decenas de reclusos heridos o intoxicados por gases, algunos en peligro de muerte, mostraron ayer las primeras evidencias de un violento motín en la prisión del Combinado del Este, en La Habana, que sería el segundo incidente ocurrido en esa entidad penitenciaria en menos de 20 días.
''Los hechos fueron sumamente graves y es muy probable que se produzca más de un fallecimiento como resultado de la violencia represiva'', dijo anoche Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN). ``Pero el hermetismo oficial es absoluto a pesar de que los incidentes han trascendido a la población de la capital''.
Según manifestó el activista a El Nuevo Herald, la protesta tumultuaria se desató el pasado martes en el Edificio No. 3 del penal, entre las 6 y 9:30 p.m., y fue sofocada con un fuerte despliegue de tropas del Ministerio del Interior.
El ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra, y otros generales y jefes policiales se presentaron en el lugar, y supervisaron las operaciones represivas.
Sánchez indicó que su organización ha podido confirmar con fuentes familiares que varios prisioneros han sufrido quemaduras y al menos uno perdió un ojo como resultado del impacto de una bala de goma.
Hasta el momento sólo se ha revelado el nombre del recluso Freddy Ibáñez Blanco, de 33 años, quien se encuentra seriamente herido, con escasas posibilidades de sobrevivencia.
Casi 72 horas después de los sucesos, las autoridades cubanas no han informado públicamente sobre lo ocurrido.
Sin embargo, las visitas familiares al centro penitenciario se reanudaron ayer, según dijeron testigos desde La Habana.
En la edificación donde ocurrió la revuelta se concentran fundamentalmente prisioneros comunes. Sólo el preso de conciencia Pedro Pablo Alvarez, condenado a 25 años como parte del Grupo de los 75, se hallaba en ese recinto, aunque no se vio envuelto en las trifulcas.
''Estas protestas han tenido lugar debido a las condiciones infrahumanas de internamiento que caracterizan al sistema carcelario cubano, la pésima alimentación, insuficiente atención médica, la extrema severidad de las condenas, la falta de protección jurídica efectiva y la política de traslado masivo de prisioneros hacia cárceles muy alejadas de sus hogares'', apuntó una declaración de la CCDHRN divulgada el jueves.
Los testimonios recogidos concuerdan en que los reos protestaron agresivamente contra sus carceleros y prendieron fuego a colchones y otros objetos combustibles. Las llamas podían verse desde los pabellones contiguos.
Un motín similar ocurrió el pasado 19 de marzo en esta instalación penitenciaria, dejando decenas de heridos.
El canciller Felipe Pérez Roque explicó entonces que la revuelta se había producido cuando un grupo de reclusos de alta peligrosidad se rebeló contra ''una decisión administrativa'' que trataba de mejorar sus condiciones de vida.
Los amotinados fueron trasladados días después a una nueva prisión, no identificada por las autoridades.
El Combinado del Este --una de las mayores prisiones del país-- alberga actualmente entre 4,000 y 5,000 reclusos, según cifras extraoficiales.