Seis países latinoamericanos en grueso conflicto con Europa en torno al comercio del banano han solicitado a la Organización Mundial del Comercio (OMC) su intervención en ese litigio, que se estima como típico del injusto orden económico implantando en el mundo y que discrimina a los estados subdesarrollados. La Unión Europea (UE) ha decidido aplicar un alto impuesto aduanero de casi 300 dólares norteamericanos la tonelada a ese fruto, cuyas exportaciones son muy importantes para las economías de esas naciones.
Los gobiernos de Ecuador, Costa Rica, Colombia, Honduras, Guatemala y Panamá se han unido en la decisión de demandar la intervención de la OMC en su riña con el mercado europeo.
El embajador ecuatoriano ante esa entidad internacional, Herman Escudero, anunció a la prensa que envió una carta al respecto esta semana a la presidencia del Consejo General de la OMC con el fin de pedir el arbitraje.
"Estamos en desacuerdo con la propuesta de la UE. Es inaceptable y discriminatoria", dijo la embajadora de Colombia en Ginebra, Claudia Uribe.
Las autoridades de los países latinoamericanos mencionados dijeron que no podrán mantener sus cuotas de exportación de banano a Europa si se aplica la tarifa, la cual triplicaría los pagos por derecho de aduana, solo para América Latina.
El sector económico del banano es sinónimo de pobreza en algunos países latinoamericanos.
Un caso al respecto es el que ha llevado a campesinos en Nicaragua que cosechan la fruta a amenazar con suicidarse masivamente enterrándose vivos si varias trasnacionales relacionadas con ese producto no acceden a pagarles compensaciones.
Las tres firmas aplicaron en las décadas de los años 60 y 70 pesticidas prohibidos sobre los sembrados plataneros, el nematicida Nemagón o DBCP, que, de acuerdo con las denuncias campesinas, causaron a miles de cosechadores problemas respiratorios, renales y de esterilidad.
Las transnacionales, con amplios intereses financieros en Europa, son la Dole, Shell y Dow Chemicals.