La retórica de los poderosos tiene su propio lenguaje. Se constituye para reproducir sus intereses. Y ellos saben bien que para sojuzgarlos: los dominados deben creerles. Fabrican noticias con materia prima maloliente. Es decir, transforman la mentira planificada en títulos estelares. Vayamos a un caso concreto. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) "es una organización sin fines de lucro dedicada a defender la libertad de expresión y de prensa en todas las Américas". La página web de la SIP explicita sus objetivos esenciales. En uno de ellos plantea "defender la dignidad, los derechos y las responsabilidades del periodismo".
El portal de la SIP reseña que en 1926 casi 130 periodistas reunidos en Washington resolvieron crear una entidad interamericana de periodistas. Otro congreso efectuado en México en 1942 sentó las bases para que un año después en La Habana se establecieran formalmente. Aunque fue 1950 el año clave que señalan desde el propio sitio de la SIP. Hasta ese momento la organización de los encuentros y las conferencias se realizaban con el auspicio del país elegido como anfitrión. De ahí en más y con un nuevo estatuto la SIP asegura ser "un ente independiente que no responde a ningún gobierno ni interés especial". Su sede central se ubica en Miami (E.E.U.U) y entre sus miembros argentinos se destacan Clarín, La Nación, Ámbito Financiero, Los Andes, Diario Popular, Diario Pregón, Editorial Atlántida, El Cronista Comercial, Editorial La Capital, El Litoral, El Tribuno (Salta), Revista Gente y La Nueva Provincia, entre otros.
Pero... ( y la curiosidad como siempre nos invade)... ¿ Es verdad que protegen la libertad de expresión y no tienen ningún otro interés especial? O sólo son una gran farsa que busca perpetuar el orden de sus beneficios...
Con simplemente repasar los antecedentes de muchos de los socios de la SIP se revelaría el verdadero carácter de sus acciones. Con todo- y a contrapelo- mejor ayuda desenmascarar el verdadero rostro de sus protagonistas.
La SIP fue refundada en 1950 por los agentes de la CIA Jules Dubois y Joshua Powers con el apoyo de Tom Wallace del Departamento de Estado (DEA). Los fines del resurgimiento eran combatir en ese entonces al comunismo, el sindicalismo progresista y a cualquier gobierno latinoamericano que se atreviera a tomar decisiones con independencia política y económica.
En 1973 el derrocamiento de Allende en Chile se respaldó con una campaña en pos de "la libertad de prensa" e impulsada desde la SIP. El diario "El Mercurio" de Agustín Edwards recibió fondos de la CIA para la "preparación ideológica" a favor del golpe militar. El periódico "Prensa" denunciaba en sus páginas que los soviéticos instalarían una base de submarinos con la anuencia del gobierno constitucional de Allende. Mentiras tras mentiras Pinochet tomó el poder y hoy Edwars asesora al gobierno de Ricardo Lagos en políticas de seguridad a través de su Fundación Paz Ciudadana. Asimismo, los premios y las distinciones recibidas por Edwards confirman su pragmatismo inocultable: en el 2004 acogió magnos honores de la Cámara de Comercio y de la Universidad del Mar.
No hubo (tampoco se puede descartar el habrá) dictadura cívico-militar en Latinoamérica que no haya sido propiciada o incitada por la SIP. Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú, Uruguay contaron siempre con algún que otro socio de la SIP que avaló desde sus páginas al terrorismo de estado. ¿ No eran y son acaso defensores del estado de derecho? ¿ O es la mera opinión de un integrante trasnochado entre tantos hombres y profesionales que afirman sostener "los principios básicos de una sociedad libre"?
En la Venezuela Bolivariana la intervención de la SIP no tuvo discreción ni medida. Si bien ahora confrontan contra la Ley de Responsabilidad Social de Radio y TV; desde el inicio de su gobierno Hugo Chávez la tuvo como una opositora implacable.
Hasta el presidente argentino, Néstor Kirchner, sufre los efectos de la SIP. Varios afiliados vernáculos al "sindicato patronal de medios impresos" patrocinan los reclamos de las empresas privatizadas para lograr aumentos de las tarifas. Sucedió que en el 2004 las ingentes corporaciones prestadoras de servicios públicos invirtieron en publicidad radial, gráfica y televisiva casi 7.800 millones de pesos. Catorce mil quinientos pesos por minuto en anuncios. Negocios son negocios. Punto y aparte.
Cuando a comienzo de marzo una delegación de la SIP llegó al país con fuertes críticas al gobierno kirchnerista; entre los enviados arribó un ex presidente de dicha asociación: Danilo Arbilla. Arbilla fue Director de Prensa durante el gobierno de la última dictador militar uruguaya.
En definitiva... hay tanto que decir... que mejor le sugiero dos cosas. Primero lea (escuche) la definición que Gregorio Selser nos brinda: La Sociedad Interamericana de Prensa es el "órgano rector y conservador de bienes e intereses de los denominados por George Seldes ´amos de la prensa´ (...) Controlar o poseer hoy una publicación, una radio o un canal de televisión es una acto meramente político. Tenerlo siempre presente será un principio de sabiduría, sobre todo para nuestros pueblos colonizados cultural y espiritualmente a través de una avalancha de materiales...". Y después - entonces- antes de leer cualquier medio impreso fíjese si no es socio de la SIP. Y salvo que coincida con sus ideas e intereses: tenga desconfianza de cuanto se escribe y se dice. Sospeche hasta de quién firma estas palabras. Sencillamente porque nadie brega en vano.