Mediados de los años 40. La Unión Soviética gana nuevas posiciones frente a los nazis y son cada vez más evidentes las posibilidades del triunfo del Ejército Rojo. Desde Moscú esperan la apertura del Segundo Frente. Washington debe apurarse.
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Una de las operaciones de la CIA para atentar contra la vida de Fidel tuvo lugar durante la visita del líder cubano a Chile. En la foto, junto al entonces presidente Salvador Allende |
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Además... |
• Recuento de un terrorista |
Estados Unidos decide utilizar todas sus cartas de triunfo. Saca de la cárcel a Lucky Luciano, conocido jefe mafioso, y le promete el perdón para sus crímenes si acepta un arreglo muy especial de la Inteligencia norteamericana. El capo quedaría en libertad, aunque no debía volver a EE.UU., si viajaba a Sicilia y lograba conciliar con las principales familias mafiosas el desembarco de la US Army por esa región.
Luciano cumplió. Descansó un año en Sicilia y ya para 1948 contaba las cuantiosas ganancias de sus casinos de juego en una lujosa habitación del Hotel Nacional, en La Habana. Un día, al aeropuerto internacional de Rancho Boyeros comenzaron a llegar varios aviones particulares. Autos de lujo, guardaespaldas y el misterio rodeaban a los visitantes. Todos se dirigieron a la morada de Luciano, en el Nacional. Ese día, los principales jefes mafiosos de Estados Unidos nombraron a Charles Lucky Luciano capo di capos. Desde Cuba, dirigiría el crimen organizado.
El jefe de todos los jefes hizo y deshizo en la capital cubana. La corrupción y el soborno a que tenía sometido a los gobernantes estaba en boca de todo el país. Luciano tuvo que regresar a Italia y designó como capataz de sus negocios en La Habana a su segundo, Meyer Lanski, quien a su vez designó un representante: Santos Trafficante.
Este último continuó los inmejorables vínculos de la mafia con la embajada norteamericana y con los aparatos policiales de Batista, los que le permitían operar libremente los casinos, continuar con la prostitución, la trata de blancas y el narcotráfico.
El triunfo de los barbudos en 1959 sorprende a Santos Trafficante en la capital de la Isla. En julio de ese año es detenido en un campamento para extranjeros indeseables. En los primeros días de 1960 es expulsado definitivamente de Cuba.
Antigua enemistad
"Nuestra enemistad con la mafia es tan añeja como la enemistad con las autoridades norteamericanas. Las propuestas de asesinar a Fidel se remontan a diciembre de 1959, cuando el coronel J. C. King, jefe de la División del Hemisferio Occidental de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), propone a su jefe, Allan Dulles, que la única manera de derrocar al gobierno cubano era asesinar a Fidel Castro", comenta el general (r) Fabián Escalante, quien fuera jefe de la Seguridad del Estado cubano. Autor de varios libros sobre las innumerables operaciones terroristas de Estados Unidos contra la Isla, prepara actualmente el título Cronología del crimen, que habla de la increíble suma de 634 complots contra la vida del líder de la Revolución Cubana y reseña con detalles los 167 operaciones más importantes organizadas por la CIA y sus aliados de la contrarrevolución para asesinar a Fidel.
"En marzo de 1960 el presidente Eisenhower aprueba un programa encubierto para derrocar al gobierno cubano que contaba de cuatro puntos fundamentales: crear una fuerte oposición política en el exterior, realizar una vasta campaña de guerra sicológica para desmoralizar al pueblo, preparar cabecillas en el exterior que se encargarían de dirigir la contrarrevolución interna, sostener una fuerte organización subversiva dentro del país que provocara la caída del gobierno, y una quinta medida que no está explicita en ese memorando de seguridad, pero que también fue aprobada por Eisenhower: el asesinato del máximo líder cubano.
"El atentado contra Fidel Castro comenzó a fraguarse institucionalmente a mediados de 1960 y para eso la CIA acudió a la mafia, los especialistas del crimen en Estados Unidos. Se reunieron con los jefes mafiosos que tenían intereses en Cuba, afectados por la incipiente Revolución, y acuerdan aceptar el contrato para matar a Fidel. La misión es encomendada a San Giancana, uno de los jefes de la familia de Chicago, quien delega en John Rosselli para hacer el trabajo, con la ayuda de hombres que prestaría Santos Trafficante, refugiado en Miami.
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El cierre de los casinos y la expulsión de los mafiosos desde Cuba empujó a estos últimos a una alianza con la CIA frente a la Revolución |
"Sobre este hecho se ha hablado mucho en Estados Unidos y documentos desclasificados dan versiones distintas sobre las cantidades de dinero que la CIA ofreció a la mafia. Se habló primero de 10 mil dólares, después de cien mil, también de 150 mil y de un millón de dólares. Tampoco es nuevo el detalle de que la mafia se negó a cobrar el trabajo.
"Esto tiene lógica. La mafia había perdido negocios en Cuba que significaban mucho más dinero. Por ejemplo, el casino de juegos del Hotel Riviera en el año 58 produjo ganancias por medio millón de dólares, sin contar el dinero que daban otros como el del Hotel Nacional, el del Saint Souci o el del Capri, que ellos controlaban. Además, después de eso la mafia podía obtener de la CIA nada menos que cobertura política para operar en Estados Unidos."
–¿Considera que ese vínculo mafia-CIA continuó?
–Claro que continuó. Yo sustento la tesis de que a partir del caso cubano, en que la CIA crea en Miami una gran estructura clandestina –cosa que le estaba prohibida por ley– para operar contra la Revolución, esa estructura integrada por cubanos y norteamericanos llegó a convertirse en un mecanismo que probablemente en un momento determinado se escapó del control de la propia CIA y del gobierno.
"Ese mecanismo tuvo que ver con el lucrativo negocio de los campamentos de Nicaragua y Guatemala durante los preparativos de la invasión de Girón. Los aviones iban cargados de armas, pertrechos y hombres para Centroamérica y regresaban cargados de wiskey, plasma sanguíneo y drogas.
"Y ese negocio luego lo practicaron en Viet Nam, después en Nicaragua que saldría a la luz con el escándalo Irán-Contra. Es decir, ese mecanismo que estaba integrado por poderosísimos cubanos que se iban enriqueciendo en el accionar contra Cuba, aún perdura.
"Es algo que en aquella época se llamó Operación 40, la cual originalmente surgió como una policía secreta para detectar a los agentes de la seguridad cubana en Miami. Pero después de Playa Girón ese proyecto comenzó a sufrir una metamorfosis. Esa gente fue la que se vinculó con la mafia. Y, según mi punto de vista, fue la que participó en el asesinato de J. F. Kennedy, porque el presidente se convirtió en un obstáculo para su plan. Después muchos de estos miembros de la Operación 40 (Frank Sturgis, Bernard Baker...) participaron en el Watergate.
"En aquella temprana fecha también aparecen, como participantes de la Operación 40, terroristas de origen cubano de los que se habla mucho por estos días: Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, José Basulto y los hermanos Novo Sampoll. También estaban Joaquín Sanjinés, Félix Rodríguez, Nazario Sargent, Tony Cuesta y Antonio Veciana, entre otros."
–Esa unidad ha perdurado hasta hoy...
–De vez en cuando ha salido a la luz pública en Estados Unidos, cuando se ha producido un escándalo político. El asesinato de los Kennedy, el asesinato de Martín Luther King, el escándalo de Watergate, el del Irán-Contra, en todas esas operaciones han estado la CIA, mafiosos y exiliados cubanos. Y toda esa gente es la misma que en 1960 se reunió en un hotel de Miami para planificar la muerte de Fidel Castro. La Operación 40 es la abuela de todas las operaciones que después prepararon.
–¿Y qué sucedió?
–El primer intento se produjo en Nueva York, en ocasión de la visita de Fidel a la ONU en septiembre de 1960. Ya a finales de 1961, cuando Kennedy mandó a sustituir a los jefes de la CIA por el fracaso de Bahía de Cochinos, se reorganizó la fuerza anticubana y se denominó Fuerza Operativa W, con William Harvey al frente, quien había sido jefe del centro de la CIA en Berlín.
"Una serie de proyectos en los años 62 y 63 desembocaron en el asesinato del presidente J. F. Kennedy a finales de ese último año; cuando vieron que no podían matar a Fidel, ellos aprecian que se empieza a producir un cambio en la mentalidad de los Kennedy en cuanto a las relaciones con Cuba. Kennedy no pensaba coexistir con nosotros, porque hay que recordar que fue quien decretó el bloqueo político y económico contra Cuba que aún perdura, pero asumió posturas más pragmáticas. Hay un discurso de Kennedy en una universidad de Miami, unos días antes de que lo asesinaran, en el que dice que Estados Unidos no va a permitir la existencia de otra Cuba. Por lo tanto se infiere que esta ha sido permitida.
"Es lógico suponer que esta mafia de oficiales de la CIA, exiliados cubanos y mafiosos, llegó a la conclusión de que Kennedy era un obstáculo para los planes de agresión a Cuba. Habían fracasado ya Playa Girón y miles de planes de sabotajes y atentados: las bandas de alzados que estaban prácticamente aniquiladas en los macizos montañosos; y para esta gente la única manera de derrocar a la Revolución cubana era mediante una invasión del ejército norteamericano, a lo cual Kennedy se oponía."
–En los últimos años, la CIA ha reiterado que esos sucesos son parte de la historia, pero que todo se suspendió con la decisión presidencial de Gerald Ford de prohibir este tipo de acciones. ¿Usted cree eso?
–De ninguna manera. En Estados Unidos se han inventado muchas formas de asesinar y, por supuesto, quizás ahora no conste en documentos oficiales de la CIA, ni se haga un plan como el que se hizo en 1961 creando la operación ZR Rifle, ni se den reuniones donde se levanten actas, ni nada por el estilo, pero conversaciones informales entre asesinos y contratistas han existido.
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Terroristas como Posada Carriles y Orlando Bosch hicieron llorar a muchos cubanos con la atroz voladura en 1976 de un avión civil, donde viajaba, entre otros, el equipo juvenil de esgrima |
"¿Quién va a creer esa orden presidencial de un personaje tan oscuro, un personaje que además fue miembro de la comisión que investigó el asesinato de Kennedy, o mejor dicho de la comisión que no investigó nada? Gerald Ford llegó a la presidencia de Estados Unidos por casualidad, por sustitución reglamentaria. ¿Vamos a creer que ese hombre un buen día dijo que no se podían cometer más asesinatos y la CIA lo aceptó?
"No creo que ese engendró, creado paralelamente, pueda haber sido aniquilado de manera tan fácil. Todo lo contrario, ese matrimonio CIA-mafia-contrarrevolución fue desarrollándose y llegó un momento en que nadie quería saber qué era lo que pasaba. Ellos crearon ese monstruo y lo dejaron caminando. La CIA se mantenía informada de lo que hacían o le indicaban lo que tenían que hacer. Pero no querían saber ni cómo, ni cuándo, ni dónde. Ellos daban las orientaciones y el dinero y después se enteraban de lo que sucedía."
–¿Cree que hayan desistido de la idea de asesinar a Fidel y que se hayan suspendido los asesinatos?
–No. Después de la supuesta orden de Gerald Ford en 1976, la CIA preparó un atentado contra Fidel durante la asistencia al XXXIV período de sesiones de Naciones Unidas, en 1979. El proyecto consistía en lanzar contra su auto una pelota que en realidad era una bomba de contacto. La operación fracasó al ser neutralizada por el propio Buró de Investigaciones Federales (FBI). Claro, en esta neutralización tuvo que ver la Seguridad cubana. La Inteligencia nuestra fue la que le brindó la información al FBI de que esta operación se iba a realizar, que venía preparándose desde principios del año 1979 por Alpha 66, la primera organización terrorista que formó la CIA en el año 1962 para realizar acciones contra Cuba y sus instituciones en todas partes del mundo.
"Prueba de la persistencia con que insisten en la alternativa de asesinar a Fidel son los numerosos atentados organizados por Posada Carriles y otros terroristas en los años 90. Conocido es como detienen en Panamá, en el año 2000, a Posada, junto a Pedro Remón Crispín, Guillermo Novo Sampoll y Gaspar Jiménez Escobedo, cuando intentaban volar el paraninfo de la Universidad durante un acto de solidaridad con Cuba en que hablaría Fidel.
"Por supuesto, yo no puedo acusar al gobierno de Estados Unidos y a la CIA de haber planeado los 167 planes y proyectos contra la vida de Fidel y otras 400 conspiraciones más con igual objetivo, porque no siempre había un oficial de la CIA presente cuando se estaba conspirando. Pero sí que lo hayan sugerido, que los hayan contratado, que hayan creado el clima psicológico para que eso sucediera, que los hayan inspirado con su actitud diciendo que la única manera de derrocar a la Revolución cubana era la eliminación de Fidel Castro, como lo dijo el coronel J. C. King. Es lógico que pensemos que ellos son los culpables directos en algunos casos o indirectos en otros de todos estos proyectos contra la vida del Comandante en Jefe."
–¿Podría decirse hoy que a pesar de mostrar más apego por la estrategia del bloqueo, esos mecanismos terroristas del gobierno de Estados Unidos no han dejado de ser una opción en la guerra contra la Revolución cubana?
–Claro, como la posibilidad de la agresión militar. El patrón de las operaciones de la CIA contra Cuba sigue siendo el mismo: subversión interna, guerra psicológica, asesinato político e invasión militar. Eso no ha cambiado. Cuando buscamos lo que dijo Eisenhower en marzo de 1960 acerca de la estrategia contra Cuba, vemos que es la misma directiva que se está aplicando hoy. Todo lo que se persigue es tratar de fomentar una oposición interna en Cuba para que se cree una situación política de tal naturaleza que pueda dar oportunidad a una intervención norteamericana. Ellos saben que las fuerzas revolucionarias son mayoritarias en Cuba y cualquier intentona contrarrevolucionaria como la del 5 de agosto de 1994 puede ser controlada rápidamente por los revolucionarios cubanos. Por lo tanto, ni los intentos de asesinato ni la invasión contra Cuba son alternativas que los revolucionarios podemos descartar. Están ahí latentes y se van a ejecutar en la medida que esas posibilidades se den.
"Ocultar eso es negar la historia, que ha demostrado también que ellos son expertos en escamotear la verdad. Ahora desclasifican la información sobre lo ocurrido hace 30 años, justificándose con que otros fueron los responsables e intentando demostrar que son democráticos, transparentes. ¿Y quién garantiza que los gobernantes de ahora no están dando las mismas ordenes que dieron los de ayer? ¡Vamos a tener que esperar otros 40 años para enterarnos que estos asépticos y transparentes dirigentes norteamericanos, que ahora dicen no tener nada que ver con eso, también eran unos asesinos?"
(24 de junio de 2005)