|
General: Aniversario 60º de Hiroshima y Nagasaki
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: mfelix28 (Mensaje original) |
Enviado: 06/08/2005 21:47 |
Hiroshima es tema casi tabú en EEUU En el resto del mundo, el 60 aniversario del primer bombardeo atómico se ha recordado hoy con dolor por las más de 140.000 víctimas que causó y como un ejemplo del horror en que puede acabar el desarrollo nuclear. Pero en Estados Unidos, que envió el B-29 apodado 'Enola Gay' en solitario a destruir la ciudad japonesa con un arma de potencia inimaginable, la efemérides ha pasado prácticamente inadvertida. No es por descuido de sus medios de prensa o sus políticos. En EEUU, Hiroshima duele, pero no con el dolor de las víctimas, sino con la pesadumbre de quien apretó el gatillo e intenta convencerse de que tomó la decisión cierta. 'Es difícil para los estadounidenses aceptar lo que se hizo en nuestro nombre, lo que las bombas atómicas realmente hicieron a seres humanos', explicó a EFE Robert Jay Lifton, un psiquiatra e historiador que ha escrito una veintena de libros. La doctrina oficial en EEUU es que la bomba atómica salvó vidas al acortar la guerra. Ocupar Japón habría costado un millón de bajas, según dijo después el secretario de Guerra (el título de entonces), Henry Stimson. Sin embargo, McGeorge Bundy, quien escribía discursos para Stimson, reconoció posteriormente que él se inventó la cifra y la incluyó en un artículo que luego firmó el secretario de Guerra. En agosto de 1945, Japón estaba contra las cuerdas y ahora se sabe que había dado indicaciones de que se quería rendir, incluso antes de que en mayo cayese Alemania y se quedase solo contra los aliados. 'Entre los historiadores, hay un consenso de que no era necesario usar la bomba para poner fin a la guerra', dijo Lifton. Esa es una idea que no acepta John Correll, un ex director de 'Air Force Magazine', la publicación de la poderosa Asociación de la Fuerza Aérea, que cuenta con más de 142.000 miembros. 'La guerra no había terminado, ni siquiera estaba cerca de terminar', dijo a EFE Correll, quien dijo que aún había más de tres millones de soldados japoneses en la isla. 'Habría habido más bajas, tanto estadounidenses como civiles', afirmó. Esa interpretación de la historia se ha incorporado a la conciencia colectiva estadounidense e incluso a los libros de texto. Según un sondeo realizado esta semana por la empresa Gallup, un 57 por ciento de los encuestados dijeron aprobar el uso de las bombas atómicas contra Hiroshima y, tres días después, Nagasaki. Un 80 por ciento cree que salvó vidas estadounidenses. En la minoría está la Iglesia católica de EEUU. 'No se puede defender a los inocentes atacando a los inocentes', dijo a EFE Steven Colecchi, director de justicia internacional y paz de la Conferencia de Obispos Católicos. Colecchi asesoró al obispo William Skyslad, el presidente de la Conferencia, en la redacción de una carta sobre el tema que envió esta semana a la Iglesia en Japón. 'No importa lo nobles que sean los objetivos de una guerra, no pueden justificar usar medios o armas que no distinguen entre combatientes y no combatientes', dijo Skyslad en la misiva. Más de un 95 por ciento de las víctimas en Hiroshima eran civiles. En realidad, la justificativa de acabar la guerra es una explicación simplista que oculta otros intereses. Según Lifton, Estados Unidos estaba interesado en probar la nueva bomba y los preparativos para tenerla lista atrasaron las negociaciones de paz con Japón. Además, a su juicio, su uso 'sin duda fue una señal a (Joseph) Stalin', una muestra de fuerza que supuso el primer fogonazo de aviso en el juego de ajedrez que sería la Guerra Fría. Pero estos no son detalles que conozca la población en general o que haya puesto de manifiesto la prensa, que ha preferido no tocar un asunto que causa intranquilidad a su audiencia. La dificultad de encarar el pasado se puso de manifiesto en la conmemoración del 50 aniversario de la bomba, cuando la institución Smithsonian intentó ofrecer la visión más completa hasta la fecha sobre el bombardeo, incluyendo fotos de las víctimas. Correll fue uno de los cabecillas del furor de los conservadores contra la exposición, que obligó a la purga de información que contradijese el mensaje de que la destrucción de Hiroshima fue un acto de guerra justificado. En el 60 aniversario no hay exposición. Terra Actualidad - EFE
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 5 de 5
Siguiente
Último
|
|
De: mfelix28 |
Enviado: 06/08/2005 22:34 |
A 60 años del acto terrorista más grande de la Historia En términos oficiales, al menos hoy se le dedica mucha atención al recuerdo de un hecho terrible: el bombardeo atómico de la ciudad de Hiroshima en la mañana del 6 de agosto de 1945. Sobre todo en Japón, como es lógico, se conmemora sentidamente el fatídico suceso, cuya incontrolable secuela no ha dejado de producir víctimas durante estas seis décadas, ni dolor en el pueblo japonés, ni asombro y vergüenza ante tamaña barbarie en lo mejor del género humano en cualquier parte del mundo. La más elemental sensatez hace pensar que aquel crimen horrendo debió ser una lección bien aprovechada, y que luego de comprobarse su descomunal capacidad destructiva las armas nucleares debieron ser abolidas para siempre. Pero no ocurrió así inmediatamente después del genocidio, ni ha ocurrido hasta hoy. Por el contrario, después de que la bomba atómica fuera lanzada por orden del presidente estadounidense Harry S. Truman —no sobre objetivos militares sino sobre la indefensa población civil—, primero en Hiroshima y días más tarde, el 9 de agosto del mismo año, en Nagasaki, comenzó la proliferación de las armas nucleares, que hoy alcanzan un número y una potencia capaces de destruir varias veces al planeta y a sus más de 6 000 millones de habitantes. El arma más devastadora entre todas las conocidas hasta hoy fue utilizada por primera vez, según se pretextó entonces, para someter al Japón cómplice de la Alemania hitleriana durante la Segunda Guerra Mundial cuando esta ya estaba virtualmente concluida. Pero realmente, como ha quedado demostrado, el bombardeo se realizó como un chantaje a la Unión Soviética y para evitar que su sistema social socialista se extendiera por el mundo. Han transcurrido seis décadas desde entonces, y, mientras cientos de millones de personas, sobre todo en el mundo subdesarrollado, mueren diariamente bajo las "bombas atómicas" del hambre, la miseria y las enfermedades curables, el arsenal nuclear se moderniza y se hace más "eficiente", a la par con el desarrollo científico y tecnológico. El mayor poseedor de ese arsenal: Estados Unidos. Las armas nucleares más desarrolladas: las de Estados Unidos. El gobierno más remiso a renunciar para siempre a su uso: el de Estados Unidos. El ejército con más posibilidades de usarlas: el de Estados Unidos (teniendo en cuenta el aventurerismo militar de la Administración de Bush, sus invasiones de Iraq y Afganistán, y sus continuas amenazas a otros países). Truman fue el presidente que decidió lanzar la primera bomba atómica y la Humanidad corre hoy el riesgo real de que el presidente Bush —psíquicamente afectado y aquejado además de un mesianismo incurable— decida lanzar la próxima. Ojalá constituya esta una apreciación disparatada, pero fundamento no le falta. La naturaleza fascista y guerrerista del actual Gobierno de EE.UU. está a estas alturas suficientemente demostrada y no conforme con eso, cada día suma nuevas pruebas. La cacareada ofensiva universal de Bush contra el terrorismo justifica y enmascara ante buena parte del mundo su campaña universal de terror. La reivindicación de la paz monstruosamente asesinada junto a las decenas de miles de víctimas del bombardeo atómico de Hiroshima hace 60 años, es una tarea hoy más pendiente y urgente que nunca, cuando abiertamente pretende imponerse un régimen mundial de terror. http://www.granma.cu/espanol/2005/Agosto/sab6/terrorista-e.html |
|
|
|
De: mfelix28 |
Enviado: 06/08/2005 23:17 |
El primer mensaje era de una agencia española de noticias, llamemosla, para este tipo de noticias, neutral. El segundo del Granma, nada neutral beligerante. El tercero, este, de un periodico de la derechona clasica española. Tras Hiroshima y Nagasaki La disuasión 60 años después GEES http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_26390.html Se cumplen ahora 60 años del lanzamiento de la primera bomba atómica. Se estaba en la segunda guerra mundial, con un Japón casi vencido pero sin voluntad de rendirse. La bomba sobre Hiroshima y luego una segunda sobre Nagasaki abrirían una nueva etapa en la historia de la guerra y del mundo. Sin embargo, en aquellos momentos, 6 y 9 de agosto de 1945, Little Boy y Fat Man, los dos apodos que llevaban cada uno de los ingenios nucleares, no eran más que dos bombas más eficaces, esto es, más destructivas, pero no algo nuevo y revolucionario. De hecho, los bombardeos incendiarios sobre Tokio habían causado más muertes sin necesidad de recurrir a la explosión nuclear. El salto cualitativo vendría después y, sobre todo, cuando los Estados Unidos perdieron su monopolio atómico al hacerse la URSS con idénticos sistemas bélicos. A partir de la bomba H, mucho más destructiva que la A, el escenario de un intercambio termonuclear pasaba a considerar se un suicido mutuo habida cuenta de dos factores: la multiplicación de armas nucleares y la inexistencias de defensas antimisiles eficaces. Fue entonces cuando se descubrió el valor disuasivo de las armas nucleares. Como dijo el estratega del Pentágono, Bernard Brodie, “ la función esencial de estas armas no es ganar una guerra, sino evitar que se produzca”. Ahora bien, la disuasión pudo funcionar relativamente bien por dos razones básicas: que los actores nucleares se reducían a dos, inicialmente; y que tanto Washington como Moscú compartían el mismo lenguaje estratégico. Por ello no se produjo nunca una conflagración nuclear. Ese fue el valor esencial de la disuasión, mantener la guerra fría, fría. Hoy, por el contrario, la disuasión está en entredicho. Ya no hay como enemigo un actor racional, como era Moscú, sino una extraña red de fanáticos religiosos y el elemento básico del juego de la disuasión, el amor a la vida por encima de todo (nadie quiere suicidarse gratuitamente), queda en nada cuando los terroristas están dispuestos a convertirse en mártires si para matar tienen que morir ellos mismos. ¿Puede amenazarse con quitarle la vida a un suicida convencido para evitar que haga daño? Imposible a priori. Ahora bien, que no se puede ejercer el mismo grado de disuasión sobre un terrorista suicida que sobre otro actor, no significa automáticamente que la disuasión esté muerta. Lo está si sólo se ve en el terrorismo a quien ejecuta los atentados. Pero sabemos que hay más, mucho más, detrás de un ataque. Están quien da cobijo o proporciona ayuda a los terroristas; sus familias que les esconden; los mecenas que patrocinan sus actividades letales; lo servicios de inteligencia que los controlan y, en fin, los gobiernos que en el mejor de los casos los toleran cuando no los promueven o los utilizan. Y sobre ellos el juego de las amenazas sí que puede funcionar. Está comprobado que la disuasión sobre el entorno de los terroristas desincentiva el terror. Lo único que para ejercer el juego de la disuasión sobre la periferia terroristas hay que tener muchas agallas. Israel lo ha podido comprobar en su propia carne. Para ejercer la disuasión sobre los gobiernos que favorecen el terror hay que tener incluso más. Y si no se tiene, es cuando la disuasión es del todo ineficaz y no sirve para nada. Esta buena gente viene a decir, que la bomba fue de menor efecto que otros bombardeos sobre Japón, ( piensan que los demás solo leemos esta basura), o sea le quita importancia a los 140.000 muertos de Japón, que parece ser era normal muriesen en cada bombardeo yanqui. Luego dice que la cosa se puso mala cuando los pérfidos comunistas tuvieron tambien la suya, aunque indirectamente reconoce que el yanqui se cuidó muy mucho de hacer otro "experimento". Se lo podrían devolver y luchando contra iguales no siempre se gana, eso lo sabe bien el yanqui que siempre se cuidó de no estar en esa situación y no obstante le han quemado el rabo más de una vez Luego comienza a decir que contra el terrorismo ya no vale la "disuasión nuclear" , de aquí podriamos deducir que diría luego : como ya no hay sovieticos y contra los terroristas ya no vale, pues que se acabe con las bombas atómicas. Pero no, la derechona es la derechona, defiende su vigencia, fíjense Uds. que barbaridad, hay que mantener un arsenal nuclear, para atacar a estados que den cobijo a los terroristas ( ¿ como decía el pinocho Bush que hacía Irak con Al Qaeda?) o sea que vuelve a defender un ataque terrorista preventivo , en el que moriría civiles inocentes y en el que el unico país que ha usado ese tipo de arma sea el juez. Espero que bazofias de este tipo no la lean muchos fanaticos fundamentalistas, daría un fundamento ideologico y de defensa propia a sus acciones terroristas y sacarían en conclusión que mientras USA no sea borrado del mapa cualquier país, bajo la acusación de "proteger al terrorismo" ( ¿Posada Carriles vale?), puede ser aniquilado por el yanqui. Quizás no parezca tan demente el arsenal nuclear de Corea del Norte, es "disuasorio" y ahí el yanqui no va, sabe muy bien lo que puede hacer un loco con un arma de "destrucción masiva" Luego se quejan y buscan culpables de lo que ellos mismo siembran. |
|
|
|
De: matilda |
Enviado: 06/08/2005 23:17 |
El legado de Hiroshima Noam Chomsky La Jornada - México
El aniversario este 6 de agosto de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki provoca una sombría reflexión y la más ferviente esperanza de que el horror no se repita jamás. En los 60 años siguientes, esos bombardeos han afligido la imaginación mundial, pero no tanto como para frenar el desarrollo y la propagación de armas de destrucción masiva infinitamente más letales.
Un problema relacionado, discutido en la literatura especializada mucho antes del 11 de septiembre de 2001, es que las armas nucleares pueden caer, más temprano o más tarde, en manos de grupos terroristas. Las recientes explosiones y víctimas de Londres son otro recordatorio de que el ciclo de ataque y respuesta puede escalar, de manera impredecible, hasta superar en horror a Hiroshima o Nagasaki. El poder reinante a escala mundial se otorga a sí mismo el derecho de hacer la guerra a su voluntad, bajo la doctrina de la autodefensa anticipatoria que cubre cualquier contingencia que elija. Para ello, los medios de destrucción tienen que ser ilimitados.
Los gastos militares de Estados Unidos se aproximan a los del resto del mundo combinado, mientras que las ventas de armas de 38 compañías estadunidenses (una en Canadá) llegan a cerca de 60 por ciento del total mundial (que aumentó 25 por ciento desde 2002). Se han realizado esfuerzos para fortalecer la delgada cuerda de donde cuelga la supervivencia. El más importante es el Tratado de No Proliferación Nuclear, que se puso en efecto en 1970. Su conferencia regular, convocada cada cinco años para reconsiderarlo, se realizó en mayo en Naciones Unidas.
El tratado ha estado confrontando su colapso porque los estados nucleares incumplen sus obligaciones, especialmente con respecto al artículo VI. Dicho articulo apremia a esos estados a realizar esfuerzos de "buena fe" a fin de eliminar las armas nucleares. Estados Unidos es líder en el rechazo a acatar los deberes emanados del artículo VI.
Mohamed el Baradei, jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, ha dicho que la "renuencia de una de las partes a cumplir sus sus obligaciones alienta la renuencia de los otros".
El ex presidente Jimmy Carter consideró a Estados Unidos "el mayor culpable en esta erosión del TNPN. Mientras aseguran que están protegiendo al mundo de la proliferación de amenazas de Irak, Libia, Irán y Corea del Norte, los líderes estadunidenses no sólo han abandonado las restricciones existentes del tratado, sino que también han reafirmado planes para poner a prueba y desarrollar nuevas armas, incluyendo misiles antibalísticos, los llamados bunker buster, que destruyen construcciones subterráneas "y tal vez algunas nuevas bombas pequeñas". También han abandonado las promesas pasadas y ahora amenazan con un primer uso de armas atómicas contra estados no nucleares.
La amenaza estuvo a punto de convertirse en realidad en varias ocasiones en los años que siguieron a Hiroshima. El caso más conocido fue la crisis de los misiles en Cuba, en octubre de 1962, "el momento más peligroso de la historia humana", como señaló Arthur Schlesinger, historiador y ex consejero del presidente John F. Kennedy, durante una conferencia efectuada en La Habana en octubre de 2002.
El mundo "se salvó por un pelo de un desastre nuclear", recuerda Robert McNamara, secretario de Defensa de Kennedy, quien también asistió a esa conferencia. En el número de mayo-junio de la revista Foreign Policy, McNamara acompaña este recuerdo con una renovada advertencia de un "próximo apocalipsis".
McNamara considera "inmoral, ilegal, innecesaria militarmente y temiblemente peligrosa" la actual política de Estados Unidos en armas nucleares, por crear "riesgos inaceptables para otras naciones y para la nuestra", tanto respecto de "un lanzamiento nuclear accidental o inadvertido" como de un ataque nuclear por terroristas. McNamara comparte el juicio de William Perry, secretario de Defensa del ex presidente Bill Clinton, de que "hay posibilidad incluso mayor a 50 por ciento de un ataque nuclear contra objetivos de Estados Unidos dentro de una década".
Juicios similares son también expresados por prominentes analistas de estrategia. En su libro Nuclear Terrorism, el especialista en relaciones internacionales de Harvard, Graham Allison, informa que hay "consenso en la comunidad de seguridad nacional" (de la cual ha formado parte) de que un ataque con una "bomba sucia" es "inevitable" y un ataque con un arma nuclear es altamente posible, si materiales fisionables, el ingrediente esencial, no son aislados y asegurados.
Allison describe los éxitos parciales para hacer eso desde los comienzos de 1990, siguiendo las iniciativas de los senadores Sam Nunn y Richard Lugar, y el retroceso de estos programas desde los primeros días del gobierno de George W. Bush, paralizado por lo que el senador Joseph Biden llamó "estupidez ideológica".
El liderazgo de Washington ha dejado de lado los programas de no proliferación y ha dedicado sus energías y recursos a llevar al país a la guerra por medio de un extraordinario engaño, tratando luego de manejar la catástrofe que creó en Irak. La amenaza y el uso de la violencia están estimulando la proliferación nuclear como también el terrorismo islámico.
Un análisis de alto nivel de la "guerra contra el terrorismo" dos años después de la invasión de Irak se "focalizó en la forma de lidiar con el aumento de una nueva generación de terroristas, entrenados en Irak durante los dos años pasados", informó Susan B. Glasser en el periódico The Washington Post.
"Altos funcionarios del gobierno vuelcan de manera progresiva su atención en anticipar lo que uno denominó 'derrame' de cientos o miles de jihadistas adiestrados en Irak, y que luego retornan a sus países de origen en todo Medio Oriente y Europa Occidental". Un ex alto funcionario del gobierno de Bush dijo que "es nueva pieza en una nueva ecuación. Si usted no sabe quiénes son los miembros de esas fuerzas en Irak, ¿cómo los va a localizar en Estambul o en Londres?"
Peter Bergen, especialista en terrorismo de Estados Unidos, señala en The Boston Globe que "el presidente tiene razón al decir que Irak es el principal frente de la guerra al terrorismo, pero es un frente que nosotros mismos hemos creado".
Poco después de las bombas en Londres, Chatham House, la principal institución británica en análisis de asuntos extranjeros, publicó un estudio marcando la conclusión obvia negada con indignación por el gobierno, de que "el Reino Unido está particularmente en riesgo porque es el aliado más cercano de Estados Unidos, ha desplegado a las fuerzas armadas en la campaña militar para derrocar al régimen talibán en Afganistán y en Irak... (y es) el "pasajero del asiento trasero" de la política estadunidense, afirmado detrás del conductor de la motocicleta.
La probabilidad de un cercano apocalipsis no puede ser estimada de manera realista, pero es seguramente demasiado alta para que cualquier persona en su sano juicio la contemple con ecuanimidad. Aunque la especulación es inútil, la reacción ante la amenaza de otro Hiroshima definitivamente no lo es. Por el contrario, es urgente, particularmente en Estados Unidos a raíz del papel primordial de Washington en acelerar la carrera hacia la destrucción al extender su dominio militar, único en la historia.
|
|
|
|
De: matilda |
Enviado: 07/08/2005 02:58 |
CANTO A LOS MUERTOS DESCONOCIDOS DE HIROSHIMA Eugen Jebeleanu (1958)
Recordad, eternamente recordad a todos los muertos desconocidos de Hiroshima: al viejo pescador que había tejido con hebras de sol una nueva red a través de la cual brillaban los pétalos del océano como violetas perfumadas; al hombre caído frente a su casa en el preciso instante en que sonriendo a los pequeños les mostraba una vieja bicicleta recién comprada diciéndoles que con ella podía correr todavía un siglo; recordad a las madres muertas junto a las cunas de sus hijos; a los que sucumbieron en sus propios centros de trabajo o a la muchacha que dentro de un cuarto de hora debía encontrarse con su novio, que volvía, herido, del frente, después de cuatro años; a aquellos infelices que rezaban en los templos, a las sombras y frescor de las fontanas; recordad a los niños que nunca más volvieron de la escuela y cuyos pequeños delantales huérfanos, aún tendidos, se mecen ahora con el viento mucho más triste que la muerte misma; recordad, eternamente recordad a todos los muertos desconocidos de Hiroshima; y no olvidéis jamás quién fue el asesino.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 5 de 5
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|