Mientras la inmensa mayoría de los ciudadanos del MERCOSUR están inmersos en conflictos internos -que absorben toda su atención- “inesperadamente” (o no...) el Secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, realizó una visita al presidente paraguayo Nicanor Duarte a los efectos de "ratificar el compromiso en la lucha contra el terrorismo".
La sorpresiva visita no podía haber sido en mejor momento para pasar desapercibida. Los brasileños concentran toda su atención en el desarrollo de la crisis institucional que se desatara por las ambiciones de la oposición en impedir la reelección del presidente Luiz Inácio "Lula" da Silva contando aparentemente con el beneplácito de Washington, según varios analistas. Por otro lado los argentinos se sumergen en el fango que precede a todo proceso electoral y los uruguayos descubren que el horror del terrorismo de estado no es patrimonio exclusivo de sus vecinos y que el “operativo cóndor” no hizo excepciones.
Esta visita se suma a una serie de hechos que debieran generar alguna preocupación en los Ministerios de Relaciones Exteriores de los demás países miembros del MERCOSUR con respecto al rumbo que la política exterior paraguaya va definiendo, sobre todo en lo referente al incremento de la injerencia estadounidense en un enclave de importancia geoestratégica para todos los países de la región, como es la triple frontera.
Tal es así que en la propia página oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Paraguay ( http://www.mre.gov.py/paginas/boletines/informaciones/Anteriores/boletin080820051.asp) se puede leer la siguiente reproducción de un interesante artículo del Diario Última Hora: Paraguay prioriza sus relaciones con EEUU más que con el Brasil.
Nuestro país está en estos momentos en medio de dos proyectos bastante distintos en sus intereses, representados, por un lado, por Estados Unidos y, por otro, por Brasil.
El Gobierno de George Bush, aunque no se reconoce oficialmente, desea evitar la unidad latina y está dispuesto a ofrecer lo que sea para generar divisiones. Brasil, junto a otros países, impulsa la unidad latinoamericana para fortalecer la región y, a la vez, el poderío que pretende tener en el mundo. Hoy por hoy, estamos más cerca de Estados Unidos.
Paraguay, según la interpretación de analistas de temas internacionales, ha demostrado una política exterior desconcertante, ya que durante los casi dos años del gobierno de Nicanor Duarte Frutos no pudo definir hacia dónde ir. ¿Estamos más cerca de los Estados Unidos o más cerca del Brasil o, léase, de la política socialista que rodea en estos momentos gran parte de América del Sur? Esa es la pregunta que se hacen los líderes de los países del Mercosur.
Hasta ahora, pareciera que el Gobierno le guiña más el ojo al halcón del norte antes que al Brasil, al mismo Mercosur y a la unidad latinoamericana. Otros analistas nacionales consideran que, en estos momentos, la tarea desarrollada en las relaciones internaciones está basada en lo que se denomina la política “pendular”. Es decir, estamos en el centro, en el medio, y podemos ir para uno u otro punto. Las acciones tomadas por el gobierno de Duarte Frutos en los últimos meses, sin embargo, explican de alguna manera que, a pesar de supuestamente estar en el “centro”, existe una abierta política de acercamiento estratégico con los Estados Unidos de América.
La visita al Paraguay de nada más y nada menos que de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa del gobierno de George Bush, es una muestra clara del estrecho vínculo que existe entre Asunción y Washington. La tarea de acercamiento es impulsada silenciosa y hasta secretamente por nuestra Cancillería nacional y la Embajada de Estados Unidos en Asunción.
Duarte Frutos, en estos casi dos años de su mandato, ha dado muestra de una inestabilidad en su discurso, en lo que respecta al aspecto ideológico. Pero hoy, se reconoce incluso dentro del Poder Ejecutivo, Duarte Frutos está dispuesto a lograr, como sea y de dónde sea, el respaldo que requiere para desarrollar su política económica, sin importar que ello signifique una alianza con los Estados Unidos, cuestionada fuertemente en la región. La estrategia del Gobierno va apuntando hacia ese sentido.
Si a todo lo anterior se le suman las permanentes declaraciones intervencionistas de Condoleezza Rice, la reciente elección de un presidente del BID afín a las políticas belicistas de EEUU en Latinoamérica -Plan Colombia-, y la designación del “amigo” Paul Wolfowitz al frente del Banco Mundial se puede inferir que estas “aves de rapiña” (autotituladas de “halcones”) ya han decidido cual será su futura presa.
El Equipo
Equipo de Investigaciones Rodolfo Walsh