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General: Analisis sobre Cuba de un izquierdista
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De: Mambi  (Mensaje original) Enviado: 31/08/2005 16:41
I N T E R N A C I O N A L

5 de juni del 2003

Cuba: la razón cínica y la razón estructural

Miguel Martín Ayllón
Cádiz Rebelde 

"¿Acaso no estamos, una vez más, ante el tipo de argumento que al señalar la (indudable)
hipocresía y rapacidad de la burguesía,
evade el difícil problema de las formas que debe
asumir la democracia revolucionaria, así como los posibles
errores de los movimientos y gobiernos revolucionarios?"
Rafael Bernabé, "Notas sobre Cuba y la democracia socialista"

INTRO

Se echan de menos algunas de las mas ricas tradiciones de los mejores tiempos revolucionarios. La polémica inteligente y abierta, leal o a veces extremadamente agresiva, que dio lugar a las disputas entre Marx y Proudhon, las diatribas de Lenin contra Kautski, o las críticas de Rosa Luxemburgo al desarrollo de la revolución de 1917. Existe una grieta temporal insalvable a cuyo abismo fue arrojada esa cultura de debate político y teórico, que quizás solo se ha mantenido viva en algunos sectores del trotskismo superviviente (nietos consecuentes uno de los mejores polemistas del s.XX), y que ha resurgido tras la publicación de "Imperio" (Negri-Hardt), para declinar nuevamente, en parte porque otra vez se volvió al aderezo de las diferencias con la puesta en duda de las "esencias revolucionarias" de sus autores. Paulatinamente eliminada por las tradiciones stalinistas y socialdemócratas, que sustentaron su poder sobre el "vulgar" unanimismo y el consenso "conspirado", la controversia en el seno de la izquierda se ha desdibujado de tal manera que se ha convertido en una caricatura de si misma, donde generalmente se confrontan mas filias y fobias personales o partidistas que la necesaria lucidez dialéctica. La circulación de la información que permite internet genera condiciones inmejorables para su recuperación, para la superación de su carácter limitado a "los notables", y para su ejercicio en tiempo real. Además, el curso de los acontecimientos que afila vertiginosamente los verdaderos rasgos de todos los rostros del Imperio, convierte la recuperación de aquella cultura de debate en una necesidad urgente.

Pero la controversia iniciada en estas últimas semanas en torno a Cuba demuestra que ni las condiciones ni la necesidad son suficientes para recuperar lo que es un hilo roto, una forma de hacer y discutir arrinconada por aquellas dos hegemonías, que desde hace mas de 60 años momificaron el trabajo militante e intelectual. La inmensa mayoría de la disputa ha sido una reyerta de puñales y golpes bajos, principalmente desde quienes han aprovechado para intervenir públicamente como sacerdotes de la revolución, dictando excomuniones y purgatorios para la legitimidad y la credibilidad de Saramago o Galeano. Diferencio de estos a quienes han defendido al gobierno cubano sin hacer girar sobre las cabezas de otros el fantasma de la "traición". Se ha llegado decir, en el caso de Galeano, que la cosa "se hace alternando una frase antiUSA con un palo a Cuba, la ecuanimidad del escribiente queda a salvo y el impoluto traje blanco del equilibrio, ondea libre en el asta libertaria."[i], poniendo por tanto en cuestión un compromiso que hasta hoy está fuera de toda duda. A ello podemos unir el escupitajo de James Petras contra Chomsky, Zinn, Sontag... que es evidente que se han precipitado al firmar un manifiesto de dudosa procedencia[ii], pero cuyo papel ha sido inflado desmedidamente, para retratarlos casi como infiltrados a punto de dar el salto "al otro lado". Se podrá o no estar de acuerdo con sus posturas y desde luego ni unos ni otros son ni ídolos ni sagrados para callar cuando se considere que han caído en el despropósito, pero desde luego muchos de los ataques han sido realmente desproporcionados, llegando hasta acusaciones sin fundamento, de colaboracionismo o simplemente de querer salvar el culo. Se puede y se tiene que usar la dureza que sea necesaria en la crítica, si se considera que una postura favorece a los intereses del poder, si es débil o pusilánime, hay que decirlo, pero determinados juicios que se están haciendo no tienen base y parecen mas bien escritos del autor para su espejo.

En fin, un campeonato de adhesiones y deserciones, con mucho ruido y numerosas heridas, pero de escaso calado político. Tanto la duplicación de manifiestos como los meros golpes de pecho pro-cubanos, son fruto de una inercia en la que los intelectuales han dado mucha mas importancia a su propia posición pública que a la relación con el histórica, circunstancial y política con los hechos. Lo mas interesante de este debate no es tanto su contenido, con posiciones y argumentos de sobra conocidos, sino su condición de acto reflejo, la explosión de una bomba de retardo. Tanto ruido es un cúmulo de silencio roto, "las cosas que nunca te dije", lo que te dije pero sin gritar, lo que me cansé de decirte, lo que quise decirte suavemente y hoy no se decirlo mas que con la ruptura ("para que me entiendas de una vez"), y todas las preguntas y propuestas que nunca tuvieron respuesta. Eso por un lado. Por el otro el despecho contra la infidelidad, un portazo de orgullo del que saltan veredictos de dureza insospechada hace dos días y acusaciones de haber cambiado de bando ("te vas porque estás con otro").

Los unos se han lanzado a moralizar sin contextualizar los hechos, y por lograr cierta coherencia moral han caído en la incoherencia histórica pasada y futura, ya que han dado un viraje de 180º y es muy probable que tengan que dar otro mas dentro de poco según gire la veleta en la Casa Blanca. Y no es precisamente el mejor momento para marearse. Los otros han obviado que las diferencias con el régimen cubano tienen ya mucho tiempo, y que además son perfectamente legítimas. Desde luego que las viejas disputas no eran precisamente amables, pero si que se caracterizaban por una mayor profundidad teórica y política, que salvo excepciones aquí se ha echado de menos.

Sobran manifiestos y juicios de conducta, hay suficientes canales para la discusión, y faltan objetos de polémica bien definidos.

CUBA ES UN DEBATE PENDIENTE

El silencio roto se materializa como un estruendo insoportable en ese tono drástico adoptado por todas las intervenciones. Las frases quebrantauesos o los desmarques oportunistas, son fruto de ese desierto del que hemos hablado antes, en el que no existen ni la cultura ni la voluntad de articular las contradicciones, diferencias, percepciones... que el proceso histórico ha ido generando, y que relegadas al mutismo y la cautela, descomponen muchas de las relaciones individuales y políticas entre Cuba y el exterior.

Frente a ese desierto alguien quiso hacerse un oasis y conducirse o levitar afirmando equivalentes morales, sin diferenciar ni espacios políticos, ni medios de intervención crítica, ni compañeros de viaje. Tratando de alzar posicionamientos y personalidades por encima de los claros enemigos que la historia social y política va demarcando con claridad. Como ejemplo, lo ocurrido días atrás en Madrid, donde gente como Gabino Diego o Rosa Montero (dejemos a parte la presencia de Caldera) salían a manifestarse junto con lo peor del exilio cubano. ¿Como pudieron pensar siquiera que se pudiera dar con toda naturalidad un encuentro entre quienes se habían enfrentado claramente a la guerra, y quienes reclamaban que tras Saddam viniera Fidel?. Esto demuestra que tras la prueba de fuerza ofrecida en la calle por el movimiento contra la guerra, se esconde aún una enorme debilidad política e intelectual, fruto de la casi total descomposición de nuestro tejido político y social. Es absolutamente necesario mantener la tensión moral, crítica y política no solo con "Los Otros" sino también con los actos de "Los Nuestros", pero no se puede confundir la virtud crítica con la ubicuidad, ni la independencia con la equidistancia.

Pero mas allá de la decadencia que aún circula por las entretelas de nuestra izquierda, todo lo que respecta a Cuba viene de mas lejos y va mucho mas allá de las ejecuciones sumarias y los procesos judiciales de estas últimas semanas.

Se sigue apoyando a Cuba a pesar de "errores, torpezas, degeneraciones; a pesar del burocratismo, las unanimidades inducidas, de los privilegios de algunos, de las desigualdades; a pesar del paternalismo carismático omnipresente de Fidel; a pesar de la parte vergonzosa de la historia de sus posiciones internacionales; a pesar de las dudas sobre la continuidad de la Revolución cuando muera Fidel"[iii]. A poco que se reflexionen, cualquiera de estos "apesares" y otros tantos mas, no son precisamente cuestiones de matiz, sino de una enorme profundidad política, y su articulación o negación condicionan la evolución del proyecto cubano, su vida interior y sus relaciones exteriores. Merecen entonces un debate leal y honesto. Su proceso como cualquier otro ha demostrado los errores de la Revolución y cómo ella no solo comete errores sino también crímenes. La burocratización, el personalismo, la centralización... son errores además comprensibles desde la comprensión de un asedio de 40 años. La vieja polítca contra la homosexualidad no fue solamente un error; aun asumiendo el contexto histórico y educativo que en que se produce, aquello fue un verdadero crimen que destrozó las vidas de mucha gente mediante la conversión de ancestrales prejuicios en dogmas ideológicos que transformo la arbitrariedad moral y sexual en política de estado.

Aunque muchos juicios podrán pecar de eurocentrismo e incluso ignorancia, y yo tengo unos cuantos boletos de ambas, también es muy fácil el recurso de la descalificación geográfica y cultural frente a una afirmación políticamente incómoda. Tampoco es válida desde luego la que podríamos llamar como postura euroexcéntrica, que se apunta sistemáticamente al discurso oficial del estado cubano.

Las relaciones de la izquierda no cubana con la isla han oscilado entre: la solidaridad voluntarista que con todas sus carencias quizás ha sido la mas constructiva; la adhesión política incondicional de "los que usan a Cuba como ejemplo para ir detrás de un paradigma"[iv], que no ha hecho ningún favor a Cuba; o el amargo rechazo que pretende resarcirse de la muerte de los mejores sueños haciéndolo a patadas con lo que aún seguía vivo. En medio de la total frustración de su práctica política, sobre todo en lo que toca a Europa[v], se ha generado una subjetividad acomplejada, sarcástica o claudicante. Pero en cualquier caso, igual que "el éxito" no justifica en ningún caso el paternalismo y la prepotencia que por ejemplo caracterizaron a la nomenklatura soviética, el fracaso tampoco requiere de una posición acrítica y políticamente sumisa. Cualquier solidaridad que nazca con esa base, está viciada de raíz. La izquierda no cubana en general, tiene el reto y la obligación de reflexionar con claridad y respeto sus dudas y diferencias con la dirección de la isla.

LA DISIDENCIA EN CUBA

Lo que mayores sarpullidos levantó de la intervención de José Saramago, fue su vindicación de la disidencia en todo lugar y tiempo, similar a la postura que determinados sectores intelectuales adoptaron en su momento frente a las burocracias del este. Frente a el, la llamada de atención de Heinz Dieterich:

"Si Rosa Luxemburg tenía razón frente a Lenin o no, es un largo debate. Lo que no requiere debate es el status lógico de su célebre afirmación sobre la libertad del otro. Al igual que el congénito aforismo de Voltaire sobre la libertad, 150 años antes, y el imperativo categórico de Immanuel Kant, se trata de enunciados prescriptivos abstractos y generales que no sirven para resolver una dificultad concreta. Para actuar ante un problema concreto, se requiere de una ética material, es decir, una ética de contenidos, no de una axiología formal-abstracta"[vi]

Pero el alemán solo llega a una conclusión circunstancial, obvia, casi de perogrullo por lo menos desde un punto de vista antiimperialista, que al cabo no es diferente de la "patética posición de Galeano" (Heinz dixit): "disentir con la pena de muerte y ser solidario con los heroicos esfuerzos del proyecto cubano, de no caer como 짢fruta madura en el seno de Estados Unidos짢, como predijeron los incubadores de la doctrina Monroe hace 200 años".

Partiendo de que esta discusión tiene un carácter histórico y político que trasciende los hechos que la desencadenan, y recogiendo la síntesis perfecta que hace Dieterich sobre la relación entre ética y realidad, es necesaria una reflexión sobre el concepto de disidencia a partir de tres ejes: el uso mezquino que de él hace el gobierno norteamericano; la manera en que la estructura de poder cubano fomenta o restringe el uso de ese derecho entre la mayoría de la población; y la articulación de las disidencias en Cuba.

ESTADOS UNIDOS Y EL DERECHO A LA DISIDENCIA: LA RAZÓN CÍNICA

Es evidente que las elites norteamericanas, y en concreto el gabinete de Bus hijo, no tienen legitimidad ni credibilidad para hablar no ya de derecho a disentir o de pena de muerte, ni siquiera para reclamar una "democracia formal" al uso, que si ya era una pantomima por el papel de las corporaciones y el ridículo nivel de participación, la actual cúpula dirigente la ha degradado a la peor de las payasadas tras un recuento electoral escandaloso, la intervención de Jeb Bush como la "mano inocente" y el nombramiento del presidente por el Tribunal Supremo. La brutal y masiva aplicación de la pena capital es la crítica mas habitual al organigrama legal y jurídico de Estados Unidos, pero normalmente se obvia que algunos de ellos no son solo pobres desgraciados que se encontraban a la hora perfecta en el lugar equivocado, sino que muchos son presos políticos con todo lo que ello significa de persecución, acoso y represión de la disidencia. Los casos del periodista y militante negro Mumia Abú-Jamal o del indio Leonard Peltier son solo la punta del iceberg. En mayo del pasado año, Amnistía Internacional denunciaba la situación de total indefensión de 1.200 personas detenidas, "en su mayoría extranjeras", en Estados Unidos al amparo de la Estrategia de Seguridad Nacional, que ha hecho de elementos que ya eran inherentes a la psicología policiaca como la xenofobia y el racismo, criterios judiciales de primera magnitud. Las imágenes de Guantánamo y los miles de detenidos, muestran que si ya hace tiempo las distintas administraciones de la Casa Blanca habían demostrado hasta donde eran capaces de llegar para lograr sus objetivos dentro y fuera del país, hoy lo que verdaderamente inquieta es que en menos de dos años han superado los límites de lo imaginable, y es incalculable las fronteras que pueden traspasar de aquí en adelante.

El levantamiento del bloqueo a Vietnam y la privilegiada relación con la China de Tiannamen cuyos dirigentes según el propio gobierno norteamericano "van descubriendo que la libertad económica es la única fuente de la riqueza nacional"[vii]; las buenas relaciones con el tirano Musharraf o con el liberticida gobierno turco, demuestran que la preocupación por las libertades de las elites norteamericanas no es más que una cifra en el balance de costes-beneficios a la hora de tomar decisiones estratégicas o de coyuntura.

Ya acercándonos a la cuestión cubana, es especialmente interesante la política de Washington respecto a Puerto Rico, por la similitud asimétrica que la isla boricua guarda con Cuba. A pesar de las diferencias históricas entre ambos procesos, la condición de los dos enclaves como islas estrechamente cercanas a la metrópoli imperial, y por tanto objetivos coloniales de primer orden que en su momento pasaron por igual de servidumbre española a norteamericana, ofrece un punto de vista que es necesario utilizar a la hora de desvelar la Razón Cínica. La represión sufrida por los independentistas de la isla, muestra por si sola y de una sola tacada qué significan para el aparato de poder estadounidense tanto el concepto de soberanía como el de disidencia, figuras políticas y legales indispensables para la comprensión de la "cuestión cubana". Hace unas semanas, Jay Gardner, el comisario del Pentágono en Iraq, declaraba que permanecerían en el país todo lo que fuera necesario y se marcharían "en cuanto pudieran". Bajo palabras similares la US Army entró en Puerto Rico, y mas de un siglo después, tras lustros de colonización pura y dura, hoy es provincia de segundo orden, bajo el título de Estado Libre Asociado. El régimen de protectorado impuesto a la isla con la colaboración incondicional de una casta política interior ya habituada y asentada en la condición de virreyes, bien podría elegirse como hipótesis de un futuro gobierno cubano producto de las mimbres a disposición de James Cason.

En lo que respecta a la historia concreta de Cuba, está sobradamente demostrado el carácter colonial de sus pasadas relaciones con la isla, y las intenciones de recuperación de lo que consideran parte de su jurisdicción política y económica. Desde la Doctrina Monroe hasta la Ley Torricelli o la Helms-Burton, el único fin admisible dentro de las medidas y estrategias respecto a la isla, ha sido su control político y económico. Los últimos acontecimientos desvelados por el gobierno cubano, muestran un salto cualitativo que desde un nivel de política exterior en general es coherente con la ofensiva político-militar mundial, y que en lo que toca a las relaciones con Cuba intenta superar una estrategia que se agota, como es la de rendir por agotamiento entre el bloqueo y la propaganda de Miami. No sé hasta qué punto es inminente una agresión clara, directa y declarada, pero lo que sí muestran los últimos acontecimientos es que a través de la inmunidad diplomática, el encargado de negocios estadounidense en la isla estaba tratando de fomentar, definir y preparar, no un simple núcleo subversivo para reproducir el juego de hace 40 años, sino un grupo en el interior de la isla con capacidad para tomar responsabilidades:

"Desde su nombramiento en setiembre 2002 como principal funcionario de la Sección de Intereses de EEUU en Habana, James Cason ha potenciado las conexiones oficiales de EEUU con disidentes cubanos. Injiriendo directamente en la política interna de Cuba, Cason ayudó a lanzar el ala joven del disidente Partido Liberal Cubano. En ningún lugar del mundo, dijo el Ministro de exteriores Felipe Pérez Roque, sería legal para un extranjero participar en la formación de un partido político.

En octubre 2002, Cason invitó a un grupo de disidentes a una reunión en su residencia en la Habana con los editores de un periódico estadounidense. Aunque buscar disidentes ha llegado a ser una rutina para los jefes de la misión de EEUU, era excepcional reunirlos en la propia casa"[viii]

El gobierno norteamericano ha añadido al asedio económico una guerra (por ahora) psicológica, política y demográfica no declarada o simplemente insinuada, y que sitúa las respuestas de Cuba como medidas unilaterales y no como actos defensivos; con la lógica colaboración de Falsimedia, que a veces es tan objetiva que oculta hechos fácilmente interpretables como el descenso vertiginoso de visados concedidos por la administración norteamericana, para forzar la inmigración clandestina.

La relación entre soberanía y libertad política es bastante sencilla y comprensible. Efectivamente la soberanía no asegura por sí misma el ejercicio de la libertad política, necesita de mucho más. Pero desde luego la servidumbre colonial sí que asegura de facto la esclavitud política y económica por muchos lindos apelativos con que se pretenda adornarla. Por poner un ejemplo mas pedagógico, la independencia económica no asegura lucidez teórica, creativa y programática de una organización política, pero los intereses acumulados a pagar de un crédito bancario sí garantizan su vasallaje político.

Mas adelante vamos a hablar de las fórmulas legales y la proporcionalidad de las penas contra los anexionistas. Pero de cualquier forma, igual que en el caso de la bajeza de los políticos portorriqueños no puede ser reconocida una legitimidad política podrida de raíz, en el de los hijos adoptados por la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, no es legítimo ni ética ni políticamente utilizar el derecho a la disidencia para propiciar una estrategia de dominación exterior, cuyas consecuencias serian como mucho que los hoy "disidentes" se convirtieran en nuevos comisarios políticos como pago a los servicios prestados.

DERECHO DE DISIDENCIA, LIBERTAD POLÍTICA Y PARTIDO ÚNICO: LA RAZÓN ESTRUCTURAL

Pero el uso mezquino por el Departamento de Estado del derecho a la disidencia, si bien invalida la postura absoluta de Saramago, desde luego que no justifica como supuesto mecanismo de defensa, la cuarentena del legitimo y básico derecho de palabra (que la propia constitución cubana recoge en su artículo 53) y libre asociación, el unanimismo de las publicaciones cubanas, y el consenso orgánico y estructural que impone su legislación electoral. Pretendo, a partir de aquí poner sobre la mesa una cascada de dudas razonables tanto sobre la ley, como sobre el discurso y la práctica política con la que se rige el estado cubano, desde los datos a mi alcance.

Hay hechos y prácticas que si bien se ven afectadas en su continuidad por la presión externa, no pueden ser justificadas y juzgadas solo por el bloqueo y la intensificación de la estrategia norteamericana, porque son figuras doctrinales del orden político cubano y como tales son defendidas por sus dirigentes. Presentarlas desde fuera como consecuencias de la política de Washington es ser mas papista que el papa. Es verdad que la presión exterior habrá alimentado la necesidad psicológica de los dirigentes cubanos de "mantener el control" y que la situación deja escaso margen de maniobra. Pero eso indica que existe una sobredimensionada confianza en la relación entre la seguridad, la supervivencia y la continuidad de la casta dirigente y la de la propia revolución, como evidencia esta declaración: "El presidente de nuestro Parlamento, Ricardo Alarcón, tenía 21 años cuando triunfó la revolución. Hoy tiene 63 y es de los viejos dirigentes que queda en el país. Nuestro primer ministro tiene 49. Todos los gobernadores de provincias son hombres de 50 años. Nuestros ministros nacieron con la revolución. La revolución tendrá continuidad"[ix]. No vindica lo que fue: la capacidad de reacción y resistencia del pueblo cubano cuando Bahía de Cochinos, por ejemplo. No indica lo que tiene que ser: la formación, inteligencia y creatividad de las nuevas generaciones que la hay seguro. Ni reclama por supuesto lo que no hay: una estructura política y social capaz de asimilar las contradicciones sociales y convertirlas en fuerza transformadora. En ese argumento lo único que subyace es la identidad-fuerza de una dirección que confía mas en sí misma que en la apertura de espacios de construcción política para quienes son la base misma de la Revolución.

Aquí se encuentra una clave histórica del proceso cubano, tanto de su lugar actual como de su evolución posible. El poder institucional anida en el corazón, la psicología, las necesidades, y los hábitos. El estado es una construcción humana y por tanto sujeta a los cambios y procesos de quienes detentan el poder institucional, pero no es un elemento pasivo, dominable y moldeable, sino dinámico y también dominante. De lo que he podido leer, las referencias al "heroico pueblo cubano", salvo excepciones han sido principalmente literarias. En cambio la carga política principal de quienes han salido al paso de las críticas al gobierno cubano, se ha puesto sobre una relación directa entre la pervivencia del partido único y la supervivencia de la revolución. Ha calado hondo el estado y la burocracia en los cuerpos, cuando es la integridad de los dirigentes y la fortaleza estructural del partido, la principal garantía de supervivencia de la Revolución. Guardando la distancias necesarias, el degradado de colores desde el rojo hasta los mas descoloridos amarillos, rosas y azules, tanto entre los burócratas del este como en la propia izquierda occidental, demuestra que el poder institucional puede llegar a marcar con mas fuerza que la bandera bajo la que se ejerce. No acuso a nadie, solo indico los riesgos consecuentes al tiempo largo en el poder, y sobre todo de que las instituciones sean elementos principalmente autoreferenciales y paternalistas. Es verdad que hasta hoy la Revolución sobrevivió de esa manera y seguramente que los funcionarios cubanos tienen mas sensibilidad social que la mayoría de los occidentales, pero también que los defectos y las injusticias de un modelo se agudizan con el tiempo, y que no se puede tentar a la suerte mil veces hasta el infinito.

La constitución cubana reconoce "la libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista. Las condiciones materiales para su ejercicio están dadas por el hecho de que la prensa, la radio, la televisión, el cine y otros medios de difusión masiva son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada, lo que asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad". La propia ley suprema diferencia entre "propiedad estatal o social", pero mientras si que existe toda una red de comunicación en la que la elaboración y selección del discurso la centralizan en el estado y el partido, no hay medios de "propiedad social" no privada, que con la lógica prohibición de ser financiados desde organismos imperiales o para-imperiales, puedan participar y generar debate en la vida social cubana sin tener que pasar por los filtros de la burocracia, el partido y el estado. De esta manera no se "asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad", sino su uso exclusivo al servicio e interés de la burocracia.

Existe una ecuación imposible entre el mandato constitucional que asegura la "libertad de palabra y prensa"; el artículo 5 de la misma Constitución que da al PCC el papel de dirigente de la Revolución; y el artículo 8 de los estatutos de este que prohibe la crítica pública de sus militantes e impide en la práctica la formación de corrientes en el seno de el partido. Es una incongruencia que el PCC vete un derecho reconocido en la propia constitución cubana. Si además los debates de verdadero calado sobre estrategias, cambios y reformas, se producen en su seno, estamos hablando de un derecho casi invalidado de facto. Se relegan "los debates reales inevitablemente a los pasillos, subterráneos o cenáculos, dejando para la organización el comentario o la ovación plebiscitaria"[x]. Entre la centralización de la dirección revolucionaria, y por tanto del debate público y ejecutivo en el PCC, y el mantenimiento en este de residuos disciplinarios paleo-stalinistas absolutamente prescindibles y contraproducentes, poco espacio le queda al pueblo cubano para ejercer realmente el artículo 53 de su constitución.

Es cierto que en los últimos años han ido variando los procesos de elección consiguiendo que algunos de los ámbitos de representación, como la Asamblea del Poder Popular, sean mas abiertos a la población y estén menos monopolizados por la burocracia. Pero aún así se mantienen limitaciones cualitativas de enorme importancia. "A veces se presenta como muestra del carácter de la democracia en Cuba, el hecho de que el PCC no nomina candidatos a los puestos electivos de los órganos de poder popular. Tampoco se hacen campañas políticas. Sin embargo, esto implica que durante las elecciones no se debaten los temas que los candidatos tendrán que abordar una vez electos. Se eligen a los más respetados quizás, los más disciplinados, pero ¿cómo se determinan las políticas que han de implementar estos delegados?. La tendencia de este mecanismo es a que las iniciativas vengan desde arriba y a que los funcionarios electos las transmitan como agentes movilizadores". Así se aleja de ser la expresión política de un pueblo, para convertirse más en un instrumento tecnocrático, de gestión y reproducción, que en una herramienta de control, debate y construcción política.

"La Ley electoral cubana tendría que ser profundamente modificada, permitiendo no sólo que pudieran postularse y presentarse varios candidatos por puesto de Diputado y circunscripción sino que también justificaran su presentación no sólo por su foto y biografía, sino también por sus opiniones. Eso no es partitocracia sino contraposición de propuestas y reconocimiento y representación del pluralismo revolucionario y social. Los beneficios que de todo ello pudiera extraer la gusanera (aprovechar demagógicamente una critica honesta; colar incluso algún diputado...) serían sobradamente compensados por la politización social que conllevarían estas modificaciones, sirviendo además para facilitar la detección de incompetencias, corrupciones o privilegios"[xi]

El reconocimiento de la libertad de asociación política y de prensa no tendría porqué significar la imitación del modelo occidental ni hacer ninguna concesión al Imperio. Esa disyuntiva falsa conduce a un callejón sin salida en que parece que la elección y el debate está en torno a la elección de carencias y no de virtudes, ¿cual injusticia prefiere usted?. Heinz Dieterich Steffan ha hablado de "democracia participativa postcapitalista" pero sin decir qué es, cómo se aplica a Cuba y si se adapta o no a su actual estructura política, con lo cual ha caído en el mismo pecado de "inconsistencia" del que acusa a Galeano. La ha contrapuesto a la "corrupta institucionalidad burguesa" y también alguien ha recordado la crisis de la representatividad. Pero ante quienes han querido ponderar la virtud cubana contra el espejo de la podredumbre occidental, hay que recordar que el sistema cubano se encuentra tan sujeto a la crisis de la representatividad como el formalismo parlamentario.

"Se ha olvidado, en efecto, que en el marco fundacional de la legitimidad histórica del estado de Derecho es la capacidad de rebelión la que concede el voto al pueblo y este voto, pues, no es una concesión del gobierno sino, más bien, una concesión que el pueblo hace al gobierno"[xii].

Esta disfunción en la relación entre el pueblo y el estado no solo afecta a los gobiernos capitalistas o afectó a los viejos regímenes del este, sino que también afecta a Cuba como república hija de su tiempo. No se trata de que el pueblo reconozca la legitimidad revolucionaría sino que la legitimidad revolucionaria reside en el pueblo mismo, tal y como lo indica la propia Constitución cubana en su artículo 3º: "En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes. Todos los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución".

continuara...



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De: Mambi Enviado: 31/08/2005 19:10
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LAS DISIDENCIAS EN LA REVOLUCIÓN

Frank Fernandez, autor de "Los anarquistas en Cuba" (ed. Fundación Anselmo Lorenzo), en un artículo publicado en 1989 en la revista anarquista inglesa "Black Flag", denuncia la prisión o desaparición de cinco anarcosindicalistas que habían organizado sindicatos agrarios clandestinos a principios de la década de los 80. Estoy abierto a contrastar la información. Se que el gobierno cubano considera que los anarquistas exiliados durante los primeros años de la revolución utilizan una tapadera ideológica para colaborar con el imperialismo; y que aquellos, por su parte, han defendido su honestidad y se quejan de que la mitificación de la revolución cubana ha impedido que se conozca su historia no solo entre la izquierda comunista sino incluso en el propio mundo libertario. Todo esto a grandes rasgos, no tengo datos suficientes para pronunciarme. A pesar de ello, aunque sobrepasado por el tiempo y la velocidad de los acontecimientos, e insuficiente a la hora de hacer un juicio genérico, es interesante conocer los hechos porque lo que denuncian es grave:

"El grupo se considero seguidor de la tradición de los grandes revolucionarios mexicanos Emiliano Zapata y Ricardo Flores Magon; participaron en la agitación industrial y la sindicalización. Como los sindicatos libres no eran tolerados, los miembros de este colectivo se vieron obligados a actuar clandestinamente. En 1982 tuvieron lugar varias huelgas en gran escala. Las autoridades decidieron apretar los tornillos y librarse de los activistas huelgarios. La policia actuo con cautela y capturo a 20 miembros del grupo Zapata. Fueron acusados de tratar de organizar un sindicato independiente y de sabotaje industrial. Una de los 20 detenidos, Caridad Paron, murió en prisión, víctima de torturas aplicadas en el centro de interrogatorios de la Villa Marista. Otros cinco fueron sentenciados a muerte. se conmutaron las sentencias de muerte para los cinco por largas condenas de prisión. Hoy se conoce solo el destino de uno de ellos, Donato, mientras que los otros cuatro pueden estar todavía en prisión o quizás muertos..."

¿Cuantas disidencias existen en Cuba?. Existe aquella de la que hemos hablado y cuyo peligro no es relativizable ya que el comando central del imperio la respalda y es una pieza fundamental para sus objetivos en Cuba y América Latina. Pero el hecho de que el estado cubano no admita otros ámbitos de organización que no sean el PCC y las "organizaciones de masas" reconocidas por este, conduce por una lógica deductiva incuestionable a que estas últimas se conviertan en correas de transmisión mas que en espacios polítizados, y que conflictos e ideas que circulan en torno a la vida de la isla y a las decisiones del gobierno no puedan articularse con libertad. Y me refiero a movimientos y reflexiones críticas acerca de aspectos concretos, políticos, sociales o estratégicos, pero que no pongan en duda las conquistas de la revolución, ni sus valores, ni su continuidad.

"La revolución triunfó en 1959. En ese momento no existía un movimiento gay visible en ningún país. Los revolucionarios cubanos se habían formado en un contexto que poco los capacitaba para entender el problema. Sería injusto esperar otra cosa. Pero, precisamente por ello, ¿acaso no le hubiese convenido a la revolución que, en la medida que en las luchas de la década del sesenta surgía en muchos países un movimiento de liberación gay, en Cuba también pudiese organizarse, por iniciativa propia y sin esperar que el PCC o el estado entendieran la importancia de ello, agrupaciones que exigieran el cambio de las políticas mencionadas, y que para ello tuviesen el derecho de criticar públicamente las prácticas existentes, denunciar prejuicios, e incluso polemizar con el PCC o líderes de la revolución, al considerar equivocadas algunas de sus opiniones? No dudamos que de este modo se hubiesen cambiado mucho antes políticas equivocadas, se hubiesen evitado injusticias, que la revolución hubiese ganado aún más apoyo y, lo más importante, que la revolución cumpliría más plenamente su objetivo fundamental de eliminar todas las formas de opresión a que se vea sometido el ser humano"[xiii]

En general, en análisis tanto lejanos como presentes[xiv], sobre la evolución del proceso cubano, se pueden encontrar fácilmente motivos de malestar de la población. Unos son evidentemente debidos a la situación de asedio, y los cubanos lo saben y lo ven perfectamente, pero seguramente discrepan sobre las medidas a tomar. Otros no son justificables desde ese punto de vista, y en concreto en materia de libertades, la mayoría sufre las restricciones en la misma proporción que lo hace la gusanera. Eso ni es justo, ni favorable polítcamente, ni nadie puede asegurar que sea un medio eficaz para defenderse de los tentáculos de Washington. Y ese es un punto que debería abordar la ética material que reclama HD Steffan. Las restricciones no han impedido la actividad de la disidencia de trapo, y al fin y al cabo ha sido un buen trabajo de los servicios de inteligencia y la policía lo que ha contrarrestado su actividad, algo que se podría hacer igualmente sin tantos obstáculos para el resto de la población.

"El pluralismo y los debates son un hecho; se pueden reconocer, potenciar y clarificar o se pueden constreñir u ocultar, pero siempre están ahí; tanto en el seno del PCC, de la burocracia o del pueblo cubano. La Revolución Cubana tiene un largo historial de aciertos pero también lo tiene de errores (¿es necesario enumerarlos?), algunos muy graves. Las nuevas circunstancias mundiales y las especificas cubanas con toda su carga de peligros no permiten, incluso por meros criterios de eficacia y continuidad, la persistencia indefinida del modelo vigente de participación desvertebrada, ausencia de debate político contrapuesto y control y síntesis vertical y paternalista desde la cúspide. A modo de anécdota, es torpe y ridículo, que Granma publique la replica de H.D. Steffan sin haber hecho antes lo propio con los textos de Saramago o Galeano que pretende rebatir... Es insuficiente y aún temerario confiar para la contención de la gusanera -en la Cuba y en el Mundo de hoy- sólo o esencialmente en la reafirmación de principios, recuerdos históricos o en la denuncia de sus vínculos con el imperialismo, sin afrontar seriamente la disección y discusión pública detallada de su programa, esclareciendo así todas sus consecuencias, contradicciones e implicaciones presentes y futuras para la población cubana"[xv]

SOBRE LOS PROCESOS JUDICIALES Y LAS EJECUCIONES

Los procesos al "cártel de Cason" y las ejecuciones de los tres secuestradores tienen puntos en común fundamentales. Su coincidencia temporal; su coherencia como frentes diferentes dentro de la misma estrategia estadounidense; y las condenas que no son mero fruto de aplicaciones legales sino decisiones políticas aunque lo sean basadas en el ordenamiento legal. La actividad alrededor de Cason durante este tiempo para crear un potente núcleo cubano pro-norteamericano, y la reducción drástica de visados por parte de las autoridades estadounidenses para fomentar la inmigración ilegal y por tanto los secuestros de embarcaciones y aviones, se demuestran en su coincidencia temporal como elementos distintos del mismo mecanismo. Por su parte el gobierno cubano ha dejado claro que su intención ha sido imponer "penas ejemplarizantes", lo que muestra que las condenas en ambos casos no eran meras consecuencias legales de unos actos, sino mensajes claros del gobierno tanto hacia el interior como hacia el exterior.

Hay que diferenciar los hechos en la medida de que unas son actividades políticas claramente dirigidas a propiciar la dominación norteamericana en la isla; y los secuestros son delitos que ponen en riesgo la vida de personas pero que a no ser que se demuestre lo contrarío son actuaciones individuales que no responden a un fin político. Por lo tanto no vale hablar en los dos casos de "esbirros del imperialismo", ni desde luego de "represión política".

Por tanto en el caso de las detenciones y procesamientos de los disidentes de trapo el gobierno cubano si puede hablar de legítima defensa, ya que los procesados actuaban conscientemente en connivencia con la Oficina de Intereses de Estados Unidos. Pero después de revisar la rueda de prensa de Perez Roque está claro que no existe un solo caso de actos de terrorismo en el caso y que por tanto la condena en algunos casos a 28 años de cárcel, es absolutamente desproporcionada. Y no voy a caer en la trampa de reclamar "reeducación", las ideas políticas no se reeducan y el concepto tiene suficientes riesgos como para descartarlo de cualquier orden moral, legal o político. Estas penas no tienen otro fin que el castigo de un acto punitivo y simplemente tienen que ajustarse a la proporcionalidad del delito. Ya es cuestión del individuo que cambie o no su forma de pensar, el problema es que ha colaborado para una potencia hostil, y el problema será si vuelve a colaborar.

En el caso de los secuestradores la pena de muerte no está justificada de ninguna manera y mucho menos su aplicación prácticamente sumarísima. "En general... sólo ha de aplicarse en circunstancias muy singulares, propias de un estado de excepción (lo que no ocurre ahora mismo en Cuba), cuando su irreversibilidad y radicalidad aparecen justificadas por su mismo contexto". Una vez en manos policiales, custodiados y desarmados, el estado cubano ya no puede hablar de legítima defensa.

SIN ESCONDER LAS DIFERENCIAS. SIN CONFUNDIR AL ENEMIGO

La cólera o la afinidad total con el discurso no aseguran la integridad política ni ética. Si no miren el retrato que Javier Ortiz hace de Zoé Valdés:

"cargando sobre sus espaldas con ese pasado de castrismo fervoroso, tal vez no estaría de más que mostrara cierta indulgencia hacia quienes no condenan hoy lo que ella defendió con uñas y dientes hace apenas tres lustros. Porque, si se empeña en pintar como perfectos depravados a quienes no asumen su actual militancia mascanosiana, ella misma nos estará ofreciendo la calificación de su pasado. O de su trayectoria toda"[xvi]

Los mejores amigos no tienen porque estar entre los incondicionales. O por lo menos los incondicionales no tienen porque estar entre los acríticos. O por lo menos la incondicionalidad no tiene porque devenir silencio. Las lecciones de la Guerra Fría no pueden quedarse en el ni-ni, pero desde luego tampoco en el si-si según de donde vengan los actos. No sé si me puedo considerar amigo de Cuba, al fin y al cabo no estuve allí nunca, pero sí fue durante un tiempo un referente político de primer orden del que hoy políticamente, como he mostrado aquí me siento muy distanciado. Y no es porque Cuba haya cambiado, ni porque yo tuviera unas u otras esperanzas como Saramago, simplemente por mi propio proceso político. La Revolución sigue siendo la misma, con la virtud de la resistencia y los defectos que he puesto sobre la mesa.

Estoy con Cuba contra las agresiones pero estoy con Cuba desde lo que pienso.

Con los tiempos que nos esperan, y sobre todo y mucho mas duros, con los tiempos que le esperan a los cubanos en función de los vientos que le den al gallito de hojalata de la Casa Blanca, tal como lo ha dicho Jesus Prieto, hay que hablar de Cuba hasta que se nos sequen las gargantas. Con cariño, honestidad y respeto. Sin esconder las diferencias. Sin confundir al enemigo.



Notas

[i] Homero Muñoz, "Cuba duele (lo que duele enseña)" Granma, en Rebelión 23/4/02

[ii] "Joanne Landy, que se declara "socialista democrática" y que desde hace cuarenta años aboga por el derrocamiento violento del gobierno cubano. En la actualidad es miembro del Council on Foreign Relations (CFR), una de las principales instituciones que desde hace medio siglo han asesorado al gobierno estadounidense en política imperial. Landy apoyó públicamente la invasión estadounidense de Afganistán y de Yugoslavia, así como a la organización terrorista albanesa KLA, responsable del asesinato de dos mil serbios y de la limpieza étnica de cientos de miles de serbios y otros grupos en Kosovo. No sorprende en absoluto que la declaración escrita por esta camaleónica extremista de derecha no contenga mención alguna a los logros sociales de Cuba y a su oposición frente al imperialismo. Preciso es señalar, además, que a lo largo de su ascensión a posiciones influyentes en el CFR, Landy fue una opositora visceral de la revolución china, de la vietnamita y de otras revoluciones sociales" James Petras, "La responsabilidad de los intelectuales: Cuba, Estados Unidos y los Derechos Humanos", Rebelión, 6/5/2003

[iii] Andalucia Libre, "Seguimos con Cuba", n.182

[iv] Profesor J., "Cuando yo era pro-cubano", Andalucia Libre n.183

[v] Europa es un espacio geográfico claro pero culturalmente difuso sobre todo en lo que toca a las relaciones con Cuba. La importancia de la cuestión cubana toca a la izquierda en general, pero muy especialmente a las naciones castellano-parlantes o de habla portuguesa. Por tanto nombro Europa principalmente para diferenciar la relaciones entre Cuba y el resto de Latinoamerica, de las relaciones entre el estado español o Portugal con la isla.

[vi] Heinz Diterich Steffan, "Saramago, Galeano y Fidel Castro", Rebelión

[vii] Departamento de Estado, "La estrategia de seguridad nacional"

[viii] Robert Sandels, "Ofensiva cubana: ¿una rebelión contra la estrategia de seguridad nacional?", Counter Pounch, en Rebelión

[ix] Leonel (Instituto de Agronomía - Integrante de la delegación cubana en el Foro), en el "Debate entre la LIT-ci y la delegación cubana" en el Foro de Porto Alegre.

[x] Op.cit.

[xi] Op.cit.

[xii] Santiago Alba Rico, "La ciudad intangible. Ensayo sobre el fin del neolítico". ed Hiru.

[xiii] Rafael Bernabé, "Sobre Cuba y la democracia socialista", Correo de la IV Internacional

[xiv] Es recomendable el libro de Janette Habel "Rupturas en Cuba", difícil de conseguir por su edición mexicana. La autora, trostkista francesa y colaboradora de "Le monde diplomatique", es una buena conocedora de Cuba, y estuvo en la isla durante los primeros años de la Revolución. Escrito tras una segunda visita a mediados de los ochenta y publicado en el 89, el libro hace un recorrido crítico de la evolución seguida por la isla (en el que por supuesto mantiene su apoyo al proceso), y entre otras cosas señala esas carencias estructurales a la hora de articular los estados de opinión de la población.

[xv] Andalucia Libre, "La izquierda andaluza y Cuba", n.184

[xvi] Javier Ortiz, "Zoé Valdés", www.javierortiz.net, 4/05/02  

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: mfelix28 Enviado: 31/08/2005 21:35
¿Ves Mambi'? Esto está bien.
Un artículo critico y bien construído.
Estoy de acuerdo con que la bricratización es un problema en Cuba que ya viene de lejos y que se  dice se trat de evitar, hasta se satiriza, "La muerte de un burócrata" es un pelúcla de 1966, todavía sigue el tema en Guantanamera, pero el problema sigue ahí.
Estoy de acuerdo en que la gente actua a veces por inercia,  ( ¡ que lo hagan otros que saben más que yo!)yo era representate sindical y de 1974 , ilegal, con Franco vivo,  a 1999, aun siendo a veces los mismos, habíamos cambiado, incluso creo que no supimos buscar sustitutos y la gente "pasaba" de las asambleas y reuniones, por lo que habia veces que eramos los presentadores de ponencias, los votantes y los contrarios, todo a la vez.
Nos equivocamos muchas veces, pero creo, sincerambnete que los que nos lo echaban en cara no tenían derecho a hacerlo porque no habían contribuído en nada.
 
Por cierto:
-Cádiz Rebelde, con tal nombre, ya no existe, ahora se llama InSurgente ( más que nada porque el empezar con "Cádiz" le daba un tintt localista y la revista había crecido.
En la que tienen, como simpre un espacio dedicado a Cuba, dice la canción anadaluza: "La Habana es Cádiz con más negritos y Cadiz es La Hababa con más salero"
Está en
 
En mis "marcadores" o favoritos, tengo a esta gente dentro del grupo de "webs procubanas progresistas"
MIra para que no te quepa la menor duda de su "procubanidad" cr'tica pero no cerril e inventora de mentiras, 
Mayo del 2003 ( días antes del otro artículo)
El Imperio, Cuba y Comisiones Obreras.
( Nota de MFelix, Comisiones obreras es un gran sindicato español, que se dice ( falso) que es del Partido Comunista (tiene más afiliados Comisiones  que votantes el PCE)
A vista de todos, los Estados Unidos han lanzado sus cartas sobre la mesa: ambición económica ilimitada, poder militar irresistible, soberanía mundial sin sujeción a norma alguna, castigo ejemplar e ilimitado a los que no acepten la esclavitud o el vasallaje.
* * *
Una de las pocas excepciones a esa falta de resistencia de los estados frente a la política agresiva y dominadora de los EEUU es Cuba.
Cuba, en nombre de la dignidad humana y de la solidaridad entre los pueblos, ha denunciado la guerra universal antiterrorista y la guerra preventiva. También ha acusado a los Estados Unidos por su ejecución de una guerra brutal contra un contrincante indefenso que había sido desarmado por la ONU, precisamente bajo la coacción irresistible de Washington.
Cuba, un país resistente, representa por lo tanto un reto para los Estados Unidos. Pero Cuba, por su proyecto socialista, es un reto total para el gigante del norte desde hace más de cuarenta y tres años.
Los EEUU han realizado una guerra constante contra Cuba, utilizando todos los instrumentos posibles, desde la invasión armada de mercenarios hasta la realización continuada de actos terroristas. 
Hace algunos años que Estados Unidos ha codificado la interpretación del pasado y del presente, y la determinación del futuro de Cuba. También ha codificado su guerra de agresión en distintos frentes: bloqueo económico ilegal, chantaje a los países que no se plieguen a la política de Washington, operaciones de inteligencia es decir, sabotajes económicos, atentados terroristas, organización y financiamiento de grupos de “disidencia interna”, determinación de plataformas políticas para estos grupos disidentes, agresiones radiales. 
Lo ha hecho en una ley aprobada por el Congreso de los Estados Unidos, la Helms-Burton, que además de definir los instrumentos económicos y diplomáticos de agresión a Cuba, organiza la “otra Cuba” a partir del exilio y la “disidencia”, y llega a la insolencia de establecer los principios de organización económica y política de la isla.
La Ley Helms-Burton, en cuyo marco se organiza, financia y coordina la “disidencia” cubana, reinstaura la filosofía de la relación EEUU-Cuba que constituía la esencia de la Enmienda Platt, símbolo del imperialismo impuesto por las cañoneras y “constitución histórica” de una colonia sin camuflaje alguno.
Hace unas semanas que un grupo de “disidentes” cubanos que trabajaban en ese doble marco “patriótico” determinado por la amenaza neofascista de EEUU, y por la ley Helms-Burton, han sido condenados a fuertes penas por el obvio delito de traición a Cuba en tiempo de guerra.
* * *
Dicen los dirigentes de Comisiones Obreras –José María Fidalgo al frente- que las personas condenadas en Cuba a “elevadísimas penas” lo han sido por actividades “que, en cualquier país democrático, forman parte de los derechos básicos a la libertad de expresión, reunión y asociación”. En carta a la embajadora de Cuba, Isabel Allende, Fidalgo requiere la liberación de los detenidos e invoca nada menos que la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Aceptar la organización, financiación, y dirección de los Estados Unidos, incorporándose plenamente al escenario de amenaza de ataque masivo a Cuba, y asumiendo las determinaciones de esa nueva “constitución bastarda” que es la ley Helms-Burton -que afirma e impone de todas las maneras posibles que la soberanía de Cuba reside en el Congreso y el Presidente de los EEUU-, es, según dice Fidalgo en nombre de Comisiones Obreras, una “opción legítima en cualquier país democrático”. 
Decir que actuar como pieza de la estrategia de Washington, en un marco de amenazas y violencia previsibles similar al que acaba de concretarse de manera apocalíptica en los ataques a las ciudades iraquíes, es una actividad “pacífica”, es mucho más que una absoluta estupidez, es una afirmación criminal.
¿En que mundo viven Fidalgo y Cía? ¿En dónde se informan? ¿Qué saben de los objetivos y los métodos de la agresión de EEUU contra Cuba? ¿Creen Fidalgo y Cía que la historia negra de la intervención norteamericana en la isla es fantasía cubana para mantener la épica y poética de la revolución? ¿Conocen realmente cuál es la relación entre las actividades de los “disidentes” y los proyectos y planes de actuación del gobierno de Estados Unidos contra Cuba”?. 
La carta de Fidalgo a Cuba no es una expresión coyuntural de protesta por unas condenas judiciales. En realidad, la dirección de CCOO establece claramente el contraste entre la legitimidad de la “disidencia” y la falta de legitimidad del gobierno de Cuba.
* * *
Nosotros, la gente que hacemos Cádiz Rebelde, en el espíritu original de lucha del 1º de Mayo, ante unos dirigentes sindicales que no encontraron razones para la huelga general en el criminal ataque e invasión de Irak, y que ahora se incorporan al esfuerzo imperial contra una Cuba que -como afirma con razón José Steinsleger- es “en términos comparativos el guardián más celoso de los derechos humanos en el mundo”, no tenemos más remedio que invitar a todos las mujeres y los hombres afiliados a CCOO a abandonar ese sindicato. 
mayo 2003

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: 02ManuelA Enviado: 31/08/2005 21:35
Pues sí que son críticos, sí   .
 
Me suenan al sector crítico, sí, pero.......................del Minint.
 
Este párrafo es todo un autorretrato:
 
"Dicen los dirigentes de Comisiones Obreras –José María Fidalgo al frente- que las personas condenadas en Cuba a “elevadísimas penas” lo han sido por actividades “que, en cualquier país democrático, forman parte de los derechos básicos a la libertad de expresión, reunión y asociación”. En carta a la embajadora de Cuba, Isabel Allende, Fidalgo requiere la liberación de los detenidos e invoca nada menos que la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Aceptar la organización, financiación, y dirección de los Estados Unidos, incorporándose plenamente al escenario de amenaza de ataque masivo a Cuba, y asumiendo las determinaciones de esa nueva “constitución bastarda” que es la ley Helms-Burton -que afirma e impone de todas las maneras posibles que la soberanía de Cuba reside en el Congreso y el Presidente de los EEUU-, es, según dice Fidalgo en nombre de Comisiones Obreras, una “opción legítima en cualquier país democrático”.
Decir que actuar como pieza de la estrategia de Washington, en un marco de amenazas y violencia previsibles similar al que acaba de concretarse de manera apocalíptica en los ataques a las ciudades iraquíes, es una actividad “pacífica”, es mucho más que una absoluta estupidez, es una afirmación criminal."
 
 
Aquí se les ha olvidado su papel crítico, amigos, y se muestran a pelo............de barba de chivo.
 
Para ellos la disidencia cubana no es más que una pieza en la estrategia de Washington respecto a la isla. Y su sitio es la cárcel; estuvo bien eso de condenarlos a 20 años.
 
Mambí, mírate bien a esta gente. Para las personas que intentan pensar por cuenta propia, lo primero es la libertad para poder decidir, y después viene si uno es de izquierdas o de derechas.
 
Saludos.


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