¿Quién es Pedro Serrano Urra? ¿Por qué eligió Saúl como nombre de guerra? La respuesta pudiera ser la sinopsis de un libro: "Saúl es el protagonista de una novela policiaca cubana de los años 80. Me gustó el libro y convertí a ese personaje en el abogado de los `disidentes' de Pinar del Río." Aquí está la nueva historia.
AGENTE SAÚL
¿Cuándo se inicia como agente?
En 1999. Soy abogado, y por problemas administrativos, me fui de la actividad de Bufetes Colectivos. Algunos "opositores" habían hecho contacto conmigo, necesitados de ayuda legal. Conocí a casi todos los que se dedicaban a la contrarrevolución en Pinar del Río, incluyendo a algunos que luego se fueron del país.
Exactamente, ¿cómo comienza a conspirar?
Me fueron a ver a mi casa para que denunciara mi caso en el exterior. Conversé con un oficial de la Seguridad del Estado y la orientación fue que me incorporara al grupo. Casi de inmediato los que me habían ido a visitar, me presentaron a Víctor Rolando Arroyo Carmona, era colaborador de la agencia de prensa Unión de Periodistas y Escritores Cubanos "Independientes" (UPECI), y el principal cabecilla de estos grupos en Pinar de Río. Necesitaba con urgencia un asesor legal de su confianza. Empecé a ser "el abogado de Víctor".
¿Lo presentaban así, solo como abogado?
No. Mi fachada era de director del Centro de Estudios Sindicales, que formaba parte del Consejo Unitario de Trabajadores de Cuba. Tuve contactos con René Laureano Díaz, Joel Brito y Víctor Manuel Domínguez, de la Federación Sindical de Plantas Eléctricas, en Miami.
¿Qué tareas le daban como abogado de la contrarrevolución?
Asesorar en todos los procesos legales o en cualquier otra situación que necesitara un litigio en los tribunales. Además, presentaba informaciones sobre violaciones procesales. Debía participar en juicios, ver cómo estaba el funcionamiento de los órganos judiciales y de administración de justicia, si se cometían atropellos...
Daba conferencias para preparar a la contrarrevolución acerca de estos temas. Estudiábamos los elementos que justifican un delito de desacato, atentado, resistencia, injuria hacia la figura del presidente Fidel Castro, a los funcionarios de la Asamblea Nacional, del Consejo de Ministros; sobre la violación de domicilios y la correspondencia... El Centro de Estudios que yo dirigía convocaba todos los sábados esas conferencias.
¿Sostuvo contacto con la SINA?
Nunca visité la SINA. Estuvimos programando visitas, pero por una razón u otra siempre se interrumpieron. Pero sí participé en reuniones con los representantes de la SINA.
¿Dónde?
En la casa de Víctor Rolando. Allí fueron dos jefes de la SINA, Vicky Huddleston y James Cason.
¿Cómo fueron estos encuentros?
Ellos eran bastante directos. No se iban por las ramas. Se interesaban por todas las actividades que estaba haciendo "la disidencia" en Pinar del Río. Pedían detalles, y nos advertían que necesitábamos crecer en membresía, organizarnos, unir todos los grupos "opositores". Usaban, incluso, algunas ideas tomadas de la Revolución: "En la unión está la fuerza", "Todos Unidos", etcétera...
La parte que más le entusiasmaba a la gente era cuando preguntaban qué medios teníamos y qué necesitábamos. Siempre nos prometían ayuda.
¿Cuándo los visitó James Cason?
En marzo de este año [2003], en los días en que el Comandante en Jefe estaba de visita por los países asiáticos. Tenía mucho interés en conocer qué criterios teníamos nosotros sobre esa visita, si habría alguna repercusión en la sociedad cubana, si Fidel a su regreso traería algunos elementos nuevos en su política para ajustarla en el país. Estaba obsesionado con esos detalles, que para los allí presentes resultaban muy lejos de nuestra información e intereses.
También, preguntó si teníamos vínculos con otros miembros del cuerpo diplomático...
Sobre esto, ¿les sugirió algo en particular?
Era muy importante, a su criterio, hacerles llegar nuestras denuncias. Él estaba interesado en conocer si en Pinar del Río se había recibido la visita de algún otro diplomático, si contábamos con ayuda de otros países... Dijo que había disposición de otras sedes en colaborar con la "disidencia". Habló de España, Panamá, la República Checa, Canadá, México... Mencionó cinco o seis.
Consejo Nacional del Presidio Político Cubano Creado en agosto de 2002. Se autodefine como "la máxima representación de los presos políticos en el orden nacional e internacional". Está integrado por: la Coordinadora Internacional de ex-prisioneros Políticos Cubanos; Cumbre Patriótica Presidio Político; Asociación de ex-Prisioneros y Combatientes Políticos Cubanos (Ex Club); Ex-Confinados Políticos de la UMAP; el Frente Nacional del Presidio Político Cubano; Presidio Político Histórico (Casa del Preso); y los Presos y Presas Independientes. Se han destacado en su directiva los terroristas Roberto Martín Pérez Rodríguez y Sixto Reynaldo Aquit Manrique (El Chino Aquit), quienes han mantenido una línea de acción violenta en el enfrentamiento contra nuestro país. |
¿Y qué otra cosa les dijo?
Prometió poner a nuestra disposición cursos de educación a distancia con posgrados, maestrías, doctorados, dirigidos a personas de nivel superior que estuvieran en la "disidencia". Se dirigió a mí y a otro abogado que participó en la reunión cuando habló de esto. Prometió enviarnos bibliografía para que nos preparáramos y que él después nos enviaba el examen, en coordinación con universidades de los países latinoamericanos. Era en un tono envolvente, conciliador.
¿Por qué conciliador?
Se refería mucho a los cubanos de aquí y de allá, que somos una misma familia, que Miami no es tan terrible como la pintan. Lo más urgente era que, con la ayuda de los cubanos del exilio, nosotros ganáramos todo el espacio posible porque solo así podía venir en Cuba la transición.
¿Qué tiempo duró la reunión?
Alrededor de dos horas.
¿En qué dirección se encuentra la casa de Víctor Rolando?
La reunión fue en el Reparto Jacinto, en la casa de la mamá de
Víctor. Allí nos reunimos unas 10 personas, el grueso de la "oposición" pinareña. Víctor desarrollaba sus actividades fundamentales en casa de su mamá, en la suya hacía solo algunos escritos.
¿Hicieron una selección de los participantes o son 10 los que integran la "oposición" en Pinar del Río?
No, son mucho menos. En realidad los grupos "opositores" no llegan ni a grupo. Imagínate que yo era el coordinador del municipio de Pinar del Río del Consejo Unitario de Trabajadores y, a la vez, el delegado de la provincia. Éramos cinco o seis personas en el Consejo Unitario. Siempre decíamos que estaba integrado por 300 personas de todos los municipios. En realidad eran fantasmas.
¿Y Cason aceptó aquel globo?
Por suerte para los jefes de la disidencia a Cason nunca se le ocurrió preguntar por el número de personas que integrábamos sus filas. Siempre tuve la sospecha de que él no preguntó porque sabía muy bien la respuesta, y no estaba para oír más mentiras.
¿Los otros funcionarios preguntaron?
No. Traían un discurso único: crecer y unirse. Siempre recomendaban lo mismo. Ellos deben conocer mejor que nosotros a los "disidentes", porque lidian permanentemente con ellos. Ese cuento de dos millones de opositores entre los 11 millones de cubanos, como le encantaba decir a Víctor, es para que se lo crean los ignorantes de la realidad cubana, fuera de la isla. No para los americanos, que conocen muy bien el paño de la disidencia.
¿El Jefe de la SINA defendió algún grupo en particular?
Al Proyecto "Varela". Pidió que lo apoyáramos, que tenía un gran respaldo internacional y que lo iba a seguir teniendo. Era la pasarela hacia "la democracia". Algo así dijo, sin detenerse siquiera en los enormes escollos legales que tiene ese proyecto.
¿Cuáles eran las expectativas de los 10 "disidentes" pinareños con la visita de Cason?
Antes de llegar Cason hablamos de preguntar si se iban a mantener las remesas familiares, los vuelos Miami-Cuba, y si se mantendría el bloqueo o lo levantarían. En particular, queríamos saber cómo se estaba repartiendo el dinero, los famosos 8 099 181 dólares de la USAID de 2002, de los que había llegado bastante poco a la provincia.
Grupo de Apoyo a la Disidencia Interna Surge a principios de la década del 90. Forma parte del Instituto para la Democracia en Cuba (IDC), entidad compuesta por 10 organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en Miami y a las cuales el gobierno norteamericano ha destinado un presupuesto millonario para "promover la democracia en Cuba". Su director, Frank Hernández Trujillo, tiene vínculos estrechos con figuras de la vida política norteamericana. La misión fundamental del GAD consiste en el abastecimiento financiero y material de los "disidentes", como instrumento del gobierno de Estados Unidos en la aplicación del llamado Carril II de la Ley Torricelli. En la actualidad es la organización que mayor abastecimiento material y financiero está suministrando a la contrarrevolución interna, y la que mayor contacto telefónico sostiene con esta, al extremo que también se le asignan fondos por el concepto de llamadas telefónicas. Sus abastecimientos van dirigidos a cualquier grupúsculo interno, fundamentalmente a familias de expresos "políticos", masones, miembros de la religión yoruba, etc., dirigidos a fomentar la subversión interna. Desde 1997 se aprobó un alto presupuesto para el funcionamiento del IDC en el que sus dirigentes reciben salarios fijos. Como integrante del Instituto para la Democracia en Cuba (IDC), utiliza el espacio radial de esta organización en Radio Miami Internacional. Poseen un boletín impreso por el IDC, denominado Somos Uno, que por diversas vías tratan de diseminar en el territorio nacional. |