DURITO II
(El neoliberalismo visto desde la Selva Lacandona)
Fue el décimo día, ya con menos presión. Me alejé un poco para poner mi techo e instalarme. Iba yo viendo hacia arriba, buscando un buen par de árboles que no tuvieran gajo encima. Por eso me sorprendí cuando escuché, a mis pies, una voz que gritó:"Hey, cuidado!"
No vi nada al principio, pero me detuve y esperテゥ. Casi inmediatamente se empezテウ a mover una hojita y, debajo de ella, saliテウ un escarabajo que empezテウ a reclamar:ュツソPor quテゥ no se fija dテウnde pone sus bototas? Estuvo a punto de aplastarme! ュgritテウ.
Ese reclamo se me hacía conocido.
ュツソDurito? ュaventurテゥ.
ュNabucodonosor para usted! No sea igualado! ュcontestテウ indignado el pequeテアo escarabajo.
Ya no me cupo duda.
ュ ツ。Durito! ツソYa no te acuerdas de mテュ?
Durito, quiero decir, Nacucodonosor, se me quedó viendo pensativo. Sacó una pequeña pipa de dentro de sus alas, la llenó de tabaco, la encendió y, después de una bocanada grande que le arrancó una tos nada saludable, dijo:
ュ Mmmmh, mmmh.
Y luego repitió:
ュ Mmmh, mmmh.
Yo sabía que eso iba a tardar, así que me senté. Después de varios "mmmh, mmh", Nabucodonosor, o sea Durito, exclamó:
ュ ツソCapitテ。n?
ュ Ese mero! ュdije yo, satisfecho de verme reconocido.
Durito (creo que, después de ser reconocido, podía llamarlo de nuevo así) empezó una serie de movimientos de patitas y a las que, en lenguaje corporal de los escarabajos, viene siendo como una danza de la alegría y que a mí siempre me ha parecido una especie de ataque de epilepsia. Después de repetir varias veces, con énfasis distintos, "¡Capitán!", Durito se detuvo al fin y me lanzó la pregunta que tanto temía:
ュツソTraes tabaco?
ュ Bueno, yo... ュalarguテゥ la respuesta para darme tiempo a calcular mis reservas.
En eso llegó Camilo y me preguntó:
ュ ツソMe llamaste, Sup?
ュ No, nada... Estaba yo cantando y... y no te preocupes, puedes irte ュrespondテュ con nerviosismo.
ュAh, bueno ュdijo Camilo y se retirテウ.
ュ ツソSup? ュpreguntテウ extraテアado Durito.
ュ Sテュ ュle dijeュ. Ahora soy subcomandante.
ュ ツソY eso es mejor o peor que Capitテ。n? ュinsistiテウ Durito.
ュ Peor ュle dije y me dije.
Cambié rápidamente de tema y le tendí la bolsa de tabaco diciendo:
ュ Aquテュ traigo un poco.
Para recibir el tabaco, Durito realizó nuevamente su danza, ahora repitiendo "¡gracias!" una y otra vez.
Pasada la euforia tabacalera, iniciamos la complicada ceremonia del encendido de la pipa. Yo me recosté sobre la mochila y lo quedé viendo al Durito.
ュ Estテ。s igual ュle dije.
ュ Tテコ, en cambio, te ves bastante maltrecho ュme respondiテウ.
ュ Es la vida ュdije quitテ。ndole importancia.
Durito empezó con sus "mmmh, mmh". Al rato me dijo:
ュ ツソY quテゥ te trae por aquテュ despuテゥs de tantos aテアos?
ュ Bueno, estuve pensando y, como no tenテュa nada quテゥ hacer, me dije que por quテゥ no dar una vuelta por los viejos lugares y asテュ saludar a los amigos viejos ュrespondテュ.
ュ Viejos los cerros y reverdecen! ュreclamテウ indignado Durito.
Después siguió otro rato de "mmmh, mmmh" y de sus miradas inquisitivas.
Yo no pude más y le confesé:
ュ La verdad es que nos estamos replegando porque el gobierno lanzテウ una ofensiva en contra nuestra...
ュ ツ。Corriste! ュdijo Durito.
Yo traté de explicarle lo que es un repliegue estratégico, una retirada táctica, y lo que se me ocurrió en ese momento.
ュ Corriste ュdijo Durito, ahora con un suspiro.
ュ Bueno sテュ, corrテュ ツソy quテゥ? ュdije molesto, mテ。s conmigo mismo que con テゥl.
Durito no insistió. Se quedó callado un buen rato. Sólo el humo de las dos pipas tendía su puente. Minutos después dijo:
ュ Parece que hay algo mテ。s que te molesta, y no sテウlo lo de la "retirada estratテゥgica".
ュ "Repliegue", "repliegue estratテゥgico" ュle corregテュ.
Durito esperó a que yo continuara:
ュ La verdad es que me molesta que no estテ。bamos preparados. Y no estテ。bamos preparados por mi culpa. Yo creテュ que el gobierno sテュ querテュa el diテ。logo y entonces habテュa dado la orden de que empezaran las consultas para los delegados. Cuando nos atacaron nosotros estテ。bamos discutiendo las condiciones del diテ。logo. Nos sorprendieron. Me sorprendieron... ュdije con pena y coraje.
Durito seguía fumando, esperó a que yo terminara de contarle todo lo ocurrido en los últimos diez días. Cuando terminé, Durito dijo:
ュ Espテゥrame.
Y se metió debajo de una hojita. Al rato salió empujando su pequeño escritorio. Después fue por una sillita, se sentó, sacó unos papeles y los empezó a revisar con aire preocupado.
ュ Mmmh, mmh ュdecテュa a cada tanto de papeles que leテュa. Despuテゥs de un tiempo exclamテウ:
ュ ツ。Aquテュ estテ。!
ュツソAquテュ estテ。 quテゥ cosa? ュpreguntテゥ intrigado.
ュ ツ。No me interrumpas! ュdijo serio y solemne Durito. Y agregテウ:
ュ Pon atenciテウn. Tu problema es el mismo que tienen muchos. Se refiere a la doctrina econテウmica y social conocida como "neoliberalismo"...
"Lo que me faltaba... ahora clases de economía política", pensé. Parece que Durito escuchó lo que pensaba porque me regañó:
ュ ツ。Sssht! ツ。Esta no es una clase cualquiera! Es la cátedra por excelencia.
A mí me pareció exagerado eso de "la cátedra por excelencia", pero me dispuse a escucharlo. Durito continuó después de unos "mmmh, mmmh".
ュ ツ。Es un problema metateテウrico! Sテュ, ustedes parten de que el "neoliberalismo" es una doctrina. Y por "ustedes" me refiero a los que insisten en esquemas rテュgidos y cuadrados como su cabeza. Ustedes piensan que el "neoliberalismo" es una doctrina del capitalismo para enfrentar las crisis econテウmicas que el mismo capitalismo atribuye al "populismo". ツソCierto? Durito no me deja responder.
ュ ツ。Claro que cierto! Bien, resulta que el "neoliberalismo" no es una teorテュa para enfrentar o explicar la crisis. ツ。Es la crisis misma hecha teorテュa y doctrina econテウmica! Es decir que el "neoliberalismo" no tiene la mテュnima coherencia, no tiene planes ni perspectiva histテウrica. En fin, pura mierda teテウrica.
ュ Quテゥ raro... Nunca habテュa escuchado o leテュdo esa interpretaciテウn ュdije con sorpresa.
ュ ツ。Claro! Como que se me acaba de ocurrir en este instante! ュdice con orgullo Durito.
ュ ツソY eso quテゥ tiene quテゥ ver con nuestra huida, perdテウn, con nuestro repliegue? ュpreguntテゥ dudando ya de tan novel teorテュa.
ュ ツ。Ah! ツ。Ah! ツ。Elemental, mi querido Watson Sup! No hay planes, no hay perspectivas, sテウlo i-m-p-r-o-v-i-s-a-c-i-テウ-n. El gobierno no tiene constancia: un dテュa somos ricos, otro dテュa somos pobres, un dテュa quiere la paz, otro dテュa quiere la guerra, un dテュa ayuna, otro dテュa se atasca, en fin. ツソMe explico? ュme inquiere Durito.
ュ Casi... ュtitubeo yo y me rasco la cabeza.
ュ ツソY entonces? ュpregunto yo al ver que Durito no continテコa con su disertaciテウn.
ュ Va a explotar. ツ。Pum! Como globo que se infla demasiado. Eso no tiene futuro. Vamos a ganar ュdice Durito mientras guarda sus papeles.
ュ ツソVamos? ュpregunto con malicia.
ュ ツ。Claro que "vamos"! Estテ。 visto que no van a poder sin mi ayuda. No, no pretendas poner reparos. Necesitan un superasesor. Ya estoy aprendiendo francテゥs, por aquello de la continuidad.
Yo me quedo callado. No sé qué es peor: si descubrir que nos gobierna la improvisación o imaginarme a Durito de supersecretario de gabinete en un improbable gobierno de transición.
Durito arremete:
ュ Te sorprendテュ, ツソeh? Asテュ que no tengas pena. Mientras no me aplasten con sus bototas siempre podrテゥ clarificarles el camino a seguir en el derrotero de la historia que, a pesar de la vicisitudes, habrテ。 de levantar este paテュs, porque unidos... porque unidos... Ahora que me acuerdo no le he escrito a mi vieja ュDurito suelta la carcajada.
ュ ツ。Pensテゥ que estabas hablando en serio! ュfinjo enojo y le aviento una ramita. Durito la esquiva y sigue riendo.
Ya en calma, le pregunto:
ュ ツソY de dテウnde sacaste esas conclusiones de que el neoliberalismo es la crisis hecha doctrina econテウmica?
ュ ツ。Ah! De este libro que explica el proyecto econテウmico 1988-1994 de Carlos Salinas de Gortari ュresponde y me muestra un librito con el logotipo de Solidaridad.
ュ Pero Salinas ya no es el presidente... parece ュdigo con una duda que me estremece.
ュ Ya lo sテゥ, pero mira quiテゥn redactテウ el plan ュdice Durito y me seテアala un nombre. Yo leo:
ュ "Ernesto Zedillo Ponce de Leテウn" ュdigo sorprendido y agrego:
ュ ツソDe modo que no hay ruptura?
ュ Lo que hay es una cueva de ladrones ュdice, implacable, Durito.
ュ ツソY entonces? ュpregunto con verdadero interテゥs.
ュ Nada, que el sistema polテュtico mexicano es como ese gajo de テ。rbol que cuelga encima de tu cabeza ュdice Durito y yo brinco y miro hacia arriba y veo que, en efecto, hay un gajo que pende amenazante sobre mi hamaca. Me cambio de lugar mientras Durito sigue hablando:
ュ El sistema polテュtico mexicano apenas si estテ。 prendido a la realidad con pedazos de ramas muy frテ。giles. Bastarテ。 un buen viento para que se venga abajo. ツ。Claro que, al caer, va a pasar a llevar otras ramas y cuidado el que estテゥ bajo su sombra cuando se desplome!
ュ ツソY si no hay viento? ュpregunto mientras pruebo si la hamaca quedテウ bien amarrada.
ュ Lo habrテ。... lo habrテ。 ュdice Durito y queda pensativo, como mirando al maテアana.
Los dos quedamos pensativos. Volvimos a encender las pipas. El día empezaba a marcharse. Durito se quedó mirando mis botas. Temeroso, preguntó:
ュ ツソY cuテ。ntos vienen contigo?
ュ Dos mテ。s, asテュ que no te preocupes por los pisotones ュle dije para tranquilizarlo. Durito practica la duda metテウdica como disciplina, asテュ que siguiテウ con sus "mmmh, mmmh", hasta que soltテウ:
ュ Pero los que vienen tras de ti, ツソcuテ。ntos son?
ュ ツ。Ah! ツソEsos? Como unos sesenta...
Durito no me dejó terminar:
ュ ツ。Sesenta! Sesenta pares de bototas encima de mi cabeza! 120 botas de la Sedena buscando la forma de aplastarme! ュgritテウ histテゥrico.
ュ Espテゥrame, no me dejaste terminar. No son sesenta ュdije. Durito nuevamente interrumpiテウ:
ュ ツ。Ah! Ya sabテュa yo que no era posible tanta desgracia. ツソCuテ。ntos son, pues? Lacテウnico, respondテュ:
ュ Sesenta mil.
ュ ツ。Sesenta mil! ュalcanzテウ a decir Durito antes de atragantarse con el humo de la pipa.
ュツ。Sesenta mil! ュrepitiテウ varias veces entrecruzando con angustia sus manitas y patitas.
ュ ツ。Sesenta mil! ュse decテュa con desesperaciテウn.
Yo traté de consolarlo. Le dije que no venían todos juntos, que era una ofensiva con escalones, que estaban entrando por varios lados, que faltaba que nos encontraran, que habíamos borrado los rastros para que no nos siguieran, en fin, le dije todo lo que se me ocurrió.
Al rato Durito se tranquilizó y empezó de nuevo con sus "mmmh, mmmh". Sacó unos papelitos que, según me di cuenta, parecían mapas y empezó a hacerme preguntas sobre la ubicación de las tropas enemigas. Le respondí lo mejor que pude. A cada respuesta Durito hacía marcas y anotaciones en los pequeños mapas. Pasó un buen rato, después del interrogatorio, diciendo "mmmh, mmmh". Pasados unos minutos, y después de complicados cálculos (digo yo, porque usaba todas sus manitas y patitas para hacer las cuentas) suspiró:
ュ Lo dicho: usan "el yunque y el martillo", el "lazo corredizo", la "caza del conejo" y la maniobra vertical. Elemental, viene en el manual de Rangers de la Escuela de las Amテゥricasュ, se dice y me dice. Y agrega:
ュ Pero tenemos una oportunidad de salir bien de テゥsta.
ュ ツソAh, sテュ? ツソY cテウmo? ュpregunto con escepticismo.
ュ Con un milagro ュdice Durito mientras guarda sus papeles y se recuesta.
El silencio se acomodó entre los dos y fuimos dejando que la tarde se llegara por entre las ramas y bejucos. Más tarde, cuando la noche acabó de desprenderse de los árboles y, volando, cubrió el cielo, Durito me preguntó:
ュ ツ。Capitテ。n... Capitテ。n... Psst! ツソEstテ。s dormido?
ュ No... ツソQue hay? ュle respondテュ.
Durito pregunta con pena, como temiendo lastimar.
ュ ツソY quテゥ piensas hacer?
Yo sigo fumando, miro los rizos plateados de la luna colgados de las ramas. Suelto una voluta de humo y le respondo y me respondo:
ュGanar.
Subcomandante Insurgente Marcos
Gambito
Hasta la victoria siempre
No hay dolor en la muerte, esperanza hay en la vida
PD DE ME DOLIO (dedicado a un mensaje de maribea): Estaba el Gambito (osease yo) leyendo los mensajes de la comunidad, cuando en ese momento se escucha un sonido muy fuerte que suena como algo hueco, asi como cuando le pegan a un tinaco de 50 litros bacio con un palo de madera, aparte del susto no le tomo importancia y sigo leyendo, pero mi otro yo niño llega y me dice: No sientes como que tienes mojada la frente.
- No, callate que me desconcentras- digo sin prestarle mucha atencion pues estaba muy interesado en la lectura
Mi otro yo niño se lleva la mano a la frente y ve como un liquido algo viscoso y de apariencia roja mancha su mano, como por inercia de niño suelta un grito lastimero que rompe mi concentracion.
En eso estaba cuando llega mi otro yo machista (en honor a matilda) con la voz fuerte de norteño dice: Por que chillas (llorar) puesnn, que no vez que solo chillan las niñas.
Mi otro yo niño entre tanto grito y a la evidente falta de aire por la chilladera apenas se le escucha un: Es que me dolio la pedraaadaaaaaa.