Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores
El pasado 25 de octubre, el Jefe de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana (SINA) solicitó ser recibido en el MINREX para entregar una Nota Diplomática, por medio de la cual el Gobierno norteamericano ofreció enviar un equipo de tres funcionarios de la Oficina de Asistencia para Desastres en el Exterior, de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID), con vistas aevaluar los daños causados por el huracán Wilma y valorar un eventual ofrecimiento de ayuda humanitaria anuestro país. Al entregar la Nota, el Jefe de la SINA expresó que sentía realmente los daños causados alpueblo de Cuba por este huracán, y señaló que otros países como México y los Estados Unidos también habían sufrido los embates de Wilma y que en momentos como estos no podíamos hacer otra cosa que ayudarnos unos a los otros.
Al día siguiente, 26 de octubre, habiendo transcurrido menos de 24 horas desde la recepción de la Nota de la SINA, el segundo jefe de esa Sección fue convocado al MINREX para entregarle una Nota Diplomática, mediante la cual se les informó a las autoridades de los Estados Unidos que Cuba no había solicitado ayuda internacional, pero no tenía objeción a la visita de los tres funcionarios mencionados, con vistas a conocer sus valoraciones y sostener un intercambio sobre los desastres naturales provocados por los huracanes cada vez más frecuentes y violentos y la necesaria cooperación para enfrentarlos entre todos los países de laregión.
El 28 de octubre, el segundo jefe de la SINA entregó una nueva Nota Diplomática, señalando que el equipo de tres funcionarios de la USAID estaba listo para viajar cuando el Gobierno cubano lo autorizara y estaba preparado para realizar inmediatamente una evaluación de las necesidades del pueblo de Cuba, con vistas alposible envío de ayuda humanitaria. En esa ocasión, se le recordó al segundo jefe de la SINA el contenido de la Nota del MINREX del 26 de octubre, en la cual quedaba claro que Cuba no estaba solicitando ayuda internacional y que no tenía objeción a la visita de los tres funcionarios, para sostener un intercambio sobre los desastres naturales provocados por los huracanes en nuestra área y la necesidad de cooperación entre todos los países de la región para enfrentarlos.
El 29 de octubre, el segundo jefe de la SINA fue convocado nuevamente al MINREX, y se le entregó una Nota Diplomática en respuesta a la presentada por esa Sección el día anterior, en la cual se le indicó que Cuba estaba preparada para recibir al equipo de funcionarios de la USAID, cuyas visas serían procesadas de manera expedita una vez que fuesen solicitadas, y se le reiteró que no estábamos interesados en las evaluaciones económicas de los daños causados por el huracán con vistas a hipotéticas ayudas, sino que preferíamos analizar las posibilidades de cooperación real entre los países del área para prevenir y luchar contra las consecuencias de los desastres naturales, en los que la protección ypreservación de las vidas y la salud humanas era lo esencial.
El 31 de octubre, el segundo jefe de la SINA volvió a ser convocado al MINREX, con vistas a entregarle una Nota Diplomática con la agenda que la parte cubana consideraba discutir en las conversaciones con los funcionarios de la USAID, la cual incluía los siguientes aspectos:
1) Intercambio de puntos de vista sobre cómo debemos ayudarnos mutuamente entre los Estados Unidos, México, Cuba y otros países del área ensituaciones de desastre o peligro de desastre natural como los provocados en nuestra región por huracanes cada vez más frecuentes y violentos y,
2) Visitas a zonas afectadas por el huracán Wilma en las provincias de Ciudad de La Habana y Pinar del Río, conforme a los deseos expresados por la parte norteamericana. En esa Nota se reafirmó una vez más que Cuba no estaba interesada en valoraciones económicas.
En este contexto, recibimos con sorpresa las declaraciones realizadas el 1 de noviembre por el Administrador Asistente de la USAID para América Latina y el Caribe, Adolfo Franco, quien afirmó que están esperando "la autorización por parte del Gobierno de Cuba para que un equipo de profesionales estadounidenses en desastres pueda viajar a ese país y evaluar los daños en las áreas afectadas" y que "su objetivo (del equipo) es únicamente analizar el daño que ha hecho el ciclón en Cuba y luego sugerir las cantidades necesarias para ayudar a las poblaciones afectadas" y no "abrir conversaciones políticas con el Gobierno de Fidel Castro ni tener un canal nuevo, ni discutir los asuntos relacionados con el desastre".
Un día después, el 2 de noviembre, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, dio aconocer una declaración de prensa, en la cual se acusa a las autoridades cubanas de haber "cambiado la misión del equipo", al querer usarlo para "discutir la visión del Gobierno de Cuba sobre la respuesta a desastres en la región". En la declaración se agrega que el Gobierno norteamericano "no desea convertir una misión humanitaria en un diálogo político sobre cuestiones no relacionadas a la provisión de ayuda a las víctimas del huracán Wilma".
Asimismo, plantea que los Estados Unidos están suministrando 100.000 dólares a "organizaciones independientes y no gubernamentales" como ayuda inicial e inmediata al pueblo cubano, en lo que a todas luces parecería un intento encubierto de otorgar aún más financiamiento con el pretexto del huracán a los grupos mercenarios que el Gobierno de los Estados Unidos organiza y dirige en Cuba.
Cuba reitera una vez más que no ha solicitado ayuda al Gobierno de Estados Unidos para enfrentar los daños causados por el huracán Wilma. Contamos con los recursos materiales y humanos necesarios para la recuperación, que por demás marcha de manera acelerada.
Cuba rechaza la imputación que se le hace de haber modificado el propósito de la visita de los funcionarios de la USAID, así como la insinuación de que con su aceptación pretendemos lograr ventajas políticas y abrir un canal para la discusión de problemas bilaterales entre los dos países.
La posición de Cuba ha sido transparente desde el primer momento, al dejar clara nuestra disposición a recibirlos para debatir e intercambiar sobre la necesaria cooperación regional en esta esfera, para la cual cada país podría aportar los recursos materiales y técnicos de que disponga.
En más de una ocasión, Cuba transmitió claramente al Gobierno de los Estados Unidos que no estaba interesada en evaluaciones económicas, sino en establecer una cooperación real, eficaz y beneficiosa para todos los pueblos de la región.
La propuesta de Cuba de conversar sobre lacooperación para enfrentar situaciones de desastre o peligros de desastres naturales sigue en pie y se basa en nuestro convencimiento de que sólo estableciendo mecanismos de colaboración entre todos los países del área, incluidos los Estados Unidos, estaremos encondiciones de proteger y salvar vidas humanas frente a los fenómenos naturales cada vez más devastadores que nos azotan.