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General: La Escuela al Campo
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De: lealtad (Mensaje original) |
Enviado: 15/11/2005 02:45 |
¿En qué consiste la Escuela al Campo? Por Iris Hernández Rodríguez Todos los años, en Cuba los estudiantes de secundaria básica llevan a cabo un programa de vinculación con tareas de la campiña. No importa en qué mes del curso escolar. Quizás por estos días también se les pueda ver, laboriosos en esta práctica, que se ha convertido en toda una tradición y en un indudable incentivo escolar. La iniciativa tuvo su surgimiento en nuestra vecina provincia de Camagüey, en el mes de abril del año l966. Consistió en movilizar durante 35 días a todos los estudiantes de la enseñanza media superior del referido territorio, los cuales brindaron aportes en disímiles actividades agrícolas. El resultado fue asombrosamente positivo. Tanto para el alumnado que tomó parte en la convocatoria como para la economía, que vio crecer sus guarismos de una manera sorprendente. Un poco después la experiencia comenzó a aplicarse en el resto del país, específicamente en las escuelas urbanas de la Enseñanza Media – secundarias básicas y preuniversitarios -, con movilizaciones durante siete semanas por cada curso escolar. En la actualidad su duración está fijada en un mes. Esta modalidad tiene un carácter voluntario, pero más del 95 por ciento de los estudiantes tuneros contemplados en ella concurren cada año, y brindan su colaboración en cosechas de vegetales, cultivos varios y tareas socialmente útiles. Sobre el tema, nuestro presidente Fidel Castro dijo cierta vez: “Si una sociedad universaliza el derecho al estudio, debe universalizar el deber del trabajo, o de lo contrario se podría crear un pueblo de intelectuales, ajeno por completo al trabajo físico y a la producción material.” Durante el período de La Escuela al Campo los estudiantes alternan las labores de trabajo con actividades recreativas de toda naturaleza: organizan excursiones, celebran cumpleaños colectivos y engalanan sus dormitorios. También pueden recibir la visita de sus familiares los fines de semana, cosa que se convierte en un momento muy pintoresco de esta singular tarea escolar. En estos momentos, centenares de muchachos y muchachas de Las Tunas que cursan la Enseñanza Media en sus ocho municipios se encuentran incorporados a La Escuela al Campo, como una manera consecuente de alternar el estudio con el trabajo. En correspondencia con los tiempos que vivimos, en la etapa de Escuela al Campo también se desarrollan labores âcitadinasâ como tocar puerta por puerta ayudando a reflexionar sobre el ahorro de agua o de energía eléctrica, además de brindar su apoyo en la campaña de saneamiento. Igualmente, los adolescentes prestan sus servicios en la encuardenación de libros destinado a la Batalla de Ideas que libramos los cubanos. En cambio, muy distante se encuentran estas acciones en las cuales los muchachos y muchachas se entusiasman y participan voluntariamente de las imágenes de explotación infantil o de los sacrificios que realizan infantes de los países pobres por llevar un pedazo de pan a la boca o, más que eso, por sobrevivir a costa de su sudor. Lealtad |
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De: Lealtad_siempre |
Enviado: 15/11/2005 10:53 |
Tango: Deja lo que estas usando, sólo hablas incoherencias, por favor Lealtad |
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De: maribea05 |
Enviado: 15/11/2005 11:54 |
Tal y como señala Martí, existe una diferencia sustancial entre Escuela al Campo y Escuela en el Campo.
La primera, se refiere a los 30, 45 ó 60 días (esto último llegó a ser así para los estudiantes de Preuniversitario). Surgió mucho antes de la segunda y tenía como noble fin público, el que los estudiantes a partir del séptimo curso, se involucraran en un proceso de estudio trabajo que, como digo, es noble y digno.
Tiene una base martiana, en nuestro caso, pero además es el principio básico de cualquiera en cualquier país. Y de cualquier familia que hace crecer hijos bajo parámetros adecuados de refuerzo en la vida.
Como Mambí, asistí a todas mis escuelas al Campo y puedo decir también que pasé muy buenos momentos. Éramos una generación sana, que habíamos recibido el beneficio de familias de otro tiempo, que nos habían transmitido formas de conducta. Y crecimos en un ambiente en que no había más información que la que autorizaba el gobierno. No había cuestionamientos y lo que hacíamos supuestamente era el bien para toda la Humanidad (así de grande era la manipulación de nuestra buena fe y los mejores principios).
Así que cada producto (me tocó tomate, cebolla, piña, otros cítricos, chapear caña, papas, etc.) que cosechábamos con nuestras manos, era un triunfo.
Sobre la marcha, pero, de nuevo repito, sin cuestionamientos, me entero que los campesinos, y los hijos de los campesinos, no querían trabajar la tierra ya. Y había lógicamente que producir. Así que nos convertimos nosotros en la fuerza productora. Nos asistían los campesinos, eso sí, que nos enseñaban cómo se hacía todo.
Medio en broma medio en serio, cuando los fines de semana me pongo a chapear mis matas de plátano y me llama por teléfono algún amigo, le digo: Estoy de escuela al campo, o "de domingo rojo". No me avergüenzo para nada de aquella época, al contrario, aprendí mucho. Otra de las cosas importantes que se aprende es la convivencia. No es fácil habitar tantos días en un barracón lleno de gente.
Y como soy de esa generación "de los pies grandes" (teníamos que dar el llamado paso al frente en todo), "me tocó" también el invento de las Escuelas en el Campo como miembro del Destacamento Pedagógico (la doña debe saber a qué me refiero). Estudiante de vanguardia, me incorporé al primer Destacamento Pedagógico. Pero eso requiere su historia previa.
¿Por qué surgen las Escuelas en el Campo?
Resulta que la educación secundaria estaba decreciendo a pasos agigantados. La deserción de profesores era cada vez mayor (los "gusanos" yéndose en masa para EU). La población estudiantil en período de educación secundaria crecía en gran proporción. Las edificaciones que albergaban las escuelas secundarias se caían a pedazos por falta de mantenimiento (alguien saldrá a echarle la culpa al "bloqueo"). Y la tubería de rublos de los antiguos países de la Europa del Este estaba abierta a todo dar. Así que al Fifo se le ocurrió montar sus escuelas en el campo, unas edificaciones muy modernas, con instalación de laboratorios a todo dar. Y se construyeron a montones. Ceiba del Agua fue uno de los pueblos que más escuelas tuvo. Yo trabajé en Ceiba 1 y en Ceiba 5, antes de terminar, como colofón, en la escuela Lenin. Mi hermana estuvo en Artemisa 2.
El "único" problema de tan brillante idea fue que no había profesores para impartir clases. Los que quedaban, vivían en las ciudades y no estaban dispuestos a meterse una semana entera en el campo.
Y surgió la segunda "brillante" idea. El destacamento pedagógico. Estudiantes graduados de décimo grado, que tendríamos que estudiar pedagogía pero el primer y segundo año de la carrera teníamos que hacer, a la par, el primero y segundo de preuniversitario.
El esfuerzo fue increíble. De ahí surgió una buena cantera de gente muy seria que aprendió a querer lo que estaba haciendo. Pero salieron muchos, que NO servían como maestros ni volviendo a nacer. Y el precio que ha pagado al final, el proceso educativo en Cuba, es muy alto para el pueblo. La cacareada excelencia de la educación (que lo era desde ANTES de la cosa esa llamada revolución) se convirtió en humo. Y hoy vemos con pena como los profesionales egresados de las universidades no pueden escribir una oración completa sin tener al menos una falta de ortografía. Además, algo importante, la educación era, siempre ha sido, un vehículo importante para darle elementos a la persona para pensar. En mi pobre país, muchos salen con el cerebro atrofiado y no se alimenta en las escuelas intermedias ni en las universidades, el ejercicio de pensar y hablar con criterio propio, de cuestionarse todo, de ser un miembro activo natural de la sociedad. |
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De: tango |
Enviado: 15/11/2005 12:54 |
lealtad, Ve las fotos. Son una escusa para obtener mano de obra gratis, esclavitud. Un pais donde se supone que se respete a os nnos, estos son obligaos a recojer malanga de sol en sol. La Escuela al Campo Por María Argelia Vizcaíno Parte IV de V - Mi experiencia personal. En el mes de octubre de 1968, fui con mi escuela (Secundaria Básica Enrique Hart, de Guanabacoa) al campo. Me unía a un grupo de mis amigas que se iban del país por el «Puente de la Libertad», porque decían que si no cumplían con las labores agrícolas no las dejarían irse, y aunque la salida definitiva de mi familia tuvimos que renunciarla, porque a mi hermano no lo dejaban emigrar al tener la edad militar, pensé en el futuro. Nos mandaron en ómnibus a San Nicolás de Bari. El campamento de los varones se llamaba «La Tinaja» y como un kilómetro más adentro, el nuestro: «Guadalupe». Me tocó el albergue #4 y la brigada #7, la de las «burguesitas», como solían decirnos porque sabían que casi todas éramos «gusanas» (anticomunistas) que nos queríamos ir del país. Mi escuela tuvo la «suerte» de caer en un campamento que construyeron para el Servicio Militar Obligatorio los mismos reclutas y contaba con paredes de bloque, techo de fibrocemento con sus goteras para refrescar y las hendijas en el alero, para que las ranas y los ratones pudieran convivir con nosotras, además de que corriera el aire y entrara agua cuando llovía, aunque tenía ventanas de persianas de madera, casi todas rotas, que el aire y la lluvia las traspasaba. El baño ‘sólo para bañarse’ era de «lujo», porque contaba con paredes de ladrillo, igualmente con huecos en el techo para poder enfriarnos con la temperatura ambiente. En esa época ya no existían las cortinas ni de saco de yute, y algunos tubos a imitación de duchas o regaderas no funcionaban, por eso había que hacer las popularmente llamadas «duchas portátiles»: un cubo de agua siempre fría con una latica. El piso era de concreto como el del albergue, pero los tragantes siempre tupidos imitaban una pequeña poceta que hacía muy difícil que los pies quedaran bien limpios. El baño ‘para las necesidades fisiológicas’ es cosa aparte, pero a diferencia de los primeros años contaba con paredes de ladrillo y piso de cemento, pero sin agua corriente, sin electricidad como todo allí, sin papel higiénico y sin tasa donde sentarse desde luego, los animales no necesitan mucho más y los esclavos no pueden protestar por sus derechos humanos violados, mucho menos los niños indefensos que no sabían qué era éso y veían normal estas condiciones. Allí en ninguna parte había electricidad, y los faroles que asignaron no eran suficiente, así que se turnaban y todos las noches quedaba uno de los albergues oscuros, sin la alternativa de algún sustituto, porque ya en las tiendas no vendían linternas ni baterías, así que pronto aprendimos a ver como los gatos, sin perder el miedo que esto produce, y para ir a las letrinas, que estaban retiradas, nos reuníamos un grupo y alguna maestra nos acompañaba. A medida que pasaban los días, habían menos maestras (ellas inventaban una excusa, se valían de algún certificado médico de un padre o un hijo enfermo o de que no tenían quién se lo cuidara y se iban definitivamente, sólo quedaban al final de la jornada, las simpatizantes del gobierno, las que no tenían excusas o las más cobardes que temían una represalia). Así que ideamos una lata de dulce vacía para en la noche hacer lo de mayor prioridad. Lo otro costó a la mayoría, semanas de estreñimiento. El trabajo consistía en la recogida de malanga y la siembra de ajo (que no vendían a la población, por lo que las muchachitas se los robaban como podían para dárselos a su familia el domingo, día de visita). Yo no pude ir a trabajar la tierra, porque tenía un certificado médico que me impedía hacer esfuerzos físicos por tener una lesión cardíaca debido a una fiebre reumática que no me detectaron los médicos de la revolución. Así que me ubicaron junto a otras en situación parecida, en las tareas del campamento. La primera semana me tocó en la cocina y el trabajo era tan duro como en el campo. Eramos las primeras en levantarnos y las últimas en acostarnos. Había que servir el desayuno, leche en polvo hirviendo con sabor a chocolate y el pedacito de pan zocato. Después fregar, picar los plátanos verdes del almuerzo, que inexplicablemente siempre quedaban duros, escoger aquel arroz que no se sabía si había granos entre tantos gorgojos y gusanos, total mezclados con la carne rusa se iban confundiendo, así que optamos por quitar las pelotas pegajosas más grandes que hacían los gorgojos, sino, no acabábamos nunca o no quedaba arroz. En lo que la comida la cocinaban los guajiros que vivían en el batey, teníamos que limpiar la cocina y el comedor que al menos contaba con bancos y mesas, y preparar todo para almorzar rapidito, para después servir a las demás que llegaban del campo extenuadas y quemadas. Al finalizar el almuerzo, teníamos que fregar las bandejas y volver a escoger el arroz con «proteínas» de la cena o la harina de maíz que venía en las mismas condiciones, y picar los plátanos siempre verdes y duros. Los 45 días el mismo menú. Por suerte para mí, en la noche fregaban las bandejas las muchachitas que estaban de castigo, por no cumplir las metas del día, buscar pleitos con otra o faltarle el respeto a las maestras, entonces podía irme con las demás a descansar, a cantar en la oscuridad, a hacer cuentos o alguna maldad propia de la edad. La segunda semana me tocó en la brigada de la limpieza de los albergues, que tragaba mucho polvo al barrerlo y me dolía la garganta después, también la espalda, de cargar tantos cubos de agua para el baldeo del piso de concreto. Las últimas semanas me mandaron a limpiar las letrinas, el más desagradable de todos los trabajos, pero que yo prefería porque requería poco esfuerzo y era al que menos horas había que dedicarle |
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De: Elpidio3747 |
Enviado: 15/11/2005 13:55 |
bueno para no tener que mandar al panameno para el recontracono su madre mejor me callo,la escuela al campo lo que nos dejo y eso no podemos negarlo es que nos enseno a poder valernos por si solo a no tener miedo,....ese legado no podemos negarlo;.... a fifo le agradecemos eso,porque cuando yo llegue aqui estaba solo y pude salir adelante a si que aquella experiensa me sirvio para algo que creen ustedes asi lo pienso yo...........GRACIAS FIDEL POR BOTARME DE CUBA....... SOY UN HOMBRE DE BIEN POR ENSENARME A VALORAR QUE AQUELLO ERA UNA MIERDA........ |
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De: tango |
Enviado: 15/11/2005 14:55 |
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De: Lealtad_siempre |
Enviado: 15/11/2005 15:56 |
mambí: No comparto con usted eso del trabajo forzado, vea que hay una gran incongruencia en lo que dice, usted y la doñita serían los únicos en el mundo que guardan gratos recuerdos del trabajo forzado, sino pregunté a los que en verdad han hecho trabajo forzado. No es voluntario, porque es una necesidad del país, pero hasta ahora nadie a muerto por la Escuela en el campo o la Escuela al campo, todos guardan excelentes recuerdos, me pasa lo mismo. Doñita Maribean: No deja usted su veneno, ufffffffffffffff, era tan excelente las educación en Cuba antes del 59, que todo el que podía mandaba a sus hijos a estudiar a USA o España, que pasa, la memoria le falla? Respecto a la ortografía, es usted una gran mentirosa, hasta hoy día en una prueba de mate te quitan puntos por eso, no apriete tanto, que el conejo salta porque no aguanta. Así que usted aprendió a pensar cuando salió de Cuba, nuevamente diculpeme, pero que guanaja es usted, si se puede saber, cuantos años tuvo la cabeza solamente destinada para aguantar los ruleros???. No ve, que eso dice muy poco a favor de usted, seguro que en el capitalismo le dieron un vitalizante que usted cree le hizo funcionar las neuronas, ahora la entiendo mejor. Por suerte, mis neuronas no son sistemicas, funcionan donde me pare, donde este, ellas nacieron conmigo, crecieron conmigo y morirán conmigo. La cabeza gracias a Dios siempre las han cobijado, jamás usé ni usaré ruleros, mi lacio pelo indio siempre libre como su dueña, adornaban las neuronas. Lealtad |
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De: Lealtad_siempre |
Enviado: 15/11/2005 16:56 |
Tango: Vea que nos hace un favor. Primero esos niños son de primaria, algunos ni pioneritos son, pues no usan pañueleta, por tanto no van a la escuela en el campo o a la escuela al campo. Que bien se los ve, también son los hijos de los oligarcas castristas? Lealtad |
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De: Maceobravo1 |
Enviado: 15/11/2005 17:57 |
lo que la compañera lealtad, no les dice,. que el niño, que no vaya, queda por vida amrcado, con un expediente, que le sigue hasta la universidad, que ese niño, es señalado y su familia, por no ser revolucionario, se convierte en un paria, dentro de su patria, la revista juventud, al ver, la cantidad de embarazo, en estas escuelas, puso un articulo, donde el comienzo, decia, DEJEN DE FORNICAR, esto no es cuento, salio, parece que la compañera lealtad, estaba tan mala, que no cayo en una de esa preñaderas, pero bueno, ella, es la segunda mariana grajaeles, por lo menso, eso, es lo que quiere, darnos a entender. maceo |
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De: lealtad |
Enviado: 15/11/2005 18:57 |
Macein: Lea bien, dije que no era voluntario. mambí: No comparto con usted eso del trabajo forzado, vea que hay una gran incongruencia en lo que dice, usted y la doñita serían los únicos en el mundo que guardan gratos recuerdos del trabajo forzado, sino pregunté a los que en verdad han hecho trabajo forzado. No es voluntario, porque es una necesidad del país, pero hasta ahora nadie a muerto por la Escuela en el campo o la Escuela al campo, todos guardan excelentes recuerdos, me pasa lo mismo. | Todo radica en los valores de cada quién, parece que los míos eran buenos, así mismo como los de mis compañeros, por eso no ví eso que dicen, algún caso sí, pero en general, no era lo normal. Por sus palabras y las de Maribean veo que su gente era la que pecaba de eso y por eso generalizan, por eso de que el ladrón cree que todos son de su condición. No pretendo ser Mariana Grajales, soy solo Roxana, menos aún porque usted se cree maceo, Dios me libré de querer ser su madre. Usted Maceín y yo, lealtad, ok? Lealtad |
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De: maribea05 |
Enviado: 15/11/2005 19:57 |
En mi mensaje anterior quise poner: Tal y como señala Mambí, existe... (no Martí, como aparece, es que tenía además rondándome en la cabeza al Apóstol). ;-) |
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De: Mambi |
Enviado: 15/11/2005 20:58 |
Matildita por favor, ibamos de lo mas bien , no lo echemos perder, ok? "No comparto con usted eso del trabajo forzado, vea que hay una gran incongruencia en lo que dice, usted y la doñita serían los únicos en el mundo que guardan gratos recuerdos del trabajo forzado, sino pregunté a los que en verdad han hecho trabajo forzado" Evocaba mis recuerdos desde el punto de un adolecente, pero visto a la luz de hoy, si se puede decir que lo fue aunque yo nunca lo vi asi en aquel momento, como tampoco le vi los otros defectos hasta que, ya de mayor, me di cuenta de ellos Yo se que no era, ni es, el tipico trabajo forzado donde se golpea al trabajador y se sufre lo indecible pero que es algo que el gobierno se aprovecha bajo el manto de la premisa martiana de "estudio trabajo" eso tampoco lo debemos negar. Que cosnte, yo realmente no critico la Escuela al Campo, como dijo Elpidio, alli se aprende a ser independiente a sobrevivir, y eso es algo que nos sirvio a algunos para salir adelante, cuando se llega solo a un pais donde no se conoce nada. Este no es un tema real para una confrontacion asi que tomalo como un intercambio de experiencias mas que un debate. Saludos reynaldo |
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De: Lealtad_siempre |
Enviado: 15/11/2005 21:58 |
Lo notamos Maribean, pero eso le pasa a cualquiera Lealtad |
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De: Lealtad_siempre |
Enviado: 15/11/2005 22:59 |
Mambi: Hay personas grandes a las cuales no les interesa saber la verdad, resulta que yo soy Lealtad, boliviana, roja y fidelista, Matilda es argentina, troskista y no fidelista. Me hace un favor confundiendome con ella, pero en honor a la verdad no somos la misma, espero que esto aclaré sus dudas. En estos momentos ambas estamos en internet, porque no nos encontramos en la sala del chat del foro y podrá constatarlo Lealtad |
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De: Mambi |
Enviado: 15/11/2005 22:59 |
Lealtad Disculpame, fue un lapsus, no me di cuenta y puse el nombre de la sra Matilda. No hay dudas, fue una honesta equivocacion y no tengo nada que comprobar Reynaldo |
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De: Maceobravo1 |
Enviado: 16/11/2005 08:36 |
sa igual, manbi, da igual, diste en el blanco, no fue un lapsis mentis, estas hablando de la misma persona. maceo |
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