¡ Coño, que envidia!
2005-12-11
Por Aldo Rosado .
Aldo Rosado-Tuero
Desde que tengo uso de razón recuerdo que mis padres, mis abuelos, mis tios y todos los mayores de la familia, supieron sembrar en mi mente, que la envidia es un sentimiento malsano que corroe el alma y te destroza el hígado. Mis queridos y recordados maestros del Colegio Presbiteriano me inculcaron de tal forma sus enseñanzas en contra de la envidia, que he ido por la vida sin sentir jamás envidia por nada ni por nadie. Al contrario, cuando algún amigo o familiar logra un triunfo u obtiene algo material, siento una tremenda satisfacción y alegría, y juro que siento sus triunfos y los celebro como algo propio.
Pero, a fuer de sincero, tengo que confesar que en los últimos días he comenzado a sentir una tremenda envidia- como cubano- por los chilenos.
Por más de un mes he venido observando a través de TV Nacional de Chile, las distintas rondas de debates entre los 4 candidatos presidenciles de ese hermano país. ¡ que ejemplo de civilidad y de respeto a la opinión del contrario!.
No ha habido un solo ataque personal, ni una descalificación con epítetos. Los temas que se trataron fueron las visiones y las propuestas de lo distintos aspirantes, sobre el futuro de Chile.
Y lo que desbordó la taza de mis sentimientos y me provoca una envidia (de la buena) que no puedo callar fue la foto aparecida en la edición de hoy (domingo 11 de diciembre, dia de las elecciones en Chile) del Nuevo Herald, donde aparecen los 4 candidatos: Tomás Hirsch, comunista; Michelle Bachelet, socialista y, en la época pinochetista, ex-compañera sentimental de un guerrillero anti gubernamental; Sebastián Piñera, rico empresario y Joaquín Lavín, ex-colaborador del Gobierno de Pinochet y miembro del Opus Dei, abrazados y sonrientes.
Eso es democracia. Eso es madurez política, eso es convivencia civilizada.. Y que esto ocurra en un país que hace uno años estaba profundamente dividido y con tantos muertos(de ambos bandos) de por medio, dice mucho del pueblo chileno y de su alto grado de civilización.
¿ Seremos los cubanos más incivilizados que los chilenos? Esta profunda división y esta costumbre de descalificar, denostar y querer arrancarle la cabeza al adversario político ¿es producto de la tiranía que nos aherroja por casi medio siglo? o
¿ es que todavía no hemos madurado lo suficiente como para situarnos a la altura de los pueblos civilizados? ¿ Destruyó el castrismo para siempre la veta jovial de mis compatriotas?. Recuperaremos la jovialidad, la tolerancia y el respeto a la opinión ajena, una vez desaparecida la tiranía, tal y como ocurrió en Chile? Ojalá que sepamos hacerlo.
Y a los chilenos quiero decirles, que a pesar de la enorme envidia que me corroe, por no poder ver que en mi país ocurra lo mismo que en el de ellos, les deseo de todo corazón, que gane el que el pueblo elija y que quien sea, siga llevando a Chile, por la senda de la tranquilidad, la justicia y la prosperidad en democracia.
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