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De: matilda (Mensaje original) |
Enviado: 11/12/2005 23:59 |
Nieméyer, comunismo es el camino Enviado el Monday, 12 December a las 00:30:12 por admin Nieméyer habla de Chávez, Fidel Castro y comunismo
Prensa Latina/ inSurGente.- El arquitecto brasileño Oscar Niemeyer expresó que "el comunismo es el camino" y manifestó admiración por los presidentes cubano y venezolano, Fidel Castro y Hugo Chávez, y sus esfuerzos por un mundo mejor, en entrevista publicada hoy. Interrogado si aún se puede cambiar el mundo, tras defender la opición comunista dijo que el hombre debe arriesgarse y recordó que según Lenin "es necesario soñar, si no las cosas no ocurren". "Gusto de ver, por ejemplo, a Chávez soñando que va a cambiar la América Latina para que sea más justa", ejemplificó, e interrogado sobre Fidel Castro dijo que es "una gran figura, con el coraje de intentar mejorar las cosas".
El proyectista de Brasilia y decenas de otras obras en Brasil y en el extranjero, dialogó con un equipo del área cultural del Jornal do Brasil, en una entrevista con motivo de cumplir este mes 98 años y en la cual Prensa Latina tomó parte como invitada. Respecto a qué ocurrirá en Brasil cuando termine el gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, dijo que es difícil adivinar y reiteró su apreciación de que "Lula quiere mejorar el capitalismo, lo que para mí es imposible".
Aclaró, sin embargo, que "lo importante ahora es luchar contra el imperio de (George W.) Bush y unirnos en la defensa de América Latina. Nada de concesiones".
Según Niemeyer, quienes piensan correctamente "comprenden que, mientras la violencia y la miseria estén ahí, Brasil estará mal", y opinó que las diferencias entre pobres y ricos "sólo van a acabar cuando hagan como Chávez, peleando".
"No es que quiera hacer la revolución de hoy para mañana -aclaró-, pero tenemos que pensar en cómo resolver esos problemas. Tenemos que soñar con soluciones, si no nada ocurre", dijo.
Sobre su opción por las ideas comunistas, recordó que se crió en un ambiente de muchos prejuicios, pero cuando "vi cómo el mundo era injusto entré en el Socorro Rojo", de auxilio a los pobres. "Después vino (Luiz Carlos) Prestes, el Partido Comunista, la lucha que interesa".
Niemeyer, que a los 98 sigue proyectando obras, inclusive con varias actualmente en ejecución o esperando su inicio, en el país y en el extranjero, insiste siempre en que la arquitectura no es lo más importante, "sino la vida, los amigos y este mundo injusto que debemos modificar".
Sin embargo, en la conversación habló de su obra y sus proyectos y defendió su concepción de "una arquitectura diferente, basada en el concreto, usando las curvas".
Dijo que la iglesia Pampulha, en Belo Horizonte, fue su primer gran proyecto, "una Brasilia en escala menor: la misma corredera, la misma pasión, la misma preocupación de que el dinero se acabara antes del término de la obra".
"Pampulha mostró el camino para la arquitectura de hoy", resumió y dijo que le gustan las obras que presentan grandes desafíos, como la plaza de Le Havre, en Francia, pero aclaró que quizás entre sus obras la preferida sea la Universidad de Argelia.
Según Niemeyer, "no existe arquitectura clásica o moderna: hay la buena y la mala arquitectura. Hay edificios antiguos con una concepción osada y fantástica. No existe una arquitectura ideal: sería la monotonía, la repetición".
Y en su profesión tampoco olvida la preocupación social: "el sujeto no puede usar la arquitectura para cambiar la vida de la mayoría de las personas, pero puede por lo menos hacer que ellas paren y tengan un momento de emoción".
Al pedírsele un consejo para Brasil, dijo que "el patriotismo anda olvidado y necesita ser recuperado", para pensar en el país, en la Amazonia, en el pueblo, que es pobre, y "en América Latina, que está tan amenazada. Pensar que no podemos quedar al margen de la historia".
Ñico
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De: matilda |
Enviado: 13/12/2005 08:34 |
Lo que no deja de sorprenderme,es que a Castro ya el nombre se le quitó, en América Latina a pasado a ser un adjetivo, como Gardel. Pero no se apenen, la mayor contribución la hacen ustedes, diciendo disparates tales como que era amigo de Videla, mija, que vamos ,que ya no masticamos vidrio. Y el clamor internacional por nuestra dictadura, verdadera dictadura, fué bien escaso, sobre todo el proveniente del hornillo del norte, que más que clamar subsidiaba a ambas dictaduras, la de Chile y la de Argentina ,anche tuitas las otras también. Si tuvieran una pisca de análisis se darían cuenta porque se los detesta a los yanquis por acá,no les bastó la muestra reciente? Pero claro, los excuso, tranquilos ,los subordinados están para eso,para obedecer, estaría bueno que recuerden que Goebbels ya murió. A seguir haciendo buena letra, no sea cosa que se queden sin el pan. matilda |
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De: SadCHARLOTE |
Enviado: 13/12/2005 10:17 |
LAS OCULTAS RELACIONES QUE MANTUVO EL CASTRISMO CON LA DICTADURA MILITAR ARGENTINA Fuente: Diario Exterior.com25/6/2005 | España El Centro para la Apertura y el Desarrollo para América latina (CADAL) le hizo llegar esta semana al canciller argentino Rafael Bielsa una nota donde le solicita que investigue las relaciones del gobierno de Fidel Castro con la dictadura militar argentina. El pedido del Centro se fundamentó en la certeza de la existencia de varios documentos que, de confirmarse, dejarían en ridículo al castrismo y a su defensa exaltada de los derechos humanos. Por Luis Balcarce Este pedido no pierde actualidad a pesar de los años transcurridos ya que, como es de público conocimiento, las leyes del perdón en Argentina han sido derogadas pocos días atrás y los juicios a los militares, reabiertos. "Existen varios testimonios que certifican la complicidad del gobierno de Cuba con la dictadura militar argentina, incluyendo su cabildeo en las Naciones Unidas para impedir una condena internacional por las violaciones a los derechos humanos que aquí se estaban cometiendo", dice la nota, presentada en la Mesa de Entradas de la Cancillería. En la misma, el director de CADAL, Gabriel Salvia, le solicita al canciller que "teniendo en cuenta el carácter prioritario que tienen los derechos humanos para el gobierno del presidente Néstor Kirchner", el ministerio a su cargo "elabore un informe sobre la relación del gobierno cubano de Fidel Castro con la dictadura militar argentina", para dilucidar "la complicidad de las dictaduras en la violación de los derechos humanos en la Argentina". Los datos con los que cuenta la institución hablarían de una relación de mutuo apoyo entre la dictadura cubana y la militar argentina. Por un lado, las dos dictaduras necesitaban sumar apoyos para contrarrestar las denuncias internacionales por la violación de derechos humanos y en ese punto hay constancia de que se asistieron mutuamente. Por otro, Argentina contaba con la URSS como principal comprador de granos, lo cual hizo que las relaciones comerciales con Cuba, luego de un mal comienzo, tendieran a normalizarse hasta convertirse en un destacado socio comercial del país sudamericano. Por último, los dos formaron parte del Movimiento de Países No Alineados, grupo de países tercermundistas unidos por las pancartas de un nacionalismo rudimentario acompañado de un autoritarismo abyecto que pretendía diferenciarse de las recomendaciones de Washington formando un grupo de presión independiente. Habla CADAL Según CADAL, existe "constancia" de que en La Habana se celebró un Congreso sobre la situación de los Derechos Humanos en América Latina, "cuya declaración final excluyó la violación a los derechos humanos en la Argentina, por parte de la dictadura militar". Diario Exterior consultó a Gabriel Salvia, quien amplió en detalle acerca de la relación entre Cuba y los militares. Salvia explica que varios periodistas han denunciado los acuerdos entre ambos bandos: "El periodista de La Nación Jorge Elías, -dice Salvia- al referirse a Fidel Castro, señalaba en un artículo la amnesia de aquellos que padecieron entre 1976 y 1983 los excesos de la dictadura (1). Por su parte, el periodista Andrés Oppenheimer recordaba que Castro fue un gran aliado de la dictadura militar que gobernó en la Argentina entre 1976 y 1983. En este artículo Oppenheimer cita a ex funcionarias de Derechos Humanos del gobierno de Carter, quienes dijeron que los argentinos y los cubanos trabajaron juntos para bloquear la moción de condena durante todo el período de la junta militar, y también que fue una negociación difícil: los rusos y los cubanos no querían hacer nada contra la Argentina. (2) También la periodista Claudia Peiró, manifiesta Salvia, recuerda "la buena relación entre ambas dictaduras al decir que quien se tome el tedioso trabajo de leer los infinitos discursos pronunciados en aquellos años por el 'líder máximo' de la revolución cubana tampoco encontrará jamás la palabra dictadura asociada al régimen de Jorge Rafael Videla, calificativo que Castro sí aplicaba sistemáticamente a Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. Para entender esta sociedad entre dictaduras, todos estos periodistas recuerdan la fuerte relación comercial que unía a la Argentina con la Unión Soviética, la nación de la cual Cuba era virtualmente una colonia." Pero quien más ha llamado la atención sobre este punto, destaca Salvia, es el intelectual argentino Juan José Sebreli, quien en una reciente conferencia señaló algunos aspectos del comportamiento de Cuba con respecto a la dictadura militar argentina que a lo mejor algunos han olvidado o desconocen. "Hay que recordar -según Sebreli- que cuando la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reunida en Ginebra propició una condena a la dictadura militar, incluyendo el tema de los desaparecidos, fueron dos países, Rusia y Cuba, quienes se opusieron terminantemente a esta declaración y finalmente votaron en contra de ella juntamente con, obviamente, la delegación argentina. Esta relación idílica entre Cuba y la dictadura militar culmina en la Guerra de las Malvinas, cuando recorrió el mundo la foto de nuestro canciller abrazado con Fidel Castro." Datos concretos Diario Exterior investigó estas pistas dadas por Sebreli y pudo constatar que durante la primera etapa del gobierno de Videla, la Secretaría de Comercio Exterior y Negociaciones Económicas Internacionales amplió un crédito concedido a Cuba en 1973, medida que contó con el aval no sólo del presidente Videla sino también de los intereses ligados a la industria metalúrgica y automotriz, precisamente los mismos que representara el ex ministro de Economía de Perón, José Ber Gelbard, cuando en 1973 inició las gestiones tendientes a la firma de convenios comerciales con La Habana. (4) Durante la etapa de Videla en el poder (1976-1981), la más sangrienta en relación a la violación de derechos humanos de toda la historia argentina, los contactos económicos con Cuba se fortalecieron, lo que llevó al gobierno cubano a invitar a Videla a participar a la Reunión de Países No Alineados en La Habana a celebrarse en septiembre de de 1979. Videla no aceptó esta invitación dado que era absurdo dar a conocer el apoyo argentino a quien era conocido en aquel entonces como "el principal promotor de la "subversión marxista" en la región. Sin embargo, Videla terminó enviando como delegado a la conferencia de La Habana al subsecretario de Relaciones Exteriores, el comodoro Carlos Cavándoli. Esta decisión obedeció a la necesidad del régimen militar de evitar un total aislamiento internacional y de encontrar respaldo para sus reclamos en la guerra de Malvinas. La delegación argentina presentó su disconformidad a varias de las propuestas allí presentadas. Sin embargo, la presencia de Cavándoli fue un factor que llevó a un progresivo mejoramiento de los vínculos comerciales argentino-cubanos, tendencia que se registró hacia fines de 1979. (5) Además, se logró la inclusión de un párrafo en la resolución final que reafirmaba la soberanía argentina sobre las islas Malvinas. (6) Párrafo aparte merece la fluida relación de la Junta Militar con la ex Unión Soviética. A pesar de la matriz ideológica anticomunista del régimen militar, Videla decidió intensificar las relaciones comerciales con Moscú, en respuesta a un contexto externo en el que las exportaciones agropecuarias argentinas se enfrentaron con restricciones en sus mercados de colocación tradicionales. Este perfil "pragmático", según el historiador argentino Carlos Escudé, se debió a que los productores agropecuarios percibieron a la URSS y al Este europeo como importantes mercados alternativos. En la reunión de gabinete del 25 de marzo de 1977, el ministro de economía Martínez de Hoz defendió la necesidad de profundizar las relaciones económicas con Moscú como único medio para mejorar la balanza comercial, en un contexto donde el mercado de Europa Occidental estaba cerrado para las exportaciones argentinas por la presencia de fuertes barreras arancelarias. Apoyo a Malvinas La necesidad del régimen militar de contar con aliados externos para su reivindicación de derechos sobre las islas Malvinas potenció en los canales diplomáticos la importancia del foro de No Alineados, especialmente a partir de la invasión argentina a las islas el 2 de abril de 1982. En este sentido, merecen destacarse el comunicado del 26 de abril de 1982 del Primer Buró de Coordinación de Países No Alineados presidido por Cuba, que reconoció la soberanía argentina de las islas Malvinas, y el del Segundo Buró de Coordinación del 5 de mayo, similar al anterior. Estos favores recibidos por Cuba fueron agradecidos por la Junta Militar durante la Reunión de No Alineados en Nueva Delhi, en marzo de 1983, ocasión en la que el coronel Reinaldo B. Bignone agradeció a Castro el apoyo otorgado a la reivindicación argentina sobre el archipiélago. Durante la corta gestión de Bignone, No Alineados fue -junto con Naciones Unidas- uno de los foros privilegiados para continuar los reclamos de soberanía en las Malvinas. Estos coquetos con NO Alineados, donde muchos de sus países miembros se declaraban abiertamente comunistas, generó fuertes repudios y divisiones dentro de la cúpula militar pero también manifiestas muestras de apoyo, sobre todo por parte de la clase política argentina. De hecho, Bignone se entrevistó en Nueva Delhi no sólo con Fidel Castro sino también el líder de la OLP, Yasser Arafat y representantes de Tanzania, Nigeria una subcomisión del Comité de Cuestiones Controvertidas. Como si fuera una carcajada de la Historia, la Junta Militar terminó haciendo buenas migas con dirigentes mundiales que habían entrenado a jefes del ERP y de Montoneros, a quienes los militares persiguieron hasta su exterminio durante toda la guerra sucia. Notas 1- "Capaces de olvidar, o de disculpar, el desliz que cometió en 1980 en Ginebra: desdibujó el drama de los desaparecidos en una resolución con letra norteamericana que pretendía ser puntual. Terminó siendo una condena lavada, y centrifugada, con música de la Unión Soviética, principal importadora de granos de la Argentina". 2- En su columna del 13 de febrero de 2001 Andrés Oppenheime escribe: "En efecto, en 1980 y 1981, cuando el gobierno de Carter trató de lograr una condena a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Cuba se opuso tenazmente y ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción". 3- En una nota publicada el 10 de febrero de 2001 en la revista La Primera. 4- "Por el próximo viaje de Fraguío a La Habana. Expectativa de empresarios", La Opinión, 21 de octubre de 1976, p. 15, y "Mediante la ampliación del crédito concedido en 1973. Recibirían fuerte impulso las ventas argentinas a Cuba", La Opinión, 27 de noviembre de 1976, p. 11. 5- Ver M. Rapoport: "La posición internacional de la Argentina y las relaciones argentino-soviéticas", en Argentina en el mundo, 1973-1987, Bs. As., 1988. 6- A. Vacs, "Back to the Origins". 7- Algunos dirigentes políticos -que comprendieron una variada gama desde el radicalismo y el peronismo hasta algunos sectores de izquierda y nacionalistas- respaldaron con distintos matices la posición adoptada por Bignone en Nueva Delhi. Tales fueron, entre otros, los casos del dirigente de la UCR línea interna del Movimiento de Afirmación Yrigoyenista (MAY) Luis León, de los dirigentes justicialistas Angel Federico Robledo, Deolindo Felipe Bittel y Raúl Matera; de los militantes del Partido Comunista (PC); del titular del Movimiento Nacionalista Constitucional Alberto Asseff; del dirigente del Frente Izquierda Popular (FIP) Jorge Abelardo Ramos; y del líder del Partido Intransigente (PI), Oscar Alende. |
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De: SadCHARLOTE |
Enviado: 13/12/2005 11:59 |
.... "Hay que recordar -según Sebreli- que cuando la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reunida en Ginebra propició una condena a la dictadura militar, incluyendo el tema de los desaparecidos, fueron dos países, Rusia y Cuba, quienes se opusieron terminantemente a esta declaración y finalmente votaron en contra de ella juntamente con, obviamente, la delegación argentina. Esta relación idílica entre Cuba y la dictadura militar culmina en la Guerra de las Malvinas, cuando recorrió el mundo la foto de nuestro canciller abrazado con Fidel Castro."..... Ja!! |
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De: SadCHARLOTE |
Enviado: 13/12/2005 13:42 |
En su columna del 13 de febrero de 2001 Andrés Oppenheime escribe: "En efecto, en 1980 y 1981, cuando el gobierno de Carter trató de lograr una condena a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Cuba se opuso tenazmente y ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción". Inmorales!!!!
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De: matilda |
Enviado: 13/12/2005 15:25 |
Oppenheime ,Sebreli,Carlos Escudé....... Deberías ponerte al tanto de las fuentes que utilizás primero ,y después podemos conversar. Matilda |
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De: tango |
Enviado: 13/12/2005 17:08 |
La ironía de la disputa Cuba-Argentina Por Andrés Oppenheimer MIAMI.- La gran ironía de la acusación de Fidel Castro acerca de que la Argentina está "lamiendo la bota yanqui" es un detalle histórico del que pocos se acuerdan: el propio Castro fue un gran aliado de la dictadura militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983. Algunos de nosotros lo recordamos bien. Y dos funcionarios norteamericanos que encabezaron los esfuerzos del presidente Jimmy Carter por condenar los abusos a los derechos humanos del régimen militar argentino me confirmaron esta semana que Castro le dio un apoyo diplomático crucial a la junta militar argentina. Ese detalle pasó casi inadvertido la semana pasada, cuando Castro acusó al gobierno del presidente Fernando de la Rúa de estar planeando repetir el voto argentino contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas en abril. Castro, que vivió durante tres décadas de la Unión Soviética, acusó a la Argentina de "lamer la bota yanqui" y arremetió contra la política económica argentina. El gobierno argentino reaccionó con previsible indignación, enviando una nota de protesta y llamando a su embajador en La Habana para consultas "por tiempo indefinido". El canciller argentino, Adalberto Rodríguez Giavarini, dijo que el discurso de Castro bordeaba la "irracionalidad", además de ser una intervención en los asuntos internos de la Argentina. Ojalá el canciller hubiera ido más lejos. Podría haber dicho que hubiera deseado que Castro apoyara al gobierno democrático argentino como apoyó en su momento a la dictadura militar que hizo desaparecer entre 9000 y 30.000 personas. En efecto, en 1980 y 1981, cuando el gobierno de Carter trató de lograr una condena a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Cuba se opuso tenazmente y ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción. Patricia Derian, que fue subsecretaria de Estado para los Derechos Humanos del gobierno de Carter, me señaló esta semana que "los argentinos y los cubanos trabajaron juntos para bloquear la moción de condena durante todo el período de la junta militar". Roberta Cohen, la asistente de Derian, participó personalmente en los debates de Ginebra en 1980, en los que Estados Unidos buscaba una condena que mencionara explícitamente las desapariciones en la Argentina. "Fue una negociación muy difícil: los rusos y los cubanos no querían hacer nada contra la Argentina", recordó Cohen. Al final, la junta militar argentina y Cuba lograron que se aprobara una resolución débil, en la que se condenaban las desapariciones en general pero sin mencionar a la Argentina. ¿Por qué le dio Castro todo su apoyo diplomático a la dictadura militar argentina, incluso cuando Cuba estaba dándoles refugio a guerrilleros argentinos? Las razones Primero, porque Castro temía que una condena de la ONU por violaciones a los derechos humanos en la Argentina sirviera como precedente para una condena similar contra Cuba. Segundo, porque la junta militar argentina estaba ayudando a Cuba a bloquear una propuesta de Estados Unidos a favor del disidente ruso Andrei Sakharov. Tercero, porque la dictadura argentina había quebrado el embargo norteamericano de granos a la Unión Soviética en 1979, tras la invasión rusa a Checoslovaquia, y el régimen argentino estaba haciendo grandes negocios con Moscú. La Argentina cuadruplicó sus ventas de granos a Rusia en 1980, y llegó a exportar el 60% de sus granos a la Unión Soviética. Podría seguir con muchos otros ejemplos del apoyo de Cuba a la dictadura argentina, que llegó a su punto culminante con el entusiasta apoyo de Castro a la invasión argentina de las Malvinas en 1983. Pero la explicación es muy simple, y ojalá los pocos admiradores que le quedan a Castro en América latina la entendieran: Castro y los generales argentinos tenían mucho de parecido; en especial, una aversión común a la democracia y los derechos humanos. Por eso no debería sorprender a nadie que se llevaran tan bien. Copyright 2000 S.A. LA NACION | Todos los derechos reservados |
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De: tango |
Enviado: 13/12/2005 18:51 |
Por Gabriel C. Salvia25/3/2003 | Regional language=JavaScript type=text/JavaScript> Fidel Castro fue un buen amigo de la dictadura militar argentina y sus gestiones fueron decisivas para impedir la condena a nuestro país en las Naciones Unidas por violación a los derechos humanos. El 24 de marzo de 2003 se cumplió un nuevo aniversario del golpe militar que instauró una dictadura de siete años en la Argentina. Como es costumbre, hubo manifestaciones públicas para recordar este triste suceso, pero protagonizadas principalmente por los grupos de la izquierda radicalizada, esos mismos grupos que defienden fanáticamente a la dictadura militar cubana que ya lleva 44 años en el poder. Al respecto, resulta contradictorio que muchos de los que condenan a la dictadura militar argentina respalden a un régimen como el cubano, cuya violación a los derechos humanos está documentada por varias de las reconocidas instituciones que así también lo hacían con la Argentina entre 1976 y 1983. Pero hay algo aún más contradictorio en estos partidarios de la dictadura cubana: Fidel Castro fue un buen amigo de la dictadura militar argentina y sus gestiones fueron decisivas para impedir la condena a nuestro país en las Naciones Unidas por violación a los derechos humanos. Por tal motivo, resulta interesante referirse al nuevo aniversario del golpe militar del ’76, refrescando la memoria sobre la relación de las dictaduras de Argentina y Cuba durante esos siete años, algo que los irrecuperables setentistas prefieren ignorar y algo que los más jóvenes desconocen. Por ejemplo, el periodista de La Nación Jorge Elías, al referirse a Fidel Castro, señalaba en un artículo del 22 de abril 2001 la amnesia de aquellos que padecieron entre 1976 y 1983 los excesos de la dictadura: “Capaces de olvidar, o de disculpar, el desliz que cometió en 1980 en Ginebra: desdibujó el drama de los desaparecidos en una resolución con letra norteamericana que pretendía ser puntual. Terminó siendo una condena lavada, y centrifugada, con música de la Unión Soviética, principal importadora de granos de la Argentina”. Por su parte, el periodista Andrés Oppenheimer recordaba en su columna del 13 de febrero de 2001 que “Castro fue un gran aliado de la dictadura militar que gobernó en la Argentina entre 1976 y 1983...En efecto, en 1980 y 1981, cuando el gobierno de Carter trató de lograr una condena a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Cuba se opuso tenazmente y ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción”. En este artículo Oppenheimer cita a ex funcionarias de Derechos Humanos del gobierno de Carter, quienes recordaban lo siguiente “los argentinos y los cubanos trabajaron juntos para bloquear la moción de condena durante todo el período de la junta militar”, y también que “fue una negociación difícil: los rusos y los cubanos no querían hacer nada contra la Argentina”. También la periodista Claudia Peiró recuerda la buena relación entre ambas dictaduras, en una nota publicada el 10 de febrero de 2001 en la revista La Primera: “Quien se tome el tedioso trabajo de leer los infinitos discursos pronunciados en aquellos años por el ‘líder máximo’ de la revolución cubana tampoco encontrará jamás la palabra dictadura asociada al régimen de Jorge Rafael Videla, calificativo que Castro sí aplicaba sistemáticamente a Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia”. Para entender esta sociedad entre dictaduras, todos estos periodistas recuerdan la fuerte relación comercial que unía a la Argentina con la Unión Soviética, la nación de la cual Cuba era virtualmente una colonia. Y también todos ellos señalan algo que los neopacifistas actuales deberían recordar: Fidel Castro brindó un apoyo total a la invasión militar argentina del 2 de abril de 1982 para recuperar las Islas Malvinas. Este recuerdo quizás ayude a que los honestos defensores de los derechos humanos vean a todas las dictaduras de la misma manera y, que en lugar de ver con simpatía al régimen totalitario de Cuba, expresen su solidaridad con quienes vienen sufriendo en ese país la violación de sus libertades fundamentales durante mucho más tiempo del que nos tocó sufrir a los argentinos. De todas maneras, para quienes conocen las características de las dictaduras no resulta llamativo la buena relación que hubo entre las dictaduras argentina y cubana. Para ponerlo en palabras de Andrés Oppenheimer: “...la explicación es muy simple, y ojalá los pocos admiradores que le quedan a Castro en América Latina la entendieran: Castro y los generales argentinos tenían mucho de parecido; en especial una aversión común a la democracia y los derechos humanos. Por eso no debería sorprender a nadie que se llevaran tan bien”. Gabriel C. Salvia es Director del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina |
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De: tango |
Enviado: 13/12/2005 20:34 |
Socios Ocultos; Fidel Castro y la Dictadura Militar Argentina 1976-83 Junio 2005 Por Eric Driggs González (1)
Cuba ha acumulado capital político promoviéndose como el campeón del orgullo regional latinoamericano, y como el enemigo constante de las políticas de los Estados Unidos. Curiosamente, Cuba, mientras citaba "diferencias ideológicas" con la junta militar que causó miles de desapariciones de 1976-1983, era un componente clave en la supervivencia de aquel gobierno militar. El gobierno de Fidel Castro apoyó a los militares, evitó que fueran condenados por organismos internacionales y mantuvo una callada complicidad con el gobierno argentino de la época. Pragmatismo y "Solidaridad" Aunque el gobierno cubano trataba de fingir una política exterior dictada por una adherencia estricta a una ideología revolucionaria, está claro que el impulso primario a las relaciones cubanas con la junta militar en Argentina no era de solidaridad con el pueblo argentino ni el respeto por los derechos humanos, sino simple pragmatismo político y convergencia con la posición de la Unión Soviética hacia Argentina.
A pesar de políticas brutales contra elementos izquierdistas y el pueblo en general en Argentina, los gobiernos militares de Argentina y la dictadura de Castro mantuvieron relaciones económicas de beneficio mutuo. Inclusive durante los años de mayor represión bajo Jorge Rafael Videla, los cubanos sostuvieron un comercio notable, importando $165 millones de pesos de mercancía argentina en 1976, $115 millones en 1977, y $77 millones en 1978.
De hecho, el gobierno cubano informó secretamente al régimen militar que aunque no respaldaban golpes de estado, la toma de poder en Argentina por las Fuerzas Armadas fue visto en Cuba como un "cambio necesario" por el hecho de que unos "bandidos" (una referencia al gobierno Peronista) tomaron el poder y eliminaron la seguridad pública.
Estos beneficios económicos se desarrollaron durante una campaña publicitaria que pintaba al gobierno cubano como los campeones de los derechos humanos. Cuba tomó no solo una posición pasiva ignorando las violaciones de derechos humanos en Argentina, sino trabajó activamente en círculos diplomáticos para proteger al régimen militar de la crítica internacional sobre la política de desapariciones . La posición cubana en la cúpula del Movimiento No-Alineado le permitió influir en un gran número de países; en parte por la presencia de Cuba estos países nunca condenaron a Argentina por violaciones a los derechos humanos. En las Naciones Unidas, los secuestros políticos y un número alarmante de "desaparecidos" en varios países provocaron algún interés y un deseo de tomar medidas. A pesar de los pronunciamientos oficiales de horror sobre las políticas implementadas para silenciar la oposición en Argentina, la influencia de Cuba con los numerosos países no-alineados, combinado con la presión de la Unión Soviética, bloquearon esfuerzos para mencionar a Argentina específicamente.
Uno de los oficiales en la administración Carter que cabildeaba para una condena internacional enfatizó: "Tratábamos repetidamente por pasar una resolución condenando las patentes y consistentes violaciones de derechos humanos. Los argentinos y los cubanos trabajaban juntos durante el período de la junta argentina [para evitar una condena]." Otro diplomático que luchó en Ginebra por una resolución en 1980 recordó, "Era una negociación difícil. Los rusos y los cubanos no querían hacer nada en contra de Argentina" Los esfuerzos de estos aliados fueron exitosos: no hubo ninguna moción que mencionó la situación argentina específicamente.
Cínicamente, Cuba respaldó la creación de una comisión especial en las Naciones Unidas para investigar similares violaciones de derechos humanos en Chile. Es evidente que para el régimen de La Habana, los derechos humanos son un tema político, usado para la conveniencia internacional de Castro y su régimen.
En una entrevista en 1981, Fidel Castro mostró un cinismo extraordinario, criticando a los Estados Unidos por "acercarse al gobierno...de Argentina.Están acercándose a regímenes evidentemente represivos, y han volcado la política de Carter, quien mantuvo una crítica [a] la tortura." "Grandes Diferencias" Cuba hábilmente usaba a Argentina para su propio beneficio: cultivando capital político proclamando los derechos humanos como una prioridad de la revolución mientras protegía sus intereses económicos y sus propias prácticas represivas. El interés cubano en ocultar las prácticas brutales de los gobiernos argentinos surgió en parte por el reconocimiento de la similitud de la política doméstica de los dos regímenes, a pesar de las frecuentes reiteraciones de Fidel Castro al contrario.
La represión siempre fue proclamada por los militares argentinos como una guerra contra la "subversión." En una conferencia en 1977, Generales de Brigada Carlos Alberto Martínez y L.A. Jáuregui explicaron esta calidad central en términos intencionalmente precisos:
"La subversión es toda acción clandestina o abierta, insidiosa o violenta, que busca la alteración o la destrucción de los criterios morales y la forma de vida de un pueblo, con la finalidad de tomar el poder o imponer desde él una nueva forma basada en una escala de valores diferente".
Esta definición indefinida del peligro al orden establecido es muy similar a los crímenes institucionalizados en las leyes cubanas. El Artículo 77 del Código Penal de Cuba establece el concepto criminal de "peligrosidad." Un componente de la peligrosidad, la conductaantisocial, se define así:
"Se considera en estado peligro por conducta antisocial al que, habitualmente, mediante actos de violencia, o frases, o gestos, o por otros medios provocados o amenazantes o por su comportamiento en general, quebrante o ponga en peligro las reglas de la convivencia socialista...o perturbe con frecuencia el orden de la comunidad".
Esta estrategia de criminalizar toda acción que no conforme a la línea oficial fue un punto de concurrencia entre los dos gobiernos, y uno que justificó muchas de las violaciones de los derechos de sus propios ciudadanos.
Cuba y Argentina, bajo la junta militar, también limitaban el mundialmente reconocido derecho básico de la libertad de salir de su país. En el Código Penal de Cuba, la ley sanciona la salida no autorizada del país:
"El que, sin cumplir las formalidades legales, salga o realice actos tendientes a salir del territorio nacional, incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a tres años".
El Artículo 23 de la Constitución Argentina protege el derecho de salir del país, una libertad que fue una de las primeras bajas del golpe de estado que instauró al régimen militar. Mediante el Acta Institucional del 24 de marzo de 1976, se suspendió el derecho de opción para salir del país. El 29 del mismo mes, la Ley No. 21.275 estableció que: "Quedan automáticamente sin efecto todas las solicitudes de opción para salir del país que se hayan presentado durante la vigencia de ese derecho, cualquiera sea la etapa en que se encuentre su tramitación".
Trágicamente, hoy en día parece que muchos han olvidado que sus estimados amigos en La Habana contribuyeron de una manera clave al mantenimiento del régimen militar de aquella época. El Castrismo sigue imponiendo muchas de las mismas privaciones y abusos al pueblo cubano que causaron tanto dolor en Argentina.
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De: mire챰o371 |
Enviado: 13/12/2005 22:17 |
HOLA:
Muy acertado y veraz es su articulo sobre la camaraderia de Fidel y la dictadura Argentina,como hipocrita es la conducta de Perez Esquivel,y de la presidenta de las mujeres de la Plaza de Mayo que debia solidarizase con nuestras DAMAS DE BLANCO y se abrasa al tirano.ESCONDEN SU ODIO ANTIAMERICANO apoyando nuestro tirano ,como si nosotros fueramos los culpables.
ESTA BUENO YA DE SUFRIR ODIOS AJENOS Y DEFIENDAN LO QUE EN JUSTICIA DEBEN DEFENDER.EL OPRIMIDO PUEBLO CUBANO
From: "tango" Reply-To: "LA CUBA DEL GRAN PAPIYO" To: "LA CUBA DEL GRAN PAPIYO" Subject: Re: Una opinión nomás.. Date: Tue, 13 Dec 2005 06:20:25 -0800
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Una opinión nomás..
Respuesta
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De: tango |
Por Gabriel C. Salvia25/3/2003 | Regional
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Fidel Castro fue un buen amigo de la dictadura militar argentina y sus gestiones fueron decisivas para impedir la condena a nuestro país en las Naciones Unidas por violación a los derechos humanos.
El 24 de marzo de 2003 se cumplió un nuevo aniversario del golpe militar que instauró una dictadura de siete años en la Argentina. Como es costumbre, hubo manifestaciones públicas para recordar este triste suceso, pero protagonizadas principalmente por los grupos de la izquierda radicalizada, esos mismos grupos que defienden fanáticamente a la dictadura militar cubana que ya lleva 44 años en el poder. Al respecto, resulta contradictorio que muchos de los que condenan a la dictadura militar argentina respalden a un régimen como el cubano, cuya violación a los derechos humanos está documentada por varias de las reconocidas instituciones que así también lo hacían con la Argentina entre 1976 y 1983. Pero hay algo aún más contradictorio en estos partidarios de la dictadura cubana: Fidel Castro fue un buen amigo de la dictadura militar argentina y sus gestiones fueron decisivas para impedir
la condena a nuestro país en las Naciones Unidas por violación a los derechos humanos. Por tal motivo, resulta interesante referirse al nuevo aniversario del golpe militar del ’76, refrescando la memoria sobre la relación de las dictaduras de Argentina y Cuba durante esos siete años, algo que los irrecuperables setentistas prefieren ignorar y algo que los más jóvenes desconocen. Por ejemplo, el periodista de La Nación Jorge Elías, al referirse a Fidel Castro, señalaba en un artículo del 22 de abril 2001 la amnesia de aquellos que padecieron entre 1976 y 1983 los excesos de la dictadura: “Capaces de olvidar, o de disculpar, el desliz que cometió en 1980 en Ginebra: desdibujó el drama de los desaparecidos en una resolución con letra norteamericana que pretendía ser puntual. Terminó siendo una condena lavada, y centrifugada, con música de la Unión Soviética, principal importadora de
granos de la Argentina”. Por su parte, el periodista Andrés Oppenheimer recordaba en su columna del 13 de febrero de 2001 que “Castro fue un gran aliado de la dictadura militar que gobernó en la Argentina entre 1976 y 1983...En efecto, en 1980 y 1981, cuando el gobierno de Carter trató de lograr una condena a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Cuba se opuso tenazmente y ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción”. En este artículo Oppenheimer cita a ex funcionarias de Derechos Humanos del gobierno de Carter, quienes recordaban lo siguiente “los argentinos y los cubanos trabajaron juntos para bloquear la moción de condena durante todo el período de la junta militar”, y también que “fue una negociación difícil: los rusos y los cubanos no querían hacer nada contra la Argentina”. También la periodista Claudia Peiró recuerda
la buena relación entre ambas dictaduras, en una nota publicada el 10 de febrero de 2001 en la revista La Primera: “Quien se tome el tedioso trabajo de leer los infinitos discursos pronunciados en aquellos años por el ‘líder máximo’ de la revolución cubana tampoco encontrará jamás la palabra dictadura asociada al régimen de Jorge Rafael Videla, calificativo que Castro sí aplicaba sistemáticamente a Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia”. Para entender esta sociedad entre dictaduras, todos estos periodistas recuerdan la fuerte relación comercial que unía a la Argentina con la Unión Soviética, la nación de la cual Cuba era virtualmente una colonia. Y también todos ellos señalan algo que los neopacifistas actuales deberían recordar: Fidel Castro brindó un apoyo total a la invasión militar argentina del 2 de abril de 1982 para recuperar las Islas Malvinas. Este recuerdo quizás
ayude a que los honestos defensores de los derechos humanos vean a todas las dictaduras de la misma manera y, que en lugar de ver con simpatía al régimen totalitario de Cuba, expresen su solidaridad con quienes vienen sufriendo en ese país la violación de sus libertades fundamentales durante mucho más tiempo del que nos tocó sufrir a los argentinos. De todas maneras, para quienes conocen las características de las dictaduras no resulta llamativo la buena relación que hubo entre las dictaduras argentina y cubana. Para ponerlo en palabras de Andrés Oppenheimer: “...la explicación es muy simple, y ojalá los pocos admiradores que le quedan a Castro en América Latina la entendieran: Castro y los generales argentinos tenían mucho de parecido; en especial una aversión común a la democracia y los derechos humanos. Por eso no debería sorprender a nadie que se llevaran tan bien”.
Gabriel C. Salvia es Director del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina
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De: matilda |
Enviado: 13/12/2005 22:17 |
Che, de la revista "cabildo" no tienen algo? , Tanguito,buscá que seguro encontrás noticias geniales como ésas. Matilda Presento una moción de protesta,porque a éste nível no se puede discutir, ahora en breve, publican anteojito o billiken y estamos listos |
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De: Gran Papiyo |
Enviado: 14/12/2005 04:47 |
Andres Oppenheimer ha escrito un libro "La hora final de Castro- La historia secreta detras de la inminente caìda del comunismo en cuba". Forma parte de mi biblioteca y es muy gracioso. Este libro no lo escribiò ahora, sino en 1992 !!!!!! Segùn èl, la caìda era inminente en 1992. Ya han pasado 13 años. Se podràn imaginar todos, lo "creìble" que puede resultar este periodista. SALUDOS REVOLUCIONARIOS (Gran Papiyo) |
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De: SadCHARLOTE |
Enviado: 14/12/2005 09:35 |
Visiten los anuarios de la ONU INMORALES |
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De: llabrada |
Enviado: 14/12/2005 14:23 |
Hablando de inminentes caidas, me recordo eso de cuando estudiaba en Cuba, hace tiiiiiiiiiiiiiiiiiiempo y en la escuela decian que el capitalismo agonizante estaba en su crisis final y el sociolismo triunfante avanzaba a pasos agigantados, ya le deben quedar minutos solamentes |
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De: SadCHARLOTE |
Enviado: 14/12/2005 19:11 |
Llabrada ya el socialismo murió , hace muchiooo!!! con el derrumbamiento del muro de Berlin y la desintegración de la Unión Soviética , lo que pasa es que estos escasos mentales no se dan cuenta que este tiranazo está utilizando su ideología(Ya Muerta) para seguir en el poder , pero son tan ingenuos o tan escasos mentales que no se dan cuenta que están siendo utilizados por en viejito asesino. Vamos a ver que explicación darán ,para intentar mantener su ideologia vigente cuando todos los castricos escapen llenitos de millones rumbo a Europa!!!! .............ó VietNam?
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De: tango |
Enviado: 14/12/2005 19:11 |
Gran Papiyo y matildita, Castro politicamente se alineo a los milicos en argentina porque temía que una condena de la ONU por violaciones a los derechos humanos en la Argentina sirviera como precedente para una condena similar contra Cuba. REALIDA POLITICA. Segundo, porque la junta militar argentina estaba ayudando a Cuba a bloquear una propuesta de Estados Unidos a favor del disidente ruso Andrei Sakharov. OTRA VERDAD POLITICA. Tercero, porque la dictadura argentina había quebrado el embargo norteamericano de granos a la Unión Soviética en 1979, tras la invasión rusa a Checoslovaquia, y el régimen argentino estaba haciendo grandes negocios con Moscú. La Argentina cuadruplicó sus ventas de granos a Rusia en 1980, y llegó a exportar el 60% de sus granos a la Unión Soviética. LO MAS IMPORTANTE, recuerdo feaziente mente que el agro ese año fue espetacular ya que la cosecha de trigo en Rusia se vino abaja y ya no podiea comprar en USA. Los sovieticos le convenia que los milicos estuvieran en el poder ya que necesitaban de el trigo argentino. Y siendo castro un peon de los Sovieticos que lo mantenian, bailo a el son de los sovieticos. Gran Papiyo me podes explicar el entusiasta apoyo de Castro a la invasión argentina de las Malvinas en 1983, y el apoyo a los milcos con armas y inteligencia. "Castro y los generales argentinos tenían un monton en comun; particularmente, una aversión común a la democracia y los derechos humanos. Por eso no debería sorprender a nadie que se llevaran tan bien. " Tango |
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