Un camino recto a través del infierno
inSurGente /Radio Miami (Salvador Capote).- La palabra terrorismo tiene diferentes significaciones para distintos grupos de personas. Por eso es necesario definir previamente el concepto. Y no es sólo una cuestión semántica, sino que cada interpretación del término está regida por una concepción diferente ante la vida. En el ghetto de Miami, la extrema-derecha cubano-americana utiliza el término en una forma que no necesita definición, porque no es un concepto, es una etiqueta, que al igual que otras muchas, aplica a todo aquel que discrepe o no quiera recitar el viejo catecismo anticastrista. Para ella, los médicos cubanos que prestan servicio en más de 40 países son terroristas; los maestros, los internacionalistas cubanos de todo tipo son terroristas; y hasta nosotros, que ejercemos de vez en cuando nuestro derecho ciudadano a protestar, somos también terroristas; mientras que los verdaderos terroristas que viven en Miami, son combatientes anticastristas...
Pero no vamos a detenernos aquí, porque esto no es serio, corresponde al pensamiento mágico imperante en el ghetto, donde el odio y el resentimiento generan la confusión de los deseos con la realidad.
El concepto de terrorismo comienza a tomar forma con los buenos burgueses de este mundo que sólo desean que se mantenga el statu quo, que nada perturbe su apacible digestión de cada día. Para estos caballeros, como cierto profesor de la Universidad de Carolina del Sur, el terrorismo es el uso de la violencia para el logro de objetivos políticos. Pero si uno acepta esta definición, descubre entonces que José Martí, Antonio Maceo, Máximo Gómez, Toussant Louverture, Simón Bolívar y George Washington, eran terroristas. Esto tampoco es serio pero, !, porque es una opinión mucho más extendida de lo que pudiera esperarse.
Por tanto, tenemos que buscar algo con más sustancia. Veamos que dice la Organización de Estados Americanos (OEA). Examinemos la Convención Interamericana contra el Terrorismo aprobada en la sesión plenaria del 3 de junio del 2002: Como los diplomáticos saben lo que hacen, lo primero que hicieron fue evitarse la complicación de definir el concepto. No hay definición!. Sencillamente, hay que luchar contra el terrorismo y, para ello, sólo es necesario cumplir con los diez instrumentos legales internacionales aplicables, aprobados con anterioridad.
Pero antes de continuar, les pido me permitan referirme a un artículo publicado en la revista American Heritage, correspondiente a junio-julio del 2005. El título del artículo es Un camino recto a través del infierno. Su autor: Joe O'Donnell, fotógrafo de la Casa Blanca durante los gobiernos de Truman, Eisenhower, Kennedy y Johnson. El artículo trata de los horrores que O'Donnell vio en Nagasaki después que Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre esa ciudad, que desapareció del mapa con sus decenas de miles de habitantes: ancianos, mujeres y niños, porque los hombres estaban todavía en sus unidades militares.
Cuando Estados Unidos ocupó a Japón, O'Donnell fue destacado en una unidad militar que estaba sólo a 10 millas de Nagasaki. Estaba terminantemente prohibido tomar fotografías, pero O'Donnell caminó las 10 millas y logró tomar y esconder algunos negativos. En una de las fotos aparece un niño llevando a la espalda a su hermanito muerto. Dice el pie de grabado: Observé a este niño que llevaba a su hermanito muerto al sitio de cremación. Quise consolarlo, pero tuve miedo de que, al hacerlo, se desmoronase su fortaleza. Permítanme ahora leer un fragmento del artículo citado: Cuando llegué a la cima de una loma, vi una escuelita fabricada con bloques de cemento, todavía en pie. Entré al aula y vi los cadáveres carbonizados de unos 30 niños, todavía sentados en sus pupitresLa pendiente de la colina debe haber desviado la onda expansiva hacia arriba, preservando el edificio, pero el calor termonuclear incineró a todos sus ocupantes.
Volvamos ahora a la OEA: Entre los 10 puntos de la Convención de la OEA contra el Terrorismo ¿Por qué no hay un punto que prohíba el bombardeo de ciudades indefensas?. Hay un punto que protege las plataformas petroleras, pero no hay ninguno que prohíba que un país poderoso como Estados Unidos, masacre, por ejemplo, a un barrio humilde de Panamá, con cientos o tal vez miles de muertos, para detener -fue la justificación- a un narcotraficante fabricado por ellos porque, como todo el mundo sabe, Noriega era un empleado de la CIA. ¿Dónde está, en la Convención de la OEA, el punto que prohíba una Operación Cóndor que dejó decenas de miles de torturados, asesinados y desaparecidos a lo largo y ancho de todo el Continente?. ¿Dónde está el punto que prohíba una Escuela de las Américas que adiestró en las técnicas de tortura y asesinato a miles de militares de América Latina?. ¿Dónde está el punto que prohíba un bloqueo criminal como el que se ejerce contra Cuba desde hace más de cuarenta años?. ¿Dónde está el punto que prohíba a Estados Unidos dar refugio y protección a decenas de terroristas, entre ellos a Orlando Bosch y a Luis Posada Carriles?. ¿Por qué no están?. La respuesta es muy simple: porque no es en realidad una Convención Interamericana contra el Terrorismo, es una Convención Interamericana para defender los intereses de las Corporaciones, una Convención Interamericana para defender los intereses del Imperio.
Demos un salto ahora y pasemos a una definición más elaborada, más sofisticada, que es la definición del Departamento de Estado de Estados Unidos. Para el Departamento de Estado, terrorismo es: VIOLENCIA PREMEDITADA Y POLITICAMENTE MOTIVADA, PERPETRADA CONTRA OBJETIVOS NO MILITARES, POR GRUPOS SUBNACIONALES O AGENTES CLANDESTINOS, DIRIGIDA GENERALMENTE A INFLUIR SOBRE UN PUBLICO. ¿Cuáles son las trampas de esta definición?. -Los terroristas, según ella, son grupos subnacionales o agentes clandestinos; es decir, cuando la acción se ejecuta a nombre, no de un grupo subnacional sino de una nación, como es el caso de Hiroshima y Nagasaki, o los bombardeos a ciudades de Irak, o a un barrio de la ciudad de Panamá, ya no es terrorismo. Por otra parte, según esta definición, si un movimiento armado realiza una acción, como es por ejemplo, la voladura de un tramo de un oleoducto, como se trata de un objetivo no militar, la acción se clasifica como terrorista, aunque la violencia no se ejerza contra la población civil; y con ello se ata las manos a todos los movimientos de liberación, no importa cuan justa pueda ser su causa. Además, desde 1986, cuando trató de asesinar a Qaddafi en Libia (y asesinó a su hija), mediante un ataque aéreo, Estados Unidos utiliza, para asesinar a líderes políticos extranjeros, sus medios militares convencionales, no sólo porque los misiles son más efectivos, sino porque despiertan menos repudio que el asesino a sueldo.
Ahora bien, ¿qué interpretación hace la CIA del terrorismo?. Paul Pillar, Subdirector del Centro Antiterrorista de la CIA, afirma que en el terrorismo hay cuatro elementos clave:
1) Es premeditado. En este punto coincide con el Departamento de Estado.
2) Su objetivo es cambiar el orden político existente. Y aquí está una de las trampas: el terrorismo no ha sido utilizado sólo para cambiar el orden político existente, sino que ha sido utilizado mucho más para preservar, para conservar el orden político existente. Un ejemplo claro es la Operación Cóndor.
3) Está dirigido contra la población civil En este punto la CIA no se puso de acuerdo con el Departamento de Estado; para éste, el terrorismo se dirige, como hemos visto, contra objetivos no militares, lo cual representa un campo de acción mucho más amplio.
4) Se lleva a cabo por grupos subnacionales, no por las fuerzas armadas de un país Es decir, otra trampa: se deja fuera de la clasificación al terrorismo de Estado y a las acciones terroristas de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y sus aliados. Se puede torturar en Abu Grahib y en Guantánamo, se puede asesinar a miles de civiles en Irak, pero tanto para el Departamento de Estado como para la CIA, eso no es terrorismo.
En realidad, no es posible una definición de terrorismo que sea aceptable para todo el mundo, porque cada definición refleja los intereses de clase de los que elaboran la definición. Sin embargo, existe un acuerdo casi universal en cuanto al hecho de que si un acto de violencia está dirigido contra la población civil, no hay duda de que es un acto de terrorismo. Es por ello que las acciones terroristas de Luis Posada Carriles, en particular la voladura en el aire de un avión de CUBANA DE AVIACION despiertan el repudio universal.