El individuo, con fenotipo humano, pero que internamente es una alimaña con inequívoco rasgo esquizoide, está, en estos momentos, con uno de sus ataques de locura más complejos, capaz de cualquier cosa. Lo que no entendemos es que, esta apreciación, tiene necesariamente que pasar por la mente de muchas personas y, casualmente es, probablemente, la explicación de tantas manifestaciones a nivel mundial contra la política del Gobierno de los EEUU; pero los Gobiernos de otros países poderosos no dicen nada y le otorgan el derecho a esta cosa innombrable, porque definitivamente no se puede identificar como humano, para que haga y deshaga lo que se le antoje.
El Pueblo estadounidense que, lleva la carga de la aversión mundial por el proceder de su Gobierno, debería ser el primero en reclamar pero tampoco lo hace, porque su sistema se encarga de mantenerlo en la más profunda ignorancia.
Es probable que muchos piensen que son unos héroes por haber salvado al mundo en la segunda guerra mundial.
Sabemos que, por múltiples mecanismos, entre otros, la deuda externa y su poder económico, los EEUU, controlan, por medio del chantaje, a muchos Gobiernos, sobre todo en el mundo occidental; incluso con la amenaza de su poderío militar, logra intimidar a algunos Pueblos, pero, inequívocamente podrá con el resto del mundo, excepto que destruya al planeta.
No existe en todo el mundo un país con historial más perverso en el manejo de los Derechos Humanos que los EEUU.
Habrá que recordar a Hiroshima y Nagasaki; Vietnam y Corea; Irak; Guantánamo, etc. La cantidad de vidas humanas consumidas y la estela de dolor que han producido a través del tiempo, no tiene parangón.
Ni el controvertido holocausto se aproxima siquiera al sufrimiento causado y que sigue impunemente causando el Gobierno de los EEUU. Pero resulta que son ellos los que se atribuyen la facultad de evaluar el cumplimiento de las normas sobre Derechos Humanos y son tan osados que publican anualmente el comportamiento de los demás países en esta materia, por supuesto, sin incluirse.
Este mundo cambalache, como dice un tango argentino, no puede continuar así; por eso creo que ha llegado el momento en que Países como Rusia, China y algunos países de la Unión Europea, unidos al resto del mundo no aliado con ese loco, deben y, pienso, están obligados a dar un stop a los EEUU. De lo contrario no quedará nadie para contarlo y arrepentirse después.
Ahora resulta que, como evidentemente, han perdido el control sobre lo que en toda su existencia han considerado su patio trasero, según el último informe sobre política exterior y asuntos de seguridad nacional, para los EEUU no existen límites y deja entrever que podría tomar cualquier decisión incluso antes de ser “atacados”.
En tono arrogante y amenazante, como de costumbre, el Gobierno que dirige este bicho, trata de intimidar, en especial, a Venezuela y Cuba por ser “desestabilizadores de la región”.
Vaya usted a ver tamaña estupidez, cuando el único desestabilizador sobre la faz de la Tierra, siempre, desde su nacimiento como nación, han sido los gobiernos de los EEUU.
Sordos, cegados por la avaricia y obsesionados por el Poder, no son capaces de ver la interminable cadena de errores que cometen y que, con toda seguridad, conducirán a la caída de su imperio, si no es que también nos arrastran en la destrucción.
Con razón, aunque viniendo de un Jefe de Estado debió ser más moderado, el Presidente Chávez lo llamó burro, inmoral, asesino, genocida y hasta borracho; pero realmente se lo merece.
El cono sur se orienta invariablemente a su integración, claro está, con la excepción de algunos Gobiernos lacayos que, al final, tendrán, necesariamente que unirse al bloque.
Esto no es bien visto por el Gobierno liderado por el loco con escopeta nuclear, quien sabe con exactitud lo que pasará cuando trate de intimidar e imponerse como lo han hecho todos los Gobiernos de ese País.
Ya no será lo mismo desde el punto de vista del comercio y la correlación de fuerzas en las organizaciones internacionales y, por qué no, en materia militar.
Si da tiempo a que esto ocurra, entonces los EEUU podrían ser obligados a comprometerse y aceptar tratados como el de no proliferación de armas nucleares, la firma del tratado de Kyoto y el sometimiento a la Corte Penal Internacional.
Pero se requiere simultáneamente que, voces con sobrada autoridad moral y, los países con suficiente capacidad militar y económica le den señales de inconformidad al Gobierno de los EEUU para detenerlo antes de que sea demasiado tarde.
Las organizaciones humanitarias y de derechos humanos existentes en los EEUU, que, en su mayoría, se oponen a la política de la bestia llamada Bush, deben insistir en masificar la información y decirle la verdad a su Pueblo; tal vez así despierten de una vez por todas y emerjan de la ignorancia en que viven.