La invasión de Panamá fue un genocidio
inSurGente.- El 20 de diciembre de 1989 los EEUU, utilizando una poderosa e irresistible fuerza militar, invadieron Panamá. En las primeras 24 horas de ataque –según recordó ayer el embajador en España con motivo de la proyección del documental
The Panamá Deception, de Bárbara Trent- se lanzaron doscientas bombas de alto poder destructivo, concentradas en el popular barrio de Chorrillos.
Más de tres mil muertos en una población de apenas dos millones y medio de habitantes, ocho mil heridos, cinco mil detenidos en los campos de concentración, 18.000 damnificados y 25.000 despojados de sus puestos de trabajo por el gobierno de ocupación. Para esa masacre movilizaron a 25.000 soldados además de los miles acantonados en sus bases en el istmo. El fotógrafo español Juancho Rodríguez fue asesinado por los soldados yanquis, presumiblemente por fotografiar cadáveres apilados en la morgue panameña. Hacían entonces un ensayo general de lo que vendría después.
Prensa Latina (Luis Manuel Arce).- La invasión de Estados Unidos a Panamá el 20 de diciembre de 1989 es un hecho histórico sobre el cual no habrá pacto de silencio, declaró hoy el embajador de ese país en España, Humberto López Tirone. En declaraciones a Prensa Latina en ocasión de la proyección en la madrileña Casa de América del documental testimonial de Bárbara Trent
The Panamá Deception (El engaño de Panamá), el diplomático aseguró que este tiene el valor de refrescar la memoria histórica de panameños, estadounidenses y el mundo.
López Tirone, quien es también secretario nacional de Organización del Partido Revolucionario Democrático (PRD) insistió en que la invasión ordenada por George Bush (padre) es un genocidio latente en el país, que difícilmente podrá ser superado por las víctimas.
Recordó que en las primeras 24 horas del artero ataque cayeron más de 200 bombas de alto poder destructivo con más de tres mil muertos en una población de apenas dos millones y medio de habitantes.
Hubo ocho mil heridos, cinco mil detenidos en los campos de concentración, 18.000 damnificados y 25.000 despojados de sus puestos de trabajo por el gobierno de ocupación, y para esa masacre movilizaron a 25.000 soldados además de los miles acantonados en sus bases en el istmo.
López Tirone fue muy enfático al señalar que la invasión no fue para capturar a un hombre como proclamó Bush padre, sino para asestar un golpe en la yugular al proceso de independencia nacional de nuestro país que estoicamente había iniciado Omar Torrijos.
Además del efecto destructivo al patrimonio nacional y a las empresas y la muerte masiva, lo que buscaban era frenar el cumplimiento del Tratado Torrijos-Carter sobre el Canal y la retirada de los soldados estadounidenses de las bases en el istmo.
Los estadounidenses, dijo, tuvieron que evaluar que esa hoja de ruta por desconocer el tratado chocaba con una realidad que se daba al año de la invasión con la victoria del referendo y la vuelta al poder de las generaciones que ellos afectaron con la presencia militar norteamericana.
Para conocer la vocación de soberanía del pueblo, agregó, es importante señalar que un año después de la invasión, con la sede destruida y sus dirigentes encarcelados o en el exilio, el PRD logró la victoria en seis de los nueve circuitos disputados.
Más aún, dos años después ganó un referendo montado por el gobierno ocupacionista, y cuatro años más tarde volvía al poder, y es importante que eso no se olvide porque revela las raíces profundas de los cambios que se dieron con Omar Torrijos.
Expresó que es necesario decir al mundo que en Panamá hubo una dictadura militar extranjera y que en la mayoría de los ministerios en el período de ocupación estos eran dirigidos por los oficiales de la invasión.
Pero la historia ha demostrado también, añadió, que pudimos sentarlos en el banquillo de los acusados y obligarlos a firmar el calendario de la salida no sólo de las 14 bases militares, sino de los tres mil kilómetros cuadrados que ocupaban y administraban como si fuera un estado dentro de otro.
Hemos demostrado además eficacia en la administración del Canal contra todos sus pronósticos y somos capaces de enfrentar con éxito tareas de envergadura y complejidad tecnológica como el juego de la tercera esclusa, agregó.
Dijo que hoy detenta el poder en Estados Unidos el hijo de aquel que ordenó la masacre de panameños, y como ironía del destino gobierna en Panamá el hijo del fundador del PRD, artífice de la salida de los militares estadounidenses de su país y guía de la recuperación de la soberanía nacional.
Finalmente, el dirigente nacional del PRD señaló que su país acaba de firmar hace dos semanas una resolución internacional sobre la no prescripción de los crímenes de guerra y de lesa humanidad, la cual será sometida a la Asamblea Nacional.
Ello demuestra, concluyó, una voluntad de adhesión del gobierno de Martín Torrijos para que el futuro de la humanidad y de los panameños en particular, sea construido sin afectación de su memoria histórica.