inSurGente.- Al presidente Bush y a sus expertos cooperantes del USAID, Evo les tachó de ignorantes, les exigió respeto a los bolivianos, y les anunció que había mandado a parar la “democracia colonial” y que en Bolivia estaba naciendo el pueblo en lucha contra la pobreza y la marginación. “Estamos refundando Bolivia”, le dijo el dirigente indígena al estúpido emperador. Los militares, infiltrados como estudiantes y profesores, confirman las acusaciones de conjura que ha hecho el presidente boliviano y confirman también su alerta y vigilancia. La conspiración está dirigida por Washington y tiene como justificación el “deterioro del proceso democrático” que está ocurriendo justo cuando el avance arrollador de la popularidad de Evo está a punto de expresarse en las elecciones a la Asamblea Constituyente. A los prelados y al papa Mephisto XVI, Evo los dejó sumidos en una aguda perplejidad teológica al recordar su formación católica familiar y sus creencias en los cultos originarios andinos, que veneran a la Pachamama o Madre Tierra. Morales no entró en el terreno de la filosofía tal vez para no provocar la implosión de esos cerebros tocados por el hálito divino.