AGRESIONES BIOLÓGICAS CONTRA CUBA Desde finales de 1961 y durante 1962 la CIA organizó la Operación Mongoose, que tenía el objetivo de derrocar la Revolución Cubana, e incluía para lograrlo un plan que pretendía incapacitar a los trabajadores azucareros durante la zafra, mediante el empleo de medios químicos destinados a enfermarlos y mantenerlos alejados del trabajo afectando la producción de su principal industria.
El 29 de mayo de 1964 globos de diversos tamaños fueron lanzados desde una gran altura, y se disolvieron al contacto con la tierra dejando una sustancia gelatinosa, similar a la utilizada en caldos de cultivos de bacterias.
En 1971, el diario Newsday de Long Island, reveló que un virus procedente del Fort Gulik, en la zona del Canal de Panamá, había sido llevado por un barco pesquero a agentes que operaban contra Cuba.
En el libro The Fish is Red, se ratificaba que agentes de la CIA habían introdudido en Cuba por primera vez en 1972, el virus de la fiebre porcina como consecuencia del cual más de medio millón de cerdos fueron sacrificados para combatir la epidemia.
Entre 1979 y 1981 se introdujeron cuatro destructivas plagas que afectaron seriamente a personas y cultivos vitales para la economía cubana: el dengue hemorrágico y la conjuntivitis hemorrágica, la roya de la caña de azúcar y el moho azul del tabaco. Sólo el dengue hemorrágico que contaminó a miles de personas dejó un saldo de 158 muertos, de ellos 101 niños. En sus primeras siete semanas afectó a 273 404 personas.
En 1979 el diario The Washington Post informaba que la CIA tenía un programa contra la agricultura cubana y que desde 1962 los especialistas del pentágono fabricaban agentes biológicos para estos fines.
En 1984 y ante un jurado norteamericano, Eduardo Arocena, líder del grupo terrorista Omega-7, reconoció haber participado en una operación para introducir gérmenes como parte de la guerra biológica contra Cuba.