Hoy se produjo en Argentina una reunión trascendente del MERCOSUR, en la cual el presidente argentino le traspasó la responsabilidad de esa organización al presidente brasileño. La relevancia de la reunión de MERCOSUR que nos tuvo atentos desde su inicio, se acrecentó cuando se conoció que acudiría al mismo, Fidel Castro. Era sin duda muy importante para nosotros en Venezuela pues acabamos de ingresar a él con los mismos derechos y las mismas obligaciones que cualquiera de sus socios, como miembro pleno, presumiendo además, pese a lo poco que nos mostraron de las alocuciones de los presidentes, que estos se  han propuesto acelerar los procesos previstos para su desarrollo. Nuestras expectativas estaban al máximo pues esperábamos ver y oír, naturalmente que sintetizados, los discursos de los presidentes que, según nos lo asomaron,  harán también un esfuerzo mayor en el área social.

Sabemos que el canal oficial da amplia cobertura a estos eventos, tal las derivaciones que de ellos se desprenden para su sociedad, pero nunca esperamos que nos regalaran completos, los discursos de Hebe de Bonafini, mujer de valor indoblegable, el de Chávez y luego el de Fidel.

Es así que comenzamos a ver desde Córdoba, Argentina, no sé ya a qué hora, al Coloso, por antonomasia Fidel. Lleva, tal vez a esta altura más de tres horas hablando; como siempre no lee nada de lo que dice; a veces abre un paréntesis solo de segundos para recurrir de su memoria algún dato que luego cita. Confieso que hace ya muchos años, oía un discurso suyo, siempre admirado  -¿quién no queda admirado cuando escucha a un hombre sabio tal como él lo es?-, y luego trataba de corroborar sus datos que citaba de memoria sin encontrarle nunca fallo alguno.

Es natural que el horror que este Gigante genera entre sus enemigos, del cual no pueden rebatir sus logros, se acreciente  al ver como se acerca el 13 de agosto, día que les aumentará sus tribulaciones, pues esa  es la fecha  que lo vio nacer. Tanto que han hecho sin resultado para destruirle, y él siempre enhiesto, erguido rebosando dignidad, cada vez más talentoso, siempre lúcido. Coloso, pues.  Es ese, el 13, el día en el cual la Isla probablemente corra el riesgo de hundirse, tal la cantidad de personas que allí llegarán, para decirle a Fidel que su lucha no ha sido en vano, que esos valores que ha enarbolado en su vida, ya están bien sembrados en el mundo.

En su enorme torpeza quienes le antagonizan, en lugar de procurar contradecirle, oponérsele buscando argumentos que pudieran menguar sus inconmensurables méritos, se revuelcan en sus miserias y recurren a la mentira, al infundio a la calumnia y a toda aquella cosa malévola que  les pueda ayudar en su vano intento por disminuirlo.

Una de ellas es por ejemplo, señalar las artimañas que usan los encargados de su seguridad para confundir sobre sus viajes, moviéndose a veces sólo como señuelo para desorientar y lograr ese efecto. Pretenden con una burla propia de imbéciles hacer creer que exageran con eso que hacen, y obvian la evidencia que les estalla en la cara cuando comentan, por ejemplo, el nuevo plan para la transición de Cuba del señor del genocidio, como es el presidente Bush. ¿Qué será lo que contendrá esa sección de ese documento que según dicen ellos con su propia boca, no pueden divulgar?

Cuando alguien de la Casa Blanca habló sobre el mismo, hizo una reseña sobre dónde se significaba el esfuerzo de eso que llaman plan. Resulta que cuando habla este personaje sobre lo que mejor se define como una conjura, violatoria de todo el ordenamiento legal e internacional, señala en su exposición que hay una parte de ese mamotreto que no puede poner en conocimiento del público pues contiene puntos que ponen en riesgo la seguridad de estado. Ninguna nación puede plantearse la elaboración de un plan, proyecto o lo que sea, sobre otro país, y en donde proponga cambios por encima de la intención del gobierno y pueblo ahí comprendido. Y si en eso existe algo enmascarado, esto solo puede ser el presagio de anunciadas desgracias, no otra cosa.

Nunca lo que se oculta puede ser algo bueno, noble, digno. Se disfraza solo aquello que de conocerse nos pueda degradar, nunca lo que nos enaltezca. Sin tanta letra, en esa canallesca conjura, se planifica seguramente otra vez más la forma de asesinar a Fidel. Sobre ese propósito que vienen tratando de ejecutar no recuerdo cuántos años hace, donde se cuentan no menos de 600 intentos, recordando uno de lo más publicitado como lo fue el tratar de dinamitar el estadio de Panamá, donde atraparon entre ellos al terrorista Posadas Carriles. Ese, otro de esos conatos fallidos, se pretendía llevar a cabo sin importar la cantidad de muertos que iba a provocar con tal de matar a Fidel, lo que pinta a sus frustrados autores como terroristas ejemplares. Jamás se hablará de los criminales, no porque demuestre la incapacidad  de quienes debían de realizar el Magnicidio, sino para evitar mostrar cuán delincuentes han sido sus jefes, los gobernantes de EEUU.

No se puede creer que de esto que solo es una síntesis, no se comprenda las precauciones que deben de tomar quienes tienen la enorme responsabilidad de proteger a ese Coloso. 

En ese plan logrado al fin por esa excelencia académica de la ignorancia cultivada, fíjense si es o no  monumental, cuando se propone establecer un nuevo sistema educativo en Cuba. También tienen previsto implementar otro modelo de salud. Es tan bueno este plan que proponen estos brutillos, que ha sido rechazado desde el principio, hasta por aquellos que son los más connotados opositores en la Isla, que prefieren lo que ellos mismos han creado, lo que tienen, su presente antes que lo que les proponen. Tal vez hacer una comparación  para que se comprenda como evidencia de la intención, y que no sería exagerada, podría ser aquella que nos pusiera  a elegir un enajenado por un médico en un quirófano para realizar un trasplante de corazón. Quieren que optemos por el enajenado.

Cuando ese joven octogenario que conocemos como José Saramago presentó su libro “El Evangelio según Jesucristo”, en Cuba, se adquirieron ese día en ese evento, 1149 libros.  Sí, claro que leyó bien, escribí que mil ciento cuarenta y nueve libros adquirió el público asistente. El valor fue de setenta y cinco céntimos de Euro. Podría ser muy interesante conocer cuando los escritores presentan un libro, en el país que sea, cuántos se han adquirido de él, observando esto en primer lugar en los países desarrollados. Podríamos así elaborar el librómetro, que nos acercaría a percibir cuáles son los países más avanzados en educación, pues una de las condiciones que la determinan, es precisamente la lectura.

Son las 9 y 20 minutos de la noche en Caracas, cuando acaba de concluir Fidel su discurso en Córdova. Solamente para molestar  a sus adversarios que no lo toleran, digamos que fue despedido, como siempre se le despide, con una gran ovación. 

Este país –Cuba-, que tiene sus Ferias Anuales del Libro, y a las cuales concurren las mejores plumas del mundo, que luego disertan y contestan preguntas del público asistente, se reconoce por los escritores participantes, como de las ferias más exigentes que se realizan,  tal el tipo de público que encuentra, muy preparado y muy incisivo en sus preguntas.

Ese pueblo educado y culto, no lo es por la gracia de un azar o por algo que les cayó del cielo. Eso es la concreción  de un esfuerzo de sus líderes en el gobierno mancomunado con su pueblo consciente que desarrolla todo aquello que mejore el país, pues reconoce que se derivan luego siempre sus frutos, hacia la totalidad de su población.

Ningún país todavía, lamentablemente, tiene aulas en la escuela con un maestro paras veinte alumnos como existe en Cuba al igual que en los liceos donde hay un profesor para cada quince alumnos. Si se buscara la opinión sobre la Educación de Cuba en organismos internacionales como la UNESCO por ejemplo, de sus informes se vería que en pruebas internacionales para escolares, sobre matemáticas y lenguaje, las mejores posiciones fueron las de los alumnos cubanos. Ocuparon las primeras y segundas posiciones y lejos aparecen los terceros. Esto les llamó la atención a los funcionarios de la UNESCO que viajaron hasta Cuba, para ver in situ cuál era en realidad la situación educativa en la nación. Su sorpresa fue mayúscula pues lo que obtuvieron de las pruebas realizadas, superó lo que habían visto.

Sobre la Universidad de las Ciencias Informáticas jamás quienes cuestionan a la Isla hablan de ella, pues hacerlo sería reconocer la alta calidad académica y científica que posee la institución creada hace poco tiempo. Hay quienes incluso sabiendo que es mentira lo que dicen, señalan que los cubanos no tienen acceso a internet. Esta mentira sólo para uso de ignorantes, todavía hay alguna gente que la cree.

Para quienes de buena fe creen que los cubanos padecen  atraso en el área de la  informática, les sugiero ver los resultados de la última (creo que todavía es la última) competencia en Polonia para estudiantes en ese campo. Que sean sus resultados los que le indiquen al curioso el nivel académico y científico que han alcanzado ahí los cubanos.

Siempre o casi siempre, suponemos la calidad de algo en función de quien lo proponga. Lo que manifiesta la sociedad estadounidense no es precisamente índice de buena condición académica. Su pobreza educativa que manifiestan cuando se expresan sus dirigentes, de ninguna forma nos alegra. Sí nos indica que no son ellos con su ejemplo quienes puedan estimular a otras sociedades a imitarles en el campo de la pedagogía.

Fidel el Coloso, el Gigante, ese privilegio que la naturaleza le dio a Cuba que no nos lo niega al resto del mundo que aprehendió su verbo, tiene que tener alguna cualidad que habrá que descifrar pues habló muy feliz varias horas y lo hizo permaneciendo siempre de pie hasta que concluyó.

Cuando la cámara nos mostraba esa masa –no conozco otro término que interprete tanta cantidad de gente como la que vi-, atenta a su reflexión como siempre de altísima excelencia, fue acomodándose en el piso buscando posiciones de descanso, en tanto que ese hombre que se encuentra aquejado, según nos dicen sus antagonistas, de una enfermedad que muy extraña resulta ahora que le vemos a él, pues la misma en lugar de generarle decaimiento, le permite mantenerse firme como un roble largas horas al frío. No nos mostró cansancio, sólo señaló que sentía sí la baja temperatura. Solo una vez tomo hojas para apoyarse en su discurso, cuestión que no es usual en él pues su memoria es otro de sus prodigios. No dejaremos de seguir hablando de este Ejemplo Viviente en los próximos días.