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General: La hora del resentimiento de los agitadores de monstruos y fantasmas
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: »•––––•-ZoReK•ø¤  (Mensaje original) Enviado: 14/08/2006 08:28
Por Jaime Naifleisch, de la Redacción de Cronista Digital

“La Shoá constituyó un genocidio terrible y este es un hecho histórico que no puede ser discutido y que no puede ser negado…”

Estas palabras fueron expresadas –en una entrevista del Washington Post– por el embajador de Arabia Saudita en EE.UU., el príncipe Turky Al Faisal.

El lunático Ahmadineyad, premier de Irán, acababa de negar la Shoá, antes de decir que si los eurocristianos habían matado judíos, debían ser ellos quienes dieran tierra a los supervivientes.

Luego sale Chávez, socio del integrista iraní, y dice que no hay lugar para los judíos, porque son ricos.

¿Por qué los exabruptos esperpénticos de los psicópatas, como Ahmadineyad o Chávez son titular de prensa, y lo que dicen otros, como Al Faisal ni aparece en esos mismos medios?

¿A qué se debe, no ya que aquellos suelten esas cosas –lo que es natural– sino que sus cosas vendan y por eso se las publica?

Esta parece ser, sobre todo lo demás, la hora del resentimiento. Resulta anacrónico recordarle a quienes hablan en nombre de sus deseos y necesidades la tradición de lucidez, laica, humanista, racionalista que nos formó como ciudadanos, como seres humanos con conciencia crítica de la realidad y sensibilidad educada ante la vida, ante la vida en todas sus manifestaciones, frente al espectáculo siempre feroz del mundo. Como base de nuestro modo de socializarnos, de ser con los otros, de descubrir el valor de la justicia, de soñar con la evolución a mejor de ese mundo en el que somos.

Este parece ser uno de esos baches de la Historia, en el que invocando esas tradiciones, y las imprescriptibles necesidades de los Hombres, y el derecho y el deseo, se hacen con las banderas los defensores de la parte contra el todo, los agitadores de monstruos y fantasmas. Los que en vez de procurar el vínculo entre los Hombres en un pacto social que nos dé vida, que nos dignifique, que nos combine en la procura común, proponen el atroz pacto de sangre. La unión de unos en torno al ritual del sacrificio de otros, con la promesa de entonces sí tomar el cielo por asalto, alcanzar la satisfacción que da felicidad, olvidar lo que da miedo.

Todo vale, la mentira, la maledicencia en primer lugar. Espantajos astutos que se dirigen a la desesperación, al recuerdo borroso de unas ideas de noble justicia –Justicia ¡justicia perseguirás! para vivir– invocando sueños y generando pesadillas.

Abierta la caja de Pandora del resentimiento, se derraman de ella todas las taras, congénitas, históricas, que emborrachan a las patotas.

Y es el milenarismo de "los pastorcitos” que asolaron el centro de Europa cuando se agotaron las promesas de “justicia en el Año Mil cuando regrese el mesías si obedecéis a los señores”; la frustración de las expectativas abiertas con la Revolución Francesa de 1789, que sacaron a la calle a obreros y burgueses en 1848 y a las que salió al paso un Chávez o Ahmadineyad de la época, Toussenel, con esta lógica: “los banqueros son enemigos de los trabajadores, Rotschild es banquero, Rotschild es judío, los judíos son enemigos de los trabajadores” fundando la violencia que ahora repite “el bolivariano”. (De esas jornadas de 1848 llegan a nuestros países las nuevas ideas socialistas de los Juan Batista Alberdi, Esteban Echeverría)

La urgencia por volver a unir al pueblo tras el ejército para renovar la fracasada aventura imperial de 1870 en una nueva guerra franco-alemana, de donde los Chávez se sacaron “la traición del capitán Dreyfus” –un descendiente de judíos que ya ni recordaba el dato– acuñando aquello de “los ciudadanos franceses de religión israelita son traidores a la patria” dejando la mancha. Aunque uniendo en el repudio a los liberales y socialistas de la época en todo occidente, y la exigencia de juicio abierto donde se descubrió la trama. (De aquella matanza patriótica de 1870, de la feroz represión de los comuneros en 1871, se beneficiaron nuestros países con la llegada de trabajadores cualificados, que inauguraron el movimiento obrero y los partidos socialistas).

La salvajada de los pogroms de 1881 a 1917, cuando fracasó el zarismo en seguir siendo zarismo y las hambreadas gentes se alzaban contra el régimen, hasta que con “los protocolos de los sabios de Zion” se condujo a los peores hacia las aldeas donde vivían marginados los hebreos, explicándoles que querían “apoderarse del mundo”, otra acusación que se añadía. (Ese es el origen de las inmigraciones de trabajadores y familias judías que nuestro gobierno fue a buscar, por medio del plenipotenciario Bustos, para reforzar la sociedad argentina que salía de la barbarie caudillesca, con gentes de cultura y de trabajo. En el barco Wesser llegaron los primeros, recibidos en el puerto por el presidente y todas las autoridades mayores).

El renovado terror de los reaccionarios y clericales que habían causado el suicidio de la Civilización europea en la carnicería de 1914-1918, ante la amenaza de perder sus privilegios y encontrarse en un mundo que quería cambiar, transformarse, mejorar. De allí salen las bandas fascistas con su intención de “volver al orden perdido” desde 1789, acabar con “la cultura de la insumisión y el reclamo de derechos”, y se vuelve a invocar a los hebreos, acusándolos de subversivos, tantos de los cuales salen de los ghettos para escribir, organizar, dar la vida por un mundo mejor (también de ahí, del derrame de los fascistas sobre Europa, y sus nuevas guerras coloniales, y persecuciones, llega a nuestros países la inmigración de los que ansiaban paz y justicia).

El desborde fatal de todos los ensayos y pesadillas acumulados –en la sociedad nada se pierde– llega con el nazismo, donde a todas las incriminaciones de los siglos, desde la de deicidio, se agrega la de “untermenschn”.

La ideología racista, según la cual hay “razas” en lucha. Una superior, la "aria", las demás son inferiores (la andina de Chávez entre ellas, la eslava, la latina, la amarilla, la negra... las mestizas de todas ellas) sentenciadas a servir. Y una que es subhumana, la semita, y a la que hay que aniquilar.

La alianza estratégica de las fuerzas nazis y las islamistas, unidas por el repudio a la Modernidad, a la cultura del Derecho (“los Hombres no tiene derecho, sólo obediencias que cumplir”, acaba de reiterar el hermano de Fidel Castro y Chávez, Ahmadineyad); a la emancipación de la mujer; acercó cientos de miles de musulmanes de Bosnia, del sur de la URSS, de Medio Oriente, a las filas de la Wehrmacht (ejército alemán) y de las SS (oficialidad politizada dentro del ejército), dando lugar a que los arios perdonaran a esa parte de los semitas, los árabes, su condición de subhumanos... al menos hasta que acabara la guerra.

Esa alianza estratégica –interrumpida en 1945– ha vuelto a forjarse. Ahí están los integristas islámicos de la guerra santa sunni (Frente Islámico Mundial de Ben Laden...) fundado en 1988 “contra los cristianos” (de todo Occidente, especialmente América), “los judíos” (de Israel y la Diáspora), “los budistas” (de Bali, Thailandia...), “los hindis” (de Cachemira e India), “los herejes” (shiíes, véase la carnicería diaria en Irak) drusos, ismaelitas), “los ateos” (comunistas, laicos); “los musulmanes débiles” (los que no aceptan la yijad, como los 250.000 ya asesinados en Argelia). Y las mujeres emancipadas.

Y con ellos los que creen poder usarlos en su riña interimperial con las potencias anglosajonas (EE.UU., Inglaterra, Australia...) donde quien se lleva el gato al agua es el Eje franc-alemán, y sus socios tácticos (la mafia rusa, los ansiosos chinos).

Mientras tanto se fue procesando la acelerada asimilación de los judíos, y todo aquello que les fue distintivo y explica su elección para el puesto de enemigos principales de la reacción y el clericalismo, no ha hecho más que disolverse, reduciéndose en la mayor parte de los casos en simple tribalidad, una más. Y disolviéndose así mismo –por su propia dinámica– buena parte de la fobia que caracterizaba a otros, a la Iglesia por ejemplo, cuyo vuelco histórico en el Concilio Vaticano II, y en especial la Declaración Nostra Aetate del 25 de octubre de 1965, resultaron decisivos.

Pero siglos de Inquisición, de nazismo luego, de izquierda reaccionaria e islamismo ahora, ya habían instalado en su sitial al judío. y ¿por qué desaprovecharlo? El antisemitismo es un ahorro de energía.

La nueva o renovada sociedad de los peores funciona por inercia. Un poco de viejo léxico socialista, antiimperialismo yankee que sólo es antiyankee pero no antiimperialismo, populismo y demagogia de viejo cuño fascista... y judeofobia, buena y barata.

En este cuadro se inscriben los “bolivarianos” y colegas. Los de la guerra santa shií (ayatollah) –socios enemigos de los sunníes– a los que Castro llamó “hermanos” en su visita al Irán que aplastan con su dictadura feroz y a quienes Chávez elogia por “su apoyo a la revolución bolivariana” (sic).

¿Hablan de pobres y ricos, de justicia, de socialismo? ¿No se apropiaron de Jesús los inquisidores, los antidreyfusistas, los pogromistas del zarismo, los fascistas? ¿No arrebataron las banderas rojas los de Mussolini, los de Stalin, y luego los ya desbordados muñecos de Hitler? ¿no se llamaban éstos nacional-socialistas? ¿No se ve en esta recurrente judeofobia la identidad que los reúne? ¿No se apropian del nombre de liberales de nuestros padres en Tucumán cuando la libertad moría ya en Europa, para hacer neoliberalismo desrregulador, especulación financiera, vaciamiento de los países?

Antes, todo eso, de aferrarse a las consignas y a los gestos de tiempos de oposición y ascenso en los que la codicia necesita apoyo social. Recordemos la Historia, recordemos las veces que los peores se han hecho con las banderas de los que quisieron ser mejores, humanistas, laicos, racionalistas, sea cual fuere el nombre con se identificaron en el paso de las épocas.

Busquemos y encontraremos las líneas que separan el resentimiento con su maledicencia, su racismo, su odio a la vida, de quienes –haciendo más o menos, haciéndolo mejor o peor– han querido y quieren la justicia, para vivir; la dignidad de todos los seres humanos; la búsqueda, que es permanente, de los mejores caminos universales, no la codicia de la parte contra el todo.

Y si ni siquiera cuando la maldad se quita la careta y vomita exabruptos antisemitas, y reivindica atrocidades, y convoca a pactos de sangre, somos capaces de darnos cuenta... es que estamos perdidos.

El resentimiento y la maledicencia habrán ganado otra batalla, como cuando Hitler promulgó las leyes de Núremberg “en beneficio del pueblo alemán”; como cuando Videla-Massera nos llamaba “derechos y humanos” y “antiargentinos” a los que denunciaban sus crímenes. Como cuando Menem describía el desguace del país y la caída de la mitad en la indigencia en nombre de “la revolución productiva” con banderas peronistas

¿Estamos, está la especie, en condiciones de seguir perdiendo batallas, y millones de vidas, porque una vez más nos enrolamos tras las banderas de nuestros enemigos... para después decir "nos engañaron”, "yo no sabía, no vi nada”, "que se vayan todos porque nadie es mejor”?

Las vibrantes palabras de Ricardo Lafferriere y de Enrique Pereira, afortunadamente no las únicas que se habrán dejado oír tras el escupitajo del “bolivariano” Chávez, pueden leerse también en nuestras páginas digitales. Busquen, tendrán los argumentos necesarios en los escritos de otros como antídoto ante el veneno reaccionario, sea vista éste como se vista.

Y luego disfruten del punto de vista agudo, lúcido del perenne Quino con su Mafalda que precisamente hoy me ha llegado con esta noticia abominable. Como si nuestro Joaquín Lavado hubiera presentido el exabrupto del falso, y enésimo, salvador de la patria contra los judíos banqueros, los judíos traidores, los judíos subhumanos.

Eso es cultura y no el resentimiento chavista.

Notas relacionadas:

Las nefastas declaraciones de Chávez que huelen naftalina desde la derrota del fascismo

Paraná | 5.1.2006

La Secretaría de Relaciones Internacionales de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical condena las manifestaciones racistas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, quien el 24 de diciembre de 2005 sostuvo que “el mundo tiene lugar para todos, pues, pero resulta que unas minorías, los descendientes de los mismos que crucificaron a Cristo, se adueñaron de las riquezas del mundo”.

Chávez Frías emitió sus tesis racistas durante una celebración de la Navidad en el Centro de Desarrollo Endógeno Integral Humano “Manantial de los Sueños”.

Personalmente condeno el racismo, venga de donde viniera. Siempre es una prueba irrefutable de demencia, de infamia y de muerte programada.

Desde Hitler, Stalin, de Franco o quien sea.

Los seres humanos –¿qué duda cabe?– somos todos iguales.

El que se crea que hay racismo “buenos” y racismos “malos” está totalmente loco o es definitivamente un sinvergüenza.

Estas porquerías hay que rechazarlas desde el vamos o, si no, hay que sacarse la careta y aceptar que se cree en las infamias de los llamados “Protocolos de los sabios del sión”.

Seguramente que el libertador Simón Bolívar, supuesto inspirador de Chávez, no le dicto al oído estas manifestaciones, más provenientes de alguna cervecería muniquesa de las década del ’20 y del ’30 que de los sueños libertarios de San Martín, Bolívar, Sandino, Martí, Miranda, Artigas, Alem e Yrigoyen.

Ningún presidente constitucional argentino fue racista, ni uno solo, desde Urquiza hasta el actual, pasando por Sarmiento, Yrigoyen, Perón, Illia y Alfonsín.

Solamente se escucharon aberraciones similares de los labios y las páginas terroristas del cretinos de la “Liga Patriótica” o de los peligrosos difusores del odio como Ottalagano, Giordano Bruno Genta y especimenes similares.

Escribo esto como indignado ciudadano argentino y también ostentando mi cargo partidario en la Unión Cívica Radical. Hay gentes que, sinceramente, suponen que Chávez es un hombre progresista. Tal vez hasta Chávez se lo crea.

Mas, tengo para mí que el concepto bolivariano de Bolívar poco tiene que ver con la emisión “bolivariana” de este tipo de alegaciones que, además de sembrar el odio, tienen un terrible olor a naftalina, especialmente desde la derrota del fascismo.

(*) Secretario de Relaciones Internacionales de la H. Convención Nacional de la Unión Cívica Radical de la República Argentina. Miembro de Numero del Instituto Nacional Yrigoyeneano Premio a la Lealtad con la II República Española

La hora del resentimiento de los agitadores de monstruos y fantasmas

Si ni siquiera cuando la maldad se quita la careta y vomita exabruptos antisemitas, y reivindica atrocidades, y convoca a pactos de sangre, somos capaces de darnos cuenta... es que estamos perdidos.

Barcelona | 6.1.2006

El antisemitismo de Hugo Chávez
Asco

Por Ricardo Lafferriere (*)



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Ips28 Enviado: 14/08/2006 16:16
¿Quiere el presidente de Irán borrar del mapa a Israel y niega el Holocausto?
Anneliese Fikentscher y Andreas Neumann
Uruknet.info

Traducción automática del texto original inglés, enviada por un lector de Rebelión, posteriormente corregida y revisada por Manuel Talens y Santiago Alba Rico

Bush habla claramente de “amenazar a Irán”. ¿Se trata de un lapsus linguae? Habla del poderío militar contra Irán: “Pero ahora que me estoy ocupando de Irán, la amenaza de Irán es, desde luego (aplausos), la amenaza de Irán es, desde luego, su declarado objetivo de destruir a nuestro firme aliado Israel. Esto es una amenaza, una seria amenaza. Esto es una amenaza a la paz mundial; esto es una amenaza, en esencia, a una firme alianza. Lo aclaré y lo aclararé de nuevo, que usaremos el poderío militar para proteger a nuestro aliado, Israel, y (aplausos)…” Estas palabras las pronunció George W. Bush, presidente de EEUU, el 20 de marzo de 2006 en Cleveland (Ohio) durante un improvisado discurso (véase: www.whitehouse.gov). Pero ¿por qué dice Bush que el objetivo de Irán es destruir Israel?

¿Quiere el Presidente de Irán que Israel sea borrado del mapa?

Arrasar Israel, asolar, destruir, aniquilar, liquidar, borrar a Israel, hacerlo desaparecer del mapa, eso es lo que exigió el Presidente de Irán o al menos es lo que leímos o escuchamos al respecto a finales del mes de octubre de 2005. La difusión de las noticias en los informativos fue muy eficaz. Dijeron que se trataba de una declaración de guerra. Obviamente, el gobierno y los medios compartieron la misma indignación. Estos rumores recorren el mundo. Pero vamos a analizar lo que dijo el Presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad. Podemos hacerlo gracias que el New York Times puso a nuestra disposición el discurso completo. He aquí un extracto de la publicación, fechada el 30 de octubre de 2005:

«Dicen no es posible tener un mundo sin Estados Unidos y sin el sionismo. Pero ustedes saben que son un objetivo y un slogan posibles. Retrocedamos en el tiempo. Nosotros teníamos un régimen hostil en este país, que era no democrático, armado hasta los dientes y con la SAVAK, el aparato de seguridad de la SAVAK [la agencia de inteligencia de Irán durante el gobierno del Sha] tenía bajo vigilancia a todo el mundo. Existía un ambiente de terror. Cuando nuestro querido Imán [el Ayatolá Ruhollah Khomeini, fundador de la revolución iraní] dijo que era necesario derrocar el régimen, muchos de los que afirmaban estar políticamente bien informados dijeron que no era posible. Todos los gobiernos corruptos estaban a favor del régimen cuando el Imán Khomeini comenzó su movimiento.[Todos los países, tanto de Occidente como de Oriente, apoyaban al régimen, incluso después de la matanza del 7 de septiembre de 1978] y dijeron que la eliminación del régimen no era posible. Pero nuestro pueblo resistió y ya hace 27 años que sobrevivimos sin un régimen sumiso a Estados Unidos. La tiranía que ejercen el Este y el Oeste sobre el mundo debe llegar a su fin, pero los débiles que no ven más allá de sus narices no pueden creerlo. ¿Quién hubiera podido imaginar que un día seríamos testigos del derrumbe del imperio oriental? Pero nosotros fuimos testigos vivientes de su caída.

»Y se derrumbó hasta tal punto que para estudiarlo tenemos que buscar en las bibliotecas, porque no ha quedado absolutamente ningún rastro de él. El Imán [Khomeini] dijo que era necesario deponer a Sadam, decía que se debilitaría hasta un punto inimaginable. Hoy, como pueden ver, ese hombre que hace apenas diez años hablaba con tal arrogancia que se hubiera podido creer que era inmortal, está siendo juzgado en su propio país, atado de pies y manos [o aquellos que creía que lo apoyaban y también por aquellos con cuyo apoyo perpetró sus crímenes]. Nuestro querido Imán dijo que el régimen de ocupación debía ser borrado del mapa y sus palabras fueron muy sabias. No podemos transigir en lo que respecta a la cuestión Palestina. Es posible crear un nuevo frente en el corazón de un antiguo frente.

»Esto sería una derrota y todo el que acepte la legitimidad de este régimen [Israel] de hecho ha firmado la derrota del mundo islámico. Nuestro querido Imán, en su combate, tenía en el punto de mira el corazón del opresor del mundo, es decir, el régimen de ocupación. No tengo la menor duda de que la nueva ola que se levantó en Palestina, y de la cual somos testigos en el mundo islámico, eliminará también esa vergonzosa mancha [en el rostro] del mundo musulmán.»(véase www.nytimes.com , basado en una publicación de la Agencia de Noticias de Estudiantes Iraníes ( ISNA por sus siglas en inglés). Los comentarios incluidos por el New York Times están entre corchetes.

Ahora queda claro: los medios han manipulado las declaraciones del presidente iraní. El Presidente de Irán presagia la eliminación de los regímenes que controlan el poder en Israel y en EEUU como el posible objetivo para el futuro. Eso es correcto. Pero nunca exige la eliminación o la aniquilación de Israel. Revela que los cambios son viables. El régimen del Sha que estaba apoyado por EEUU, cayó derrotado en su propio país. La Unión Soviética se derrumbó. El dominio de Sadam Husein llegó a su fin. Al referirse a estos asuntos, el presidente de Irán expresa sus aspiraciones a que tales cambios también serán factibles en Israel con respecto a Palestina. Cita al Ayatolá Khomeini, quien al referirse al régimen del Sha dijo en tal contexto que el régimen (es decir el régimen del Sha) debía ser eliminado. Desde luego, Ahmadinejad interpreta esta cita acerca de un cambio de régimen en la Palestina ocupada. Esto es legítimo. El anhelo de modificar las condiciones políticas en un país es, por supuesto, una situación cotidiana en todo el mundo. Pero el hecho de sustituir una demanda de eliminación “de un régimen” por una demanda de la supresión de un estado constituye una grave falsedad y una peligrosa demagogia. Según las palabras de Georg Meggle, profesor de Filosofía en la Universidad de Leipzig, se trata de un capítulo de la guerra contra Irán que ya ha comenzado, concretamente con la fase quizá más importante, la de la propaganda. De paso, queremos mencionar que fue el antiguo viceministro estadounidense de Defensa y actual presidente del Banco Mundial, Paul D. Wolfowitz, quien en setiembre de 2001 habló de acabar con ciertos Estados, en público y sin ningún tipo de miramientos. Y fue el padre de George W. Bush quien comenzó la discusión sobre la posibilidad de una guerra nuclear con posibilidades de triunfo si solamente está asegurada la supervivencia de una elite. Seleccionemos un ejemplo: la revista alemana de noticias por internet, tagesschau.de, escribió lo siguiente sobre el presidente de Irán el 27 de octubre de 2005: “No cabe ninguna duda: la nueva ola de ataques en Palestina borrará el estigma en el semblante del Mundo Islámico”. En vez de usar la palabra original -ola-, la transforman en “ola de ataques”. Esta manipulación del texto original es lo que llamamos desinformación. Lo correcto, por ejemplo, sería decir: “El nuevo movimiento en Palestina borrará esa mancha de desgracia del mundo islámico”. Además, esta declaración se refiere al régimen de ocupación mencionado en las frases anteriores. Por precaución examinaremos una traducción diferente del discurso -una versión preparada por el Instituto de Periodismo del Próximo Oriente (MEMRI, por su siglas en inglés), con sede en Washington:

«Ellos [preguntan]: “¿Es posible que presenciemos un mundo sin los EEUU y sin el sionismo? Pero ustedes sabían perfectamente que este lema y este objetivo son alcanzables, y seguramente pueden ser llevados a cabo.

»Cuándo el querido Imán [Khomeini] dijo que el régimen [del Sha] debía ser depuesto y que exigíamos un mundo sin gobiernos sumisos, muchas personas que afirmaban tener conocimientos políticos y de otro tipo [preguntaron], “¿Es posible [que el régimen del Sha pueda ser derribado]?” Ese día, cuando el Imán [Khomeini] inició su movimiento, todos los poderes apoyaban al régimen corrupto [del Sha] y dijeron que no era posible. Sin embargo, nuestra nación se mantuvo firme y ahora nosotros hemos estado viviendo, durante 27 años, sin un gobierno sumiso de EEUU. El imán [Khomeni] dijo: “El dominio del Este [URSS] y de Occidente [Estados Unidos] debería llegar a su fin”. Pero la gente débil que no ve más allá de sus narices no lo creyó. Nadie creyó que nosotros un día presenciaríamos el derrumbamiento del Imperialismo Oriental [por ejemplo, la URSS] y dijimos que era un régimen de hierro. Pero en nuestra corta vida hemos sidos testigos de cómo este régimen se derrumbó, de tal modo que lo debemos buscar en las bibliotecas y no podemos encontrar ninguna literatura sobre el asunto. El Imán [Khomeini] dijo que Sadam [Husein] debía ser depuesto y que sería humillado de un modo inaudito. ¿Y qué ven ustedes hoy? Un hombre que, hace 10 años, hablaba con tanto orgullo como si fuera a vivir por toda la eternidad hoy está con grilletes en los pies y ahora está siendo juzgado en su propio país [...] el Imán [Khomeini] dijo: “Este régimen que ocupa Qods [Jerusalén] debe ser eliminado de las páginas de historia.” Esta sentencia es muy sabia. »La cuestión de Palestina es un asunto sobre el cual no podemos transigir. ¿Es posible que un frente [islámico] permita que otro frente [es decir, otro país] surja en su [propio] corazón? Esto significa la derrota y aquel que acepte la existencia de ese régimen [es decir, de Israel] de hecho firma la derrota del mundo islámico. En su batalla contra el mundo de la arrogancia, nuestro querido Imán [Khomeini] situó al régimen que ocupa Qods [Jerusalén] como el objetivo de su lucha. No me cabe duda de que la nueva ola que ha comenzado en nuestra querida Palestina y que hoy también presenciamos en el mundo islámico sea una ola de moralidad que se ha extendido por todas partes del mundo islámico. Muy pronto esa mancha de desgracia [es decir, Israel] desaparecerá del centro del mundo islámico, y ello es factible.»

(véase http://memri.org, basado en una publicación de la Agencia de Noticias de Estudiantes Iraníes (ISNA). Los comentarios incluidos por MEMRI van entre corchetes. Obsérvese la diferencia con respecto a la versión del New York Times). El término “mapa” al que los medios se refieren ampliamente, ni siquiera aparece. Mientras que el New York Times afirmó: “Nuestro querido Imán dijo que el régimen de ocupación debe ser borrado del mapa, la versión según MEMRI es: “El imán [Khomeini] dijo: Este régimen que ocupa Qods [Jerusalén] debe ser eliminado de las páginas de historia”. MEMRI añadió la siguiente formulación, antepuesta a su traducción como una especie de título: “Muy pronto esta mancha de desgracia [es decir, Israel] desaparecerá del centro del mundo islámico, y ello es factible”. De ese modo lo sacan de contexto y al utilizar la inserción “es decir, Israel”, distorsionan intencionalmente el significado. La incisiva expresión adverbial de tiempo “muy pronto” no aparece tampoco en la traducción del New York Times. Es asombroso, además, que MEMRI haya suprimido en su traducción todos los pasajes que caracterizan al régimen del Sha apoyado por EEUU como un régimen de terror y que al mismo tiempo muestran el verdadero carácter de la política estadounidense.

Una traducción imparcial del original (como la versión publicada por ISNA) nos revela que Ahmadinejad no utilizó el término “mapa”. Citó la afirmación del Ayatolá Khomeini de que el régimen de ocupación debe desaparecer de este mundo, traducida literalmente: de la arena de los tiempos. Por consiguiente: no hay ningún espacio para un régimen de ocupación en este mundo y en estos tiempos respectivamente. La expresión “borrar del mapa” utilizada por el New York Times es una interpretación muy libre e irritante que equivale a “arrasar o a aniquilar algo”. La traducción vertida en el escrito, primero en inglés (“borrar del mapa”), luego del inglés al alemán -y todo literalmente (“von der Landkarte la löschen”)- nos lleva a grandes pasos cada vez más lejos del original. Lo obsceno de esta traducción consiste en que la expresión “mapa” sólo puede usarse de modo intencional: un estado puede ser borrado de un mapa, pero no un régimen, que es a lo que Ahmadinejad se refiere en realidad.

Continuando con la traducción independiente: “No tengo ninguna duda de que el nuevo movimiento que se está desarrollando en nuestra querida Palestina es un movimiento espiritual que atraviesa todo el mundo islámico y que pronto borrará esa mancha de desgracia del mundo islámico ".

Me parece pertinente y necesaria la pregunta de cómo es posible que las expresiones “movimiento espiritual” -que se refiere a “ola de moralidad” (tal como fue traducido por MEMRI)- y la expresión “ola de ataques” puedan ser consideradas iguales y traducidas como tales (como fue publicado, por ejemplo, en tagesschau.de).

¿Niega el presidente de Irán el Holocausto?

“El gobierno alemán condenó como escandalosas las reiteradas declaraciones ofensivas de Ahmadinejad contra Israel. Semejante comportamiento es intolerable, declaró el Ministro de Asuntos Exteriores Frank-Walter Steinmeier. [...] La Canciller Federal, Angela Merkel, proclamó que las declaraciones de Ahmadinejad eran “inconcebibles’” (publicado por tagesschau.de el 14 de diciembre de2005). Pero no sólo el Ministro de Asuntos Exteriores alemán Steinmeier y la Canciller Federal Merkel alegan esto, sino también el Bild-Zeitung, tagesschau.de, integrantes del movimiento pacifista, el Presidente de EEUU George W. Bush, Periódicos para la política alemana e internacional, la CNN, la Fundación Heinrich B철ll y, con ellos, casi todo el resto del mundo: el presidente Ahmadinejad de Irán niega el Holocausto.

¿En qué se basa esta afirmación? Fundamentalmente en los despachos de dos días , el 14 de diciembre de 2005 y el de febrero de 2006.

“El Presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad ha intensificado sus ataques verbales contra Israel y los países occidentales y ha negado el Holocausto. ‘En vez de hacer de los ataques de Israel contra Palestina un tema de discusión, los países occidentales dedican su energía al cuento de hadas de la masacre contra los judíos’, dijo Ahmadinejad el miércoles durante un discurso en Zahedan, en el sudeste de Irán, que fue difundido directamente por el canal de noticias Khabar. Ese día declaró que si los estados occidentales realmente creen en el asesinato de seis millones de judíos durante la II Guerra Mundial deberían poner un pedazo de tierra en Europa, en EEUU, en Canadá o en Alaska a disposición de Israel” (despacho de la agencia de noticias alemana DPA, 14 de diciembre de 2005).

El canal alemán de noticias N24 difundió lo siguiente el 14 de diciembre de 2006, bajo el titular “El Presidente de Irán dice que el Holocausto es un mito: El Presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad ha intensificado sus ataques verbales contra Israel y ha calificado el Holocausto de mito usado como pretexto por los europeos para establecer un estado judío en el centro del mundo islámico. ‘En nombre del Holocausto han creado un mito y lo consideran más digno que Dios, la religión y los profetas’, dijo el jefe de estado iraní.”

La agencia de noticias iraní IRNA informa sobre Ahmadinejad el 14 de diciembre de 2005 de esta manera: “‘Si los europeos dicen la verdad en sus afirmaciones de que ellos han matado a seis millones de judíos en el Holocausto durante la segunda Guerra Mundial -y parece que tienen razón en sus aseveraciones, puesto que insisten en ello y detienen y encarcelan a quienes lo niegan-, ¿por qué la nación palestina tiene que pagar por ese crimen? ¿Por qué han venido al corazón mismo del mundo islámico y cometen crímenes contra la querida Palestina usando sus bombas, cohetes, misiles y sanciones?’ [...] ‘Si ustedes han cometido los crímenes, entonces donen un pedazo de su tierra en algún sitio en Europa o EEUU y Canadá o Alaska para que ellos establezcan su propio estado allí.’ [...] Ahmadinejad dijo que algunos han creado un mito sobre el Holocausto y lo sostienen aún más alto que la misma fe en la religión y en los profetas [...]. El presidente agregó: ‘Si su civilización consiste en la agresión, en la expulsión de las naciones oprimidas, en suprimir las voces que buscan justicia y extender la injusticia y la pobreza entre la mayoría de la gente sobre la tierra, entonces les decimos en voz alta que despreciamos su civilización hueca’”.

Otra vez encontramos ahí la cita ya brindada por N24: “En nombre del Holocausto crearon un mito”. Podemos ver que se trata de algo completamente distinto de lo que publica, por ejemplo, la DPA -la matanza contra los judíos es un cuento de hadas. Lo que hace Ahmadinejad no es negar el Holocausto. ¡No! Lo que hace es condenar la mendacidad de los poderes imperialistas que utilizan el Holocausto para amordazar las voces críticas y lograr ventajas para la legitimación de una guerra planeada. Lo que hace es criticar la explotación del Holocausto.

La CNN (15 de diciembre de 2005 ) lo presenta así: “Si ustedes han quemado a los judíos, ¿por qué no le donan un pedazo de Europa, Estados Unidos, Canadá o Alaska a Israel? Nuestra pregunta es: si ustedes han cometido este descomunal crimen, ¿por qué debería la nación inocente de Palestina pagar por este crimen?”

El Middle East Media Research Institute (MEMRI), con sede central en Washington, brinda así las declaraciones de Ahmadinejad del 14 de diciembre de 2005: “...les preguntamos: si ustedes de verdad cometieron este gran crimen , ¿por qué el oprimido pueblo de Palestina debería ser castigado por ello? * [...] Si ustedes cometieron un crimen, ustedes mismos deberían pagar por ello. Nuestra propuesta ha sido y sigue siendo la misma: Si ustedes cometieron un crimen, lo justo es que ustedes pongan un pedazo de su tierra a su disposición -un pedazo de Europa, de EEUU, de Canadá o de Alaska-, de modo que ellos puedan establecer su propio estado. No tengan ninguna duda de que si ustedes actúan así, los iraníes no expresarán ninguna objeción.”

La versión de MEMRI utiliza la traducción moderada de “gran crimen” y escamotea la siguiente oración en el pasaje marcado aquí arriba con *: “¿Por qué vienen al corazón mismo del mundo islámico y cometen crímenes contra la querida Palestina usando sus bombas, cohetes, misiles y sanciones?”. Es evidente que esta frase ha sido excluida deliberadamente porque insinúa que el estado israelí podría haber perdido el derecho de establecerse en Palestina a causa de su agresiva política expansionista contra el pueblo palestino, su violación del derecho internacional y su incumplimiento de todas las resoluciones de las Naciones Unidas.

No obstante las variaciones en la interpretación de las declaraciones del presidente de Irán, podemos afirmar sin ninguna vacilación que el reproche de negacionismo es insostenible en la medida en que Ahmadinejad habla de un crimen enorme y descomunal crimen cometido contra los judíos.

En otro despacho de IRNA (14 de diciembre de 2005), el autor árabe Ghazi Abu Daqa escribe sobre Ahmadinejad: “El presidente iraní no tiene nada contra los seguidores del judaísmo [...] Ahmadinejad está contra el sionismo, así como contra su expansionismo y la política de ocupación. Por eso ha declarado al mundo con coraje que no hay ningún lugar para el régimen sionista en la comunidad de las naciones civilizadas.”

No es extraño que tales opiniones no sean particularmente bien admitidas en los centros de poder del mundo occidental. Pero esto no implica que sean inmediatamente incorrectas. El hecho de destacar la crítica contra la política agresiva del mundo occidental, al cual Israel pertenece también, no es, sin embargo, una muestra de antisemitismo. Deberíamos al menos escuchar esta clase de crítica, aunque nos sitúe en un campo problemático e incómodo.

Según IRNA, el 11 de febrero de 2006 Ahmadinejad dijo: “[...] el verdadero Holocausto debería buscarse en Palestina, donde la sangre de la nación oprimida es derramada todos los días, y en Iraq, donde la indefensa gente musulmana es asesinada a diario. [...] Algunos gobiernos occidentales, en EEUU particularmente, aprueban el sacrilegio contra el Profeta Mahoma (PBUH), mientras que la negación del ‘mito del Holocausto’, en nombre del cual los sionistas han estado ejerciendo presión sobre otros países durante los últimos 60 años y asesinando a los inocentes palestinos, está considerada como un crimen [...].”

La afirmación de que Ahmadinejad niega así el Holocausto es errónea en más de un aspecto. No niega el Holocausto, puesto que él mismo habla de la negación. Y no habla de la negación del Holocausto, sino de la negación del mito de Holocausto, lo cual es algo totalmente distinto. En general, el presidente iraní habla de la explotación del Holocausto. El mito de Holocausto, tal como ha sido caracterizado por Ahmadinejad, es un mito que se ha desarrollado en conjunción con el Holocausto para -como él dice- presionar a alguien. Podemos seguir esta línea de pensamiento o no, pero no podemos equiparar sus razonamientos con la negación del Holocausto.

Si, con arreglo a este despacho del 11 de febrero de 2006, Ahmedinejad condena el hecho de que la investigación del mito de Holocausto esté prohibida y que sea considerada como un crimen, como ya vimos que aparece citado en la traducción de MEMRI, sus palabras adquieren un significado muy diferente del conocido y ampliamente difundido. Si el mito relacionado con el Holocausto queda transformado en el “cuento de hadas de la matanza” -como hizo la agencia alemana de noticias DPA-, una alteración semejante del texto sólo puede ser entendida como una malintencionada interpretación.

El uso de la falsificación y de la adulteración tuvo éxito en su propósito de lograr que las declaraciones del presidente iraní se convirtiesen en parte integrante de la guerra de propaganda que se libra en la actualidad. Es nuestra responsabilidad contrarrestar dicho engaño.

Conclusión

Un despacho de Reuters confirma el 21 de febrero de 2006: “El Ministro de Asuntos Exteriores iraní Manuchehr Mottaki ha [...] desmentido que su estado quisiera ‘borrar del mapa’ el estado judío de Israel. [...] ‘El presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad ha sido mal interpretado. Nadie puede borrar un país del mapa. Ahmadinejad no pensaba en el estado de Israel, sino en su régimen [...]. No reconocemos la legitimidad de ese régimen’. [...] Mottaki también aceptó que el Holocausto realmente ocurrió por cuanto que seis millones de judíos fueron asesinados durante la era del nacionalsocialismo.”

El siguiente paso ha sido vincular al presidente iraní con Hitler. El Presidente del Consejo de las Instituciones Judías en Francia (Crif) dijo el 20 de febrero de 2006 en París: “Las afirmaciones del presidente de Irán no están lejos de las de Mein Kampf de Hitler”. Paul Spiegel, presidente del Consejo Central de judíos en Alemania, califica el 10 de diciembre de 2005 en Die Welt las declaraciones de Ahmadinejad como “los peores comentarios sobre este tema que alguna vez haya escuchado de un Jefe de Estado desde A. Hitler”. En la Casa Blanca al presidente iraní todavía se lo llama Hitler. Y la canciller de la Alemania Federal, Angela Merkel, también relacionó al Presidente de Irán con Hitler y el nacionalsocialismo cuando el 04 de febrero de 2006 dijo en Munich: “Ya a principios de los años treinta muchas personas dijeron que aquello era sólo retórica. Uno podría haber llegado a tiempo de impedir muchas cosas si hubiera actuado... Alemania tiene la obligación moral de resistirse a lo que se está iniciando y de hacer algo para aclarar dónde está el límite de la tolerancia. Irán conserva el control de la situación, todavía está en sus manos.”

Todo esto indica guerra. Slobodan Milosevic se convirtió en Hitler. El resultado fue la guerra de la OTAN contra Yugoslavia. Sadam Husein se convirtió en Hitler. Lo que siguió fue la guerra que emprendieron EEUU y su coalición de socios dóciles contra Iraq. Ahora el presidente iraní se convierte también en Hitler.

Y aunque alguien que se parece a Hitler asegure cientos de veces que sólo quiere usar la energía nuclear de un modo pacífico, nadie lo creerá. Alguien como Hitler puede actuar dentro de los límites fijados por todos los acuerdos. Será acusado sin embargo de infringir los acuerdos. “En la práctica, ninguno de los estados occidentales niega que el enriquecimiento de uranio sea algo absolutamente legal. No hay ninguna restricción si hacemos caso de los convenios y las leyes internacionales. Al contrario, en realidad los países occidentales tendrían la obligación de ayudar a Irán en estas actividades, según el Tratado de No proliferación Nuclear” (Jörg Pfuhl, radio ARD, estudio de Estambul 11 de enero de 2006).

Pero todo esto no cuenta si el jefe de un estado es estigmatizado como Hitler.

Fuente original: http://uruknet.info/?p=m22711


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ips28 Enviado: 14/08/2006 16:16

Periodismo de imputación: el «antisemitismo» de Chávez


Henri Maler y Renaud Lambert

Traducido por Juan Vivanco


Sábado 24 de diciembre de 2005. Hugo Chávez visita el Centro de Desarrollo Endógeno Integral Humano «Manantial de los Sueños», en el Municipio Acevedo – Estado Miranda, y pronuncia un discurso al que se han agarrado varios medios y organizaciones para decir que ha expresado opiniones antisemitas. Todo este revuelo se basa en una sola frase, que conviene citar textualmente, pues se ha mutilado y también se ha alterado. Es esta: «El mundo tiene para todos, pero resulta que unas minorías, los descendientes de los mismos que crucificaron a Cristo, los descendientes de los mismos que echaron a Bolívar de aquí y también lo crucificaron a su manera en Santa Marta, allá en Colombia. Una minoría se adueñó de las riquezas del mundo […]».

Dado que varias organizaciones y ciertos periodistas han instruido una causa por antisemitismo, conviene examinar con detalle los documentos del expediente, no para evaluar la retórica del presidente venezolano sino para ver lo que queda de ella después de pasar por la pluma de unos informadores sin escrúpulos [1].

¿Cómo se transforma en declaración antisemita una frase entresacada de un discurso de 26 páginas? Vale la pena examinar el proceso. No es la «circulación circular de la información» de que hablaba Pierre Bourdieu para explicar que los periodistas acuden a otros periodistas para informarse, sino más bien la degradación degradada de la desinformación.


1. Lo que dijo Chávez… (y no se dice que lo dijo)

Cada cual es libre de defender o no la «revolución bolivariana» o de compartir las referencias religiosas de Hugo Chávez. Pero de los periodistas cabría esperar que antes de ponerse a comentar nada recogieran fielmente el sentido y situaran en su contexto las palabras sospechosas de antisemitismo.

El discurso de Chávez era fácil de encontrar, bastaba con ir directamente a la fuente [2].

Chávez aprovecha la celebración del nacimiento de Cristo la noche del 24 de diciembre para hacer esta metáfora: «así como Cristo resucitó con la ayuda de Dios […] estamos resucitando la Patria, Venezuela está resucitando» (p. 15 del discurso). Para quien se tome la molestia de leer este discurso de 26 páginas la comparación es clara: la Venezuela revolucionaria de los pobres, en su camino hacia el «socialismo del siglo XXI» [3], tiene un modelo y un predecesor en la figura de un Cristo que nació «entre los pobres» (p. 2) y es «redentor de los pueblos» (p. 11).

Este enfoque, extraño quizá para el etnocentrismo imperial que esgrimen, cual necesidad imperiosa, ciertos periodistas, no lo es para un público latinoamericano, porque la imagen de un Cristo humilde que camina junto a los pobres enlaza directamente con la Teología de la Liberación, que «partía de la conflictiva realidad social latinoamericana y empleaba un método marxista para analizar dicha realidad social» [4].

Chávez no inventa nada nuevo, pues, cuando dice: «Cristo fue y es uno de los más grandes revolucionarios de la historia y el primer socialista de nuestra era, el primer socialista y por eso lo crucificaron» (p. 14). ¿Quiénes lo crucificaron? Los que no entrarán en el reino de los cielos, los ricos [5].

Y prosigue Chávez, actualizando su interpretación:

«Acabo de leer esta madrugada el último informe de la Organización de Naciones Unidas sobre la situación del mundo y es alarmante, por eso digo que hoy más que nunca antes jamás en 2005 años nos hace falta Jesús el Cristo, porque el mundo, el mundo, se está acabando el mundo cada día, cada día, la riqueza del mundo, porque Dios, la naturaleza es sabia, el mundo tiene agua suficiente para que todos tuviéramos agua, el mundo tiene riquezas suficientes, tierras suficientes para producir alimentos para toda la población mundial, el mundo tiene suficientes piedras y minerales para las construcciones, para que no hubiera nadie sin vivienda. El mundo tiene para todos, pues, pero resulta que unas minorías, los descendientes de los mismos que crucificaron a Cristo, los descendientes de los mismos que echaron a Bolívar de aquí y también lo crucificaron a su manera en Santa Marta, allá en Colombia. Una minoría se adueñó de las riquezas del mundo, una minoría se adueñó del oro del planeta, de la plata, de los minerales, de las aguas, de las tierras buenas, del petróleo, de las riquezas, pues, y han concentrado las riquezas en pocas manos: menos del diez por ciento de la población del mundo es dueña de más de la mitad de la riqueza de todo el mundo y a la… más de la mitad de los pobladores del planeta son pobres y cada día hay más pobres en el mundo entero. Nosotros aquí estamos decididos, decididos a cambiar la historia…» (p. 15).

Se ve claramente que Chávez pronuncia la frase resaltada en negrita en un contexto de denuncia de la apropiación de las riquezas del mundo; pero esta frase, separada del contexto, triturada, troceada, interpretada abusivamente, va a convertirse en la materia de una gran lección de periodismo negativo, que combina la desinformación con la superchería.


2. Guysen Israel News y el Centro Simon Wiesenthal al ataque

El 3 de enero de 2005 Guysan Israel News, que se presenta como «una agencia de prensa independiente de cualquier tutela, política o de otro tipo», publica un artículo de Albert Bella챦che «para Guysen Israel News» en el que se puede leer esto:

«Una mosca cojonera a la que nadie ha dado vela en el entierro, el Presidente en ejercicio de Venezuela, un tal Hugo Chávez hasta hace poco conocido en su casa a la hora de comer, suelta como quien no quiere la cosa su parida inesperada, con la boca en forma de A como Le Pen en sus mejores tiempos: “Más que nunca necesitamos a Cristo… Hay suficiente para saciar a todo el mundo, pero algunas minorías, los descendientes de los que crucificaron a Cristo, se han apoderado de las riquezas mundiales. Menos del 10% de la población del mundo posee más de la mitad de esas riquezas. Estamos decididos a cambiar el curso de la historia…” ha declarado Hugo Chávez, el venezolano, ante el auditorio del Centro Manantial de Los Suefos (sic)».

La cita, como vemos, está mutilada por el celo del redactor de la «agencia de prensa independiente de cualquier tutela política o de otro tipo» que hace un ejercicio de estilo insultante y rencoroso, con el fin de presentar a Chávez como un fanático antisemita aliado de todos los que quieren destruir el Estado de Israel.

El 4 de enero de 2006 el Centro Simon Wiesenthal publica en Buenos Aires un comunicado titulado «El Centro Simón Wiesenthal condena declaraciones antisemitas de Hugo Chávez y reclama disculpas públicas». Es la misma cita, pero mutilada (falta el final, la referencia al exilio y la muerte de Simón Bolívar): «el mundo tiene para todos, pues, pero resulta que unas minorías, los descendientes de los mismos que crucificaron a Cristo, se adueñaron de las riquezas del mundo».

El comunicado del Centro Simon Wiesenthal prosigue: «En una carta al primer mandatario de la República Bolivariana de Venezuela, Shimon Samuels (Director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal) y Sergio Widder (Representante para América Latina) señalaron que “en sus palabras convergen dos argumentos centrales del antisemitismo, tanto en lo que respecta a la acusación a los judíos de haber matado a Jesús, como la asociación de ellos con las riquezas. Ambos elementos han servido como excusa para justificar las más crueles persecuciones y matanzas a lo largo de dos milenios”».

Pero resulta que ninguno de los dos argumentos aparece en la frase mutilada que los portavoces del Centro citan sacada de su contexto. En efecto, no hay ninguna referencia a los judíos, como revela Associated Press.

Da igual: el comunicado no se limita a exigir excusas (y no una simple aclaración), sino que amenaza: «El silencio sólo puede ser interpretado como una reafirmación de un pensamiento racista». Además hace un llamamiento a los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, así como a la Presidencia de Mercosur, para que «se suspenda el proceso de incorporación de Venezuela a este bloque regional mientras Chávez no se disculpe públicamente por sus manifestaciones antijudías». Por último el Centro considera «paradójico que el presidente del país que en pocos días más servirá de anfitrión al encuentro más renombrado del pensamiento progresista, el Foro Social Mundial, utilice una retórica reaccionaria y medieval». ¡Acabáramos, el comunicado es una contribución progresista al Foro!


3. Libération se apunta y echa leña al fuego

El lunes 9 de enero de 2006 Jean-Hébert Armengaud, el adalid, publica en Libération un artículo titulado «Le credo antisémite de Hugo Chávez» [6], un «credo» cuya paternidad corresponde… al periodista de Libération.

Jean Hébert Armengaud no ha escrito ni una línea sobre la situación social y política de Venezuela [7], pero hace refritos de los artículos del corresponsal «permanente» de Libé en Caracas (quien escribe algunas cosillas, seguramente en el tiempo que le dejan libre sus largas temporadas playeras) y remienda los despachos de agencia en editoriales vindicativos, plagados de aproximaciones; lo cual, lejos del periodismo de información o investigación, le convierte en un (ínfimo) panfletario, algunas de cuyas hazañas ya hemos tenido ocasión de destacar aquí [8].

Pero en este caso se supera. Remendón distraído, confunde una ciudad con un estado [9]. Traductor malintencionado, para acreditar la idea de que Chávez se refiere concretamente al pueblo judío, transforma, como ha señalado Romain Mingus, «unas minorías» en «una minoría», y así da a entender que es la judía.

Lector de tijeras afiladas, corta de la cita todo lo que pueda estorbar su interpretación. Esto es lo que queda: «Más que nunca nos hace falta Cristo […], pero resulta que una minoría, los descendientes de los mismos que crucificaron a Cristo […] se adueñó de las riquezas del mundo […] y ha concentrado las riquezas en pocas manos».

Luego hace un resumen de la protesta del Centro Simon Wiesenthal, adobado con dos insinuaciones suplementarias —presentadas como informaciones— que encontraremos más adelante en el escrito de Alexandre Adler: 1) la influencia que habría tenido unos diez años antes el personaje de Ceresole, un revisionista; 2) el sentido (antisemita, por supuesto) de una intervención policial en el Centro Judío de Caracas. Todo esto, según la delicada pluma de Armengaud, constituye un «credo antisemita». ¡Ni más ni menos! La pregunta que abre el artículo precisa el carácter de dicho credo: «¿Antineoliberal, antiimperialista… y antisemita?». Porque es evidente que no se puede ser las dos primeras cosas sin ser, potencial o realmente, antisemita [10].


4. Le Monde recicla y se retuerce

Citando como fuente un despacho de la agencia Associated Press del 6 de enero de 2006, lemonde.fr titula así un artículo del 9 de enero de 2006: «Le centre Wiesenthal accuse Hugo Chavez d’antisémitisme». Correcto. Pero ya la primera frase sentencia: «El presidente venezolano […] pronunció unas palabras antisemitas en su discurso de Navidad» (la negrita es nuestra).

El reciclado del despacho de agencia se transforma en una reescritura lamentable. Porque mientras Associated Press reproduce fielmente las palabras de Chávez, lemonde.fr no se digna a verificarlas y las escribe a su conveniencia: «El mundo pertenece a todos pero una minoría, los descendientes de los que crucificaron a Cristo, se adueñó de las riquezas mundiales […]». Mientras el despacho de AP dedica cuatro líneas a la acusación del Centro Wiesenthal y otras seis a las declaraciones del rabino Arthur Waskow, quien «tiene serias dudas de que se trate de un desliz antisemita», esta última referencia ha desaparecido en el artículo de la edición electrónica [11]. En cambio Le Monde hincha las velas del buque insignia de la flotilla del «periodismo de cargo»: Libération, al que cita, aunque sin dar ninguna consistencia a las alegaciones sobre el papel atribuido al personaje de Ceresole —ya nos ocuparemos de él—, cuyo revisionismo sería una prueba del antisemitismo de Chávez. Cita amputada, traducción mal hecha, fuentes sin verificar, referencias manipuladas: un verdadero cúmulo… «de referencia».

Pero Le Monde también es un periódico de papel. En su edición del 10 de enero publica un artículo titulado… «Le centre Wiesenthal accuse M. Chavez d’antisémitisme»: el mismo título que el del artículo de la víspera, publicado en la red. Pero Le Monde se rectifica a sí mismo a la chita callando. ¿Acaso entona el «media culpa»? Qué va: para Le Monde las aproximaciones y los errores del artículo anterior nunca existieron. Sea como fuere, Marie Delcas, corresponsal del periódico en Bogotá, desinfla la acusación como un globo.

No sólo la cita —esta vez correcta— del discurso de Hugo Chávez equivale a un desmentido del artículo de lemonde.fr, sino que el periódico de la tarde «corrige el tiro» y devuelve la palabra al mismo que había silenciado el día anterior… el rabino Arthur Waskow, quien, recordemos, «pone en duda el antisemitismo del presidente venezolano». Y añade (¿para desquitarse?) que «el 9 de noviembre de 2005 David Bachenheimer, secretario general de la comunidad judía, declaraba a uno de los principales diarios de Caracas, El Nacional, que en Venezuela no hay antisemitismo».


5. Y en esto llegó Adler…

No podía faltar: Alexandre Adler se lanzó golosamente sus interpretaciones mañaneras, buena ocasión para ostentar su clarividencia de predicador sabelotodo [12].

¿Qué podríamos destacar de la dulce melopea de este autor, que ya había denunciado el supuesto antisemitismo de Chávez atribuyéndolo a su contacto con los miembros de la OPEP [13]? De entrada una confirmación implícita de la acusación de antisemitismo: «Ya sospechaba que tenía las peores ideas. Las tiene.» ¿Cuáles? Las «de la película de Mel Gibson sobre el pueblo judío». Lo completa con una cita patchwork que atribuye a Chávez: «Navidad es un día para la rebelión, la revolución. Cristo es un rebelde revolucionario y los descendientes de quienes crucificaron a Cristo han tomado hoy, se han apropiado de las riquezas del mundo que se han concentrado en unas pocas manos.» Luego matiza (qué detalle) esta cita inventada con una aparente concesión: «Tampoco es para poner el grito en el cielo, pues efectivamente hay riquezas en el mundo que están concentradas en unas pocas manos y se podría decir que ellos, judíos y no judíos, son los que crucificaron a Cristo».

Entonces, si Chávez, según Adler, es antisemita pero no ha pronunciado palabras antisemitas, ¿qué nos queda? Una probabilidad: la «probabilidad de que se trate realmente del pueblo judío»… pronto transformada en certeza: «No cabe duda de que la visión [que tiene Chávez] del mundo es (…) totalmente compatible con el antisemitismo». Conclusión adleriana: Chávez es antisemita porque podría serlo. ¿Por qué podría serlo, más allá de su visión del mundo? Porque fue aconsejado por Ceresole. Punto redondo. La montaña de acusación está pariendo un ratón [14].

Libération, citado por Le Monde, ya nos había avisado: «Norberto Ceresole inspiró durante mucho tiempo al presidente venezolano». Adler se une al coro y denuncia al supuesto «gurú» de Chávez que «pretendía construir una Latinoamérica postdemocrática». Adler se pavonea: «Soy el único que, hace años, escribió el nombre de Ceresole en la prensa» antes de rematar su frase con un ¿vale? de un patetismo casi enternecedor. Pero esta revelación no es tal. En efecto, Ceresole fue consejero de Chávez… durante un año, hasta que le agradecieron los servicios prestados. Nada hace pensar que inculcara a Chávez sus desatinos revisionistas. Si se menciona a Ceresole es para respaldar una acusación sin pruebas con una insinuación, que se reduce a esto: 1) Ceresole era revisionista; 2) Ceresole aconsejó a Chávez; 3) luego Chávez es antisemita. Semejante (sin)razonamiento desprende un tufo de macartismo…


6. Lo que Chávez no dijo… pero se lo hacen decir

Recapitulemos. Chávez habla de «unas minorías» dominantes que crucificaron a Cristo (en sentido propio) y a Bolívar (en sentido figurado) «que murió con su cruz, como Cristo» (p. 25). Pero como la retórica antisemita identifica a estas minorías con el pueblo judío y la dominación judía, basta con hacerle decir a Chávez lo que no dijo para atribuirle expresiones antisemitas que no pronunció, pero, se afirma, podría haber pronunciado. Chávez, como destaca Associated Press, no habla de los judíos ni como comunidad de fieles de una religión concreta, ni como pueblo. A falta de palabras, ¿sólo quedaría la música? ¿No ya declaraciones, sino resonancias antisemitas? Pero entonces, para oírlas, ¿es preciso que uno mismo, so pretexto de destapar el antisemitismo, califique de «judías» a esas minorías dominantes?

A veces conviene no fiarse. Pero una cosa es no fiarse y otra acusar a tontas y a locas. ¿Hemos de ver una alusión a los judíos cada vez que se pronuncie la palabra «banquero» sólo porque el antisemitismo siempre atribuyó al origen de algunos banqueros la función nefasta del capitalismo financiero? ¿Hemos de renunciar a juzgar al imperio romano, cuya minoría dominante es responsable de la muerte de Cristo, sólo porque los antisemitas siempre han presentado a los judíos como un pueblo deicida?

¿Ha cometido una imprudencia Hugo Chávez, a sabiendas de cómo se las gastan los medios dominantes y en especial los de su país? No corresponde a los propios medios decidirlo, como tampoco jugar a adivinos o consejeros de los gobernantes, sean cuales fueren. El caso es que muchos periodistas y sobre todo editorialistas, de Francia y otros países, tienen contratos indefinidos para desempeñar ese papel.

¿Qué queda, entonces, de la causa instruida contra Chávez (a la que se han sumado con solicitud otros medios que no hemos mencionado aquí)? La ocultación del sentido general del discurso antiliberal pronunciado por el presidente de la República Bolivariana. Un periodismo que en vez de informar hace conjeturas sobre unos prejuicios atribuidos alegremente, sin la menor prueba. Unos intentos de desacreditar el proceso de transformación social en Venezuela y el Foro Social Mundial que va a celebrarse allí. Una lección de desinformación.


Notas:

[1] Nos reservamos la posibilidad de completar este artículo. Todos los complementos estarán fechados.

[2] En el sitio del Ministerio de Comunicación e Información: : «Visita al Centro de Desarrollo Endógeno Integral Humano “Manantial de los Sueños”», Municipio Acevedo - Estado Miranda, Sábado, 24 de diciembre de 2005.

[3] Discurso pronunciado en Porto Alegre durante el Foro Social Mundial de 2005.

[4] François Houtard, «Les pontificats de Jean Paul II et de Benoît XVI face à l’Amérique latine», en el sitio de RISAL.

[5] Chávez cita el Sermón de la Montaña (seguimos en la p. 14): «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos».

[6] Atención: este vínculo es comercialmente biodegradable.

[7] Libération, salvo que se nos haya escapado, no lo ha hecho nunca.

[8] Véase «Quand Libération enqu챗te au Venezuela » y «Quand Libération suggère de destituer Chávez».

[9] «”Hugo Chávez visita un centro de albergue y reinserción de personas sin domicilio fijo en Miranda, Estado de Zulia”. El 24 de diciembre, en compañía del alcalde de Caracas y varios ministros, el presidente visitó el Núcleo de Desarrollo Endógeno, modelo bolivariano de una economía alternativa, en las proximidades de Acevedo, Estado de Miranda. El Núcleo de Desarrollo Endógeno no es un albergue y el Estado de Miranda, evidentemente, no puede ubicarse en el Estado de Zulia», «Chavez, antisémitisme et campagne de désinformation: à propos d’un article calomnieux de Libération », por Romain Migus, en el sitio «Le Grand soir».
[10] Precisión hecha el 12 de enero (H. M.).

[11] Reproducimos las opiniones del rabino Arthur Waskow (The Shalom Center, por correo electrónico), que son de su entera responsabilidad: «… Todo esto es increíblemente peligroso. De ser cierta mi hipótesis, esta actitud de organizaciones que tienen predicamento en la comunidad judía norteamericana puede convertir a Chávez y a quienes le apoyan en enemigos sin el menor motivo. Si mi presentimiento está justificado, podemos saber más comprobando los hechos en Venezuela. Estas simplificaciones sólo benefician a dos partes: el gobierno de Bush, enemigo acérrimo de Chávez, y las organizaciones judías que obtienen ventajas políticas y económicas con estas olas de indignación. Insisto: no afirmo categóricamente que las palabras de Chávez no tengan nada que ver con los judíos. Pero afirmo que la ética judía, la voluntad de proteger con prudencia los intereses de los judíos y un periodismo honrado reclaman una investigación más profunda».

[12] Véase nuestra rúbrica: «Les facéties d’Alexandre Adler».

[13] Véase nuestro artículo: Les facéties d’Alexandre Adler: Hugo Chavez, «gorille populiste» et «antisémite».

[14] La demostración de agilidad mental de Alexandre Adler casi nos hace olvidar las inexactitudes que encierra su razonamiento. He aquí un ejemplo: Adler habla del «primer golpe de Chávez», como su hubiera habido otro después de que fracasara la intentona de 1992. Lo cual, evidentemente, no es cierto.

Fuente:
Acrimed



 
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