Cinco que son un Pueblo - LA CUBA DEL GRAN PAPIYO

Llamamiento contra el terrorismo de Bush y en solidaridad con los antiterroristas cubanos presos en las cárceles de EEUU

InSurGente.- âAquel sábado 12 de septiembre de 1998, en horas de la madrugada, operativos del FBI asaltaron los hogares de los cubanos, quienes fueron conducidos al Cuartel General del FBI, donde se les sometió a violentos interrogatorios durante seis horas, ininterrumpidamente. Ese mismo día fueron remitidos al Centro Federal de Detención de Miami (FDC), y allí se les dio ubicación en celdas llamadas de aislamiento, sin tener contacto con persona alguna por espacio de 17 díasâ. (...) âEl 29 de septiembre del propio año se les trasladó a la Unidad de Albergamiento Especial donde permanecieron hasta el 3 de febrero del 2000. Este lugar, por sus pésimas condiciones es conocido como âel Hueco”, y en él el preso no puede desplazarse a parte alguna sino está esposado en la espalda y acompañado de dos guardias...

RED DEL CAPÍTULO JURÍDICO CUBANO EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD

Llamamiento por la jornada de solidaridad
con los Cinco héroes prisioneros del Imperio

El próximo día 12 de septiembre y hasta el 6 de octubre se efectuará una Jornada Internacional de Solidaridad con los cinco héroes cubanos, luchadores antiterroristas, injustamente prisioneros en cárceles de los Estados Unidos.

Queremos ahora hacer un llamamiento a participar todos en la jornada de lucha a favor de la libertad de los cubanos, dada las especiales situaciones que se han producido en torno a ellos.

Como es sabido, el 12 de septiembre se cumplen ocho años de la ilegal y violenta detención de los patriotas cubanos.

Aquel sábado 12 de septiembre de 1998, en horas de la madrugada, operativos del FBI asaltaron los hogares de los cubanos, quienes fueron conducidos al Cuartel General del FBI, donde se les sometió a violentos interrogatorios durante seis horas, ininterrumpidamente. Ese mismo día fueron remitidos al Centro Federal de Detención de Miami (FDC), y allí se les dio ubicación en celdas llamadas solitarias, sin tener contacto con persona alguna por espacio de 17 días.

El 29 de septiembre del propio año se les trasladó a la Unidad de Albergamiento Especial donde permanecieron hasta el 3 de febrero del 2000. Este lugar, por sus pésimas condiciones es conocido como “el Hueco”, y en él el preso no puede desplazarse a parte alguna sino está esposado en la espalda y acompañado de dos guardias.

Hasta marzo de 1999 permanecieron en solitaria y se les impidió ver televisión, escuchar radio y leer la prensa. A partir de esta fecha y hasta el 3 de febrero del 2000 estuvieron en parejas rotativas en âEl hueco” y uno en solitaria.

Pese a la tenacidad con que sus abogados defensores lucharon contra estas medidas arbitrarias, nada pudieron conseguir, hasta que transcurridos esos diecisiete meses de tratamiento cruel e inhumano se logró que fueran reintegrados al sistema carcelario regular.

Durante esos 17 meses, las dificultades de comunicación, no sólo con sus familiares, sino incluso con sus abogados, afectaron las garantías mínimas del debido proceso.

Sin embargo, cuando ya el juicio estaba en pleno desarrollo, el 26 de junio fueron conducidos nuevamente al “hueco”, donde permanecieron en esa segunda ocasión hasta el 13 de agosto, es decir, 48 días más.

El juicio contra los cinco cubanos luchadores antiterroristas, se desarrolló, como se ha denunciado reiteradamente, incluso antes de iniciarse, bajo la presión de las organizaciones anticubanas residentes en Miami, en medio de violentas campañas de prensa y amplias movilizaciones encaminadas a provocar un sentimiento prejuiciado y de odio hacia los supuestos agentes o espías del régimen de Castro.

En una comunidad caracterizada por su violencia, intransigencia e intolerancia; así como por la falta de escrúpulos éticos, el juicio devino, en todo su desenvolvimiento, una causa cargada de politización y marcada por las flagrantes violaciones de la propia legislación norteamericana, incluida su Constitución y sus Enmiendas. De hecho, resultó evidente que la Fiscalía cedió en todo momento a esas presiones de los grupos violentos de Miami Dade y fue siempre un dócil instrumento de los mismos, llegando a lamentables contubernios con representantes de dichos grupos. La administración de justicia fue también un triste rehén de esas violencias y viejos odios políticos.

En realidad en el juicio se produjeron importantes y graves irregularidades y violaciones no sólo de las reglas del proceso, sino también transgresiones de normas de la Ley Internacional y de principios universales, sobre todo atinentes al respeto a los derechos humanos y, por si fuera poco, flagrantes violaciones de la Constitución norteamericana o de alguna de sus Enmiendas.

Durante el juicio en primera instancia se violaron principios esenciales del justo proceso y se permitió a la Fiscalía hacer intervenciones después que los juicios estaban cerrados, concluidos y los acusados habían hecho sus alegatos finales.

En una comunidad caracterizada por su violencia, intransigencia e intolerancia; así como por la falta de escrúpulos éticos, el juicio devino, en todo su desenvolvimiento, una causa cargada de politización y marcada por las flagrantes violaciones de la propia legislación norteamericana, incluida su Constitución y sus Enmiendas. De hecho, resultó evidente que la Fiscalía cedió en todo momento a esas presiones de los grupos violentos de Miami Dade y fue siempre un dócil instrumento de los mismos, llegando a lamentables contubernios con representantes de dichos grupos. La administración de justicia fue también un triste rehén de esas violencias y viejos odios políticos.

En realidad en el juicio se produjeron importantes y graves irregularidades y violaciones no sólo de las reglas del proceso, sino también transgresiones de normas de la Ley Internacional y de principios universales, sobre todo atinentes al respeto a los derechos humanos y, por si fuera poco, flagrantes violaciones de la Constitución norteamericana o de alguna de sus Enmiendas.

Durante el juicio en primera instancia se violaron principios esenciales del justo proceso y se permitió a la Fiscalía hacer intervenciones después que los juicios estaban cerrados, concluidos y los acusados habían hecho sus alegatos finales.

Se negaron todas las mociones de las defensas, con lo que se cedía visiblemente a las presiones externas y al clima de intolerancia y violencia que rodeaba a la sala de administrar justicia.

Se impusieron medidas atentatorias contra la dignidad humana y violatorias de los derechos humanos, como cuando se obligó a los acusados a leer sus alegatos finales totalmente encadenados, cuando se trataba de hombres que habían exhibido una conducta gallarda, digna, respetuosa de las leyes y los procedimientos y totalmente ajena a cualquier sombra de peligrosidad.

Como resultado de todo ello se dictaron las extraordinarias sentencias de que han sido víctimas nuestros cinco héroes.
Esas sentencias fueron oportunamente recurridas al Onceno Circuito de Atlanta. Al mismo tiempo, los familiares de nuestros cinco compatriotas se dirigían al Grupo de Trabajo o Expertos de la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, que atendía el tema de las prisiones arbitrarias o ilegales. Ese grupo de expertos, trabajando con la profesionalidad que siempre le caracterizó, emitió dictamen el 27 de mayo del pasado año en el cual declaró arbitraria e ilegal la prisión de los cubanos, por diversos motivos que fueron perfectamente razonados en el dictamen.

Por su parte, el Panel de tres Jueces del Onceno Circuito de Atlanta, que estaba examinando la apelación de los defensores de los cinco héroes, dictó sentencia el 9 de agosto del pasado año y en la misma declaró nulas las actuaciones realizadas en el Tribunal Estatal de Miami Dade, por considerar que no se había dispuesto de un jurado neutral, cual lo disponen la Quinta y la Sexta Enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos.

Este fallo, alcanzado con unanimidad del Panel, fue apelado por la Fiscalía y ahora la humanidad conoce la ignominiosa sentencia de la bancada completa del Circuito, (12 jueces) revocando el fallo unánime de su panel y validando de ese modo el sucio, politizado y antijurídico proceso de primera instancia de Miami Dade.

Nuevas pruebas de lo injusto del fallo del Onceno Circuito, que reproducimos a continuación, de forma parcial, se pueden encontrar en los contundentes argumentos que han sido publicados recientemente en los propios Estados Unidos, que llaman la atención sobre los planes de atentados terroristas contra Cuba y muestran nuevas evidencias de la incapacidad del condado de Miami Dade para constituir en él un jurado imparcial, en un caso que involucra la lucha de Cuba contra el terrorismo organizado por los grupos de la mafia anticuabana de Miami.
Desde que se celebró la vista en el juicio de apelación, han ocurrido hechos reveladores, como los siguientes: En el mes de abril de 2005, un hombre llamado Robert Ferro fue detenido en el Sur de California y acusado de posesión ilegal de un arsenal de armas. Al registrar su casa se hallaron 1,500 armas, incluyendo 35 ametralladoras, 130 silenciadores, 89,000 peines de municiones y un lanza-cohetes. Su abogado presentó documentos formales en el juzgado explicando que su cliente estaba guardando estas armas para “un grupo militante que planeaba derrocar al gobierno de Cuba.”

En la Florida, el connotado terrorista Santiago Ãlvarez se encuentra acusado por posesión de ametralladoras, granadas, un lanza-granadas y miles de peines de municiones - todos destinado a la campaña para el derrocamiento del gobierno de Cuba.

Se trata de un proceso de acumulación de armas para ser empleadas en acciones terroristas contra Cuba, que confirman la veracidad de los argumentos sobre el estado de necesidad que fue fundamentado durante el amañado juicio de Miami, como causa justificativa de las acciones de nuestros hermanos patriotas.

El 22 de junio de 2006, el Miami Herald publicó una extensa entrevista con José Antonio Llama, un residente de Miami, exiliado de Cuba, y antiguo miembro de la junta directiva de la Fundación Nacional Cubano Americana; este individuo confesó durante la entrevista el haberle entregado $1.4 millón a un grupo de esta organización para la compra de equipamiento aéreo ligero por control remoto, entre otras armas, con el fin de emplearlos contra Cuba durante el periodo de 1994-1997. Mencionó por su nombre a Domingo Sadurni, otro exiliado cubano residente en Puerto Rico, como elemento que tuvo que ver con la compra de un helicóptero destinado a acciones militares contra Cuba, y a Raúl López, otro exiliado con un negocio de construcción en Miami, como el proveedor de los explosivos. Aunque los objetivos para los cuales se hicieron estas contribuciones a un grupo terrorista no fueron mencionados en dicha entrevista, no se puede evitar recordar un complot que fuera revelado por primera vez durante el juicio a los Cinco, quienes desenmascararon un plan operado desde Miami que:

â...inicialmente fuera concebido con el fin de lanzar dos aviones cargados con explosivos y manejados por control remoto desde un helicóptero dirigido contra una concentración de personas en la Plaza de la Revolución durante un discurso del Comandante en Jefeâ. (Citado de un documento presentado durante el juicio, como un supuesto informe de uno de los Cinco a la Habana acerca de los planes de un grupo militante en Miami con la intención de llevar a cabo tal ataque contra Cuba, que aparece en la trascripción oficial del juicio en la página 4992.)
La entrevista a Llama no solo confirma el hecho de que los Cinco trabajaban monitoreando a grupos terroristas en Miami para conocer las acciones violentas planeadas contra Cuba que podían haber resultado en la muerte de civiles inocentes, sino que nos brinda nuevas y dramáticas evidencias en apoyo de su defensa.

Sobre el tema del cambio de sede, el 15 de junio de 2006 el Miami Herald reportó que la Junta de Educación de Miami había dado pasos extraordinarios llevando a cabo una votación para prohibir un libro infantil de las bibliotecas publicas que describe a los niños en Cuba como similares a los de Miami en lo que a asistir al colegio y educación respecta. A pesar de que prohibir semejante libro parecía esencial para algunos miembros del exilio cubano, que a su vez son miembros de la Junta, no fue así con respecto a uno de sus miembros no cubano, Robert Ingram, quien a pesar de pensar diferente votó a favor de prohibir el libro por el temor ?...de que podíamos encontrarnos una bomba debajo de nuestros automóviles? si no apoyaba la resolución y concluyó diciendo: âNo puedo votar a conciencia sin sentirme amenazado.â
Estos eran precisamente los mismos temores que abrigaban los miembros del jurado durante el juicio en Miami y sobre los cuales la defensa presentó pruebas que lo demostraban ante la Corte de Apelaciones de Atlanta. Como miembros no-cubanos de esa comunidad, los jurados no podían votar a favor de la absolución de los Cinco sin âsentirse amenazados.â

Estos argumentos y otros muchos que pueden ser obtenidos de cualquier periódico, emisora radial o de televisión de Miami, sustentan los argumentos presentados por la defensa, sobre el cambio de sede y aceptados por el panel de tres jueces del Onceno Circuito de Atlanta que un año después han sido rechazados por el pleno de la corte.

Ante esta situación, las fuerzas democráticas y progresistas de todo el mundo han decidido iniciar una jornada de solidaridad con nuestros cinco compatriotas, que debe iniciarse el 12 de septiembre en que, como antes dijimos, se cumplen ocho años de prisión arbitraria, ilegal y devenida ahora franco secuestro de los luchadores antiterroristas.

Como juristas que somos estamos conscientes de que en septiembre estaremos ante nuevos combates legales.

El Onceno Circuito al dar la razón a la fiscalía apelante, todavía tendrá que dar respuesta a otros motivos de apelación que originalmente la defensa enarboló y que no fueron respondidos por Atlanta, habida cuenta que a juicio del Panel, bastaba la falta de neutralidad del jurado para inhabilitar el juicio de Miami, sin que hubiera que pasar al examen de otros motivos de apelación.

Entonces, de cualquier forma, quedan largos, difíciles y complejos momentos procesales y sutiles cuestiones jurídicas tras las cuales se oculta o se refugia la verdadera justicia por la que clama la humanidad en el caso de esos cinco hombres que son, precisamente, luchadores antiterroristas cuyo único objetivo era evitar acciones criminales contra Cuba y contra el mismo pueblo norteamericano.

En consecuencia, estamos llamando por este medio a todas las organizaciones de juristas del mundo, a todos los abogados y trabajadores del Derecho, a todos los hombres y mujeres amantes de la verdad y la justicia, en todo el planeta, a incorporarnos activamente a esa jornada mundial de solidaridad con nuestros cinco compatriotas y alcanzar que el mundo sienta nuestras voces y el sistema judicial norteamericano se vea estremecido por lo que debe ser una ola de lucha por la verdad, la justicia y la paz mundial.

JUNTA DIRECTIVA NACIONAL DE LA UNIÓN NACIONAL DE JURISTAS DE CUBA.