Al hablar en la sesión inaugural de la XIV cumbre de jefes de Estado o Gobierno abierta aquí este jueves, Raúl Castro defendió la vigencia del no alineamiento en una coyuntura internacional -denunció- caracterizada por las irracionales pretensiones de dominio mundial.

Citó fragmentos del discurso pronunciado por Fidel Castro hace 27 años durante la cita de los NOAL en La Habana, cuando insistió en la unidad.

"Unámonos todos estrechamente, concertemos las crecientes fuerzas de nuestro vigoroso Movimiento (...) para exigir justicia económica para nuestros pueblos, para que cese el dominio sobre nuestros recursos y el robo de nuestro sudor", exhortó entonces el mandatario cubano.

Raúl Castro afirmó que la única superpotencia global (Estados Unidos), con la complicidad de sus aliados, demuestra la necesidad de estar cada vez más cohesionados en la defensa de los principios y propósitos que determinaron la fundación de los No Alineados, en 1961.

El también ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en quien Fidel Castro delegó provisionalmente sus funciones por razones de salud, intervino como jefe de la delegación de Cuba a la cumbre.

Alertó que en las circunstancias actuales, "la No Alineación implica necesariamente la defensa del Derecho Internacional sobre la base de los principios de Bandung; el ejercicio y el respeto irrestrictos de la soberanía y la igualdad soberana de los Estados".

Indicó que la defensa de la paz y la oposición activa a la guerra y a la amenaza; la democratización indispensable de las instituciones internacionales, en particular de la ONU y de su Consejo de Seguridad; son postulados defendidos por los NOAL.

Además, prosiguió Raúl Castro, la defensa de nuestros valores y de la pluralidad necesaria en este mundo diverso, en que a cada pueblo debe respetársele el derecho a elegir el sistema político, económico y social que considere más adecuado a los intereses nacionales.

Tras enfatizar en la necesidad de defender los derechos de los inmigrantes en el mundo industrializado y la lucha contra la explotación, el racismo y la xenofobia; fustigó la construcción de muros que -acotó- simbolizan un nuevo apartheid.

El jefe de la delegación cubana denunció a Estados Unidos por el doble rasero en la lucha contra el terrorismo y el armamentismo, y se solidarizó con los pueblos palestinos y libanés, víctimas de agresiones por parte de Israel, con el contubernio de Washington.

"Todos sabemos quién sustenta económica y militarmente al gobierno de Israel, veta una y otra vez las propuestas de resoluciones en el Consejo de Seguridad o impide que este siquiera se reúna para analizar su brutal conducta", aseveró.

Insistió en que la no alineación implica igualmente combatir el actual orden económico mundial, en el que el neoliberalismo es causante de que mil 300 millones de personas, "los más pobres entre los pobres", apenas realicen el 1,3 por ciento del gasto mundial en consumo.

El panorama social de nuestros pueblos es cada vez más aterrador, prosiguió el primer vicepresidente, al deplorar que un habitante de África Subsahariana vive como promedio 33 años menos que uno de los países más industrializados.

Anualmente mueren 11 millones de niños, la mayoría por causas evitables con el gasto de pocos centavos; la pandemia del SIDA diezma naciones enteras del mundo subdesarrollado, donde se concentran casi todos los 852 millones de hambrientos, los 876 millones de adultos analfabetos y los 325 millones de niños sin escuelas, recalcó.

Subrayó que "es la unidad y la solidaridad, la marcha unida en defensa de nuestros objetivos e intereses comunes, la única alternativa ante los enormes peligros y desafíos que tenemos por delante".

leg/Ucl