La increíble cifra de 634 atentados criminales fueron planeados contra la vida del Presidente cubano, Fidel Castro Ruz desde 1958 hasta el año 2000, los cuales fueron desarticulados por los órganos de la Seguridad del Estado en diferentes fases de su ejecución, según una investigación realizada por el ex general de División Fabián Escalante Font.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) creó en 1961 un departamento al que denominó ZR/Rifle, el cual tenía como objetivo “la eliminación de líderes políticos hostiles a Estados Unidos” y del que el Primer Ministro de Cuba, Fidel Castro, devino blanco principal, narró en la presentación del libro La Guerra Secreta: Operación ZR/Rifle, su autor Fabián Escalante Font.
En la pormenorizada investigación, respaldada con documentos desclasificados en Cuba y de Estados Unidos, Fabián asegura que de 1958 a 2000 los proyectos criminales contra el líder cubano suman la cifra de 634, que fueron desarticulados en diferentes fases de ejecución.
En esta compilación no están todos los complots sino solo aquellos que fueron del conocimiento de las autoridades cubanas: armas especiales; venenos letales; explosivos plásticos; tabacos con sustancias peligrosas; granadas para ser lanzadas en plazas públicas; fusiles con miras telescópicas; agujas con venenos mortales; cohetes para bazucas y morteros; cargas explosivas poderosas ocultas en panteones o en alcantarillas soterradas y otras muchas más.
El autor puntualizó que su libro ilustra la feroz guerra terrorista que por casi medio siglo han mantenido contra Cuba las diferentes administraciones norteamericanas.
A lo largo de los relatos aparecen los intentos de acciones realizadas contra Castro, las fechas en que ocurrieron y los nombres de los involucrados, tanto estadounidenses como cubanos.
Entre los relatos aparecen: “En abril de 1960, Howard Hunt, oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) adscrito a la recién creada fuerza de tarea anticubana, propuso, a su regreso de un viaje exploratorio a la ciudad de La Habana, asesinar a Fidel Castro como único medio para derrocar a la Revolución. En esa misma fecha fue desmantelado un complot para asesinar al jefe cubano, dirigido desde Estados Unidos por Manuel Artime Buesa, un protegido de Howard Hunt. En esa ocasión se proyecto balear al dirigente cubano en la Universidad de La Habana. El operativo estuvo comandado por Manuel Guillot Castellanos y Rafael Quintairos Santiso, quienes fueron detenidos, dos años más tarde, por sus actividades al servicio de la CIA.
“En enero de 1962 un grupo contrarrevolucionario intentó envenenar con cianuro a Fidel Castro en el restaurante El Carmelo, en la barriada capitalina de El Vedado. Fueron detenidos todos los complotados, entre los que se encontraban Pedro Forcades Conesa, Aldo Cabrera Heredia, Eduardo Pérez García, Rubén Fernández Florit, Rafael Llanos Rodríguez, Manuel Pérez Pérez y Eusebio Quesada López. El veneno fue ocupado”.
La obra, a lo largo de 371 páginas, además de documentos gráficos, nos lleva en una amena y grata lectura por numerosas descripciones de cómo, cuándo y dónde se intentaron realizar los atentados, y quienes fueron sus autores directos.
Fabián Escalante Font nació en La Habana el 24 de noviembre de 1940. Fundador de los servicios de la Seguridad cubana, realizó diversos tareas hasta ocupar en 1976 la jefatura de ese Departamento. En 1996 pasó a retiro ya con los grados de General de División.
“A mi memoria acuden muchos y variados recuerdos de aquellos años, donde a veces no teníamos un centavo para comer o un presupuesto para trabajar y en la gaveta del buró se encontraban varios miles de pesos, dólares y joyas valiosas, sin que a ninguno de nosotros (un pequeño grupo de 10 o 12 miembros del Ministerio del Interior) se le ocurriera tomar algo para satisfacer cualquiera necesidad, incluida las del trabajo”, narra Fabián en las primeras páginas del libro.
El desandar de connotados terroristas como Orlando Bosch, Félix Rodríguez, Antonio Veciana o Luis Posada Carriles, entre otros, se reflejan en esta puntual investigación y recopilación de datos y documentos. Recientemente, Orlando Bosch, uno de los autores del atentado contra el avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976 en el que murieron 73 personas, declaró en una entrevista a un periódico español que su mayor “frustración era no haber podido asesinar a Castro”. Bosch anda suelto por Estados Unidos con el beneplácito de las autoridades norteamericanas.