Querían determinar cuánta gente realmente murió en la guerra. Y lo consiguieron. Nos dieron una cifra que conmovió al mundo: 654.956, seis veces más de lo que se había calculado hace dos años.
El trabajo fue ordenado por la prestigiosa revista médica británica The Lancet y avalado por las universidades Johns Hopkins de Baltimore y la Al Mustariya de Bagdad, así como un riguroso comité de expertos.
El informe revela que la tasa de mortalidad pasó de 5,5 personas por cada mil habitantes en 2002 (antes de la guerra) a 13,3 por 1.000 en los 40 meses que pasaron desde la invasión.
Y asegura que las tropas extranjeras son responsables de una de cada tres muertes en el país.
Hasta el momento se manejaban tres cifras totalmente disímiles.
La propia The Lancet que había hecho un estudio similar hace dos años concluyendo que las víctimas eran 100.000.
La ONG Iraq Body Count que ayer contaba 48.693.
Y la del presidente Bush que asegura que murieron apenas 30.000 de los 26 millones de iraquíes.
Ahora, sabemos que el 2,5% de la población del país fue exterminada por esta guerra y que 601.000 fueron víctimas de una muerte violenta.
Los restantes 50.000 por causas relacionadas con la guerra, como el corte de luz en un hospital durante una operación o la caída de mampostería desprendida tras la explosión de un coche-bomba.
Antes de la invasión los iraquíes morían como el resto del mundo de enfermedades cardiovasculares (el 24%), un 18% por cáncer y otro 18% por enfermedades crónicas.
Ahora la primera causa de mortalidad son los disparos de balas (el 31%) y las explosiones de bombas (22%).
Un magnífico trabajo de estos cuatro médicos/héroes para una encuesta que costó menos de 48.000 dólares.