¿¿El "chapulín" colorado!!!
¿Y de la libertad de Cuba qué?, un artículo de Tadeo Sevilla
inSurGente.- “(...) En esta suerte de “chambelona” electoral, como se conocía en Cuba el ”
lleva y trae” politiquero en la carrera tras los votos, hemos visto de todo, desde una candidata que presentaba como argumento de campaña ser la nieta de un ex senador de la Cuba pseudo republicana hasta las promesas más risibles en torno a una futura y “próxima” democratización de la isla, gracias a los buenos oficios de la Casa Blanca y los políticos electos. La mentira más explotada entre el votante cubano, que no termina de asumir que es solo un instrumento perfectamente manipulable por los que aspiran a hacer carrera política en estas tierras del norte a costa del dolor y la nostalgia del desterrado. (...)”.
¿Y de la libertad de Cuba qué?
Tadeo Sevilla
Recién terminadas las elecciones de “medio tiempo” en los Estados Unidos, el Partido Demócrata ganó la mayoría congresional en la cámara baja y en las gobernaciones estatales y quedó evidenciado que el pueblo norteamericano quiere que se produzca un cambio en la política errática que por seis años ha ido de las manos del Partido Republicano bajo la presidencia de George W. Bush.
Era de esperar que el tema cubano no faltara en el tinglado electoral norteamericano, fundamentalmente en el estado de La Florida. Una de las armas mortíferas que usaron los Republicanos para despojar del voto cubano al candidato demócrata James Davis en la contienda por el puesto de Gobernador del estado fue su reciente visita a Cuba, donde se reunió con algunos de los “líderes” de la disidencia al gobierno de La Habana y con algún que otro funcionario gubernamental. Suficiente argumento para exacerbar los ánimos de los votantes cubanos, en su mayoría personas de la tercera edad que llevan cuarenta y siete años esperando que se cumplan las promesas electorales de “
liberarlos del yugo comunista”.
Davis constituía una esperanza de cambio en un estado donde las condiciones de vida de sus pobladores se ven afectadas por las desmesuradas tasas de impuestos y donde las compañías de seguros han colocado en difícil situación a millones de propietarios de viviendas que no pueden costear las pólizas, aupados por políticos corruptos que siguen sacando ventajas a costa de la miseria de sus electores. Ni siquiera sus consecuentes posiciones a favor de mantener el bloqueo a Cuba y sus fuertes expresiones de condena al gobierno cubano durante la campaña, le permitieron conseguir el voto de los cubano-americanos que fueron hábilmente manipulados por la maquinaria Republicana, argumentando que Davis pretendía remover las medidas restrictivas respecto a los viajes a Cuba impuestas criminalmente por la administración Bush a pedido del ala más radical del exilio cubano en Miami.
En esta suerte de “chambelona” electoral, como se conocía en Cuba el ”
lleva y trae” politiquero en la carrera tras los votos, hemos visto de todo, desde una candidata que presentaba como argumento de campaña ser la nieta de un ex senador de la Cuba pseudo republicana hasta las promesas más risibles en torno a una futura y “próxima” democratización de la isla, gracias a los buenos oficios de la Casa Blanca y los políticos electos. La mentira más explotada entre el votante cubano, que no termina de asumir que es solo un instrumento perfectamente manipulable por los que aspiran a hacer carrera política en estas tierras del norte a costa del dolor y la nostalgia del desterrado.
A pesar de los miles de problemas que sobreviven en el sur de la Florida en términos de seguridad social por los fuertes recortes en la asistencia estatal, a pesar de los muchos esfuerzos que hay que hacer para conseguir solucionar el conflicto de millones de indocumentados que son explotados como mano de obra barata por la gran industria y su vez, asediados como criminales por los servicios de inmigración, muy a pesar de los grandes daños que está causando el mantenimiento de una guerra criminal en Irak, en Miami se sigue engañando al votante “nostálgico” que le repiten la tesis de la geopolítica y la incapacidad de los cubanos de gobernarse por si solos sin la “ayuda” de los Estados Unidos. Ese votante cubano-americano que con una militancia impresionante se alista en las filas del Partido Republicano y pretende dar lecciones de patriotismo a “la cubana” en los mítines de la Calle Ocho, sin darse cuenta que a noventa millas se vive una realidad completamente diferente y donde un pueblo entero puja por ganarse el futuro.
Ahora, todo torna diferente. Ya los “feroces” representantes cubanos al Congreso de los Estados Unidos por el Estado de La Florida estarán en desventaja y por supuesto, con menos poder de decisión a la hora de pedir más crudeza y crueldad hacia el pueblo de la isla. Una mayoría demócrata en el Congreso, deja una puerta abierta para que se remodifiquen muchas de las medidas que privan de sus derechos tanto a cubanos como a norteamericanos de viajar libremente a Cuba o de enviar remesas a sus familiares.
Estas elecciones han demostrado, por encima de cualquier apreciación, un claro repudio a las políticas, tanto domésticas como internacionales del presidente George W. Bush, quien ya ha manifestado su decepción por los resultados electorales en que su partido perdió el control político del Congreso y se vio seriamente afectado en el Senado, aún sin definir de que lado quedara la mayoría.
Un repudio generalizado a seis años de gobierno Republicano, plagado de escándalos políticos y sexuales, de corrupción y desmoralización ante la comunidad internacional. Pero los cubano-americanos radicales, esos que se llaman así mismos “
intransigentes”, siguen confiando, quizás por cuarenta y siete años más, en que los Republicanos alguna vez le den la migaja sagrada de una “
libertad” perdida en el tiempo.