Desde Miami con amor
El académico Adalberto Santana, del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la UNAM, no descarta que los autodenominados “disidentes” -radicados la mayoría en el condado de Dale, en Miami, Florida, y señalados por el gobierno cubano como autores de sabotajes contra civiles y bienes de la isla- hayan financiado campañas políticas del Partido Acción Nacional.
El experto en política contemporánea de América Latina explica que “esto se inserta en una campaña orientada desde los llamados ’grupos de la mafia cubano-americana’, radicada en Estados Unidos, en donde han financiado campañas políticas particularmente en Centroamérica, o como fue el caso de México, financiando la campaña presidencial del Partido Acción Nacional”.
“afianzar las posiciones anticubanas en México, pues aquí hay correspondencia ideológica y política entre la mafia cubano-americana y los militantes del PAN, para que los gobiernos de la región sigan las vertientes del influyente lobby cubano en el Congreso estadounidense y en la Casa Blanca.
“Fortalecer esas posturas, como ha sucedido en Centroamérica y México -en donde han dejado centros de influencia-, es el objetivo de esas agrupaciones anticubanas”, subraya el politólogo, quien recuerda que la presidencia de Bush se decidió en La Florida, sede de estas agrupaciones.
El compromiso político entre la Casa Blanca y los “disidentes” se remonta al origen de la Revolución Cubana, si bien se incrementó con el ex presidente George Bush, padre del actual mandatario estadounidense, cuando dirigía la Agencia Central de Inteligencia (CIA), una instancia desde donde se esgrimen las posturas más radicales de la derecha norteamericana y vinculada a la derecha mexicana y centroamericana.