Ségolène Royal, una revolución a la francesa

En 2004, un sondeo consideró que Ségolène Royal era la mujer que los franceses deseaban ver en un puesto más importante en el futuro y dos años después es candidata socialista para las presidenciales de 2007, mueve los cimientos de su partido y preocupa a la derecha en el poder.

Beatriz Lecumberri / AFP

Carolina Blumberg / EFE. Guapa, elegante, delgada, sonriente y moderna, Ségolène Royal ha conquistado al electorado de izquierda en Francia.

Una mujer atractiva, relativamente joven y elegante y con un aire de modernidad e independencia, ha conquistado a la izquierda francesa y ahora corre como su candidata a las presidenciales del 2007. Tres veces ministra, diputada desde hace 20 años y presidenta regional, "Ségolène", como la llaman familiarmente los franceses, se convirtió en la reina de los sondeos y es observada con simpatía y complicidad por otras mujeres en el poder y por los líderes de izquierda extranjeros.

"Hace apenas un año, era una Don Nadie: una mujer sin duda popular pero débil y sola en medio de los elefantes del partido y una voz tapada por muchas otras más poderosas y estructuradas", recuerda la revista Le Nouvel Observateur. Pero lo que hace un año era una insensatez y hace unos meses, una posibilidad, es ahora una evidencia: A sus 53 años, Royal se convirtió en la primera francesa de la historia que aspira a la presidencia con verdaderas posibilidades de ganar las elecciones.

"Los militantes socialistas consideraron que Ségolène era la mejor oportunidad de reconciliar a la izquierda socialista con el electorado popular. Ahora corresponde a la política no decepcionarlos", subrayó Jean Michel Thenard, politólogo del diario de izquierda Liberation. Aprovechando su elección triunfal en las primarias socialistas del 16 de noviembre, en las que consiguió el 60,5% de los votos, Royal, que será investida oficialmente candidata el domingo, ya puso en marcha la maquinaria para derrotar a la derecha en 2007

En el proceso interno para definir al candidato socialista para las elecciones presidenciales francesas de abril del próximo año, Ségolene Royal ganó con el 60.6% de los votos a sus contrincantes Dominique Strauss-Kahn, exministro de Economía (20.8%) y Laurent Fabius, exprimer ministro (18.5%). Este triunfo habla tanto de la afluencia de un voto joven y moderno, que se afilió al Partido Socialista (PS) por Internet, así como de la desilusión de los militantes con un estilo de la política partida......

El terremoto Ségolène

“Si hacen bien lo que les propongo, si me hacen llegar todo lo que oyen de los franceses, de su inteligencia colectiva, para que yo pueda afinar mejor las cosas en tiempo real; si cumplen todo eso, entonces sí los llevaré hacia la victoria…” Esas frases tan alejadas de la tradicional retórica política, dichas con una mezcla de malicia y autoridad, son emblemáticas en Ségolène Royal. Las expresó casi al final del discurso de 45 minutos que pronunció ante el congreso extraordinario del Partido Socialista francés (PS), convocado el pasado 26 de noviembre con el propósito de designarla candidata a las elecciones presidenciales de 2007, expone Proceso en su edición 1570 de este domingo 3 de diciembre.

Bella, seductora, Ségolène Royal, candidata del Partido Socialista de Francia a la Presidencia, aprovecha su imagen para posicionarse en los medios de comunicación sin ceder en sus convicciones de justicia social. Obsesionada por recoger las inquietudes populares, se muestra intransigente a la hora de tomar decisiones.

Independiente, imprevisible, iconoclasta, Royal tiene desubicada a la clase política de su país, al tiempo que gana adeptos para su causa. Su reto: arrebatar el poder a la derecha y sacar a Francia del marasmo social, económico y moral en el que se encuentra, dice el reportaje que publicaron varios periodicos este domingo 3 de diciembre.