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General: El "consentido"
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De: matilda  (Mensaje original) Enviado: 07/12/2006 00:53
El consentido de Estados Unidos que vuela aviones de pasajeros

x Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

El gobierno norteamericano ha sufrido una asombrosa conversión, redescubriendo de repente lo que llama “consideraciones de derechos humanos”. Proclamó que un hombre condenado por “volar” el avión civil no puede ser expuesto a lo que llama la posibilidad de tortura o la negación de sus libertades civiles, ni hablar de mandarlo a algún calabozo en el Caribe. ¿Por qué este fenómeno poco usual no está generando más titulares en los periódicos?

He aquí los antecedentes: un hombre hace explotar una bomba en un avión de pasajeros que mata a las 73 personas a bordo, entre ellas un equipo de esgrima internacionalmente famoso. El objetivo es humillar al gobierno del país. Es detenido y condenado y va a prisión, pero tiene conectes con una poderosa organización internacional terrorista y escapa. Su violenta carrera dura décadas. Finalmente envejece y se cansa, y se refugia en un país amigo cuyo régimen comparte su ideología. Se establece en una comunidad en que todos lo conocen, pues su cara ha aparecido en la televisión durante años, pero no tiene problemas con las autoridades. Por fin, tal vez fastidiado porque no obtiene reconocimiento oficial ni recompensa del régimen, da una entrevista a un diario y luego llama a una conferencia de prensa. Es un fanfarrón, que públicamente alardea varias veces de haber puesto la bomba. Pasan tres meses. El régimen lo arresta pero no por nada serio, sino por entrar al país ilegalmente. Pero este régimen no permite su extradición con el fin de procesarlo por el bombazo. Dicen que temen que sea torturado. Suponen que lo pudieran golpear, darle inmersión en agua, someterlo a temperaturas extremas, abusos sexuales…
Este régimen que de repente respeta los derechos humanos no es sino el del “bombardero loco” George Bush II. El terrorista en cuestión es Luis Posada Carriles, nacido cubano, un agente del gobierno yanqui quien fraguó el bombazo que hizo desplomarse un avión de Cubana de Aviación que volaba de Caracas a la Habana en 1973. También tuvo que ver en los bombazos en los hoteles de la Habana en que murió un turista italiano, cuyo propósito era impedir que vacacionistas europeos fueran a la isla. Eso es del conocimiento público porque Posada se jactó de ello en una entrevista en 1998 en el New York Times.
Cuba, donde el avión aterrizaría, y Venezuela, de donde partió y donde la bomba fue colocada, han demandado que Estados Unidos entregue a Posada. A propósito, éste se había convertido en ciudadano venezolano y era un oficial de alto nivel de la policía secreta de ese país cuando hizo explotar al avión. Eso ocurrió décadas antes de que Hugo Chávez fuera elegido, en los años en que el gobierno venezolano hacía lo que quería Estados Unidos. Posada niega que fuera un empleado de la CIA en los años en que dirigía al “Departamento de Demoliciones” de la policía secreta venezolana. Hace poco el gobierno estadounidense desclasificó los archivos que muestran que la CIA estaba informada con antelación del plan de Posada, probablemente por Posada mismo, y no hizo nada al respecto. Luego, el secretario de Estado yanqui, Henry Kissinger, se enteró de todo el asunto mediante un informe pero lo mantuvo en secreto.
Las bravuconerías de Posada en Miami atrapó al gobierno yanqui en el centro de un dilema. Cuando Venezuela pidió que se entregara a Posada en mayo de 2006, tres meses después de que Posada empezó a pasearse en público en los alrededores de Miami, el gobierno yanqui decía que no sabía nada de su paradero. Después, el abogado de Posada aumentó las apuestas. Con los archivos de la nómina en la mano para probar que Posada era un empleado de la CIA en los años 1960 y a principios de los años 1970 y con datos sobre sus contactos periódicos con la CIA y el FBI después de eso, el abogado pidió que en vista de sus servicios, a su cliente debieran otorgarle asilo.
Estos servicios incluyen su participación en el escándalo Irán-Contragate a mediados de los años 1980, cuando el presidente Ronald Reagan envió dos helicópteros israelíes repletos de misiles avanzados norteamericanos, una Biblia autografiada y un pastel al ayatola Jomeini de Irán. A cambio de eso, Irán mandó dinero para financiar a la contra, o sea, los escuadrones de la muerte de la CIA que trabajaban por derrocar a un gobierno del desagrado de los yanquis en Nicaragua. Posada trabajó para reclutar con ese dinero a mercenarios en El Salvador, donde tenía íntimas conexiones con los escuadrones de la muerte de la CIA que peleaban contra la guerrilla ahí.
Otros elementos de la calaña de Posada viven bien en Miami. Jeb Bush, el hermano del presidente George Bush II, es bien conocido por sus muchos favores hacia ellos. Al socio de Posada en el bombazo del vuelo 455 de Cubana de Aviación, Orlando Bosch, lo perdonó el gobierno de George Bush I y una calle de Miami lleva su nombre. Al comienzo los hechos parecen confirmar el optimismo de Posada. Aunque los agentes de Seguridad Interna estadounidenses lo arrestaron, el juez declaró que a un hombre que no hizo más que entrar a Estados Unidos con pasaporte falso, no lo podían retener en la cárcel indefinidamente y ordenó su libertad si el gobierno no lo acusara de terrorista. El gobierno yanqui se negó a hacerlo. Pero en el mundo después del 11 de septiembre de 2001, en que una “guerra contra el terrorismo” es la justificación para destruir país tras país, George Bush II no pudo salirse con la suya dando una medalla a este bombardero de aviones. Así que, en lugar de eso, el gobierno descubrió de repente “consideraciones de derechos humanos”.
Eso significa que el gobierno norteamericano que controla la parte de Cuba que “favorece los derechos humanos”, o sea, el campo de concentración de Guantánamo en un extremo de la isla, no puede soportar que se mandara a un ser humano a la Habana donde tal vez no respetarían sus derechos humanos. Estados Unidos también rechazó de plano mandar a Posada a Venezuela, sin siquiera molestarse en dar argumentos de por qué alguien que está sujeto a proceso correría peor suerte allá que en Estados Unidos donde las leyes estipulan que se puede levantar acusaciones de “combatiente enemigo” y negar de plano todo derecho procesal.
Pero, según han dicho funcionarios del gobierno de Bush II en los medios, mantener preso a Posada es un paquete muy “radioactivo” porque éste se dedica a vivir abierta y ostentosamente en Miami. El 6 de octubre de 2006, el Departamento de Justicia yanqui anunció que Posada no sería ni extraditado ni liberado. Ahora el gobierno yanqui busca a otro país a que enviarlo, uno en que pueda vivir con confort y dignidad. Se ha especulado que al gobierno yanqui le gustaría que El Salvador le diese la bienvenida, tal vez como gesto de gratitud del mundo oficial de ese país, con quien Posada aún tiene conectes, por haber ayudado a ese país a ser parte del “mundo libre”.
El propósito del gobierno norteamericano en este asunto, como el desplome del vuelo 455 por Posada, es humillar y desestabilizar a Cuba, y ahora a Venezuela. Eso no tiene nada que ver con proteger los derechos de nadie, sino con lo que Estados Unidos considera que es su “derecho” dado por su dios a controlar a estos países. El mensaje es: la fuerza engendra la justicia. Proteger a Posada es una manera de amenazar con mucho más violencia a estos gobiernos. Después de todo el gobierno estadounidense no sólo contrata a gente para volar aviones sino que lanza bombas desde aviones.

(La documentación autorizada sobre Posada y la CIA se halla en el National Security Archive (Archivo de Seguridad Nacional) de la Universidad George Washington: http://www.gwu.edu/~nsarchiv/index.)



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