El “eje del bien”
En la globalización todo pasa por las fronteras: la información, los contenedores, las finanzas, los deportes, las materias primas, los negocios. Todo pasa, menos los hombres y mujeres que buscan un destino mejor. El “eje del bien” predica en el mundo la hipocresía, el éxito a cualquier costa, la estigmatización de razas y credos, la prepotencia militar y financiera, la amenaza como forma de extorsión, y crea un mundo a su medida culturalmente alineado
Jorge Rachid
IBAPE, CESS y MNyP
El promocionado y agitado políticamente “eje del mal” por el Sr. George Bush, permitió alinear a lo largo y ancho del mundo quiénes son los que componen las sociedades civilizadas, frente a los bárbaros de todo signo que se oponen a los designios de lo “políticamente correcto”que marcan la globalización y la modernidad. Estas políticas de poder instrumentadas por el Grupo de los Ocho (G-8) 8 como gobierno universal, los referentes económicos –verdaderos ministerios de planificación para países coloniales– como el FMI y el BM, las Naciones Unidas como Parlamento siempre y cuando acompañe las decisiones del ejecutivo internacional, las fuerzas armadas del Imperio que imponen la “democracia y la libertad” a sangre y fuego en aquellos países remisos a aceptar el “nuevo orden internacional”, que representa el “eje del bien”.
Veamos ahora quiénes componen éste eje del bien, cuáles son los países que se alinean, qué legislación y sistemas de gobierno tienen y qué recursos utilizan para hegemonizar un momento de la historia de la historia mundial, como lo fueron en su hora el llamado “descubrimiento” de América y el genocidio de 100 millones de seres humanos de pueblos originarios en nombre de la “civilización”, como lo fue la Inquisición en nombre de “la Fe” y sus torturados y quemados en las hogueras de la Iglesia, como así también las Cruzadas destruyendo culturas milenarias, la ocupaciones coloniales en África con genocidios de pueblos enteros sometidos, esclavizados y desaparecidos por los “iluminados renacentistas” europeos, genocidios en nombre de “la raza superior aria” por Hitler contra los judíos, los gitanos y otras etnias, las ingenierías sociales con desplazamientos y muertes por miles en Rusia y los Balcanes, hasta las intervenciones armadas del siglo XX de Estados Unidos, en nombre de la guerra al “comunismo” sufridas en América Latina y Asia y concluyendo con segregaciones de países como Corea y Vietnam en dos, China con Taiwan, pasando por Panamá segregada de Colombia por el Canal, Bolivia sin puerto, invasiones con gobiernos títeres, para instalar en “orden y la paz”.
Por ejemplo, Estados Unidos, potencia e imperio excluyente, que no duda en invadir, someter y estigmatizar todo aquello que no responde a sus intereses, y a sus necesidades energéticas tipo petróleo. Que por legislación permite a sus organismos de inteligencia el asesinato selectivo y por órdenes escritas la tortura y el avasallamiento de los derechos humanos de detenidos no sólo incomunicados, sin defensa legal, sin nombres, sin nacionalidad, sin identidad, que durante años son presos sin rostro, de países remotos que casi carecen para el imperio de ubicación geográfica. Cualquier pueblo normal se escandalizaría con mucho menos y si le agregamos las limitaciones a la prensa, sobre críticas al tema Irak, sobre la cantidad de muertos estadounidenses en operaciones, sobre testimonios de lisiados por miles, de resistentes norteamericanos a la ocupación, y no nos asombramos cuando desde Estados Unidos reclaman por las libertades de terceros países.
No reclaman por la democracia en Pakistán, cuyo líder dictador golpista suscribió rápidamente la guerra en Afganistán, donde el régimen Talibán fue demolido por la crítica occidental al tratamiento de las mujeres y el velo, pero que calla el despotismo de Musrrafat, aliado y socio del imperio en el paso gasífero y petrolífero por tierras afganas, proveniente del Caúcaso, verdadero objetivo de la ocupación, como el petróleo en Irak y próximamente de Irán. En ese mismo marco se levantó a Libia la categorización de “eje del mal”, ante las necesidades emergentes de la guerra en Irak y la falta de consolidación de reservas petroleras disponibles por los países “civilizados”.
Tampoco importa demasiado que los regímenes despóticos de Arabia Saudita, Kuwait o los Emiratos Arabes, sigan adelante con sus costumbres desde el velo femenino hasta la monarquía como expresión excluyente del poder, siempre y cuando continúen de aliados y proveedores de petróleo barato, siendo balanza de poder en la OPEP, y depositantes financieros impresionantes en Europa y Estados Unidos. Como se observará el choque no es precisamente de civilizaciones, según afamados gurúes predictivos, sino de intereses concretos, con independencia absoluta de pautas culturales, instituciones políticas, democratizaciones formales o manejo de armas de destrucción masivas.
Sino no se comprende porqué se impide el desarrollo nuclear pacífico a países como Irán que sí suscribió el Tratado de Tlateloco y No Proliferación sometiéndose a las inspecciones de la organización internacional de control de la ONU y decide su proceso de desarrollo soberano, siendo sometido por países, además del imperio, que no sólo no han adherido a ninguno de los tratados internacionales, sino que además poseen armas nucleares por desarrollo propio como China, Pakistán e India y por provisión externa como Israel con 200 cabezas nucleares.
Israel es otro país que ha institucionalizado el asesinato selectivo con prescindencia de los llamados “efectos colaterales”, como la muerte de miles de palestinos o libaneses, sólo por táctica defensiva propia. Sin embargo, acusa de terrorismo a quienes luchan por la liberación de su territorio ocupado –como las Granjas de Shebaa, en Líbano, o las alturas del Golan, en Siria– y levanta un Muro de la Vergüenza alrededor de Gaza y Cisjordania, como decisión de uno de los de los pocos Estados confesionales del mundo, que cuando fue creado por la ONU en 1948 también se determinó su nacimiento junto al Estado Palestino, aún hoy no conformado, con fronteras comunes nunca respetadas y con un pueblo palestino todavía sin Patria propia, mientras que el sionismo en el poder en Israel aumentó su territorio desde ésa época en un 66 por ciento a los otorgados fundacionalmente.
Los países europeos, alegres partícipes del “eje del bien”, son aquellos que mantienen colonias en Africa como, por ejemplo, España con Ceuta y Chelila, el Reino Unido con Gibraltar y Malvinas, además de otras en el Caribe, los franceses como tutores de ex colonias africanas en donde preservan las reservas petroleras como el Congo Brazzaville, pero son racistas absolutos con la inmigración ilegal de hombres y mujeres dominados por siglos por estas potencias que ahora, no sólo limitan los ingresos sino que estimulan el racismo xenófobo sobre quienes fueron explotados y humillados por generaciones, sin contar el esclavismo y el tráfico humano.
Son los mismos que desde la socialdemocracia no dudan en seguir los dictados del Imperio, desconociendo su propia Justicia, que persigue e intenta juzgar por el mundo los responsables de los genocidios, estimulados por sus mismos países cuando de intereses se trata, como en el caso argentino, cuando ningún país planteó el rompimiento de relaciones con la dictadura aunque sí plantean ahora la invasión por falta de democracia en Irak o Afganistán, toleran los bombardeos indiscriminados sobre población civil, participando de ellos, permiten el tráfico de detenidos sin causa ni proceso, clandestinos en bases militares europeas y centros clandestinos de detención en países que lo permiten a cambio de ventajas económicas, como Polonia.
Ahora se incorpora al “eje del mal” a la República Bolivariana de Venezuela y próximamente a Bolivia, justo los países latinoamericanos que pretenden recorrer caminos soberanos de recuperación histórica y de compromiso con sus pueblos. Se los diferencia de la prudencia y el apego a las buenas costumbres del resto de los gobernantes latinoamericanos que han entendido el mensaje del poder. Si no se tocan intereses y se respeta el mercado, se da garantía a las inversiones, se permiten transferencias de divisas al exterior, se paga a los organismos internacionales, se combate el narcotráfico de la mano de la DEA, el terrorismo de la mano de la CIA, se declara la “inmunidad de las tropas” de Estados Unidos que operan en sus territorios, se condena a los enemigos del imperio ejemplo Irán, y si además se domestica a los díscolos. Está todo bien, la civilización puede dormir en paz. .
Ahora vienen algunas preguntas.
¿Cuántos iraníes, iraquies, palestinos o venezolanos participaron en el atentado a las Torres? Respuesta: ninguno, casi todos eran árabes saudíes, un yemenita y un kuwaiti.
¿Quién armó , adiestró, financió y colaboró con Bin Laden y Al Qaeda? La CIA, por decisión de Estados Unidos en su participación en la lucha heroica del pueblo afgano frente al ejército ruso.
¿Cuál es el país de mayor consumo de drogas en el mundo y el lugar donde se lava el dinero del narcotráfico? Estados Unidos consume el 85 por ciento del total de drogas alucinógenas del mundo y se lavan el 50 por ciento de los 500 mil millones de dólares que se incorporan por año.
¿Quién traficó armas por drogas para combatir al pueblo nicaragüense? Estados Unidos, armando los “contras” nicaragüenses para desestabilizar al sandinismo en el poder, mercenarios pagados con el dinero del narcotráfico y abastecidos con armas del mismo origen y asesoramiento de oficiales argentinos expertos en torturas y desapariciones forzadas de personas dirigidos por el ex teniente coronel Oliver North desde el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Ronald Reagan.
¿Qué país incorporó en sus textos constitucionales la tolerancia de la tortura y el asesinato selectivo? Israel en primer término y Estados Unidos por legislación.
Podemos seguir sumando leyes como la negación de asistencia médica a inmigrantes ilegales en Estados Unidos, la deportación previa detención en cárceles comunes de los mismos en Estados Unidos y Europa, la negación de ciudadanía a hijos de ilegales nacidos en Francia y su expulsión, la construcción de muros divisorios vergonzantes como México - Estados Unidos e Israel-Palestina y muros divisorios de origen religioso, racial y económico, haciendo de la pobreza un elemento cautivo de dominación y explotación de los pueblos.
En la globalización todo pasa: pasan fronteras la información, los contenedores, las finanzas, las bolsas, los deportes, las materias primas, los negocios, el saber. Todo pasa, menos los hombres y mujeres que buscan un destino mejor, quienes son sometidos a las ignominias del escarnio desvalorativo y menospreciado de los seres humanos y sus derechos elementales, que nos debería originar como mínimo vergüenza ajena y como máximo un compromiso de vida por una sociedad mas justa.
Este es el “eje del bien” que predica en el mundo la hipocresía, el éxito a cualquier costa, la estigmatización de razas y credos, la prepotencia militar y financiera, la amenaza como forma de extorsión y crea un mundo a su medida culturalmente alineado, maniqueo, que describe el bien y el mal a su medida, creando condiciones siempre propicias a sus intereses a través de la mentira, la compra de voluntades y la complicidad de gobernantes pusilánimes que acompañan las decisiones globales, arrasando soberanías y sometiendo a sus pueblos al dolor y la muerte en guerras incomprensiblesy absurdas, aunque ninguna muerte ni guerra forma parte del género humano y menos aún de una comprensión solidaria del mundo.
El reconocimiento del “otro” y su cultura es esencial en un mundo sin guerras, el respeto por el prójimo y el amor como motor de la política son elementos a reivindicar, como así también la naturaleza como hábitat común que merece un batalla de los pueblos para mejorar su calidad de vida. Hábitat que está siendo puesto en peligro por gobernantes mesiánicos que conducen Imperios y por resistentes cada vez mas comprometidos con la violencia frente a un mundo sordo al dolor y la vejación sistemática a que son sometidos millones de seres humanos.
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SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)