Grupos criminales, vinculados con policías y autoridades, secuestran periódicamente en un sitio del meridional estado mexicano de Oaxaca a inmigrantes de América Central y piden rescates de entre 2 000 y 10 000 dólares por cada uno, denunció un sacerdote católico que afirma ser testigo de tales delitos.
"Las mafias tienen la complicidad de la policía y del municipio para secuestrar a los inmigrantes, que llegan hasta este punto exhaustos, hambrientos, pero con la mira clara de seguir hasta Estados Unidos", aseguró desde ciudad Ixtepec el sacerdote Alejandro Solalinde.
El gobierno de Felipe Calderón, que asumió en diciembre, prometió que hará su máximo esfuerzo por garantizar los derechos de los viajeros centroamericanos, pero las denuncias sobre abusos no se han detenido.
Activistas y políticos opositores acusan a las autoridades de aplicar el doble rasero, pues cuando se trata de los derechos de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos reclaman con vehemencia, pero hay poca acción cuando se trata de los centroamericanos en México.
Para llegar a Estados Unidos, los indocumentados de América Central pagan más de 3 000 dólares a traficantes de personas, según diversos informes. Pero esa cantidad no es suficiente, pues en su paso por México son obligados a desembolsar mucho más y sufren asaltos o son secuestrados como en Ixtepec.
Además, muchos resultan lisiados o mueren cuando intentan subir a los trenes de carga, otros son atacados por pandillas juveniles o resultan víctimas de violaciones sexuales.
El estatal Instituto Nacional de Migración señala que cada año las detenciones y deportaciones de inmigrantes en la frontera sur superan las 250 000.