La alcaldía de Miami aclaró que "la intención no es celebrar la muerte de alguien". La está planificando la comunidad cubana en el estadio de fútbol de la ciudad.

Por Ana Baron -
corresponsal Clarín

Todavía no está muerto, pero en Miami ya están preparándose para ese día. Un concejal de esa ciudad, el cubano americano Tomás Regalado, ha propuesto organizar "una gran fiesta" para celebrar la muerte de Fidel Castro en el Orange Bowl, el estadio de fútbol americano de Miami. Pero la idea ha provocado un acalorado debate.

Ungel Desfana, el presidente de Plantados, una de las organizaciones más importantes del exilio cubano, opina que la celebración tiene que ser espontánea, en las calles, en los barrios. "No es apropiado encerrarnos en un estadio." "La historia demuestra que los cubanos preferimos manifestarnos espontáneamente y salir, por ejemplo, a la Calle Ocho, el corazón de la Pequeña Habana", agregó.

Las autoridades de la ciudad temen, sin embargo, los desbordes y el vandalismo. De hecho, cuando se supo que Fidel Castro estaba enfermo miles de personas salieron a festejar y hubo disturbios.

Regalado argumenta a favor de hacer "el festejo" en el estadio, porque es "un lugar simbólico". Después del fracasado asalto de la Bahía de Cochinos, los cubanos americanos se reunieron allí para escuchar al presidente John Fitzgerald Kennedy, quien les prometió que insistiría en la lucha por una Cuba libre.

Algunas décadas después el estadio se transformó en un campo de refugiados para los llamados "marielitos". Sucedió durante el gobierno de Jimmy Carter. Castro abrió las puertas a los que quisieran irse. Emigraron más de 125.000 cubanos que abandonaron la isla desde el puerto de Mariel y terminaron durmiendo en el estadio de fútbol.

"Fidel representa todo lo que les ha pasado a los cubanos americanos durante los últimos 48 años. Entonces tenemos que celebrar su muerte. Pase lo que pase después tenemos que festejar el habernos librado de él. Esto va a ser como la caída del Muro de Berlín", dijo Regalado, quien pretende incluir en la fiesta la distribución de miles de remeras conmemorativas.

El comité por un evento en el Orange Bowl ya tiene un lugar en el sitio de Internet de la alcaldía de Miami que invita a "discutir en el caso de que ocurra en Cuba lo que esperamos".

Miembros del comité, como el diputado Luis Morse, han comenzado a discutir a qué banda de música invitar o cómo será el sistema de seguridad alrededor del estadio.

Pero representantes de la comunidad cubana tienen sentimientos encontrados con respecto a la idea y, ante algunas voces que se alzaron indignadas, la alcaldía de Miami aclaró anoche que la intención "no es celebrar la muerte de alguien sino facilitar un encuentro informal y amistoso".

"No deberíamos estar hablando de una gran fiesta", señaló Ramo Saúl Sánchez, del Movimiento para la Democracia. "Pese a que todos estarán muy felices, creo que es muy triste que todavía haya gente en las prisiones cubanas, familias divididas y muchas personas ejecutadas".

"A los cubanos nos gusta festejar en un área donde podemos tomar un cafecito", declaró por su parte Miguel Saavedra, de Vigilia Mabisa, en referencia al café Versailles, el centro de reunión de la comunidad cubana americana en la Pequeña Habana. 

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