Tegucigalpa, 18 feb (PL) Varios reclusos y autoridades de la Penitenciaría Nacional de Honduras compararon a ese centro con el infierno por la cadena de asesinatos registrados en él hasta hoy.
Sólo en lo que va de 2007 ocurrieron seis homicidios en ese penal, que se sumaron a las 29 muertes violentas reportadas en el año anterior, según estadísticas oficiales.
Aunque la tranquilidad parece reinar en el recinto capitalino, los asesinatos de presos se han vuelto algo casi natural en los últimos meses, admitió el director, Leonel Alexis Ramos.
Es preocupante lo que ocurre en esta prisión, no sabemos cómo se producen tantas muertes, manifestó el funcionario a la emisora radial RHN.
La cárcel cuenta con cinco módulos y en cada uno de ellos habitan entre 400 y 600 reclusos, a pesar de estar concebidos para muchos menos, admitió.
Pese a que cientos de estos están ocupados en talleres de carpintería, zapatería, panadería, lavandería, confección de hamacas, redes de pescar y artesanías, entre otras, resulta difícil contrarrestar los conflictos.
Además del hacinamiento, el descontento es generalizado por la mala alimentación: sólo frijoles, arroz y tortilla de maíz constituyen el desayuno, comida y cena de estos, coincidieron algunos de los reos.