LA POLÉMICA
Desde antes de su estreno, el filme desató una furiosa polémica entre los estudiosos del mundo maya. Después, se comenzó una campaña por Internet pidiendo al público en casi todos los idiomas que no acudiera a las salas.
Curioso es que circulen cadenas de mails en todos los idiomas boicoteando a Apocalypto, sin haberla visto siquiera, llamativo es que los bloggers convoquen a los ciberlectores a no asistir a los cines, con la idea que el director no se haga mas rico a costa de los pueblos indígenas, etcétera, etcétera. Negar una filmación que da una visión de un pueblo que a ningún director le interesó filmar, es una contradicción, un absurdo tratar de impedir ver una versión sobre un pueblo aborigen de cuyas actividades solo existe una sola película y filmada hace 44 años.
O sea, a un director rebelde de Hollywood, que le dio empleo a miles de indígenas de México y Guatemala se lo trata de boicotear incitando a los espectadores para que no entre en sus mentes una visión distinta de la realidad. En vez de estar orgullosos como iberoamericanos de que una persona de la categoría de Mel Gibson haya puesto el ojo de realizar una película sobre un pueblo precolombino, se pretende castigarlo por filmar una película que molesta a quienes deciden que se debe y que no se debe proyectar para las masas.
Se critica a Mel Gibson porque en sus filmes, aparecen escenas de sangre, carne y vísceras, pero ¿en qué película norteamericana no aparece una apología de la violencia? Al menos Gibson intenta transmitir un mensaje, y tal como sucedió en La Pasión de Cristo, aquí denuncia un mundo insensible a la dignidad humana y a la libertad de la persona.
Dicen los que fomentan el boicot a Gibson que la película muestra a los mayas como salvajes, se olvidan de destacar el contraste en la película de los niveles de desarrollo tecnológico entre ambos grupos de indígenas. Y la escena de ingreso a la ciudad-estado donde se reconstruyó la sociedad maya en sus distintos niveles. Se acusa a Gibson de denigrar a los mayas de la actualidad, en primer lugar hoy ya no hay mayas, porque son una cultura que lamentablemente ya no existe, la mayoría de los mexicanos y guatemaltecos de hoy no son mayas, ni mexicas, ni toltecas ni españoles, son la clara fusión de muchísimas razas humanas. Al contrario, con esta obra Gibson enaltece a los descendientes, muestra el heroísmo, la capacidad de valerse por sí mismos y su lucha ante la adversidad
Apocalypto intenta representar como pudo haber sido la real vida terrenal de los mayas, algo que no intentó nadie, mas allá de su misticismo, Gibson puso en la pantalla sus comportamientos, su manera de alimentarse, sus posibles bromas, sus habilidades de supervivencia y conocimiento del territorio selvático, el como construían las pirámides, etcétera. ¿Quién lo había intentado antes?, ¡nadie!
Sus detractores denuncian que no muestra a los sabios de la cultura maya considerada como la civilización más avanzada de toda América en su momento, su herencia al mundo fue enorme en astronomía, matemática y profecías. De hecho los mayas tenían escritura, arte, desarrollaron un sistema numérico vigesimal y usaban el concepto abstracto del “cero” que permite elaborar operaciones algebraicas complejas, mucho antes de que el viejo continente lo conociera. Produjeron observaciones astronómicas extremadamente precisas; sus diagramas de los movimientos de la Luna y los planetas son iguales o superiores a los de cualquier otra civilización trabajando a simple vista. El cálculo maya de la duración del año solar era muy superior al calendario gregoriano, y la duración de un año se estimaba ya en 365,25 días.
Estos intelectualoides olvidan que aquí no se habla del esplendor de la civilización maya, sino de su decadencia. Apocalypto es un drama de una civilización degradada, tal como sucede con la actual civilización occidental. Y aún así, muestra a unos excelentes guerreros, de fuerza y vitalidad excepcional, inteligentes y virtuosos. La solidaridad humana, el heroísmo, la camaradería, el amor filial y fraternal impregnan las imágenes.
Cuestionan sus críticos las escenas de los sacrificios humanos en la pirámide, ignorando que algunos estudiosos del mundo maya están en desacuerdo con la visión romántica que impone la “historia oficial” sobre los mismos. Lo cierto es que cada vez hay más similitudes entre los aztecas y los mayas. De la civilización maya se han documentado fosas comunes de presuntos sacrificados (jóvenes maniatado de pies y manos) y todos los estudios aceptan la práctica de estos rituales.
Se ha observado el dibujo de una ceremonia maya en que un sacerdote grotescamente ataviado le saca las entrañas a una víctima aparentemente viva durante un sacrificio e incluso sacrificios de niños. En los rituales mayas los prisioneros de guerra eran, de hecho, sacrificados “en la cima de la pirámide teniendo sus brazos y piernas sostenidas mientras un sacerdote les abría el pecho con un cuchillo ceremonial y arrancaba el corazón como una ofrenda”.
Desde que se descifraron los jeroglíficos la visión del mundo maya ha cambiado, según Michael Coe, “los mayas de la época clásica y sus antecesores eran gobernados por dinastías hereditarias de guerreros para quienes el derramamiento de la sangre y el sacrificio de la decapitación humana eran obsesiones supremas”.
Se lo acusa de no reflejar la realidad. ¿Acaso el título de la película no lo dice todo? Apocalypto es igual a Apocalipsis que significa “revelación”, “descubrimiento”. Si se quisiera hacer una película que plasmara toda la cultura en este caso la maya, se debería hacer una superproducción que tuviera varios capítulos y proyectándose durante varios años. El que Mel Gibson haya querido hacer una película concentrándose en los últimos años de esa cultura no invalida para acusarla de no reflejar la realidad.
Dicen que es una película racista por escenas como por ejemplo, el niño gordo, tal vez hijo del gobernante principal, que sonríe con morboso placer ante el horroroso sacrificio de otros seres humanos. O por los indeseables y los enfermos que viven en la periferia de la ciudad, gimiendo por su salvación y muriéndose de peste, de hambre, o por el exceso de trabajos a que son sometidos como esclavos.
Dicen que es cruel porque se muestra con crudeza una masacre, y los sacrificios. ¿Qué diferencia tiene esa realidad con el genocidio iraquí y afgano de hoy?, un baño de sangre permanente y niños desamparados llorando sus padres muertos por las fuerzas invasoras del Nuevo Orden Mundial. Resulta curioso que Apocalypto sea tildada como una mala película por sus detractores cuando Gibson lo único que intenta hacer es plasmar una visión anti-imperialista de la sociedad.
Los ignorantes cuestionan como un error de Gibson que existieran ciudades mayas habitadas a la llegada de los españoles y no se trata de ningún error. A pesar de que los mayas ya habían abandonado su gran sistema de agricultura cuando llegaron los españoles, aún existían ciudades comparativamente menores como: Mayapán, Coba y Chetumal donde continuaban con sus costumbres. El resto de las ciudades mayas o estaban abandonadas o bien ocupadas por súbditos de los aztecas que les impusieron su cultura violenta y de sacrificios humanos.
La película describe muy bien la forma en que una cultura superior sometía a los pueblos vecinos. ¿O acaso nadie se preguntó como hicieron un puñado de conquistadores españoles para dominar a millones de guerreros? Sólo tuvieron que aceptar como aliados a todos los pueblos cansados de enviar sus jóvenes al sacrificio y de pagar tributos abusivos.
Las culturas más avanzadas existentes en América lo eran a costa del sacrificio de pueblos más pacíficos que eran esclavizados, por eso llegaron a ser imperio los mayas, aztecas e Incas, sojuzgando sin piedad a sus vecinos. Esta película desmitifica la leyenda negra creada por los anglosajones de que España y el cristianismo vinieron a destruir un “paraíso”, el paraíso no existía donde estaba uno de estos imperios.
Por último, las películas no son el reflejo de la realidad y cualquier director puede hacer lo que se le antoje. ¿Qué pensaban ver los que cuestionan Apocalypto? ¿Una película documental del National Geographic? Si es así, sus detractores son por demás de estúpidos.
Falta sensatez en las críticas, pareciera como si todo estuviera manipulado por intereses ocultos para denigrar una obra que si la hubiera realizado cualquier otro director obsecuente de Hollywood sería alabada y premiada por todos.
Definitivamente a nadie le consta con total exactitud de como fueron las vidas y costumbres de los mayas, los indicios y restos son solo pistas. Históricamente, los mayas siguen siendo una civilización enigmática, un verdadero rompecabezas infinito. Hay que alegrarse de que al fin se haya hecho una película sobre ellos.
Lo bueno de todo esto es que tal vez muchos se motivaran a seguir indagando en libros y en tomar cursos de historia, estudiar antropología o querer filmar otra versión. Todo enriquece menos la crítica malintencionada, destructiva y perversa.
LOS MAYAS, UNA VERSIÓN DE 1963
Sobre la civilización maya existe una película de aventuras ya bastante antigua que precedió a esta última creación del actor y director Mel Gibson. Es la película Los reyes del sol, del año 1963 y que dura 103 minutos. Los protagonistas eran Yul Brynner y Georges Chakiris y el director era J. Lee Thompson. La sinopsis de la misma era la siguiente:
Durante una invasión de otra tribu, muere el soberano de los mayas en combate. Su hijo Balam (George Chakiris) se convierte en el nuevo rey de los mayas y conduce a sus seguidores cruzando el Golfo de México a una región costera que parece lo que hoy es Estados Unidos. Pero su nuevo hogar está situado en un territorio de una tribu hostil, los pieles rojas. Su jefe, Águila Negra (Yul Brynner), realiza una incursión violenta contra el campamento maya, y Balam resulta herido de gravedad. Los dos líderes acuerdan una tregua momentánea, que pronto se convertirá en una alianza firme para hacer frente al ataque de otros enemigos.
Es una entretenida película de aventuras, filmada en México donde también actúa Shirley Ann Field como Ixchel y Richard Basehart (el almirante Nelson de la serie Viaje al fondo del mar) como el hechicero de la tribu, recordado por su crueldad y buena caracterización. También tiene una buena fotografía.
Atreverse a filmar un producto sobre los mayas, requiere mucha inteligencia, tal vez por ello nadie en Hollywood se atrevió a hacerlo después de J. Lee Thomson. Mel Gibson tuvo la creatividad suficiente para hacerlo y por eso se lo ataca, porque trae a la memoria una historia de una antigua civilización que se extendió por el sureste de México, parte de Guatemala y Honduras, entre el 1500 a. C. y el siglo XV d. C. Los mayas no constituían un estado unificado, sino que se organizaban en varias ciudades-estado independientes entre si que controlaban un territorio más o menos amplio. Gibson concentra la acción en una de estas ciudades.
APOCALYPTO, UNA PARÁBOLA DE LO QUE NOS SUCEDERÁ
Mel Gibson con esta película pone de moda a la cultura maya, haciendo renacer los mitos y leyendas de la historia pre-hispánica y post-hispánica. El tema irá en aumento a medida que se acerque el 25 de diciembre del año 2012, fecha que en su calendario, los más notables astrónomos mayas fijaron como el día del fin del mundo.
Gibson ha vuelto a sorprender rescatando un mundo perdido que extrañamente no se lo tomaba como eje desde 1963 y obligando a sus muchos detractores a bajar la cabeza y descubrirse ante su innegable talento como cineasta y su indoblegable talante místico, épico, viril, moralista y original.
Es de esperar que otros directores y guionistas se entusiasmen y concentren sus trabajos en figuras memorables de la historia americana como Moctezuma, Malinche, Cuautemoc, Atahualpa, Huáscar, Lautaro, Manco Cápac, Túpac Amaru y tantos otros. Que salgan definitivamente de la larga noche del olvido en que permanecen para el gran público.
En cierta medida, Apocalypto es una parábola de la civilización actual, dominada por las fuerzas oscuras del Nuevo Orden Mundial, que haciendo caso omiso de la amenaza ecológica sobre la que se sostiene, sojuzgando pueblos sin piedad y olvidando valores humanos, sigue alardeando de su poderío, arrastrando a toda la humanidad hacia el desastre final.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)