3. Desde un punto de vista psicológico, nuestro presidente repite el mismo cuadro esquizofrénico que experimentó con el FMI. Acusó (y hoy todavía lo hace esporádicamente) a este organismo de ser el culpable de todos los males experimentados por nuestro pueblo, debido a la aplicación de sus recetas económicas. No obstante ello, el FMI fue un acreedor privilegiadísimo y el más beneficiado de todos los acreedores: cobró toda la deuda contraída con él y por anticipado, sin siquiera la quita de un centavo de dólar.
Pero además, con el último pago al FMI nuestro presidente «desendeudador» en realidad LEGALIZÓ LAS OPERACIONES FINANCIERAS ILEGALES DEL FMI llevadas a cabo con nuestra Patria A LO LARGO DEL AÑO 2001, tal como lo han probado Alfredo y Eric Calcagno en enero de 2005[4][4]. Pero en realidad, esta esquizofrenia psicológica no deja de ser políticamente redituable y funcional a los intereses de la oligarquía financiera internacional, ya que en forma por demás paradójica, ésta última ha podido salvarse y recapitalizarse gracias a la âizquierdista y progresistaâ administración kirchnerista, cumpliendo con uno de los «deberes» estipulados por el Grupo Bilderberg en su encuentro anual del 2003, en el que ârecomendabaâ a los países deudores pagar todas sus deudas al FMI, lo cual se cumplió a rajatabla.
4. Puede resultar sorprendente para algunos esta colaboración mutua y recíproca entre la social-democracia vernácula y “latinoamericana” y la oligarquía financiera-industrial del Eastern Establishment. Pero en realidad, el capitalismo liberal salvaje y la social-democracia son los dos brazos con los que el verdadero poder mundial privado, nucleado entre otros organismos en el Grupo Bilderberg y en la Comisión Trilateral, domina y somete al mundo a su voracidad económica, social y ecológica. En ambos organismos, además de contar como miembros a los dueños de las grandes empresas transnacionales –industriales, bancarias, energéticas, etc.- y a los funcionarios más poderosos del mundo –reyes, presidentes, primeros ministros, etc., también cuenta entre sus filas a militantes «de izquierda», «antiglobalistas» y «socialistas» del Primer Mundo. Con el brazo «derecho» golpea y saquea (financia golpes de Estado, promueve planes de “desarrollo” –Consenso de Washington, Plan Baker, etc.-) y con el brazo “izquierdo” consolida lo anterior, debilitando las bases espirituales, antropológicas y culturales que harían posible la resistencia a la dominación colonialista (ataque a la familia, despolitización, “revolución cultural”, promoción de “derechos humanos”, etc., debilitamiento de instituciones fundamentales).
La historia hispanoamericana es un claro ejemplo de ello. Después de haber financiado y sostenido durante la década del 60 y del 70 las diversas dictaduras militares latinoamericanas, EL PODER PRIVADO MUNDIAL QUE REPRESENTA LA DINASTÍA ROCKEFELLER Y PARA EL CUAL OPERA POLÍTICAMENTE, a partir de 1982 unificó, apoyó y promovió a la socialdemocracia latinoamericana que se hacía presente para “enfrentar” y reemplazar a los desprestigiados gobiernos militares en retirada.
1982 marcó un punto de inflexión en Hispanoamérica, fundamentalmente por la guerra de Malvinas y por el default de México, que deja de pagar su deuda externa. Anticipando los nuevos vientos que comienzan a soplar en Latinoamérica, David Rockefeller,(a la izquierda) Henry Kissinger y Cyrus Vance fundaron el 15 de octubre de 1982 Interamerican Dialogue / Diálogo Interamericano, organismo en el que se núcleo la social-democracia vernácula, que paulatinamente comenzó a gobernar en nuestros países, al amparo del poder brindado por la plutocracia angloamericana y los grandes países desarrollados[5][5]. Ya no era la hora de las botas, sino de los votos, pero sin cuestionar el modelo económico impuesto por las dictaduras: desindustrialización de nuestras Patrias y endeudamiento externo crónico. Es así que llegan a ser presidentes de sus respectivos países Raúl Alfonsín (Argentina), Gonzalo Sánchez de Losada (Bolivia), Violeta Chamorro (Nicaragua), Juan María Sanguinetti (Uruguay), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México). Otros llegan a ocupar puestos claves en el mundo financiero regional (Enrique Iglesias, 18 años presidente del BID) y mundial (Claudio Loser, asesor-consultor del FMI y David de Ferrantis, en el Banco Mundial), o en las mismas Naciones Unidas (Javier Pérez de Cuellar, secretario general). Otros mantienen una presencia asombrosamente permanente en la vida política hispanoamericana, explicable sólo por este padrinazgo del clan Rockefeller, como José Octavio Bordón, Beatriz Nofal, José Ma. Dagnino Pastore, Mario Vargas Llosa, Lourdes Flores Nano, etc. La experiencia y la historia reciente muestran que, a pesar de su carácter «socialista», «progresista» y «crítico del neoliberalismo», esta social-democracia vernácula jamás cuestionó ni modificó el modelo económico impuesto por la Comisión Trilateral.
En este contexto y en este marco, se explica que un presidente «montonero» tenga una relación amical y estrecha con Susan L. Segal (presidente del Consejo de las Américas, y mano derecha de David Rockefeller),(Foto a la izquierda) que en sus viajes a Estados Unidos brinde conferencias ante el Consejo de las Américas, que haya puesto en manos de dos bancos socios-miembros de dicho Consejo la última re-negociación de la «deuda externa» (Unión de Bancos Suizos y Merryl Lynch). En este contexto se entiende que quienes en su juventud bregaban por la «patria socialista» hoy toquen la campanita de sesiones en Wall Street u ofrezcan el petróleo a los grandes inversores internacionales a precio de regalo y los “premien” con la devolución de impuestos. Se entiende por qué los que durante el Proceso de Reorganización Nacional militaron en la usura y en la rapiña inmobiliaria, que luego depositaron sus ingentes recursos financieros en Wall Street y en Suiza hoy pretendan ser los líderes de una nueva fuerza política de centroizquierda: pueden hacerlo porque han cambiado la jefatura de Mario E. Firmenich, Roberto Quieto, Norma Arrostito y Roberto Santucho por la de David Rockefeller, William Rhodes y Susan Segal. Será que hoy blanquean y ponen en evidencia a los verdaderos jefes, financistas y promotores de la guerrilla setentista y «socialista», que con su accionar antiperonista, antidemocrático y anticonstitucional le sirvió en bandeja de plata el golpe de Estado de 1976 al imperialismo internacional del dinero y a esta oligarquía mundial angloamericana, la verdadera usufructuaria y beneficiaria de la criminal política económica del Proceso
5. A modo de síntesis, podemos afirmar que el remanido intento contra natura de «institucionalizar» la dicotomía entre una centro-izquierda «progre» y una centro-derecha «reaccionaria» sólo tiene como objetivo encubrir la condición neocolonial de nuestra Patria y nuestro sometimiento al Nuevo Orden Mundial. Con un conflicto ideológico financiado, manipulado, controlado y exacerbado por los dueños del poder mundial se encubre y disimula el verdadero conflicto al que estamos enfrentados, que no es otro que la lucha histórica del Pueblo y de la Nación argentinos contra la secular dominación y saqueo de la oligarquía anglo-americana, desde las Invasiones inglesas hasta nuestros días.