Afligido pero no asombrado: Howard Zinn uno de los grandes historiadores de USA, recibió con una profunda tristeza la noticia sobre la masacre en Virginia Tech, en Blachsburg, aunque no se manifestó sorprendido por el hecho. ¿Por qué, señor?
En USA hay una cultura de violencia perpetrada por la televisión, el cine, el militarismo de este país. El país está envuelto en una violencia enorme en Oriente Próximo y posee demasiadas bases militares en el mundo entero. La filosofía del actual gobierno es la de utilizar la violencia para resolver los problemas del mundo. Nuestro gobierno está drogado con violencia. La utiliza frecuentemente y con efectos devastadores, alimenta una cultura que considera la violencia como normal y la perpetua en los juegos de video, en la televisión, en las películas. Al mismo tiempo, existen leyes que autorizan a las personas a portar armas. No sólo armas de caza, sino sobre todo armas automáticas, que pueden matar una enorme cantidad de personas en muy poco tiempo. Todos esos factores hacen inevitables la repetición de eventos como la matanza de Blacksburg, esto es, personas que pasean en USA con un arma automática y matan a cualquiera que ven. Lamentablemente no se trata de algo sorprendente.
Lo que ocurrió no es posiblemente sólo el reflejo del militarismo y de la violencia, es también el resultado de leyes que permiten adquirir un arma con bastante facilidad. ¿Derogaría usted la segunda enmienda de la Constitución usamericana?
No es necesario derogar la segunda enmienda. En la época en que se redactó la Constitución no existían las armas automáticas. Pero tampoco existían gobiernos con su dosis de violencia. La Constitución es constantemente interpretada y reinterpretada y, actualmente, la segunda enmienda significa lo que Bush y su gobierno quieren que signifique. Lo repito: en su época, esta norma permitía la autodefensa en un país que salía de una guerra civil. A mi parecer, no hay problema constitucional. El problema es político, se trata de garantizar que se tendrán los votos de los miembros de la Asociación Nacional del Rifle, que tiene un poder enorme en los medios, que posee compañías aéreas y otros bienes. El asunto es entonces, simplemente, el deseo oportunista de Bush de ganar esos votos y el rechazo de imponer la prohibición de la venta de armas.
¿Piensa usted que de existir esa prohibición, la cantidad de muertos disminuiría, o cree que es necesario un cambio cultural general para atenuar la violencia de la sociedad usamericana?
Pienso que ambas cosas son necesarias. Es necesario prohibir la venta y es necesario cambiar lo que se le enseña a los niños en las escuelas, cambiar lo que ven en la televisión. En vez de mostrar héroes que matan a los supuestos malvados, debería mostrar más bien a héroes que se niegan a a usar la violencia, héroes que pueden actuar y vencer sin ser necesariamente violentos. La cultura de las armas contribuye a hacer violenta la sociedad, pero una gran responsabilidad ha de imputarse también a una sociedad que produce insatisfacción, desdicha y alienación en los adolescentes. Para muchos jóvenes, no existe otra oportunidad que el alistamiento voluntario (en las fuerzas armadas). Y ése es el motivo de la alienación profunda de las nuevas generaciones usamericanas.
Original : http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idc=0&idart=7790
Howard Zinn, nació en 1922 en Brooklyn en una familia obrera y sirvió como aviador en la Segunda Guerra Mundial, antes de convertirse en un opositor feroz de la guerra. Diplomado en la Universidad de Columbia, comenzó su carrera de historiador en 1956. Su compromiso en los movimientos sociales, por los derechos cívicos y contra la guerra le costaron no pocos problemas. En 1962 Zinn estaba en la Universidad de Boston, donde se convirtió en uno de los portavoces más escuchados del movimiento contra la guerra de Vietnam. Actualmente está considerado como el más importante historiador progresista de USA y una voz autorizada del pacifismo internacional.
De su La otra historia de USA se vendieron más de un millón de ejemplares en su país.
Guillermo F. Parodi es miembro de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala.