Una repuesta de un cientifico al cagandante(copiada de otro lugar)
No me sorprende la opinión vertida por Fidel Castro en el diario Granma acerca de los Biocombustibles, pues en mis 35 años he sido testigo de los cambios de rumbo y desvaríos de la política económica y social en mi país. He de recordar que en el año 1989 nuestro invicto hizo loas acerca de los derivados de la caña de azúcar, en especial de los alcoholes de alto peso molecular y del etanol, que deberían servir para preparar a la industria azucarera cubana para tiempos de crisis. Lo recuerdo sacando sus acostumbradas cuentas de bodeguero y prometiendo que esa era la panácea y que nos sacaría del subdesarrollo. Mandó a formar Técnicos en Procesos Biológicos, se potenció esa carrera (yo fuí uno de esos graduados), y al final… nada, como toda su obra. Hoy muchos de mis compañeros se fueron, otros hacen cualquier cosa menos extraer alcohol y ese alcohol a partir de la caña, que fue su gran obra, ha sido condenado por su antiguo impulsor de amenzar de muerte adelantada a 3000 millones de personas.
Mucho menos me sorprende como nuestro "compañero presidente" recurre una y otra vez a ilustrar la situación mundial sin ser capaz de hacer una radiografía valiente y exhaustiva de la realidad cubana. Esa ha sido su retórica de siempre, desvíemos la atención, que el desastre interno a nadie le importa. Por supuesto, tampoco me sorprende su actitud porque reconocer que nuestro país es un desastre económico significaría tener que señalar a un culpable y eso, obviamente, Él no lo hará.
Es cierto que la humanidad se enfrenta a severas consecuencias ambientales por la actitud irresponsable de la especie para con sus recursos naturales. Por tanto, nos corresponde a esta misma especie humana estudiar las alternativas que solucionen estos problemas pero haciendo ciencia de verdad y de manera responsable. Una de las alternativas es reducir las emanaciones de carbono mediante el uso de fuentes alternativas de energía dentro de las cuales los biocombustibles constituyen una opción, que a mi opinión puede ser explotada de conjunto con la energía solar, la energía eólica y la energía nuclear.
Como siempre, en este análisis suyo, usted no dice toda la verdad, y me imagino que es porque no la sabe, ya que obviamente usted no sabe bien de lo que está hablando. Por ejemplo, existen herramientas en el campo de la Biología Molecular y la Ingeniería Genética para hacer más eficientes las vías metabólicas que dan lugar al etanol, o hay bacterias que pueden mejorar la calidad de los azúcares en la caña. Tampoco sacó la cuenta usted en su artículo, (bueno, en el pedacito de artículo porque el resto fueron citas), de cuanto combustible se necesita para plantar y cosechar esas 360 millones de hectáreas de cultivos.
A modo de contraste, resultaron ilustrativas e inteligentes las respuestas del Presidente Lula en el NYT y las de Marcos Aurelio Garcia en Brasil. Estas respuestas fueron hechas estadistas de un país que lleva mucho tiempo haciendo ciencia -que, además, ESCUCHAN a sus especialistas, a sus investigadores y no les imponen su criterio- y responden con un argumento tan contundente que ridiculizó por completo las dotes de estudioso de Fidel y la mala calidad intelectual del estudiante Chávez: En la Selva amazónica no se puede sembrar caña y Brasil tiene muchos de experiencia de desarrollo en estas tecnologías.
En este sentido, hay cosas que quiero recordale al "invicto", pues cuando se hable de arruinar la agricultura, del irrespeto al medio ambiente o de crear hambre es mejor que se refugie en uno de esos lugares donde se hospitalizan a los secretos de estado.
Primero, de recordar que en el Sur de Ciego de Avila, un lugar plagado de Júcaros hace 30 años usted orientó sembrar caña. Hoy no hay en ese lugar ni caña ni Júcaros.
En una de esas ideas descomunales que a usted se le ocurre, ordenó una zafra de diez millones de toneladas de azúcar. Al final, no hubo azúcar y tampoco quedaron en pie ni bancos de semillas siquiera. Ese fue el verdader inicio de la ruina de nuestra orgullosa industria azucarera, violentada por su mala visión económica A propósito, ví hace poco un documental, de esos que no pasarían en Cuba, donde usted decía que si no se cumplía ese objetivo usted, como mayor resonsable renunciaría a su cargo… ¿Y?...
Más recientemente, usted ordenó cerrar los Centrales azucareros porque el precio estaba por el suelo. Bueno, si tanto estudia usted por qué no sabe que los precios del azúcar son cíclicos y que nadie en el mundo cierra los centrales sino que producen mieles, ron, alchohol, etc. Por cierto, que muchos de esos centrales se mandaron para Venezuela, México, Etiopía ¡Que locuras las de estos capitalistas! Nosotros rompemos los Centrales y ellos los compran.
Hoy, el 39% de la tierra que se dejó de sembrar de caña está llena de Marabú en Cuba ¿Tiene usted idea de cuanta más no se cultiva en nuestro país?
Usted sabe bien claro que el Cambio Climático poco tiene que ver con la eficiencia de la producción azucarera en Cuba. ¿Ejemplos? Australia y Sudáfrica, aprenda de ellos, porque en esos países la industria azucarera la dirigen los especialistas. En Cuba, la dirige usted y eso explica el desastre. Si quiere buscar soluciones a los problemas de rendimientos, ciclo de cosechas y contenido de azúcar en la caña, le sugiero que se asista de los tantos y buenos investigadores que hoy quedan en Cuba, que a pesar de usted han sobrevivido al desamparo de la Ciencia agroalimentaria. Pero también permita que esos investigadores intercambien con sus colegas del mundo para que mejoren sus conocimientos.
El medio ambiente en Cuba es un ejemplo de lo que no se debe hacer y si no está más deteriorado es porque hay conciencia en muchos cubanos y muchos buenos especialistas trabajando con mucho talento. Solo en mi Provincia de Camagüey, para mí es la mejor referencia, usted se dará cuenta de que en temas ambientales es mejor mantenernos calladitos. La Fábrica de Fertilizantes de Nuevitas, la Fábrica de Cemento de esa ciudad, la Fábrica de Cerámicas del Reparto San Francisco, el desastre ecológico del Río Máximo y la acidificación de los suelos de Sierra de Cubitas son obra y gracia de una muy mala estrategia de desarrollo.
Nadie nos ha deteriorado tanto el medio ambiente en Cuba como nosotros mismos, eso usted debería saberlo bien porque usted fue el padre e impulsor del pedraplén a Cayo Coco ¿Se ha leído alguna vez los estudios de impacto ambiental de ese Pedraplén? Bueno, aproveche ahora que está hecho un gran estudioso de los temas ambientales y vea el desastre que se ocasionó, lo que nos cuesta arreglarlo y todo lo que se perdió y no tiene remedio.
¿Quiere que hablemos de producción de alimentos y de agricultura en Cuba?
Bueno, ahí le van unas reflexiones, me imagino que no de tan alto vuelo como las suyas pero que todos los cubanos relacionados con la agricultura -agrónomos, veterinarios, forestales, pecuarios, usted no, por supuesto- reconocen. En Cuba, a ningún ganadero importante se le hubiera ocurrido cambiar las razas aptas para las condiciones edafoclimáticas cubanas, establecidas con tanto esfuerzo y durante muchos años por vacas Holstein, que se sofocaban cuando caminaban 200 m en el sol cubano.
Hoy en Cuba no ni hay leche ni carne no por el cambio climático, mucho menos por el bloqueo, sino por el genetista-ganadero que usted se creyó ser ¿O no? A esos ganaderos mucho menos se les hubiera ocurrido meter las vacas entre cercos de corriente eléctrica.- ¡Tan bien que funcionaban los piñones de las cercas!-… decía mi abuelo, al cual no lo mató el cáncer sino la tristeza de ver tanto desastre en sus potreros de toda la vida.
Solo a usted se le puede ocurrir sembrar café en La Habana o llenar los campos de edificios inútiles, sacando a los campesinos de sus conucos ¿Pensó usted alguna vez en el hambre de esa gente? Piénselo bien ¿Lo pensó?
Hoy en Camagüey, donde no me dejan regresar porque según sus leyes soy un “gusano”, “quedao”, “desertor” y todo eso, hay una computadora con acceso a Internet por cada 200 investigadores dedicados a las Ciencias Agrarias. Entonces, es lógico que ninguno de ellos sepa qué hacer o qué sembrar ante el cambio climático del que usted habla y que todos reconocemos. Mientras, le paso un dato para que lo conozca. Hoy en Chile, el país que me acogió y donde le soy útil a la patria de todos (la humanidad), según Martí, el 100%... fíjese bien… el 100%, de los investigadores relacionados con las Ciencias Agrarias tienen acceso a Internet ¿Sabía usted que este país es una de las potencias agrarias de América Latina?
Oiga, usted no se ha percatado de que en Cuba ha habido menos problemas cuando hubo Mercados Campesinos y Agromercados. Tiene que estudiar mejor eso pues a mi me parece que tiene que ver con la propiedad sobre los medios de producción, la inteligencia y la creatividad.
La verdad es que me gustaría ver su reacción en los pasillos del Ministerio de la Agricultura. El día que alguien tenga la intención de cambiar la agricultura en Cuba (usted no lo hará porque tiene que estudiar como cuidar a Chávez de la competencia brasileña en combustibles), tiene que empezar por remover esa cúspide de dirigentes ineptos y burócratas que no saben que cosa es un Bacillus, un transgénico, una planta amenazada o un polímero. Mucho menos saben como diablos preparar a nuestro pueblo contra el cambio climático.
Me imagino que usted tampoco sabe, aunque también es una de mis tantas dudas respecto a su papel como estadista, que en estos momentos hay tantos doctores en Ciencias fuera de Cuba como en la Cuba misma y que esos profesionales tienen una formación profesional, medios de trabajo y acceso a la información que en lugar de serle hóstil a nuestro país puede ser utilizada para el bien de todos. Le pongo un ejemplo, claro, en Chile hay más cubanos doctores en Ciencias que en Las Tunas. En esa provincia hay 25 doctores en Ciencias
, en Chile somos más. Y todos los que trabajamos aquí somos líderes de proyectos, académicos, gerentes de empresas que salieron de Cuba más forzados que convencidos y que estamos dispuestos a darle a nuestra patria todo el conocimiento acumulado y todo nuestro talento. Lo doloroso es que nuestro propio país no los prohíbe ¿Por qué no escribe sobre eso en el Granma?
Mire, señor Castro, usted no es ni economista, ni medioambientalista, ni agricultor, ni genetista, ni mucho menos un presidente en sus cabales ¿Usted se cree que leyendo cables de las agencias de noticias se convierte en autoridad en una determinada materia? No señor, en este mundo hay muchas personas de Ciencia, que sí saben de lo que hablan, que ahora deben estar riéndose de usted, como debe haberse reído medio mundo del esperpento que parecía enfundando en un traje Adidas. A mí como cubano, me da vergüenza ante los colegas brasileños que tanta experiencia tienen en su campo de investigación, pues usted se cree estar expresando la opinión de los científicos en Cuba. A esos colegas les digo que no es así, que en Cuba también hay científicos serios que entienden de qué se trata la propuesta brasileña en biocombustibles y que entienden que es una propuesta que de conjunto con otras fuentes alternativas de energía nos ayudará a aprovechar mejor los recursos y a mejorar la tierra en que vivimos.
Por último, y esas son preguntas que me gustaría que usted contestara en otro artículo, pues a no ser su “brillante” idea de cambiar bombillos –no habla del costo real de eso para el mundo, ni económico ni ambiental- no aporta ninguna solución real al problema:
¿Como piensa sacar adelante a nuestro país cuando Venezuela nos corte el cordón? ¿Otro período especial? ¿O será un suicidio masivo?
¿Como pretende usted cultivar las 360 millones de Ha esas de maíz que dice hacen falta para el biocombustible cuando no haya petróleo en este mundo? ¿No me diga que con el ahorro de los bombillos ahorradores?
Mire Comandante, no sea ridículo, si quiere estudie, duerma, váyase o simplemente siga siendo un secreto de estado, pero por favor: ¡Cállese!
Dr. Rolando García González
Universidad de Talca
Chile