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General: âââ EL PALITO HOLANDÃS.âââ
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De: esteban_casa챰as (Mensaje original) |
Enviado: 25/09/2007 16:16 |
“”” EL PALITO HOLANDÉS.”””
“El Dutchman’s log”, conocido por unos pocos viejos marinos cubanos como “El Palito Holandés”, es quizás el método más antiguo que se conoce en la historia de la navegación para determinar la velocidad del buque. No por su ancianidad puede considerarse obsoleto, el desarrollo de las ciencias y las técnicas en el campo de la navegación, no han podido sepultar todos aquellos métodos o instrumentos que una vez utilizaron nuestros antecesores. Un ejemplo viviente de esto que les menciono lo constituye el compás magnético, conocido por la gente común como brújula. El girocompás no ha logrado expulsar a ese viejo instrumento de su lugar privilegiado en el puente. ¿Por qué? Porque el giro puede quedar fuera de servicio por diferentes razones técnicas, mientras que un compás magnético bien atendido solo quedaría fuera de servicio al desaparecer el magnetismo de la tierra del que se vale para estar eternamente indicando la dirección del polo norte magnético. Igual suerte corre el anciano sextante y todas las tablas utilizadas para calcular la posición del buque por los astros ante la presencia de la navegación por satélite.
Sin embargo, la aparición de esos novedosos equipos e instrumentos de navegación, condenó a la indiferencia aquellas viejas herramientas que nunca se sabe cuándo puedan ser utilizadas. Acostumbrados al aire acondicionado del puente, radares computarizados, ecosondas, satélite, alarmas conectadas a la mayoría de los equipos, y sobretodo, acomodados a que dichos equipos ocupen y desarrollen el trabajo del hombre, el hombre se ha convertido en una figura decorativa en el puente de las naves, indiferente por completo a las complejidades que implican una verdadera navegación y que pueden ser útiles en un momento dado.
Cuando por una u otra razón quedaban fuera de servicio algunos de aquellos novedosos equipos, algo que puede suceder en cualquier aventura marítima, aparecía el hombre incapaz de solucionar los problemas, porque hasta ese momento no había dejado de ser un esclavo de ellos.
Recuerdo que en dos oportunidades me vi enredado en situaciones como las descritas, navegación por el océano Pacífico y Atlántico sin posiciones por más de una semana y ausencia total de aquellos mencionados equipos. Era sumamente necesario conocer la velocidad del buque para desarrollar una navegación estimada lo más cercana posible a la realidad. ¿Cómo obtenerla? Se preguntaban en ambas oportunidades y existía una justificación ante aquellas dudas. En el programa de Navegación de Estima de la Academia Naval del Mariel no se contemplaban muchos de aquellos históricos métodos que, muy pronto comenzaron a ser sustituidos por material que nos llegaba desde la extinta Unión Soviética. Barrabasada que tuvo su costo a bordo de nuestras naves en años posteriores, porque se pretendió sustituir todas las tablas, cartas y métodos de navegación tradicionales. El daño peor ocurrió con la formación de aquellos muchachos enviados a estudiar navegación en academias del campo socialista, y luego debían comenzar desde cero en nuestras naves. Situación provocada innecesariamente si se tiene en cuenta que Cuba contaba con una magnífica academia naval.
Polilla de cuanto libro de navegación existía y viajando siempre con el American Practical Navigator (de los pocos que sobrevivieron en la biblioteca de la mencionada academia), libro que viajaba conmigo como si fuera mi Biblia personal. Se me ocurrió poner en práctica aquel viejo método para determinar la velocidad del buque. Era muy sencillo, situaba a un hombre en la proa del buque para que lanzara un objeto flotante al agua por la banda de sotavento. Yo permanecía en el puente con un cronógrafo en la mano, mientras otro hombre era ubicado en el punto más a popa de la nave. Cuando daba la orden de lanzar aquel objeto que en la antigüedad era un trozo de madera, al caer al agua yo activaba el cronómetro. Luego, al recibir la señal del hombre en popa de que el objeto había pasado por ese punto, yo detenía la marcha del cronómetro y observaba los segundos consumidos en su recorrido de proa a popa. Podía repetir la experiencia para tener más seguridad. Se realizaban operaciones matemáticas simples, si el objeto había recorrido la eslora del buque (metros conocidos) en tantos segundos, era necesario hallar los kilómetros por hora y luego hacer la conversión a millas por hora teniendo en cuenta que una milla náutica es igual a 1852 metros. Como pueden observar, era un método sencillísimo de realizar y con bastante exactitud, pero inexistente para muchos de los oficiales que navegaron conmigo como subordinados.
En la historia naval aparecerían después varios instrumentos y equipos que sirvieron para determinar o calcular la velocidad del buque desde la pionera Corredera de Barquilla. Años posteriores aparecería la corredera mecánica y por último, la corredera que calcula la velocidad por las presiones de agua que penetran durante la marcha del buque en un tubo que es sacado por el fondo del casco (tubo de Pitot) Nombre empleado en honor al francés que inventó el método aplicado en naves y aeronaves. Pero la historia sería larguísima de contar y ese no es mi propósito.
“””El Palito Cubano”””
El “Cubanman’s log”, conocido por los cubanos como “El Palito Cubano”, es un método que nació en 1959 y no sirve para nada, no resuelve nada, no determina nada, y por el contrario, ha creado muchas dificultades a la hora de echar un palito.
Si hechas un palito al agua no tendrás otro para construir una balsa, la posibilidad de realizar esa acción es muy remota. Téngase en consideración la aguda escasez de madera, luego del regreso de aquellos locos que fueron “voluntarios” a cortar leña en los bosques siberianos cuando el derrumbe del paraíso socialista.
Si hechas un palito en el agua te pueden suceder muchas cosas desagradables, por ejemplo: Que seas sorprendido por los reflectores de guardafronteras, puede que seas atacado por los barquitos portugueses y tengas que ser conducido a un hospital. Echar un palito y luego comprobar que no hay agua para lavarse crea muchas dificultades, peor aún si se pegó un tarrito. En este caso aumentan los problemas si eres descubierto, se forma la “corredera” y ésta no sirve para medir velocidades. Más jodido aún resultará si no te dio tiempo a recoger la ropa, correrás por la calle con el tubo afuera, y no era el de Pitot, es el pito tuyo. En la medida que aumentes la velocidad, notarás que el funcionamiento es inverso, la presión disminuye. Si echas un palito en el agua te pueden robar la ropa, con mejor suerte puedes ser sorprendido por alguno de aquellos viejos cagones que forman las brigadas de chivatos voluntarios “Amigos del mar”.
Nada, la aplicación del palito cubano es complejísima, no hay palos para las escobas, para construir una buena barbacoa, palitos de dientes, palitos de tendederas, tablas de planchar y hasta fabricar una chivichana resulta una jodedera.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2007-09-25
Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido. Jalil Gibrán. Otros trabajos pueden encontrarse en las sig. direcciones: http://www.conexioncubana.net/index.php?st=content&sk=blogcategory&id=176&sitd=416&showcatname=ok http://www.amigospais-guaracabuya.org/#casanas http://www.conexioncubana.net/blogs/esteban/
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