Morales dice que no tiene un "plan B" en caso de que fracase la Constituyente
La Paz | EFE
El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo hoy que no tiene previsto un "plan B" en caso de que naufrague la Asamblea Constituyente, uno de los proyectos fundamentales de su gobierno y cuya continuidad está en peligro.
"Yo no tengo ningún plan B", aseguró Morales en una conferencia con medios internacionales, al ser consultado sobre qué piensa hacer si fracasa la Constituyente.
El mandatario señaló que tiene "mucha confianza" en que el foro pueda seguir trabajando a partir del próximo lunes, cuando debería reanudar sus sesiones tras el receso de un mes acordado para intentar solucionar los conflictos pendientes.
La continuidad de la Asamblea sigue en peligro porque el gobierno y la oposición ni siquiera han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo y dónde dialogar para salvarla, señalaron diversas fuentes.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, explicó a los periodistas que un consejo político integrado por representantes de diez partidos trabajará en La Paz para intentar lograr consensos sobre los temas que mantienen paralizada la Asamblea desde hace más de mes y medio.
El anuncio de García Linera se produjo al término de una reunión con las fuerzas políticas, tras la decisión del mayor partido opositor, la alianza conservadora Poder Democrático y Social (Podemos), y otras cinco fuerzas menores, de abandonar el diálogo sobre la Constituyente por sus discrepancias con el oficialismo.
El jefe de los asambleístas de Podemos, Rubén Darío Cuéllar, comentó a Efe que el diálogo debe ser en la ciudad sureña de Sucre, sede del foro, y en el seno de otro comité creado en la Constituyente para tratar los asuntos conflictivos.
Junto con Podemos y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR, derecha), otras cuatro pequeñas fuerzas políticas abandonaron la reunión presidida por García Linera.
Al término de ese encuentro, el vicepresidente detalló que el consejo político trabajará sobre la agenda temática acordada el viernes pasado por el comité de diálogo de la Constituyente.
Según Cuéllar, lo que pretenden el gobierno y el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido del presidente Morales, es "cambiar" esa agenda de diálogo y "sustituir, no ayudar" al comité.
El asunto que ha puesto en jaque a la Asamblea es la propuesta de la ciudad de Sucre, capital constitucional de Bolivia, de volver a albergar las sedes del Ejecutivo y el Legislativo, que están en La Paz desde una mini-guerra civil en 1899.
Pero además del litigio entre Sucre y La Paz, también está el debate sobre qué tipo de autonomías, si departamentales o indígenas, debe asumir el país y las propuestas del oficialismo para la reelección presidencial ilimitada, que rechaza la oposición.
El propio García Linera admitió el lunes que la Asamblea "corre el riesgo de cerrarse" y que, si eso sucede, no podrán resolverse muchos de los problemas pendientes que tiene el país.
Como en su mandato original de 12 meses, que terminó el 6 de agosto pasado, la Asamblea no redactó ni una línea de la nueva Constitución con la que Morales quiere "refundar" el país, se ampliaron sus sesiones hasta el próximo 14 de diciembre.