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General: “”” LAS PREGUNTAS SIN RESPUESTAS DE GUILLERMO MORALES CATÁ.”””
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: esteban_casa챰as  (Mensaje original) Enviado: 06/10/2007 21:02
“”” LAS PREGUNTAS SIN RESPUESTAS DE GUILLERMO MORALES CATÁ.”””







Guillermo es un joven articulista que escribe para la página Misceláneas de Cuba, todo parece indicar que radica en Barcelona y pertenece a ese amplio lote de cubanos establecidos en España por obra y gracia de los contratos matrimoniales, deserciones, y por último, la preciosa tabla que se le ofrece a un náufrago desesperado, la herencia de la ciudadanía española por su descendencia muy oportuna y hasta mágica. Pero Guillermo es un muchacho muy diferente, nunca podrá incluirse dentro del rebaño de ovejas confundidas que lo rodean. Puede que sea más correcto expresarlo a la inversa, el único confundido es él, existe esa posibilidad. Digamos entonces que Guillermo pertenece a ese grupo de personas equivocadas y, saturadas de interrogantes para las que no puede encontrar una justa respuesta. Digamos también que lo manifiesto de esta manera para, complacer a miles de almas que se puedan sentir heridas cuando se exprese que están equivocadas. Por supuesto, las razones de este artículo se alejan mucho del querer analizar a este joven por el que siento una justificada simpatía. Tanto, que al leer su artículo, observo que decidió un día quemar las velas de sus naves e incluyó en el incendio hasta las anclas. No cabe la menor duda entonces de que estamos en presencia de una oveja distinta, una que un día se negó a pastar tranquilamente para que su pastor lo esquilara constantemente y vendiera a su antojo la  lana que él producía con el sacrificio impuesto por una libreta de racionamiento demasiado anciana.

Guillermo es elegante y misericordioso al tocar un tema casi gastado en nuestro  contaminado ambiente. Un tema evadido por muchos, yo diría muchísimos, porque tocarlo dentro de las complejidades y variedades de opiniones reinantes, pudieran convertirlo en el foco de centenares de ataques cuando se tocan y se expresan con la profundidad que se merece. Los amigos lectores pueden encontrar su artículo titulado: ESE MIEDO A NO VOLVER JAMÁS: “TUMBA ESA TROBA QUE YO NO TENGO NADA QUE VER CON POLÍTICA” En el blog de Baracutey Cubano, http://www.baracuteycubano.blogspot.com/  Excelente página dedicada a la tragicomedia caribeña. Los invito a leer el mencionado artículo y sacar sus propias conclusiones.

Yo me considero un poco más pragmático, digamos que radical, digamos que vertical, digamos que disfruto de una tendencia algo extremista a la hora de manifestarme sobre estos problemas, digamos que nada de eso corresponde a una auto evaluación y es la opinión de muchos que se molestan en leerme. ¿Saben por qué? Porque no me escondo entre las hojas, ando por las ramas y gusto llamar a las cosas por su nombre sin detenerme ante la presencia del que se pueda sentir ofendido.

Antes de exponer las ya gastadas justificaciones a esa actitud pasiva de todo un pueblo, salvo raras excepciones dentro y fuera de la isla. Y considero muy oportuno, se consideren dentro de esas excepciones a todos aquellos hombres y mujeres se pudren en las cárceles cubana. ¿Y por qué no incluir a otros hombres que sin riesgos para sus vidas, pero privados de ese retorno a la tierra tan ansiada, no se esconden para decir lo que sienten? ¿No representa también un sacrificio? Pausa realizada para evitar ataques naturales por aquellos que leen de corrida y poco interpretan lo que se escribe, porque así somos de apasionados para algunas cosas. En fin, antes de llegar a esas ridículas justificaciones harto conocidas y que limitan en movimientos y otras expresiones al ser humano que nació en aquella maldita isla. Guillermo se atreve a mencionar la palabra “miedo”, la rancia palabra “miedo” que nos persigue como una fatal sombra hasta en las noches más oscuras, él acaba de descubrirla y yo le doy toda la razón, lo justifico por su juventud. Pero ya manifesté que soy un poco más agudo en mis manifestaciones, más hiriente, creo que me aparto de la media normal y gusto llamar a las cosas por su nombre. Ese exceso de miedos provocados por el instinto natural de conservación del ser humano, en nuestro caso se acerca a la cobardía y manifestarlo con estas palabras molesta a los oídos y ojos de personas que tratan de evadirlas con todas esas absurdas justificaciones. Pertenecemos a un pueblo que desea velorio sin poner el muerto, yo me incluyo en esa masa deformada que todo lo quiere justificar y se acostumbró a andar debajo de las faldas de otros esperando por nuestra defensa. Estamos acostumbrados a las nalgaditas paternales, pero cuando escuchamos algunas verdades como estas nos desbaratamos en lágrimas. Porque desgraciadamente nos han convertido en eso, en un pueblo de llorones que no deseamos mirar a nuestros lados para ver el ejemplo que nos dan otros pueblos. No hace falta morir para despojarse de un peso tan grande como el soportado por medio siglo, ejemplos sobran. No hace falta someterse a un paredón de fusilamiento si podemos dejar de votar, asistir a guardias, trabajos voluntarios, guardias innecesarias, etc. Pero, ¿sabes qué sucede?, si no vamos perdemos el derecho al bono del refrigerador, la obtención de una vivienda, un viaje al extranjero, una beca para mi hijo, un auto, una semana en un campismo, etc. ¿No suenan ridículas esas pérdidas cuando la libertad de un país ha estado en juego permanente? Pues ese es el valor que tuvo para nosotros la libertad cuando vivíamos allá.

Hoy es diferente, vivimos en el extranjero donde se supone somos libres, se supone, porque en realidad no lo somos. Los tentáculos del régimen se extienden por todos los hemisferios y llegan hasta donde se encuentre un cubano. Nadie habla, nadie quiere hablar, nadie desea renunciar a los viajes de vacaciones para ver a la abuelita, la tía, la madre o la sobrinita que cumplirá los quince y tenemos que llevarle las cosas para la fiesta. Amén del paria que regresa para ostentar delante de los infelices las mierdas que pudo adquirir del lado de acá. Y los hay peores, los que van a disfrutar con el dolor de las muchachitas condenadas a la prostitución por la miseria que heredaron de nosotros. Hay de todo en la viña del señor y nadie desea embarrarse, solo unos pocos escriben con su santo y seña, solo unos pocos exponen sus fotos para que vean que detrás de un teclado existe un ser humano, para que vean que hay otro que sufre como ellos, pero se cansó de vivir humillado por su propia conciencia, se cansó de ser trasquilado.

Guillermo es un muchacho digno de admiración, no pertenece al rebaño que lo rodea en España, que no deja de ser diferente al que habita en Canadá o Francia, que no es distinto al que clama por un diálogo desde Miami, ¿diálogo con quién?, les preguntaría. Guillermo clama por una respuesta que calme sus desvaríos, sus dudas, su desconfianza. La respuesta puede ser larguísima si la escuchamos de cualquiera de nosotros, mucho más larga que Las mil y una noche” cuando sea interpretada por un cubano de esos que te rodean, me rodean y viven por diferentes continentes de este planeta. Esas respuestas buscarán la forma de convencerte que estás equivocado, esas respuestas sonarán como disco de acetato rayado tratando de justificar algo que no tiene otro nombre, para mí solo tiene una definición, cobardía. En la vida todo tiene un precio y requiere de sacrificios, por la libertad que tenemos los que vivimos fuera tuvimos que pagar un precio, pero unos más caros que otros. La libertad de un país debe tenerlo también y exige de sacrificios superiores a las justificaciones que se utilizan para evadir las responsabilidades individuales y colectivas, no te quepa la menor duda de ello. Pero no nos engañemos, solo unos pocos están dispuestos a enfrentarlos y esa responsabilidad es compartida entre los que viven en el exterior, y aquel parásito que se acomodó en la isla a recibir su mesada. ¡Que existen excepciones!



                                  Esteban Casañas Lostal.

                                  Montreal..Canadá.

                                  2007-10-06



Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.
Jalil Gibrán.

Otros trabajos pueden encontrarse en las sig. direcciones:

http://www.conexioncubana.net/index.php?st=content&sk=blogcategory&id=176&sitd=416&showcatname=ok
http://www.amigospais-guaracabuya.org/#casanas
http://www.conexioncubana.net/blogs/esteban/




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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Azali5 Enviado: 06/10/2007 21:14

ESE MIEDO A NO VOLVER JAMÁS: “TUMBA ESA TROBA QUE YO NO TENGO NADA QUE VER CON POLÍTICA”

2007-10-02.

Por Guillermo Morales Catá
Corresponsal en Barcelona de Misceláneas de Cuba

No es la fobia de sentirse perseguidos, escuchados y vigilados, el único trauma que arrastran los cubanos que viven el exterior. Es el miedo a no regresar jamás y el terrible desespero de la inseguridad de si las familias están bien allí en aquella isla. El temor a expresarse, a manifestarse, a denunciar aquí mismo en Europa las continuas violaciones de los derechos humanos en Cuba, hacen que, al final, pareciera como si en el exterior solo viviera un puñado pequeño de cubanos o como si los únicos que existen estuviesen en Miami.

Es cierto que el mayor número de cubanos que reside en el exterior está allí en Miami. No en balde hasta le llaman “la pequeña Habana”. Pero solo en España, por ejemplo, se estiman en casi 50 mil los cubanos que residen legalmente; la mayoría de ellos con la doble ciudadanía; es decir, cubano-españoles.

Pareciera como si tener el Documento Nacional de Identidad (DNI) español fuera el objetivo de los cubanos que residen en Europa. Pero es solo eso, un simple parecer; o al menos me niego a pensar que ese es el fin para con el que se supone ya se ha conseguido todo.

En Europa pululan cientos de organizaciones no gubernamentales y asociaciones a favor de la dictadura castrista; gente engañada que cuando le pones ejemplos concretos sobre la falta de libertades en Cuba te responden que “pero Fidel es el único que le ha puesto cara al imperialismo”, como si una cosa restara valor a lo otro. Por encima de imperialismos, capitalismos o cualquier otro término político, está la libertad de las personas y la dignidad de estas. Y en un sistema como el cubano, esas libertades no son más que una quimera.

Hay incluso quienes para justificar las continuas violaciones de los derechos humanos en Cuba llegan a decir “no todo es perfecto, aquello es una dictadura, sí, pero de izquierdas”. A la basura este discurso rancio. Las dictaduras, de izquierdas o derechas, son dictaduras a fin de cuentas.

( No obstante, algunos hemos quemados las velas, las naves y hasta el ancla. Frente a la Embajada castrista con los nombres de más de 10 000 muertos de Fidel Castro )

Lo que es evidente es que son más los embaucados por el discurso de la Revolución cubana que los que salen a la calle o se suman a un manifiesto en contra de las atrocidades de la dictadura castrista. E incluso, cuando se suceden estas denuncias, tampoco la mayoría son cubanos residentes en el extranjero sino, europeos de toda la vida. Y aquí no vale creer en Cristo y no ir a la iglesia.

He intentado buscar respuestas durante muchos años al por qué de esta situación. Hubo un tiempo en que llegué a pensar que se trataba de un desarraigo. Algunos expertos, incluso, no llegan a encontrar respuestas y yo tampoco pienso que tenga en mis manos la respuesta acertada. Pero coincidiréis conmigo en que, sin duda alguna, el miedo es uno de los factores determinantes. Ese miedo pesado, gris como el otoño

Mi amigo A.M.R (y pongo las siglas de su nombre porque incluso él teme hasta verse comprometido con sus ideas) me ha dicho en un mail: “me alegro que sigas luchando por tus ideales en Misceláneas de Cuba y que nadie te tenga que decir lo que hacer, pero recuerda que tu madre está en Cuba y pueden tomar medidas en contra de ella. Por suerte ya sabes que con ella no se puede, pero nada está escrito. Espero que no la tomen con ella, claro que ella no tiene nada que ver con lo que tu escribas, tú eres solo su hijo y no tendrían por qué hacerle nada. Solo deseo que salgamos de esto muy pronto”.

De este comentario que reproduzco se podrían interpretar claros factores del por qué de la “pasividad” de la comunidad cubana en Europa. Y es lógico. Para que un cubano residente en el exterior pueda ir de visita a Cuba necesita lo que se conoce como “habilitación del pasaporte”, una especie de “visa” que concede a los cónsules cubanos la facultad de decidir quién va a La Habana y quién no.

Y la gran mayoría de la comunidad cubana en el exterior suele ir Cuba para visitar a sus familias y amigos. De hacer un pronunciamiento en contra del “sistema” lo más probable es que el intento de viajar a Cuba quede frustrado. Hay otros que también teme porque sus críticas abiertas al Gobierno cubano perjudiquen a sus familiares dentro de la Isla porque, como se sabe, la dictadura persigue a los de fuera pero sobre todo, a los de adentro.

Apatía, miedo, falta de compromiso, o tal vez todo junto conforman esa situación real y objetiva de la falta de presencia de los cubanos en el exterior a la hora de denunciar la actualidad cubana.

María Elena Morejón, cubana residente en Alemania y que trabaja como profesora de la Universidad de Hannover, ha dado su peculiar visión sobre este tema a Misceláneas de Cuba, y a mi entender, se trata de una opinión con la que también estoy de acuerdo.

“Lamentablemente, un alto por ciento de la emigración cubana hacia Europa está constituida por jóvenes que usan la vía de la prostitución para poder salir de Cuba; y por otro grupo de jóvenes que están hartos de política y ávidos de libertad, de diversión, de conocer el mundo, y sobre todo de pacotilla”, señala.

Y no le falta razón. Un Gobierno que no permite a sus ciudadanos viajar libremente al exterior, obliga a que los jóvenes busquen “salidas” para abandonar la Isla. No es un secreto para nadie que muchos europeos llegan a Cuba y terminan casándose con un o una cubana o “invitándoles” a venir a Europa después que el o la cubana le dijera a sus oídos aquellas cosas tan lindas que un propio europeo no le diría en su país.

Maricarmen L.P, ha preferido permanecer en el anonimato al ser entrevistada por Misceláneas de Cuba, sin embargo, nos ha contado parte de su historia: “tengo 51 años, peso 123 kilos y cansada de ir a fiestas para gente de mi edad me metí en un Chat y conocí a un cubano de La Habana que tenía 25 años. Yo me creía todo lo que me decía. Nunca nadie me dijo cosas tan bonitas, que si no le importaba mi edad, el físico, que si era dulce…”.

“Me enamoré de mi cubano, me fui a Cuba dos veces y allí me casé. Lo traje con visado en régimen comunitario a vivir a Barcelona conmigo. A los dos meses me dejó por una chica de su edad”, narra como si hubiera cometido el peor error de su vida tras gastarse más de doce mil euros en “su cubano”.

La historia de Maricarmen no es un hecho aislado. Es más común de lo que se supone porque quienes salen por motivos profesionales de Cuba son muy pocos comparados con quienes salen por matrimonio.

“Estos cubanos saben que mientras no abran la boca en contra de la dictadura en Alemania, en España, en París, podrán seguir disfrutando de esas cosas, entrar a Cuba cada vez que les de la gana y por demás mantener a sus familiares económicamente y con la seguridad de que no les van a reprimir.
Inmediatamente que llegan acá se desconectan de la realidad en que han vivido y hasta hacen apología de las excelencias de la "revolución"”, señala la profesora de la Universidad de Hannover.

“Jamás les puedes arrancar una palabra coherente porque por sobre todas las cosas el lenguaje que usan además de “chavacán”, es escaso; y lo primero que te dicen es "tumba esa trova" "yo no tengo ná que ver con política"; pero si algún día por casualidad se reúnen en un grupito y hay uno con principios y se abren comentarios serios, de inmediato se descorre la cortina y comienzan a aflorar comentarios increíbles devenidos desde los sentimientos que les desnudan”, dice Morejón.

Daniel Fernández Martínez ha accedido a hacer sus comentarios para nuestro portal pero reconoce que “esto me puede perjudicar más porque ya una vez me negaron la entrada a Cuba”.Ni mis amigos ni yo vamos frente al Consulado de Cuba en Barcelona a protestar porque te fichan y después sí que lo tienes todo perdido”, agrega.

Jorge Moragas, Secretario ejecutivo de Relaciones Exteriores del Partido Popular en España, me hacía esta pregunta hace unos días en Barcelona mientras tomábamos un café: ¿Y dónde están los cubanos de España que nunca salen a la calle a protestar por lo que está pasando allí en Cuba?

Mi respuesta se convirtió en un debate sobre el tema y fue esta conversación la que me animó a escribir este artículo. Al final, nunca he encontrado respuesta. Es un cúmulo de respuestas, de circunstancias. No juzgo a mis compatriotas que prefieren guardar silencio. La democracia da esa opción también, por fortuna.

Pero necesito una respuesta, solo una, una sencilla respuesta que controle mi desvarío de ideas en este entendimiento mío. ¿Cómo guardar silencio cuando otros están muriendo? ¿Cómo hacer caso omiso al saber que en estos momentos hay cubanos allí dentro de la Isla haciendo una cadena de ayunos para reclamar que “ya está bueno de prisiones, de acoso, de hostigamiento, de hambre y miseria”? como ha dicho recientemente en una entrevista a la agencia de noticias Prensa Liberación el opositor y prisionero de Conciencia Julio César López Rodrigues.

Las voces de los cubanos de “afuera” son las voces de los que dentro no pueden hablar.

Hay algo dentro que quema, que hiere y hasta mata: ¿tiene sentido guardar silencio y hacer como qué no sabemos nada?



 
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