El Che vuelve a ganar otro combate
Prensa latina/ inSurGente.- Médicos cubanos operaron gratuitamente de cataratas en un hospital donado por la isla al ex sargento boliviano Mario Terán, quien asesinó al comandante guerrillero Ernesto Che Guevara en 1967. Ahora anciano, Terán fue intervenido quirúrgicamente en un nosocomio de la ciudad de Santa Cruz inaugurado recientemente por el presidente de Bolivia, Evo Morales. El hijo del suboficial se presentó en el periódico santacruceño El Deber con el ruego de que publicaran una nota de agradecimiento a los médicos cubanos que habían devuelto la vista a su padre mediante la Operación Milagro.
El ex militar mató al comandante guerrillero el 9 de octubre de 1967 en la escuelita de La Higuera, tras ser aprisionado con heridas el día anterior, recordó hoy el diario cubano Granma en un artículo intitulado Che vuelve a ganar otro combate.
"Mañana nadie lo recordará, como ya le ocurrió hace cuatro décadas, cuando lo convirtieron en noticia (...) les pido que por un instante graben bien este nombre (Mario Terán) en las memorias, para que nadie olvide y todos juzguemos", escribió el articulista.
El hijo del suboficial, continuó, se presentó en el periódico santacruceño El Deber con el ruego de que publicaran una nota de agradecimiento a los médicos cubanos que habían devuelto la vista a su padre mediante la Operación Milagro.
Jamás, añadió, será capaz de ver la diferencia entre las ideas que lo llevaron a asesinar a sangre fría y las de este hombre, que ordenaba a los médicos de su guerrilla que atendieran por igual a sus compañeros de armas que a los soldados enemigos heridos.
"Recuerden bien este nombre: Mario Terán, un hombre educado en la idea de matar que vuelve a ver gracias a los médicos seguidores de las ideas de su víctima", subrayó.
Terán cumplió órdenes de los generales René Barrientos y Alfredo Ovando, de la Casa Blanca y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), recordó la fuente.
Che ni siquiera cerró sus ojos después de muerto, para seguir acusando a su asesino, que acudió al alcohol para poder cumplir la orden emitida.
El mismo narró después a la prensa que temblaba como una hoja ante aquel hombre a quien en aquel momento vio "grande, muy grande, enorme", continuó el texto publicado este sábado en una página interior del rotativo.
Herido y desarmado, Che Guevara tuvo todo el coraje que le faltaba a su asesino para abrirse la raída camisa verdeoliva, descubrirse el pecho y gritarle: No tiembles más y dispara aquí, que vas a matar a un hombre, rememoró.
"Anciano ya -afirmó el rotativo- podrá volver a apreciar los colores del cielo y de la selva, disfrutar la sonrisa de sus nietos y presenciar partidos de fútbol".
A cuatro décadas de que Mario Terán intentara con su crimen destruir un sueño y una idea, Che vuelve a ganar otro combate y continúa en campaña, concluyó.