Bush dijo que tras seis meses de discusiones en torno a la propuesta de ley, "el tiempo para el debate se acabó" y advirtió que no aceptará nada que no sea una ley en forma y permanente. "No voy a aceptar ninguna extensión temporal".
"La vida de incontables estadunidenses depende de nuestra habilidad para monitorear esas comunicaciones. Nuestros profesionales de inteligencia deben ser capaces de encontrar con quién están hablando los terroristas, qué están diciendo, qué están planeando", dijo.
Bush, quien habló este día en la Casa Blanca junto al director de la Oficina de Inteligencia Nacional, Michael McConnell, criticó lo que calificó como pasividad de la Cámara de Representantes frente a esta ley, aún y cuando ésta ya aprobó una iniciativa, aunque diferente a la del Senado.
"Si los republicanos y demócratas en el Senado pueden sumar fuerzas en una buena pieza de legislación, no hay razón por la cual republicanos y demócratas en la Cámara de Representantes no puedan aprobar la versión del Senado de inmediato", dijo.
La versión aprobada el martes en el Senado, por mayoría, ofrece inmunidad contra demandas a las compañías telefónicas que cooperen con el gobierno en este programa clandestino, no así la de la Cámara de Representantes.
Bush advirtió que si la Cámara fracasa en adoptar la versión del Senado, ello pondría en peligro la seguridad de los estadunidenses.
Hizo eco de la advertencia de McConnell en el sentido de que sin esta ley, la habilidad de Estados Unidos para prevenir nuevos ataques se debilitaría.
"Sería más difícil descubrir complots terroristas. No debemos dejar que eso pase", precisó.
"Es tiempo de que el Congreso asegure que el flujo de vital inteligencia no se vea interrumpido. Es tiempo que el Congreso apruebe una ley que ofrezca las bases de largo plazo para proteger al país, y ellos deben hacerlo de inmediato", enfatizó.
El mandatario se dijo complacido por la versión aprobada en el Senado, en particular por la protección que ofrece a las compañías telefónicas, la mayoría de las cuales han rehusado confirmar de manera pública su participación en este programa.
Insistió que la cooperación de las telefónicas es vital en este programa.
"Si estas compañías son sujetas de demandas que puedan costar miles de millones de dólares, ellos no participarán, no nos ayudarán.
La protección contra demanda es crítica para asegurar la cooperación del sector privado con nuestros esfuerzos de inteligencia", dijo.
La llamada Ley Para Proteger Estados Unidos fue adoptada por el Congreso después de que el programa de escuchas clandestinas fue expuesto por la prensa estadunidense en diciembre de 2005, aunque la legislación tuvo un carácter temporal.
Tras su expiración en enero pasado, el Congreso aprobó una extensión de dos semanas que vence este viernes, razón por la que Bush busca una pronta autorización de la nueva ley, que ahora será sometida a un proceso entre las dos Cámaras para reconciliar sus versiones.