Los palestinos conmemoran en estos días de septiembre la masacre de Sabra y Chatila, en la cual más de 3 mil hombres, mujeres y niños fueron asesinados a sangre fría y sus cadáveres mutilados con el empleo de horrorosos métodos con el fin de sembrar aún mas el odio, asestar una derrota sicológica y destruir la voluntad política del pueblo palestino. La masacre, que ocupó un lugar central en la conciencia de los palestinos, continúa como una herida abierta. Muchos de los hijos de estos campamentos, secuestrados a manos de los fascistas, siguen desaparecidos y sus familiares aún viven hoy con la esperanza de su regreso.
No obstante los asesinos permanecen libres, a pesar de que el propio “tribunal israelí” condenó –algo avergonzado– esos horrendos crímenes y los responsabilizó de una de las más aterradoras masacres en la historia de la humanidad.
Al no castigarlos y arrastrarlos a una corte internacional les permitió cometer otras masacres contra los pueblos palestino y libanés, en Cisjordania, la Franja de Gaza y el sur del Líbano. El peligro amenaza a estos territorios de nuevos actos criminales israelíes, cubiertos políticamente por Estados Unidos bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo.
En el 25 aniversario de la masacre, la herida palestina aún está sin sanar y otras se abren con gran dolor. El Campamento de Nahr Al–Bared vive el fenómeno de emigración y un futuro alarmante a la sombra de una ambigüedad que envuelve los proyectos de reconstrucción y retorno de sus habitantes.
La Franja de Gaza es víctima de un bloqueo fatal y de amenazas de recrudecer aún mas el cerco con el beneplácito de capitales occidentales, que se auto presentan como el faro de la democracia, la libertad y la justicia. Los territorios de Cisjordania también son blancos de otras embestidas y de una política salvaje de usurpar sus territorios para continuar la construcción de nuevos asentamientos, puestos de control y el Muro de Separación racista.
El lenguaje del chantaje sionista crece cada día, amenaza al Líbano con una nueva guerra, similar a la de julio del año pasado, como un intento desesperado de recuperar el prestigio del ejército israelí derrotado por la Resistencia del pueblo libanés y su legendaria firmeza.
La conmemoración no devuelve los mártires que nos arrebataron, como quizás tampoco nos regrese a los secuestrados desaparecidos. El recordatorio de la masacre de Sabra y Chatila puede que no frene al asesino de cometer nuevos crímenes en otros lugares con salvajismo y sangre fría, pero si es un claro mensaje al verdugo de que la memoria no traiciona nunca y que el crimen no se olvida con el transcurso del tiempo y el terror que intentaba sembrar en las almas no surtió efecto.
La lucha continuará hasta que nazca un nuevo amanecer, hasta que los mártires encuentren la paz en su descanso y hasta que nuestro pueblo celebre la victoria, izando la bandera de la libertad, el retorno y la independencia.
CARAJOS SI LOS JUDIOS SON UNOS SANTITOS, VIVA ISRAEL!!
POR SUPUESTO TODAS ESTAS FOTOS SON MENTIRA ¡NO?
VIVA LA HONESTIDAD DE SANTANECO Y SU JEFA MATILDA
ESTE ES EL PAIS DE SANTANECO, EL SIEMPRE DEFIENDE LAS CAUSAS JUSTAS COMO LA DE ISRAEL Y FIDEL
ELLOS CLAMAN : SANTANECO CONDENA ESTO, AYUDANOS...PERO SANTA PASEA EN SU COCHE CON LA MUSICA A TODO VOLUMEN PARA NO ESCUCHAR MIENTRAS ROMPE LOS HUESOS DE LOS CADAVERES PALESTINOS..¡QUE BUEN HOMBRE!