inSurGente.-  Los dólares se les pegan a las manos. Todo les parece poco en ese trasiego de billetes con el que venden su capacidad para mantener la imagen de un exilio unificado contra Cuba. Sus donantes están consternados porque los “patriotas” cubanos de las organizaciones de la extrema derecha de Miami, no sólo cobran sus salarios mercenarios, sino que meten la mano en donde pueden, es decir, en el material que supuestamente servirá para organizar una “transición” hacia el capitalismo y la dependencia en Cuba. En este caso, un tal Felipe Sixto, cobraba 97 mil dólares anuales como asesor especial del presidente, en la mismísima Casa Blanca, pero se benefició alterando los precios de unas 30.000 radios de onda corta que la “Agencia Internacional de Desarrollo” había enviado a Cuba. Las carcajadas deben haber alterado el trabajo diario de los funcionarios del ministerio del Interior en la Habana. Para mayor regocijo, los tres legisladores republicanos de Miami, los representantes Mario y Lincoln Diaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen –que buscan y reparten fondos- dijeron sentirse ''profundamente perturbados'' por el asunto y demandaron –eso sí- una completa investigación. (En la foto el consternado Calzón).





The Miami Herald (por Alfonso Chardy y Pablo Bachelet).- Frank Calzón, uno de los más destacados anticastristas de Washington, al que un diplomático cubano dejara inconsciente de unos golpes en la cabeza, consideraba a su antiguo jefe de despacho como un empleado modelo.

Felipe Sixto se ocupaba de la rutina diaria del Centro por una Cuba Libre mientras Calzón se dedicaba al activismo anticastrista, exhortando a los gobiernos extranjeros a tomar una posición dura frente a La Habana y enviando materiales a los disidentes en la isla.

Lo que Calzón no podía imaginar era que Sixto estuviera embolsándose ilegalmente cientos de miles de dólares en dinero de los contribuyentes americanos destinado a promover cambios democráticos en Cuba.

Calzón, que dice haberse sentido ''traicionado personalmente,'' expresó su frustración en una serie de entrevistas en estaciones radiales de Miami y con la junta editorial del The Miami Herald. Calzón también acometió lo que sería un exitoso esfuerzo por recuperar el dinero.

Los funcionarios del gobierno no han hecho pública la cantidad implicada en el fraude, aunque algunos hablan de varios cientos de miles de dólares.

Ahora, Calzón y otros miembros de la comunidad exiliada se están preguntando cómo Sixto, un individuo ejecutivo que enfrentaba la tragedia personal de la batalla de su esposa contra el cáncer, puede haberse extraviado de esa manera.

Los tres legisladores republicanos de Miami, los representantes Mario y Lincoln Diaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, dijeron sentirse ''profundamente perturbados'' por el asunto y demandaron una completa investigación.

Sixto trabajó durante más de tres años para Calzón antes de salir en junio para un trabajo en la Casa Blanca. Calzón lo calificó de ``perfecto.''

Con un título de Derecho de una universidad estadounidense y un trabajo como el enlace entre la Casa Blanca y la comunidad cubanoamericana, Sixto parecía destinado a grandes cosas. El 1ro de marzo había sido promovido al cargo de asistente especial del Presidente en asuntos intergubernamentales, con un salario anual de $97,000.

Súbitamente, a finales de marzo, Sixto renunció cuando el Departamento de Justicia y la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) anunciaron estar investigando alegaciones de que había defraudado una cantidad no especificada de fondos dedicados a promover la democracia en Cuba.

Calzón, al que La Habana acusa de ser un agente de la CIA, se había dado cuenta en enero de que algo andaba mal cuando quiso comprar unos radios de onda corta. Su grupo ha enviado alrededor de 30,000 radios de onda corta a Cuba en los últimos 10 años, para que disidentes y otros puedan recibir noticia sin censura de Cuba y del mundo.

Aunque Calzón no dio detalles, aparentemente encontró discrepancias entre lo que los radios costaban normalmente y lo que el Centro pagaba por ellos cuando Sixto era el responsable.

Calzón dijo que las discrepancias financieras no resultaron ser un incidente aislado, sino parte de un patrón que se extendía unos tres años, prácticamente el tiempo que Sixto llevaba trabajando en el Centro.

Sixto renunció a finales de marzo, tras ser contactado por los abogados del centro.

''Quiero que el gobierno llegue al fondo de todo esto,'' precisó Calzón. ``Estoy seguro de que ninguna otra persona del centro está implicada.''

Calzón añadió que el asunto era doblemente doloroso porque él había llegado a pensar que Sixto podía reemplazarlo al frente del Centro por una Cuba Libre. ``Tengo 64 años y, en algún momento, voy a retirarme.

Sixto y su abogado no respondieron repetidas solicitudes de The Miami Herald para que comentaran.

El abogado de Calzón, Filiberto Agusti, afirma que el Centro le está presentando a USAID un detallado reporte de lo sucedido.

Agusti señala que Sixto ha devuelto la mayor parte del dinero y que el resto se pagará ``el próximo año.''

Sin entrar en detalles, Agusti dijo que el acuerdo incluía ''algunas'' garantías de que Sixto no enfrentaría adicionales acciones legales por parte del Centro.

El dinero se ha depositado en un cuenta fiduciaria controlada por el bufete Centro, Steptoe and Johnson, hasta que la USAID decida si el Centro puede seguir adelante y utilizar el dinero para sus objetivos originales.