PandillerasMujeres que imponen miedo | Getty Images Las mujeres que entran a las pandillas lo hacen buscando respeto y protección. |
Fernanda Martínez, Univision Online
CIUDAD DE MÉXICO.- Jessica Azaro Montoya estaba sentada sobre colchonetas viejas esperando a que pasara el siguiente tren que la llevaría hasta el norte de México. Como ella muchos inmigrantes provenientes de Guatemala y El Salvador cruzan México a bordo de trenes de carga con la meta de llegar a la frontera con Estados Unidos.
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La historia de Jessica
Esta salvadoreña llevaba 20 días viajando a través del sureste mexicano buscando la forma de encontrar a su madre en Los Ángeles. Detrás dejó a sus dos pequeños: Eric de 6 años y Antonio de 4.
Jessica lucía cansada, anhelante de llegar al borde de México y cruzarlo para estar a salvo. En El Salvador corría mucho peligro y tuvo que tomar una mañana la decisión de huir a un país ajeno en busca de una madre que a los 13 años la había abandonado.
Lo último que recuerda de su mamá es que había salido al mercado con poco dinero en la bolsa a comprar algo para darle de comer a sus cuatro hijas. Jessica no la volvió a ver. Después de muchos años recibió una carta procedente de Los Ángeles en donde su madre la invitaba a irse con ella a trabajar para vivir.
Lo pensó durante varios días. Llevaba más de 10 años dentro de una de las pandillas más violentas de Centroamérica y Estados Unidos: la
Mara Salvatrucha, y no sabía cómo vivir lejos de los delitos y el peligro.
Según un estudio publicado por la embajada de Suecia en Guatemala, el 40 por ciento de los miembros de las pandillas juveniles en El Salvador, Guatemala y Honduras son mujeres. Ewa Werner, Embajadora de Suecia en Guatemala y colaboradora en este estudio, dice que la participación de las mujeres en la Mara alcanza niveles impresionantes, de hecho hay células 'mareras' formadas sólo por mujeres.
Lágrimas negrasEn el suave rostro de Jessica se dibujan tres lágrimas de negro. Cada una representa a alguien que en sus manos murió, a causa de ellas, sobre ellas. No es fácil hablar de las personas a las que mató, sólo dice que una de ellas era su mejor amiga.
"Me buscó un jefe y me pidió que matara a mi amiga porque lo había engañado con otro. Él había vivido mucho tiempo con ella. Al principio le dije que no y hasta hablé con mi marido, pero después me dijeron que no me podía echar para atrás porque era una orden de arriba, era una orden de jefe de clica y entonces la matamos y la enterramos en el patio de la casa", comenta Azaro.
Las pandillas, en las que se enlistan niños de hasta ocho años de edad, representan un núcleo estable que puede asemejar a una familia. "Normalmente son niños que provienen de hogares desintegrados, las pandillas son para ellos un hogar que les provee dinero, comida y atención", comenta David Ordaz, criminólogo especialista del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Así es como poco a poco las pandillas se conforman. Niños y niñas que buscan protección y cariño recurren a las pandillas de sus barrios, barrios convulsionados por la política crítica de sus países que los empuja a tratar de huir o quedarse para sobrevivir.