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General: COLOMBIA: LA EXTRADICCIÃN DE LOS "PARACOS"
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De: matilda (Mensaje original) |
Enviado: 23/05/2008 04:41 |
Colombia La extradición de los "paracos" Con el mayor sigilo y en secreto, en plena noche y con un acuerdo previo con el gobierno de Bush, el gobierno de Uribe extradito a EE UU en el amanecer del martes 13 a los principales jefes paramilitares que estaban encarcelados. Es un operativo para silenciar las denuncias que los mismos estaban efectuando sobre los estrechos vínculos que con ellos mantienen la plana mayor del gobierno de Uribe, sus congresistas y gobernadores, sus fuerzas armadas y sus servicios de inteligencia, todo lo cual viene saliendo a luz en forma abrumadora. Niko Schvarz*
Se ha llegado al extremo de que 32 legisladores (diputados y senadores), pertenecientes a la coalición de gobierno, están encarcelados por sus vínculos comprobados con los paramilitares, que otros 31 están siendo investigados por las mismas causas, que en la misma situación se encuentran gobernadores del uribismo y jefes de los servicios de Inteligencia del DAS y que además se ha comprobado que un conjunto de altos jefes militares realizó operaciones conjuntas con destacamentos de los paramilitares y perpetraron asesinatos de campesinos en varias localidades y se apropiaron de tierras en forma fraudulenta. Numerosos parlamentarios del uribismo le deben su cargo a los acuerdos con los paramilitares en sus zonas de influencia, al punto de que éstos se jactaban de tener su propia bancada. Incluso los jefes paramilitares encarcelados seguían realizando esas actividades múltiples desde la prisión, como lo reconoció Uribe en su presentación por TV para justificar la extradición, lo que como contrapartida revela que la ley de Justicia y Paz es una farsa de principio a fin. Las revelaciones de los paramilitares sobre sus vínculos con el gobierno se iniciaron con las declaraciones efectuadas hace un año, en mayo de 2007, por Salvatore Mancuso, su capo mayor desde que hicieron desaparecer a Carlos Castaño, las cuales tuvieron amplísima repercusión e impactaron de lleno en las actividades de parlamentarios, gobernadores, jefes militares y de los servicios de Inteligencia. Este es justamente el primer nombre en la lista de los extraditados, que estaban en las prisiones de La Picota en Bogotá, La Modelo en Barranquilla y la de máxima seguridad (pero no tanta) en Itagüí. Le seguían jefes de estas bandas mafiosas y de narcotraficantes tan conocidos como Rodrigo Tovar Pupo (alias Jorge 40), Diego Bejarano (alias Don Berna), Francisco Zuloaga (alias Gordolindo), así como otros compinches, para un total de 14. En realidad este proceso había comenzado unos días atrás con la extradición de Carlos María Jiménez (alias El Macaco). De los 25 jefes "paracos" presuntamente desmovilizados, solamente 8 quedaron en Colombia. Un avión norteamericano de la DEA llevó a los 14 extraditados desde el aeropuerto de Catam en Bogotá hacia EEUU. Es indudable que a los extraditados no les pasará absolutamente nada en ese país. Allí son maestros en el arte de proteger a los terroristas de tomo y lomo, valga el ejemplo de Luis Posada Carriles, que se pasea muy orondo por las calles de Miami. A lo sumo los juzgarán por producción y distribución de cocaína en Estados Unidos, en otros casos por narcotráfico y lavado de activos. Pero nada se investigará sobre sus crímenes en Colombia. Uribe aspira a que esto quede soterrado para siempre. Es lo que dicen a una sola voz todos los sectores de oposición. "La oposición colombiana acusó al gobierno de Uribe de realizar la extradición para torpedear las investigaciones sobre los vínculos entre la ultraderecha paramilitar y políticos cercanos al oficialismo", dicen los cables, y agregan este concepto del ex aspirante presidencial del Partido Liberal Rafael Pardo: "El gobierno está enviando hacia EEUU a los mismos jefes paramilitares de ultraderecha que firmaron los acuerdos con los 'parapolíticos'". Merecen destacarse las declaraciones de Iván Cepeda, hijo del ex senador comunista Manuel Cepeda, asesinado por los "paracos": "La extradición apunta a dejar en la impunidad a los cómplices políticos, militares y empresarios que estuvieron detrás de estos crímenes, una parte de los cuales están siendo investigados por la Corte Suprema de Justicia". El caso más reciente es el del ex senador y ex presidente del Congreso Mario Uribe Escobar, primo del presidente y por el cual éste intercedió ante la Justicia, que intentó asilarse en la Embajada de Costa Rica, fracasó y hoy está encarcelado en La Picota de Bogotá por sus vínculos con los paramilitares. También el dirigente de Human Rights Watch José Miguel Vivanco declaró que la extradición beneficia a los políticos que tenían pactos con los paramilitares. Dicha ONG norteamericana publicó un extenso memorándum en el cual detalla la nómina de los crímenes cometidos por los paramilitares contra dirigentes sindicales colombianos. Publicado en La República el 15 de mayo de 2008 Niko Schvarz Analista internacional de La República nikomar@adinet.com.uy |
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De: matilda |
Enviado: 23/05/2008 20:54 |
Colombia La extradición de los testigos El primer suceso de los últimos días fue el destape de la ex congresista Yidis Medina, quien ya se encuentra tras las rejas por haber reconocido que ella y Teodolindo Avendaño le dieron el pase a la ley de la reelección presidencial, a cambio de los pagos que recibieron de la cúpula del gobierno. Entre otros, aparecen acusados Álvaro Uribe, Sabas Pretel, Diego Palacio y Luis Alfonso Hoyos. Y como el cohecho es un delito que requiere de dos partes para perpetrarse, lo que falta es conocer quiénes más pagarán con cárcel por haberse asociado con Medina y Avendaño en este acto de corrupción, problema que de ninguna manera aquejará al Presidente, porque a él lo investiga la Comisión de ‘Absoluciones’ de la Cámara de Representantes. Jorge Enrique Robledo El otro acontecimiento reciente fueron las declaraciones del Comisionado de Paz –quien le hizo el mandado al Presidente y reemplazó en sus funciones al ministro de Interior–, en las que propuso la disolución de todos los partidos uribistas por considerarlos especialmente corruptos, acusación que sustentó por los muchos parapolíticos provenientes de sus filas. Así, rendidos ante los hechos, tuvieron que validar el término de parauribismo, cada vez más usado en los análisis como una manera de decir que el 85 por ciento de los congresistas encartados son uribistas, baldón que decidieron asumir como un truco para absolver de toda culpa a Álvaro Uribe, el único que, según Restrepo, nunca vio el mastodonte de la parapolítica entre sus filas. La tercera gran noticia fue la decisión de Álvaro Uribe de extraditar a Estados Unidos a trece de los jefes del paramilitarismo, acto que el que mejor resumió fue El Nuevo Siglo del 13 de mayo cuando tituló: “Extradición de los testigos”, afirmación que amplió diciendo que “cuando ciertos jefes paramilitares comenzaban a señalar fosas, a decir la verdad y ello servía a la Corte Suprema de Justicia para sus investigaciones, los testigos son extraditados intempestivamente…”. Por su parte, en Semana.com de la misma fecha se explicó: “El escenario que se vislumbra no es el más favorable para seguir conociendo la verdad sobre cómo los paramilitares se aliaron con concejales, alcaldes, diputados, gobernadores, congresistas y otros funcionarios públicos, en una estrategia conjunta, para controlar territorios y rutas de narcotráfico, obtener rentas del Estado e incidir en las elecciones”. Para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo de la OEA, esta extradición “limita seriamente el esclarecimiento de graves crímenes perpetrados durante el conflicto armado en Colombia”, “afecta la obligación del Estado colombiano de garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación”, “impide la investigación y el juzgamiento de graves crímenes por las vías establecidas por la Ley de Justicia y Paz en Colombia y por los procedimientos criminales ordinarios de la justicia colombiana”, “cierra las posibilidades de participación directa de las víctimas en la búsqueda de la verdad sobre los crímenes cometidos durante el conflicto y limita el acceso a la reparación del daño causado. Asimismo –agrega– este acto interfiere con los esfuerzos por determinar los vínculos entre agentes del Estado y estos líderes paramilitares”. A la hora de explicar el porqué de unas extradiciones particularmente discutibles, The New York Times dijo que era un esfuerzo del presidente Uribe por desactivar el escándalo que ha ligado a los jefes paramilitares con importantes legisladores del Congreso de Colombia y con miembros de su familia. Según El Tiempo, el analista estadounidense Adam Isacson comentó que este podría ser el fin del escándalo de la parapolítica y agregó: “Si Uribe y su entorno estaban preocupados por lo que dijeran los ex ‘paras’, esta sería una forma de callarlos”, observación a la que se le sumó la de José Miguel Vivanco, de Human Rigths Watch, quien agregó que “justo cuando las autoridades locales empiezan a desmadejar la red de conexiones entre paramilitares y políticos relevantes, el gobierno envía fuera del país a quienes más información tienen”. Y mientras todo esto sucede, untando hasta el bozo a Álvaro Uribe, una conspiración tramada desde la Casa de Nariño dice que aquí no pasa nada y que viene una nueva reelección, porque, alegan, al Presidente lo respaldan las encuestas. En un país menos descompuesto que Colombia, la pregunta común sería: ¿qué porcentaje de respaldo convierte en transparente lo turbio, en honrado lo corrupto y en legal lo ilegal? Bogotá, 16 de mayo de 2008 Jorge Enrique Robledo Senador colombiano senadorrobledo@telesat.com.co www.moir.org.co/robledo.php |
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