“El asesinato de Víctor Jara no debe quedar impune”
“Lo mataron de 40 balazos; vi cientos de cuerpos botados”
Hay muchos casos de torturas y asesinatos que se cometieron en el Estadio Chile después del golpe de Estado contra Salvador Allende que todavía no han sido resueltos. Ese recinto deportivo fue uno de los lugares donde se cometieron más violaciones a los derechos humanos, afirma la coreógrafa inglesa
Hugo Guzmán (Especial para La Jornada)
Ampliar la imagen Víctor Jara junto a su inseparable guitarra, durante el gobierno de la Unidad Popular
Santiago, 25 de junio. El juez que lleva el proceso por el asesinato del emblemático cantante y compositor chileno Víctor Jara Martínez, cerró el caso sin determinar la identidad del o los militares que lo torturaron salvajemente y le metieron 40 balas en el cuerpo.
El hecho causó conmoción aquí en Chile. La fundación que lleva su nombre, a cargo de su esposa Joan Turner –coreógrafa inglesa– y de su hija Manuela, logró reunir más de 20 mil firmas en Chile, Reino Unido, Francia, España y otros países para exigir a los tribunales de justicia chilenos que reabran el caso.
Son momentos en que se define si el caso del crimen de Víctor Jara quedará impune o se determinarán responsables.
En entrevista, Joan informa que hay nuevos antecedentes que permiten seguir investigando y de paso revive –con dolor– aquel episodio al punto de desmentir versiones de que al artista popular le habían cortado las manos.
–¿Quisieron cerrar la investigación del asesinato de Víctor Jara?
–Repentinamente el juez Juan Fuentes Belmar anunció el cierre del caso estableciendo que había un solo implicado, el coronel Mario Manríquez Bravo, el oficial encargado del Estadio Chile (convertido en campo de prisioneros el 11 de septiembre de 1973). Ocurrió sin mayor explicación, como diciendo hasta aquí no más llegamos, sin identificar al autor material del asesinato de Víctor.
–Había más oficiales responsables de la represión en ese lugar.
–Hay testimonios que cuentan que había un grupo de oficiales que mandaban en el Estadio Chile, pero no tenemos el organigrama del mando, no hay identidades, entonces todavía hay cosas que investigar.
–Saber quiénes eran en realidad esos oficiales.
–Exactamente. De algunos de esos militares algo se sabe, entre ellos el personaje apodado El Príncipe, por su aspecto alto, rubio, muy violento, terriblemente vanidoso y con voz de mando. Ese oficial estuvo ahí, dio órdenes, pero hay confusión sobre su identidad real, sobre su nombre y eso hay que aclararlo. Sabemos que hay testigos que pueden identificar con nombre y apellido a esta persona. También se puede saber el nombre de otros oficiales.
–Se dieron nombres, del oficial Aquiles Gallardo y del teniente Edwin Dimter.
–De eso no hay fundamento legal todavía, no hay comprobación. Hay que hacer una investigación más cuidadosa. Queremos justicia, no venganza.
–¿Detecta usted algún grado de desidia, de no querer seguir investigando el caso?
–Yo no me quisiera referir así a las cosas. El juez tenía mucho trabajo con lo de Víctor, no se cuánto es el volumen que tiene el expediente. Además tiene el caso de La Moneda, de las veintitantas personas que desaparecieron de La Moneda, realmente tiene un trabajo tremendo. Tuvimos un juez con dedicación exclusiva al caso, pero de repente lo sacó el sistema legal, no sé cómo, y ahora tenemos a este juez que tiene otros expedientes de derechos humanos.
–La investigación incluye recabar más información.
–Nuestra tarea es hacer un llamado público a los 5 mil prisioneros que estuvieron con Víctor en el Estadio Chile y también a los militares, que nos entreguen información. También a los conscriptos que estuvieron ahí para el golpe de Estado, incluso si tuvieron algo que ver con haber baleado a Víctor, que quizá fue bajo las órdenes de alguien, de un oficial; saber eso es vital. Estamos recibiendo información importante, casos que no han sido investigados y por eso estamos en posición de pedir más diligencias al juez.
–O sea, ¿hay elementos nuevos sobre el caso de Víctor Jara?
–Hay elementos nuevos, información nueva, que tiene que ser investigada.
–¿Podría apuntar a la identificación de los autores materiales del crimen?
–Eso esperamos.
–¿Es posible que se instale la impunidad en el caso del asesinato de Víctor Jara?
–Eso es lo que más preocupa. No sólo se trata del asesinato de Víctor, sino de todos los casos del Estadio Chile. Hay muchos episodios de torturas y asesinatos que aún no han sido resueltos y creo que ése fue uno de los lugares de detención donde hubo más violaciones contra los derechos humanos. Cómo que ha pasado desapercibido lo que ocurrió allí.
–¿Están optimistas en que la investigación logre resultados?
–Yo creo que sí. Tuvimos una entrevista con el magistrado y estoy optimista de que va a seguir su trabajo para encontrar la verdad.
–Joan, ¿que pasó con Víctor en el Estadio Chile, cuando lo llevaron detenido?
–Yo escribí un libro con lo que sabía y en realidad no puedo decir que tengo más información. Bueno, no tengo la identificación segura de la persona que fue responsable de matar, mandar a matar o torturar a Víctor. Sabemos que con llamar a testigos y presionar a los militares para que den información se podría reconstruir con más certeza los pasos de Víctor en el Estadio Chile. Sé que fue reconocido en el momento que entró al estadio y hubo una actitud de agresión del oficial que estaba en la puerta. Quién fue ese oficial, no tengo certeza. Víctor fue clasificado como prisionero especial, pasó mucho tiempo aislado o semiaislado en la parte de arriba del estadio. Gente que estuvo ahí puede dar testimonio. Dicen que vieron a Víctor cuando hicieron fila para salir al Estadio Nacional, que estaba botado en un pasillo; hay quienes dicen que sacaron a Víctor de esa fila, que lo sacó un oficial, ése mismo al que hay que identificar.
–Hay un momento en que ya no saben qué pasa con él dentro del Estadio Chile.
–Después hay como un vacío y llegamos al testimonio de los pobladores de Lo Espejo que yo misma entrevisté en el año 81. Ellos encontraron el cuerpo de Víctor junto con Litre Quiroga, un dirigente comunista, y tres personas más, parece que uno era extranjero, todos botados en la muralla del Cementerio Metropolitano que queda justo al sur del Estadio Chile. Ese día me vinieron a buscar y yo, por suerte, pude ver el cuerpo de Víctor, porque después se inventaron muchas cosas. Fue botado en la morgue como NN y entonces vi la marca de la metralleta, con 40 balazos, y vi toda esa escena horrenda de la morgue el día 18 de septiembre de 1973. Había cientos de cuerpos botados.
–¿El día del golpe de Estado Víctor iba a cantar en un acto donde hablaría Salvador Allende?
–Esa mañana, en nuestra casa, escuchamos juntos el último discurso de Allende desde La Moneda. Víctor debía ir a la Universidad Técnica a cantar en un acto cuyo contenido era lo que significaría para el pueblo chileno una guerra civil. En ese acto el presidente Allende iba a anunciar un plebiscito para definir si seguía en el gobierno. La Central Única de Trabajadores estaba llamando a todos sus agremiados ir a su lugar de trabajo y el lugar de Víctor era la Universidad Técnica. Partió para allá, le costó llegar porque había movimiento de tropas, de tanques. A las 12 del día me llamó por teléfono a la casa. Pasó la noche ahí, la universidad estaba rodeada por los militares y ya estaban disparando. Me dijo que iba a tratar, apenas levantaran el toque de queda, de llegar a la casa. Pero al otro día los militares entraron a la universidad con tanques, se llevaron prisioneros a los profesores y alumnos, a algunos los llevaron en autobuses a pasar por La Moneda para que la vieran bombardeada y quemada para asustarlos. Partieron al Estadio Chile.