Buenos Aires. La preocupación por la crisis alimentaria global y el rechazo al endurecimiento de la política migratoria de la Unión Europea dominan el clima previo a la reunión de la próxima semana en Argentina de los presidentes del Mercosur.
La noroccidental ciudad de San Miguel de Tucumán será sede este lunes y el martes de la cumbre semestral del Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela en proceso de adhesión plena, junto a los países asociados Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
La presencia de estos 10 gobernantes o representantes llevó a la mandataria chilena, Michelle Bachelet, a convocar una reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), para lo cual se sumarán los dos países restantes de la región: Guyana y Suriname.
La capital de Tucumán, la más pequeña de las provincias argentinas, será así el escenario de una cita regional que se expande cada vez más por el número de países participantes y por el temario, que excede lo estrictamente sudamericano. En vísperas de la cumbre, ocho mandatarios ya confirmaron su presencia y podrían sumarse dos más.
Los organizadores admitieron a IPS que, frente a la masiva concurrencia, la provincia quedó chica y hubo que hacer algunas reuniones en Buenos Aires. Hay periodistas y delegados que se alojarán en la vecina Santiago del Estero y los aviones tomarán prestadas bases aéreas de otras cercanas como Salta, Jujuy y Córdoba.
En diálogo con IPS, el subsecretario de integración Económica Americana y Mercosur, Eduardo Sigal, explicó que el bloque regional aprobará en Tucumán un programa de integración productiva que promueva la asociación de empresas de países miembros que participan de una misma cadena de valor.
También adelantó que se firmará un acuerdo de asociación comercial con Turquía y con Jordania, y muy probablemente un convenio de preferencias para la liberalización del comercio de un número limitado de posiciones arancelarias con los países que integran la Unión Aduanera Sudafricana.
En cambio, no habrá aún -como se esperaba- una definición sobre el código aduanero y el mecanismo de distribución de la renta en el bloque. "Se avanzó mucho, pero preferimos esperar al cambio de gobierno en Paraguay, previsto para el 15 de agosto, ya que se trata de un país mediterráneo muy interesado en estos temas", anticipó.
Tampoco se producirán novedades acerca de las ya añejas negociaciones del Mercosur con la Unión Europea (UE) para un acuerdo de libre comercio.
"Se volverá a ratificar nuestra voluntad política de negociación", dijo Sigal, aunque el bloque europeo condicionó esas gestiones al éxito, aún muy lejano, de la Ronda de Doha de negociaciones multilaterales de la Organización Mundial del Comercio.
Los países del bloque sureño ya tienen casi listo el código aduanero que regirá en la unión y otorga compensaciones a Paraguay por lo que deje de percibir cuando el Mercosur empiece a cobrar sólo una vez el arancel externo común a los bienes de terceros países que ingresan por los estados miembros con salida al mar.
No obstante, los temas propios del Mercosur puede que no sean los que conciten mayor atención en Tucumán. "Las cumbres son cada seis meses, pero no porque aparezcan temas nuevos sino porque está fijado así", justificó el embajador Alfredo Chiaradía, coordinador argentino del bloque. "La integración es un proceso largo", añadió.
Otros temas fuera de agenda seguramente acapararán el debate de los mandatarios.
Sigal adelantó que, si cada presidente manifestó ya su preocupación por la directiva de retorno de migrantes indocumentados aprobada este mes por el Parlamento Europeo, "es lógico" que haya un pronunciamiento conjunto contra esa norma, que es vista como "una caza de brujas", a contramano de la política receptiva de América Latina, dijo.
En contraste, los gobernantes del Mercosur podrían aprobar en Tucumán una norma para extender a países asociados la regla que ya existe entre miembros del bloque para viajar dentro de la región sin pasaporte, sólo con documento nacional de identidad.
El subsecretario tampoco descarta que se analice la crisis por la carestía de los alimentos. "Seguramente se hablará de cómo lograr la soberanía alimentaria en nuestros países y de las condiciones del mercado internacional para potenciar nuestra producción en momentos de gran demanda", indicó.
Además de la presidenta anfitriona, Cristina Fernández, están confirmadas las presencias de sus pares Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Tabaré Vázquez, de Uruguay, Evo Morales, de Bolivia, Rafael Correa, de Ecuador, y Hugo Chávez, de Venezuela.
De Paraguay, no es segura la llegada del mandatario saliente Nicanor Duarte, quien pidió su dimisión al parlamento para poder asumir su banca como senador ganada en las elecciones. En cambio sí estará presente como invitado su sucesor a partir del 15 de agosto, el ex obispo católico Fernando Lugo.
Tampoco está confirmada la presencia del presidente Alan García, de Perú, mientras que su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, delegó su representación en su embajada en Argentina.
Frente a la amplia representación sudamericana, Bachelet, designada en mayo presidenta temporal de Unasur, llamó a una reunión del bloque de los 12 países sudamericanos a realizarse el martes.
Fuentes de la cancillería argentina indicaron a IPS que Bachelet podría proponer un candidato como secretario ejecutivo del nuevo bloque.
Para ese puesto, Unasur tenía en agenda al ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja, pero en la última cumbre realizada en Brasilia éste desechó el cargo por diferencias con presidentes del bloque. Ahora se indicó que Bachelet sondea el consenso regional para designar a un representante boliviano.