■ Coinciden en que el caso del balserito, en 2000, marcó su pérdida de poder en Washington
La ultraderecha formó su dictadura en Miami, señalan disidentes del exilio cubano
■ Lo primordial es abatir el temor; el discurso de la vieja guardia es “como escuchar a Elvis”
David Brooks (Corresponsal)
Ampliar la imagen El virtual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain, habló ayer sobre inmigración en la universidad de Nuevo México Foto: Ap
Ampliar la imagen En Las Cruces. El demócrata Barack Obama, acudió a una preparatoria de Chesapeake, Virginia Foto: Ap
Miami, 21 de agosto. Una voz irrumpe cada noche aquí denunciando la “ultraderecha”, criticando con voz indignada, los intentos para violar la soberanía de Cuba, una voz que consigue entre el público más grande de radioescuchas en su hora de trasmisión, una voz que comprueba que la libertad de expresión ya no se puede suprimir como antes en Miami.
“Soy una expresión de rebeldía ante la arrogancia de la ultra-derecha aquí”, comenta Edmundo García, conductor del programa La Noche se Mueve (www.lanochesemueve.us) que se transmite de 9 a 10 cada noche de la semana. “Ellos suponen que al llegar aquí –llegué a este país hace ocho años– nos debemos someter a su discurso. Bueno, yo me salí del redil”, comenta en entrevista con La Jornada. Y afirma que los promotores de una invasión a Cuba, la derecha de Luis Posada Carriles “el Bin Laden de América Latina” y Orlando Bosch, “el Dr. Mengele de Cuba”, son “unos salvajes” que habían intentado convertir Miami “en una república bananera”.
Los antes “disidentes” del consenso impuesto por la vieja guardia encuentran cada vez más espacio y un público mayor. Álvaro Fernández, cubanoestadunidense que llegó aquí a los 7 años de edad y director del sureste para la organización de promoción del voto latino Southwest Voter Registration and Education Project (SVREP), explica que el cambio demográfico en donde “el resto de Latinoamérica está llegando a Miami” creando una ciudad que “es cada vez más latinoamericana pero menos cubana”, junto con los cubanos que llegan después de los 80, más la que ahora es tercera o cuarta generación que nace aquí, están transformando esta región que ya no su mueve al ritmo del exilio cubano.
Las elecciones podrían traer una nueva fase