Desfalco: Calzón está entre los sospechosos desde el 2006
POR JEAN-GUY ALLARD
El primer índice de que fondos otorgados al Center for a Free Cuba, del cubanoamericano Frank Calzón, eran desviados fraudulentamente, fue detectado por contadores de la Agencia para el desarrollo Internacional (USAID) en el 2006 y la subsecuente investigación del GAO (General Accountability Office) sólo vino a confirmar el desfalco ya conocido por los administradores de esta organización.
Los libros del "editor" Calzón. Los ejemplares distribuidos en Miami y hasta en la ONU vienen con un sobre donde se solicitan "donaciones".
"La USAID se percató a inicios del 2006 de que el centro de Calzón inflaba los costos de libros que editaba desde hacía unos años, supuestamente para su distribución en Cuba. Estos libros son de poca calidad y de pequeña tirada pero se les facturaba un precio de fabricación muy superior a la realidad", afirma una fuente cercana a la USAID, que pidió el anonimato.
El Center for a Free Cuba de Calzón, ahora implicado en un escándalo de corrupción, es una organización satélite de los servicios de inteligencia norteamericanos, creada en 1997 con personal de la organización Freedom House y financiada por la USAID y otros fondos secretos. Realiza operaciones mixtas de propaganda, penetración y espionaje por intermedio de sus propios agentes o de ONGs extranjeras, tales como Reporteros sin Fronteras, que subsidia ampliamente.
"En aquel momento, funcionarios de la USAID aumentaron sus controles pero chocaron con altos oficiales que le aseguran cobertura a Calzón por su filiación con la CIA", denuncia la fuente.
LIBROS DE PACOTILLA, FACTURAS DE LUJO
Entre otras obras editadas por la organización de Calzón y cuyos costos fueron muy superiores al normal de edición, se señala La Heroicidad Revolucionaria, un panfleto redactado por un tal Emilio Ichikawa, que apesar de su apellido es un cubanoamericano radicado en New Jersey. El libro viene con un prólogo del terrorista prófugo Carlos Alberto Montaner, cuya autosuficiencia es solo superada por la extensión de sus lazos con la CIA.
De diseño tipográfico muy por debajo de las normas, el llamado ensayo lleva el logo de la organización de Calzón y su dirección, el 1320 de la 19th Street NW, Suite 201, en Washington. No se indica nombre de imprenta alguna.
Otro libro señalado es ¡Dengue!, firmado por Densy Mendoza e Ileana Fuentes, que pretende dramatizar el tema de esta enfermedad introducida en Cuba por la CIA. Curiosamente, aparecen en los Agradecimientos que preceden el texto principal, los nombres de Montaner y de otro personaje conocido de la fauna terrorista de Miami, Angel D’Fana.
Angel Francisco D’Fana Serrano, vinculado al ex jefe del comité paramilitar de la FNCA Roberto "Macho" Martín Pérez y a varios grupos terroristas miamenses, abogó abiertamente en 1995, durante un congreso de la organización terrorista de Huber Matos, a favor de la realización de sabotajes en la Isla; fue más tarde parte de una conspiración para asesinar al presidente venezolano Hugo Chávez.
En la última pagina del libro, se identifica a la imprenta Rodes Printing, Miami, Florida, teléfono (305) 559-5263 como autora de este trabajo de muy baja calidad gráfica.
Una rápida verificación revela que la Rodes Printing es una pequeña empresa especializada en impresión ligera y venta de papelería, propiedad de los hermanos Roberto y José Escobar. La firma, con reducido personal, radica en 8369 S.W., 40 Street Miami.
Ha fabricado libritos ocasionalmente por cuenta de otros subsidiarios de la USAID, entre ellos el Directorio Democrático Cubano de Orlando Gutierrez-Boronat y Plantados hasta la Libertad del propio Angel D’Fana.
Gutierrez-Boronat recibe millones de dólares de la NED y de la USAID para organizar actividades hostiles a Cuba. El individuo es un ex miembro de la llamada Organización para la Liberación de Cuba, acusada de acciones terroristas dentro y fuera de la Isla.
Todo indica que las facturas de la Rodes Printing y muchas otras más fueron infladas por el personal de Calzón y que él tuvo necesariamente que autorizar tales publicaciones, parte de su programa anticubano.
CALZÓN TIENE SU NEGOCIO APARTE
De la misma forma, Calzón autorizó la inclusión en los ejemplares de libros que repartió en Estados Unidos —casi la totalidad— de sobres de recolección de donaciones para la Fundación Of Human Rights que él mismo inventó y administra.
Los sobres donde se solicitan "cuotas anuales" que van de "Patrocinador" de 25 dólares hasta "Vitalicio" de 500 dólares "o más", deben llevan la dirección impresa de la oficina del "Center".
Las donaciones a la Fundación de Calzón son "deducibles de sus impuestos", precisa el documento.
Tienen como supuesto destino la "ayuda a presos políticos", un truco elemental, frecuentemente utilizado, para no presentar cuentas a nadie.
En diciembre del 2006, una auditoría del GAO sobre las actividades de la USAID reveló compras pacotilleras que realizaron sus contratados bajo este mismo pretexto. Individuos sin escrúpulos consiguieron sierras de motor, bicicletas de montaña, abrigos de piel y suéteres de casimir, juegos electrónicos Nintendo y latas de langosta para su supuesta entrega a través de la Sección de Intereses Norteamericana en La Habana.
SIXTO SE ENCARGABA DE LA PLOMERIA
No se sabe de qué forma Calzón y su personal —minúsculo— se repartieron el dinero desviado de esta forma.
Pero sí se conoce cómo tuvo que reconocer que su brazo derecho Felipe Sixto se robó 500 000 dólares.
Durante más de tres años en esta dependencia de la CIA, Felipe Sixto se ocupaba de la rutina diaria mientras Calzón se dedicaba al lobbying de fondos, a sus relaciones públicas, notablemente con los representantes Mario y Lincoln Diaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, y a mantener informados a sus socios de la CIA.
Era entonces Sixto quien se encargaba de "reorientar" y embolsar cientos de miles de dólares del dinero de los contribuyentes norteamericanos supuestamente destinado a "promover cambios" en Cuba.
El 1º de marzo del año pasado, Calzón le consiguió un puesto de Asistente Especial del Presidente George W. Bush, en la propia Casa Blanca, como encargado de "asuntos intergubernamentales", con un salario anual de $97 000.
Sin embargo, a finales de ese mismo mes, Sixto tuvo que desaparecer del lugar cuando el Departamento de Justicia y la propia USAID anunciaron repentinamente haber descubierto que había defraudado una enorme cantidad de fondos.
Según los conocedores del medio, la protección que, hasta ahora, ha permitido a Frank Calzón sobrevivir a todos los escándalos se explica precisamente por esta filiación con la inteligencia norteamericana.